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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

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“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

“
"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

viernes, enero 28, 2011

EL FINAL DE LA PELÍCULA "LA PATAGONIA REBELDE".



Foto de Héctor Varela
(año 1907)
que había participado en la Revolución de 1905
de la Unión Cívica Radical.

Teniente Coronel
Héctor Benigno Varela
EL FINAL DE LA PELICULA
“LA PATAGONIA REBELDE”Un final no “Benigno” y de película.
La película “La Patagonia Rebelde” empieza en Buenos Aires, en el mes de enero de 1923, con el asesinato del Comandante Zavala, durante la presidencia de Marcelo Torcuato de Alvear.
Sin animo de ser “aguafiestas” pero es una de las escenas llena de dramatismo con la mirada de “Zabala” interpretado por el actor Héctor Alterio quien encarna al Teniente Coronel Héctor Benigno Varela que en este caso toma otro apellido ( producto de las presiones y para evitar futuros juicios de los productores de este filme) también el cambio del final ya que era el de las 5 mujeres prostitutas de “La Catalana” en San Julián se niegan atender a los soldados y les gritan:
¡asesinos con ustedes no nos acostamos! los soldados contestan estos gritos sacando las bayonetas pero les cierran la puerta y las mujeres se defendieron con palos de escoba, luego fueron detenidas, encarceladas y expulsadas de San Julián.
Durante el rodaje llega la noticia que los oficiales del ejercito se negaban que esta historia se contara entonces Héctor Olivera, director de la película argentina y Fernando Ayala le solicitan a Osvaldo Bayer que modifique el final de la misma y ante los hechos se cambia el mismo y se toma otro hecho verídico donde los estancieros ingleses del sur del país reducen los jornales de los obreros y peones de campo (recordemos que fue durante el gobierno de Julio Argentino Roca que se entregaron a 134 estancieros ingleses que vivían en nuestras argentinas Islas Malvinas tierras de Santa Cruz). El hecho que toma en el guión cinematográfico Bayer para recrear es el que se publica en crónicas del diario inglés de Punta Arenas y de los diarios locales de Río Gallegos donde se anoticia que el Teniente Coronel del ejército Varela fue muy aplaudido en el Club Británico de Río Gallegos; en la película le rinden un homenaje a Zabala (militar “civilizado y rubio” de los intereses terratenientes ingleses) sobre el final, los patrones de estancia rodean a Zabala y le cantan: “Because he is a jolly good fellow” (“Porque es un buen compañero” en ingles) mientras la cámara se acerca a Alterio finalizando con un primerísimo primer plano de sus ojos; Bayer dice que lo hace como que Varela (Zabala) se da cuenta a quien había servido y creo que ese rostro lleno de incertidumbre del fatal destino (ya que el espiral de la violencia, sangre y muerte es generadora de violencia, sangre y muerte donde la violencia de arriba le corresponde la violencia de abajo). Cumplida su misión, Varela regresó a Buenos Aires donde Hipólito Yrigoyen lo premió declarándolo Director de la Escuela de Caballería de Campo de Mayo. Poco tiempo después la Liga Patriótica Argentina, que participó en la represión de “La Patagonia Rebelde” lo homenajeó con un gran banquete.

EL TIRO DEL FINAL.El 27 de enero de 1923, un año después de la finalización de la matanza en Santa Cruz, llegó el final para Varela. Cuando salía de su casa, Kurt Gustav Wilckens, un obrero alemán de ideas anarquistas, le arrojó una bomba y le disparó cuatro tiros, emulando los cuatro tiros que ordenaba dar el mismo Varela.
El Teniente Coronel Varela fue muerto por el hermano de uno de los fusilados en el Cañadón de la Yegua Quemada.
Había intentado asesinar a Varela en otras oportunidades, pero Varela siempre aparecía acompañado por otras personas o por sus hijas, lo cual lo disuadía de realizar el atentado. Ese día Varela salió de su residencia sin compañías. Wilckens lo esperó a pocos metros de la entrada de su domicilio en la calle Fitz Roy n° 2461 del barrio de Palermo, y al verlo salir le arrojó una bomba de percusión a los pies que hirió al militar. Luego le disparó las 6 balas de su revolver Colt. Wilckens intentó huir, pero una esquirla de la bomba le había roto el peroné, impidiéndole la fuga. Al ser detenido por la policía dijo: "He vengado a mis hermanos".
Kurt Wilckens era un anarquista pacifista, abstemio y vegetariano que estaba profundamente indignado por el accionar de Varela, y que no poseía experiencia en atentados ni en el manejo de explosivos. Declaró que su acto fue un hecho completamente individual, aunque indudablemente recibió ayuda de otros anarquistas. Wilckens es saludado por todo el anarquismo de la Argentina, y las repercusiones de su atentado llegan hasta Alemania y Estados Unidos, país en el que había residido.
Cumplida su misión, Varela regresó a Buenos Aires donde Yrigoyen lo premió declarándolo Director de la Escuela de Caballería de Campo de Mayo. Poco tiempo después la Liga Patriótica Argentina lo homenajeó con un gran banquete.[3]

