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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

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“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

“
"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

miércoles, agosto 18, 2010

LA ZAMBA DE VARGAS.

Zamba de Vargas
de Wikipedia, la enciclopedia libre

Se le atribuye haber sido ejecutada durante una batalla y haber causado la victoria.

La Zamba de Vargas es una conocida canción popular de autor anónimo integrante del folklore argentino y a su vez la zamba más antigua de la que se tenga registro musical. De ella se ha dicho que es "la madre de todas las zambas”. Es probable que la "Zamba de Vargas" exprese el momento histórico y artístico en que la zamacueca afroperuana, ya en versión de cueca chilena, se transformó para dar origen a la zamba argentina, uno de los estilos musicales más representativos del folklore de ese país.

Su origen data de la época en que se libró la sangrienta Batalla de Pozo de Vargas, sucedida el 10 de abril de 1867, durante las guerras civiles argentinas, donde se enfrentaron las fuerzas federales del caudillo Felipe Varela y las del gobierno nacional argentino, dirigidas por el general Antonino Taboada, y la tradición popular interpreta como un enfrentamiento entre riojanos y santiagueños -principalmente, adoptando aquellos el bando federal y éstos el bando del gobierno nacional presidido por Bartolomé Mitre. La tradición popular le ha atribuido haber sido interpretada por una banda militar en pleno combate y haber revertido la suerte de las armas, a favor de los santiagueños. La canción se transmitió durante décadas en forma oral, con letras variables según el bando que defendían los intérpretes,y es una manifestación de los sentimientos patrióticos ligados a la pertenencia a las diferentes provincias o patrias chicas que integran la Argentina, enfrentadas en el curso del siglo XIX, a causa del sistema de gobierno que habría de establecerse en la Constitución.
Se interpreta con dos melodías, una recopilada por Andrés Chazarreta en 1906, y la otra por Luis Peralta Luna. Por otra parte, se han recopilado y arreglado diversas letras, agrupadas en lo que se conoce como versión riojana y versión santiagueña. Entre las recopilaciones se destacan las realizadas por Domingo Lombardi, Juan Alfonso Carrizo, Vicente Forte, Los Hermanos Ábalos y Bartolomé Peralta Luna.

Historia de la Zamba de Vargas.

Antonio Taboada

Batalla del Pozo de Vargas, 1867. Las fuerzas del caudillo montonero Juan F. Varela, que venían desde Cuyo en son de guerra, habrían de enfrentarse con las del Ejército del Norte al mando del General Antonio Taboada, a quién el presidente de la República, General Bartolomé Mitre, había confiado la misión de contener estas hordas salvajes, en momentos que la Nación libraba la cruenta Guerra del Paraguay. Una conspiración había sido descubierta en San Juan a fines de 1866. El vicepresidente Doctor Marcos Paz, en ejercicio de la presidencia por estar el General Bartolomé Mitre ejerciendo el mando superior de los ejércitos aliados en dicha guerra, consultó a este y adoptó las medidas necesarias para controlar la situación. Los dos ejércitos -con una superioridad numérica de casi 3 a 1 a favor de los montoneros- chocaron en las cercanías de la ciudad de La Rioja, en un día de sol con un calor abrasador. Por momentos la suerte del combate pareció adversa al Ejército del Norte. Los ataques de la montonera se renovaron con el fin de apoderarse de un espejo de agua, el Pozo de Vargas, para mitigar la sed. Mientras las fuerzas de Taboada retrocedían, el Comandante Brizuela mandó tocar una zamba –la famosa Zamba de Vargas- que enardeció a la tropa, la que acometió a sus enemigos con un ardor sostenido hasta derrotarlos. La música y coplas de esta zamba han sido interpretadas de generación en generación, rememorando glorias de la organización del país.



Historia de la Zamba de Vargas.

Felipe Varela

EL POZO DE VARGAS (10 de abril).
Varela ha marchado hacia su Catamarca natal, atravesando La Rioja: es un paseo en triunfo donde los festejos se repiten al entrar el viejo caudillo en cada poblado. En La Rioja su "ejercito" se amplía porque los riojanos quieren luchar por la Unión Americana.
A los lánguidos compases de la zamba, la montonera se dirige a Catamarca donde todos esperan al Caudillo. De allí a Tucumán y Salta donde vendrían sin duda las órdenes de Urquiza, las órdenes que Varela supone no podrá negarle Urquiza viendo el juego decidido. En ruta hacia Catamarca le llegan dos malas noticias. Que Sáa fue aniquilado en San Ignacio, y Taboada al frente del ejercito nacional del Noroeste ha aprovechado su ausencia para entrar en La Rioja.

