Malvinas, 72 horas antes de la locura

Malvinas, 72 horas antes de la locura por Ricardo Gómez Kenny.

Al hablar de los trágicos hechos ocurridos durante 1982, debemos saber que todas las reacciones desencadenadas en ese mes de mayo, por más insignificantes que sean, hacen a la verdad histórica de un pueblo.

La euforia vivida los días previos a la efectiva declaración de guerra no sólo se exteriorizaba en preparativos bélicos, concentraciones populares o colectas masivas para los infortunados soldados. También fluían discrepancias. Muchas más de las imaginables, sólo que la impotencia generalizada bajo el gobierno militar las transformó en silencio.

Una botella en el mar

Con la misma desesperación de los antiguos náufragos en el mar de correspondencias que viajaban hacia el frente una de esas discrepancias intentaba poner pie en tierra. Destinatario: Norman Powell, director de la flamante LRA 60 Radio Nacional Islas Malvinas, Islas del Atlántico Sur. Si alguien osó interceptar el mensaje, por más ingenuo que hoy nos parezca, un día pagará caro su acción. Su texto representaba el deseo de un grupo de rosarinos y decía así:

CARTA ABIERTA A LOS NACIDOS EN LAS ISLAS DEL ATLÁNTICO SUR

2 de mayo de 1982

En nombre del pueblo civil de Argentina, y en especial de la ciudad de Rosario, les extendemos la mano con el deseo de ayudarlos a progresar aún más y no de destruir o cambiar lo que hasta hoy han logrado.

¡No se queden ahí asustados! ¡Por Dios! Piensen Uds. que, con sólo responder a nuestro llamado, pueden contribuir decididamente a la Paz Mundial, a la serenidad de vuestros y de nuestros hogares, a un próspero futuro para vuestros hijos sin necesidad de abandonar las islas, a la preservación de vuestras costumbres, costumbres que la bandera blanca y celeste no pretenderá usurpar. ¡Al contrario! Para muchos de nosotros será un deleite conocerlas de cerca y aprender mucho de vuestra larga experiencia. Pero esperamos, necesitamos, escuchar vuestro ¡Sí!

Le pedimos, a cada uno de Uds. en particular, que nos escriban. En el idioma que más quieran, bajo el nombre que más les guste, con el enfoque cristiano que mejor aprendieron desde chicos. Pero ¡Háganlo ya! Todo el mundo está pendiente de nuestro gran abrazo como hermanos.

Hoy, la historia de muchos pueblos se ha detenido y espera ver pronto el resultado que surja de nuestro re-encuentro. Acepten nuestra mano y así permitiremos que esa historia vuelva a seguir su cauce normal para el bien de todos.

Isleños: Estamos ansiosos pero, a la vez, impotentes. Queremos demostrarles, con hechos, que somos sinceros pero vuestro silencio no nos lo permite. ¿Por qué dejar derramar tanta sangre inocente cuando vuestro “¡Sí!” bastaría para cambiar el triste horizonte que se avecina?

Sabemos que muchos de Uds. aún no quieren aceptar este justo vuelco de la historia y sepan que los comprendemos muy bien. Pero deben pensar que, tarde o temprano, tenía que suceder. La Paz sin bases justas no dura mucho.

Comprendemos muy bien que Uds. no tienen la culpa de los errores que cometieron aquellos que trajeron a vuestros padres a vivir a una tierra que no era de su propiedad. Comprendan también Uds. que tampoco tenemos nosotros la culpa de que a nuestros mayores no les permitieron resolver este problema por medio del diálogo y, a causa de eso, no los hayan ayudado lo mucho que Uds. se han merecido al dar vida a esa zona inhóspita.

Por eso mismo sólo les pedimos una cosa: ¡No hablemos más del pasado! Pensemos un poco más en el futuro de nuestros hijos y hagamos lo imposible para que se quieran y se ayuden como lo que son… “hermanos en América”.

¿Pensaron Uds. lo importantes que se han transformado hoy ante el mundo? No solamente los argentinos… Todo el globo les brindará su reconocimiento a cambio de vuestro “¡Sí!” Un sí dicho a un pueblo vecino que quiere ayudarlos a mejorar, todos unidos como una gran familia. No piensen en el cambio de una bandera. Nadie les quitará los recuerdos. Será un sí a un pueblo. A un pueblo que siempre los ha llevado en su corazón pero otros no le dejaban demostrarlo como hubiese querido hacerlo.

¡Por Dios! Respondan a este llamado. ¡Nuestros hijos quieren cartearse con los vuestros y un día, ya sin barcos ni tanques a la vista, poder invitarlos a jugar juntos!

Amigos… ¡Sólo les pedimos UNA CARTA! Ansiamos recibir vuestro “¡Sí!” pero…, si fuera lo contrario, respóndannos lo mismo y explíquennos bien “el por qué” no nos aceptan. Haremos lo imposible para tranquilizar vuestras preocupaciones sobre el futuro. Hasta muy pronto,

Los hermanos de Argentina

P.D.: Dirigir las respuestas a:
San Patricio – Salta 2643 – (2.000) Rosario
Prov. de Santa Fe – República Argentina

AUTOR: Ricardo Gómez Kenny.http://site.informadorpublico.com/?p=9192

LAS MALVINAS E ISLAS DEL ATLÁNTICO SUR FUERON, SON Y SERÁN ARGENTINAS.