El 27 de enero de 1923, un año después de la finalización de la matanza en Santa Cruz, llegó el final para Varela. Cuando salía de su casa, Kurt Gustav Wilckens, un obrero alemán de ideas anarquistas, le arrojó una bomba y le disparó cuatro tiros, emulando los cuatro tiros que ordenaba dar el mismo Varela.

Titular de La Protesta.A los funerales de Varela asistieron el ministro de Guerra general Agustín P. Justo, el doctor Manuel Carlés, el presidente Marcelo T. de Alvear y el ex-presidente Hipólito Yrigoyen. Allí, un joven de la Liga Patriótica Argentina y ex policía de Santa Cruz, llamado Ernesto Pérez Millán Témperley profirió insultos y amenazas al periodismo.
Los fiscales pidieron 17 años de prisión para Wilckens. Estando en prisión se recuperó saludablemente y por su carácter dócil llegó a ser estimado por los internos y respetado por los funcionarios, recibiendo visitas y material de lectura con frecuencia. Fue entrevistado por periodistas, escribendo algunos artículos para periódicos anarquistas.
"No fue venganza; yo no vi en Varela al insignificante oficial. No, él era todo en la Patagonia: gobierno, juez, verdugo y sepulturero. Intenté herir en él al ídolo desnudo de un sistema criminal. ¡ pero la venganza es indigna de un anarquista! El mañana, nuestro mañana, no afirma rencillas, ni crímenes, ni mentiras; afirma vida, amor, ciencias; trabajemos para apresurar ese día."
Kurt Wilckens, carta del 21 de mayo de 1923).
El 15 de junio, Wilckens fue asesinado por Pérez Millán Témperley en su celda mientras dormía, de un balazo que le atravesó el pulmón izquierdo. Wilckens falleció al día siguiente. Su asesino al ser detenido declaró: "Yo he sido subalterno y pariente del comandante Varela. Acabo de vengar su muerte". El titular del diario Crítica vendió más de medio millón de ejemplares, y el hecho despertó la indignación de los anarquistas y las organizaciones obreras. La FORA convocó a un paro general de protesta y una manifestación en Plaza Once dejó un saldo de 2 muertos, 17 heridos y 163 detenidos por parte de los manifestantes y un oficial muerto y tres policías heridos. La Unión Sindical Argentina, ex-FORA del IX, apoyó la huelga pero pronto levantó la medida.
Pérez Millán fue declarado demente gracias a sus influencias, e internado en el Hospicio Vieytes, donde llevó una vida tranquila, pero albergando resentimiento por sentirse abandonado por sus camaradas de la Liga Patriótica. En la mañana del 9 de noviembre de 1925 Pérez Millán es asesinado de un tiro por Esteban Lucich, un interno con antecedentes homicidas.24 Debido a que Lucich no tendría una motivación manifiesta para cometer el hecho, los investigadores apuntan al profesor Germán Boris Wladimirovich, un anarquista de origen ruso, autor en 1919 del primer asalto con fines políticos en la Argentina. Sometido a un duro interrogatorio y golpiza, no admitirá su participación, para no comprometer a sus apoyos en el exterior. Debido a los malos tratos extremos a que es sometido Wladimirovich, morirá unos meses después.
Fuente: es.wikipedia.org/wiki/ e Internet. Fotos de Internet.

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La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.