GRACIAS POR ESTAR AQUÍ...

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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

“
"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

miércoles, abril 13, 2011

OPINIONES DE BEATRIZ SARLO, ESCRITORA ARGENTINA.



MUJERES ARGENTINAS.

REPORTAJE A LA ESCRITORA ARGENTINA BEATRIZ SARLO (2.010).



Fragmento de un reportaje a la escritora Beatriz Sarlo realizado por Cristina Mucci.



BEATRIZ SARLO: “Tenemos que pensar que otra alternativa es posible”.


-En su libro Escenas de la vida posmoderna, usted asegura no reconocer en la Argentina actual ninguna característica del país de su infancia.



-Para alguien que nació en 1942 como yo, la alfabetización asegurada era un dato. Podía haber bolsones de miseria, pero la educación le daba a la mano de obra argentina una diferencia enorme con el resto de América latina. Después de Sarmiento, Perón fue el presidente que más escuelas construyó, son las típicas del tipo chalet californiano que todavía se ven en muchas partes. La Argentina aseguraba una alfabetización universal sólida y en condiciones de repartir muy eficazmente cierto tipo de conocimiento. También garantizaba -aunque a la manera criolla, con un mercado capitalista medio deformado- un cuasi pleno empleo, lo cual le daba a la gente una seguridad muy fuerte. Hasta los años 60 esto fue así. El país tenía un índice de desempleo del cinco por ciento, conformado en realidad por gente que estaba cambiando de trabajo (en materia de desempleo, cuando las cifras son del cuatro o cinco por ciento se trata de gente que está cambiando de trabajo, no es estructural). Esos eran los rasgos del país que yo conocí en mi infancia y en mi juventud: la seguridad del empleo y la seguridad de la educación. Y traen aparejada una idea de progreso que también se perdió. Como militante de izquierda de los años 60, todavía recuerdo que nos enojábamos con nuestros compañeros obreros cuando los sábados y domingos no podían venir a las reuniones porque se estaban construyendo una pieza más en el terrenito. Los compañeros obreros siempre tenían una pieza más construyéndose en el terrenito, mientras yo era estudiante universitaria y no estaba construyéndome ninguna pieza. La madurez de un obrero de veintitrés años y un estudiante universitario de veintitrés años es así de diferente. Yo recuerdo a esa clase obrera. Recuerdo cuando se podía entrar a las villas miseria, cuando uno festejaba allí sus cumpleaños en la sociedad de fomento. Eran villas miseria, sin duda, muchas de ellas en camino de transformación a barrio obrero. Esa Argentina no existe más.



-Mempo Giardinelli dijo en este ciclo que la Argentina fue un país imaginado antes que real, que había un proyecto cultural y una clase dirigente que lo soñó antes de realizarlo.



-Hoy hay que pensar cuáles son los pasos de construcción posibles, aunque sin caer en el “pensamiento deseante”. Yo le digo “pensamiento deseante” a aquel que cree que todo es posible, hay muchas cosas que creo que están bien y sin embargo quizás hoy no sean posibles para la Argentina. Si quiero tener una educación escandinava, hoy no la voy a tener. Los problemas en la educación en la Argentina son muy difíciles, porque la ley federal la ha entregado en las provincias a caudillismos locales que en algunos casos han hecho cosas terribles. Es muy difícil ese problema, pero no se puede hacer la plancha. El “pensamiento deseante” diría: “Yo quiero tener la educación francesa, mañana”.

Pero un pensamiento político progresista debe analizar los pasos a dar en los próximos veinte años para que la Argentina esté al tope en materia educativa. No es inverosímil pensarlo. Tenemos un cuarenta por ciento de gente que está mal, para la cual hay que hacer la política y tener las propuestas. Después tenemos un diez o un quince por ciento que le va como los dioses, y si planta soja mejor que a los dioses. Y después estamos todos nosotros, en diferentes articulaciones de las capas medias. Por supuesto que en las capas medias hay un ideal de sociedad respetable, que garantiza educación, igualdad de oportunidades y una salud pública razonable, que no será escandinava pero no tiene por qué ser boliviana o peruana, puede estar en un punto intermedio. La cuestión es cómo articular políticamente ese deseo. Las organizaciones sociales son muy importantes, pero hay un momento -si estamos en una república democrática- donde la diferencia la establece lo político. Por eso no me entusiasmé en diciembre de 2001 frente a las asambleas. La política es una especialidad. Es el gobierno, en todas sus dimensiones, quien debe escuchar lo que la gente necesita y construir la acción política. Esto es complejo, no simplemente porque las instituciones son complicadas, sino también por razones técnicas. Hubo un momento en que esta sociedad se sensibilizó con la miseria, pero me parece que ya pasó. Me angustia mucho la idea de que nos hayamos acostumbrado a viajar en el subterráneo con un chico aspirando pegamento y dos o tres pidiendo una moneda. Creo que la mirada se nos acostumbró.



De la página de Cristina Mucci, 23/8/2010

http://www.cristinamucci.com.ar/?page_id=890

1 comentario:

  1. La vi por Tv, no soy peronista, igual , cuente con todo mi desprecio.-
    Soy un abogado de Santa Fe. , y me da asco. Ya soy viejo y estoy podrido, recontrapodrido de los neoliberales como Ud., no la odio, espero morir para no verlos mas. ABURREN. Lease su libro. Aburrase!

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La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.