"Los nacionales vienen
Pozo de Vargas
Tienen cañones y tienen
Las uñas largas".

Dice la letra riojana de la zamba de Vargas (que no es la del ejército de Taboada, que se apropió de la música, como se apropió de tantas cosas). Varela vuelve grupas. A los compases de la zamba su ejército regresó a La Rioja a todo galope. El 9 de abril, ya próximo a la ciudad, Varela invita caballerescamente a Taboada "a decidir la suerte y el derecho de ambos ejércitos fuera de la población; "a fin de evitar que esa sociedad infeliz sea víctima de los horrores consiguientes de la guerra y el teatro de excesos que ni yo ni V.E. podremos evitar". Taboada fijaría el campo de la liza "por lo menos a tres leguas del ejido". El jefe nacional no contesta. Ha urdido un plan que debe darle la victoria. Como los federales marchan a todo galope y sin mayor descanso, supone que llegarán desfallecidos y sedientos a La Rioja. Por lo tanto ha destruido los jagüeles del camino, dejando solamente a uno, el Pozo de Vargas a la entrada misma de la ciudad. Supone que los montoneros se arrojarán sobre el agua; y entonces la artillería y fusilería nacionales, convenientemente atrincheradas alrededor del pozo los aniquilaría sin remedio.
Ocurrió lo previsto. Varela no encontró agua en los jagüeles de Las Mesillas, donde esperaba acampar la noche del 9, a la espera de la respuesta - que no llegaría nunca - de su invitación a Taboada. Debió seguir la fatigosa marcha por la noche del 9 en busca del pozo de Vargas donde llega al medio día del 10. Era tal la sed que "tres soldados sofocados por el calor, por el polvo y el cansancio - dirá Varela - expiraron de sed en el camino.
Los gauchos fueron acribillados por los nacionales desde las trincheras apenas se acercaron al Pozo. Varela rehizo sus cuadros y aunque la posición de Taboada dificultaba el movimiento de la montonera, ordenó se tocase la zamba y empezara la batalla. Los inútiles "bocones" fueron dejados de lado Durante más de siete horas. – de mediodía al anochecer - se sucedieron las cargas a los compases de la zamba heroica. (que apropiada por los vencedores y con otra letra, se llamaría desde entonces Zamba de Vargas).
Tiempo después, y en los altos de la marcha los sobrevivientes cantarían la letra auténtica de su zamba, que se ha mantenido como tradición oral en La Rioja y Catamarca.

"A la carga a la carga,
dijo Varela,
salgan los laguneros
rompan trincheras.
Rompan trincheras si
carguen los laguneros
de dos en fondo.
De dos en fondo si,
dijo Guayama,
a la carga muchachos,
tengamos fama.
¡Lanzas contra fusiles!
Pobre Varela
¡Que bien pelean sus tropas
en la humareda.
Otra cosa sería
armas iguales".

