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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

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“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

domingo, mayo 15, 2011

LA ETIMOLOGÍA DE LOS PARAJES NEUQUINOS SEGÚN EL DR. GREGORIO ÁLVAREZ.


LA ETIMOLOGÍA DE LOS PARAJES NEUQUINOS SEGÚN DON GREGORIO ÁLVAREZ, HOMBRE SABIO DE NUESTRO SUR ARGENTINO.
Con respecto a la etimología los parajes neuquinos dice Don Gregorio Álvarez “Nahuel Huapi, en tiempo de nuestros antecesores vieron un tigre en el cerrito que está dentro del lago del mismo nombre; nahuel (tigre), huapi (isla). Alí Curá (blanca piedra); Ca Leufu (otro río). Meli Quina (cuatro coirones).”

“Sañi Có (zorrino agua). Carrín Curá (verde piedra) Catan Lil (agujereada piedra) La caladura de esa barda servía para saber si uno era de vida larga o no. Si al pasar en la abertura tocaba, había que esperar que la muerte lo tenía a poco paso, y cuando no muchos años de vida.”
Con respecto al significado de Junín de los Andes Gregorio Álvarez dice “muchos ancianos me han conversado que es tradicional, tendría que ser Cunín (chamuscado), nada más que le han agregado: de los Andes.” Y con respecto a Heuchún Lafquén “huechún (arriba), lafquén (lago), a la terminación del gran lago ya casi parte de Chile hay un baño que da mucho resultado, habiéndose levantado mucha gente antes se encontraba quebrantada su salud por el reuma”
“Neuquén, según por los abuelos es en mapuche, nada más que está modificado, al se así sería en su origen noquén (he sabido vandiar) o nohé (vandiadero) y efectivamente cerca de la confluencia supieron tener el mejor vandiadero.
En otra parte del mismo estudio señala:
tral Có, nace dicho nombre al petróleo como tal combustible parece agua y produce fuego, pero tendría que ser en su debida forma: Quitral Có, quitral (fuego), co (agua). Plaza Huincul, plaza es en huinca, posiblemente los mapuches ya más vinculados con los huinca sintieron decir playa y le habrán hallado a ese lugar una fisonomía parecida y le dieron ese nombre; y huincul (travesía), “plaza de travesía”, está perfectamente porque el paraje está en la travesía. Zapala según se dice que es en mapuche de mi parte no le hallo forma alguna. Covunco es Cohun Co (saliva agua). Se le dio ese nombre porque el río lleva agua espumosa que parece saliva y sobre todo, cuando crece. Lonco Pué (cabeza panza). Chos Malal (amarillo corral); Tricau Malal (loro corral). Los corrales es obra de la naturaleza, uno de ello habrá sido habitadero de los loros y el otro habrá tenido una representación amarilla. Ruca Choroy, ruca (casa), choroy (la cachaña), lorito piñonero que vive en la cordillera. “
Fuente inagotable de conocimientos era Gregorio Álvarez que nació en Raquillán, en la llamada Cordillera de los Vientos, que pertenece al departamento neuquino de Ñorquín un 29 de noviembre de 1889. En la escuelita del hizo el ciclo primario. El secudario lo cursó en la Escuela Normal de Profesores Mariano Acosta, de Bs. As. Donde egresa como maestro normal nacional.
Estudia medicina en la Universidad Nacional de Buenos Aires (U.B.A) de la cual se gradúa en medicina convirtiéndose en el primer representante de la Patagonia (en ese momento Territorio Nacional) en alcanzar un título académico, así como antes fue el primero que alcanzara en diplomarse como maestro luego se especializa en dermatología, y llega a fundar la Sociedad Argentina de Dermatología, de la Sociedad de Hidrología y Cimatología.
Se radicó en Neuquén en 1965 y abrió su consultorio de especialista. Intensificó sus estudios sobre las fuentes termales de Copahue, investigaciones que deciden su designación como miembro de la Academia Nacional de Ciencias en 1973.

En 1954 fue diplomado con medalla de oro por los Laboratorios Jammes de Paris, por sus investigaciones sobre eczemas infantiles.

Entre 1921 y 1962 recorrió a caballo la provincia del Neuquén, e inició una serie de actividades de difusión sobre la cultura neuquina. Publicó una serie de artículos, notas y libros sobre historia y cultura.

En 1970 la Sociedad Argentina de Escritores le brindó un homenaje nacional. Fue profesor emérito de la Universidad Nacional del Comahue, académico correspondiente en Neuquén de la Academia Nacional de Historia, académico correspondiente nacional de la Academia de Ciencias de Buenos Aires, presidente honorario de la Junta de Estudios Históricos de Neuquén y miembro correspondiente de la Junta de Estudios Históricos de Mendoza.

Gregorio Álvarez, maestro, médico e historiador, falleció el 11 de octubre de 1986.
Desarrolló una amplia labor estudios de rescate de las costumbres, tradiciones y cultura de los pobladores neuquinos que volcó muchos de esos relatos en “El tronco de oro” del folclore neuquino, esta obra fue editada en el año 1968.
En el estudio preliminar de Félix Coluccio, del año 1994:
El título del libro alude a una leyenda que daba la existencia por cierta de un gran tronco de oro ubicado en medio de bloques rocosos y grandes peñascos, en plena precordillera. Al parecer, algún arriero arriero ansioso lo vio y recomponiéndose de su asombro ante tamaño descubrimiento, grabó en su mente el lugar donde se encontraba el fabuloso tesoro.
Se alejó llevando la imagen de este hallazgo y no cabía en sí de gozo, pensando que pronto volvería para llevarse todo o parte del precioso metal.
Pero ocurrió que en su ausencia de días, y, como es frecuente en la región, hubo grandes nevadas que ocultaron el áureo tesoro, así que cuando volvió fue imposible localizarlo.
Según parece, otros arrieros también lo habrían visto, pero tampoco lo pudieron ubicar y seguramente jamás, nadie pudo traer o llevar algo del resplandeiente tronco de oro.
Pero Gregorio Álvarez, al dar nombre a su libro, ni remotamente quiso aludir a la ambiciosa leyenda que forjaron algunos pobladores. Para él, el verdadero tronco de oro era el potencial cultural de su pueblo.”
Gregorio Álvarez dedicó esta obra a la gran estudiosa de los araucanos, una mujer de origen alemán que conocía como pocos los secretos de los aborígenes de las tierras neuquinas la Señora Bertha Koessler Ilg cuyo centro de actividad estuvo en San Martín de los Andes.
Y en la presentación del libro dejaba una sencilla pero a la vez sabía cuarteta de las cordilleras del norte neuquino:


Si enseñas lo que aprendiste
sin ninguna petulancia
estás llenando de luz
el pozo de la ignorancia.



Fragmento del capítulo “La etimología de los parajes” del libro “EL TRONCO DE ORO” de Don Gregorio Álvarez, páginas 401-402.


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