GRACIAS POR ESTAR AQUÍ...

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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

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“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

martes, marzo 23, 2010

Poesía de José Martí.




Versos Sencillos-1891.






PRÓLOGO
A Manuel Mercado, de México A Enrique Estrázulas, del Uruguay





Mis amigos saben cómo se me salieron estos versos del corazón. Fue aquel invierno de angustia, en que por la ignorancia, o por fe fanática, o por miedo, o por cortesía, se reunieron en Washington, bajo el águila temible, los pueblos hispanoamericanos. ¿Cuál de nosotros ha olvidado aquel escudo, el escudo en que el águila de Monterrey y de Chapultepec, el águila de López y de Walker, apretaba en sus garras los pabellones todos de la América? Y la agonía en que viví, hasta que pude confirmar la cautela y el brío de nuestros pueblos; y el horror y vergüenza en que me tuvo el temor legítimo de que pudiéramos los cubanos, con manos parricidas, ayudar el plan insensato de apartar a Cuba, para bien único de un nuevo amo disimulado, de la patria que la reclama y en ella se completa, de la patria hispanoamericana, —que quitaron las fuerzas mermadas por dolores injustos. Me echó el médico al monte: corrían arroyos, y se cerraban las nubes: escribí versos. A veces ruge el mar, y revienta la ola, en la noche negra, contra las rocas del castillo ensangrentado: a veces susurra la abeja, merodeando entre las flores.
¿Por qué se publica esta sencillez, escrita como jugando, y no mis encrespados Versos Libres, mis endecasílabos hirsutos, nacidos de grandes miedos, o de grandes esperanzas, o de indómito amor de libertad, o de amor doloroso a la hermosura, como riachuelo de oro natural, que va entre arenas y aguas turbias y raíces, o como hierro caldeado, que silba y chispea, o como surtidores candentes? ¿Y mis Versos Cubanos, tan llenos de enojo, que están mejor donde no se les ve? ¿Y tanto pecado mío escondido, y tanta prueba ingenua y rebelde de literatura? ¿Ni a qué exhibir ahora, con ocasión de estas flores silvestres, un curso de mi poética, y decir por qué repito un consonante de propósito, o los gradúo y agrupo de modo que vayan por la vista y el oído al sentimiento, o salto por ellos, cuando no pide rimas ni soporta repujos la idea tumultuosa? Se imprimen estos versos porque el afecto con que los acogieron, en una noche de poesía y amistad, algunas almas buenas, los ha hecho ya públicos. Y porque amo la sencillez, y creo en la necesidad de poner el sentimiento en formas llanas y sinceras.


José Martí. Nueva York, 1981







Yo soy un hombre sincero




De donde crece la palma,




Y antes de morirme quiero




Echar mis versos del alma.





Yo vengo de todas partes,




Y hacia todas partes voy:




Arte soy entre las artes,




En los montes, monte soy.





Yo sé los nombres extraños




De las yerbas y las flores,




Y de mortales engaños,




Y de sublimes dolores.





Yo he visto en la noche oscura




Llover sobre mi cabeza




Los rayos de lumbre pura




De la divina belleza.





Alas nacer vi en los hombros




De las mujeres hermosas:




Y salir de los escombros,




Volando las mariposas.





He visto vivir a un hombre




Con el puñal al costado,




Sin decir jamás el nombre




De aquella que lo ha matado.





Rápida, como un reflejo,




Dos veces vi el alma, dos:




Cuando murió el pobre viejo(*),




Cuando ella me dijo adiós(**).





Temblé una vez




—en la reja,




A la entrada de la viña,




—Cuando la bárbara abeja




Picó en la frente a mi niña.





Gocé una vez, de tal suerte




Que gocé cual nunca:




—cuandoLa sentencia de mi muerte




Leyó el alcalde llorando.





Oigo un suspiro,




a travésDe las tierras y la mar,




Y no es un suspiro,




—esQue mi hijo va a despertar.





Si dicen que del joyero



Tome la joya mejor,



Tomo a un amigo sincero



Y pongo a un lado el amor.




Yo he visto al águila herida



Volar al azul sereno,



Y morir en su guarida



La vibora del veneno.




Yo sé bien que cuando el mundo



Cede, lívido, al descanso,



Sobre el silencio profundo



Murmura el arroyo manso.




Yo he puesto la mano osada,



De horror y júbilo yerta,



Sobre la estrella apagada



Que cayó frente a mi puerta.
Oculto en mi pecho bravo.






La pena que me lo hiere:



El hijo de un pueblo esclavo



Vive por él, calla y muere.




Todo es hermoso y constante,



Todo es música y razón,



Y todo, como el diamante,



Antes que luz es carbón.




Yo sé que el necio se entierra



Con gran lujo y con gran llanto.



Y que no hay fruta en la tierra



Como la del camposanto.




Callo, y entiendo, y me quito



La pompa del rimador:



Cuelgo de un árbol marchito



Mi muceta de doctor.




(*) El padre de Martí quien murió el 9 de marzo de 1887, en Cuba.
(**) Se refiere a la despedida de María Cristina Granados, "La niña de Guatemala".



La página de José Martí. http://jose-marti.org/




1 comentario:

  1. Willy: Te felicito por el blogs. Está fenomenal. Muy buen material documental. Sobre todo José Martí y sus versos sencillos.
    Fernando (Villa Regina)

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La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.