En una de las cargas Varela cae con su caballo muerto junto al pozo. Y ocurre otro episodio de esa guerra romanesca. Una de las montoneras que hacían de cantineras, enfermeras, amantes, o lo que se presentara, tomó un caballo y se arrojó en medio de la refriega para salvar al jefe. Se llamaba Dolores Díaz y le decían La Tigra. En ancas de La Tigra escapó de la muerte el viejo caudillo.
"A las oraciones – dice Varela – mi ejército estaba deshecho, pero tambien el del enemigo. Si bien no había sufrido una derrota, comprendí que el triunfo por mi parte en esos momentos era imposible". Siete horas habían durado las cargas; en torno al pozo de Vargas se riñó la batalla mas disputada de la guerra de la Unión Americana y se perdió toda esperanza seria de apoyar a Paraguay. Llegaba la noche, Varela dio la orden de retirarse: “!Otra cosa sería armas iguales!”. Ciento ochenta compañeros le quedaban de su ejército que el día anterior contaba cerca de cinco mil, los demás han muerto, quedando heridos o escaparon para juntarse con el caudillo en el lugar que los citase. Pero Taboada también había pagado su precio. "La posición del ejercito nacional - informa Mitre – es muy crítica después de haber perdido sus caballerías, o la mayor parte de ellas, y gastado sus municiones, pues en La Rioja no se encontrará quien facilite como reponer sus pérdidas". Varela fijó Jáchal como sitio de reunión.
Taboada quedó en La Rioja que saqueó concientemente durante tres días, pues nadie le facilitaba alimentos voluntariamente "...las uñas largas...".
Sáa, derrotado escapó a Chile; los cordobeses, cuyo caudillo era Simón Luengo, se habían levantado a la espera de Sáa y del "pronunciamiento“ de Urquiza que ha escrito cartas comprometedoras a Luengo.
Cuando a mediados de abril llegan las noticias de San Ignacio y el Pozo de Vargas, todo parece perdido, y Urquiza hace manifestaciones de repudio "a esos bandidos, que usan mi nombre para encubrir sus tropelías".
Creen terminada su misión y los veteranos vuelven a embarcarse para el Paraguay.
Pero todavía está Felipe Varela en ancas de La Tigra y la guerra de la Unión Americana no ha terminado.

Fuente: José María Rosa - pensamientonacional.com.ar

Don Andrés Chazarreta, quien realizó una labor muy importante de recopilación del cancionero argentino. A él se debe esta versión publicada en 1906 de la que podríamos llamar la madre de todas las zambas. El tema es ya conocido por versiones posteriores: el enfrentamiento de Felipe Varela con el general Taboada en la batalla de Pozo de Vargas, en las cercanías de La Rioja. Zamba al estilo tradicional, con cuatro largas estrofas y sin estribillo. Atahualpa Yupanqui se lamentaba antes de morir que "dentro de cincuenta años, ningún niño argentino va a saber cómo era la Zamba de Vargas". Para remediarlo, Juan Carlos Saravia y sus Chalchaleros nos han vuelto a enseñar lo bien que suena hoy este canto, en su álbum cincuentenario: "Una Leyenda", en el que sólo se echa en falta la bella introducción compuesta por Ernesto Cabeza.


Z A M B A D E V A R G A S

Letra: Domingo Lombardi
Música: Andrés Chazarreta

Forman los riojanos
en Pozo 'e Vargas;
los manda Varela,
firme en batallas.
Contra los santiagueños,
con gran denuedo, van a pelear;
ya Don Manuel Taboada
alza su espada: se ve brillar.

Atacó Varela,
con gran pujanza:
tocando a degüello,
a sable y lanza.
Se oyen los alaridos,
en el estruendo de la carga
y ya pierden terreno
los santiagueños de Taboada

"Bravos santiagueños
-dijo Taboada-
vencer o la muerte
vuelvan su cara.
Por la tierra querida,
demos la vida para triunfar"
Y ahí no más a la banda
la vieja zamba mandó a tocar.

En el entrevero
se alzó esta zamba,
llevando en sus notas
bríos al alba.
Y el triunfo consiguieron
los santiagueños y este cantar
para eterna memoria,
Zamba de Vargas siempre será.

‘e: (Contracción) de, he de.

riojano: natural de o relativo a la Rioja, capital y provincia de la zona andina

santiagüeño: natural de o relativo a Santiago del Estero

entrevero: (arg) confusión, desorden.
http://www.folkloredelnorte.com.ar/





Zamba de Vargas. Batalla del Pozo de Vargas. Pozo de Vargas.
El 10 de abril de 1867, en torno al jagüel de Vargas, en el camino apenas saliendo de La Rioja a Catamarca, durante siete horas desde el mediodía hasta el anochecer, se libró la batalla más sangrienta de nuestras guerras civiles.
Los primeros días de abril el ejército unitario con cañones Krupp y fusiles Albion y Brodlin que los buques ingleses habían descargado poco antes en el puerto de Buenos Aires, al mando del general Antonio Taboada, entró a la ciudad capital de La Rioja aprovechando la ausencia de su caudillo y obligó al coronel Felipe Varela a volver al sur para liberarla.
Taboada les dejará el pozo de agua como cebo, disimulando en su torno los cañones y rifles; sus soldados eran menos que los federales, pero la superioridad de armamento y posición era enorme.
Zamba de Vargas Interpretada por Los Chalchaleros

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