GRACIAS POR ESTAR AQUÍ...

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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

jueves, octubre 04, 2012

A DIOS ROGANDO... Y CON EL MAZO DANDO.


El significado de esta frase, que ya forma parte del refranero popular, donde el saber popular y el sentido común se dan la mano.
En su primera parte, hace se ruega a Dios, en la segunda habla del mazo, herramienta  de trabajo.
El Mazo es de utilidad notoria y llega hasta el día de hoy con poquitos cambios en sus características, cambian si los materiales. Fue utilizada en luchas por los primeros pueblos;  arma de combate en los romanos. En la medicina sirve para detectar los reflejos en las rodillas con pequeños golpeos. Los jueces finalizan con un golpe de mesa y se acaba la sesión. En cuerpo colegiados sirve para el orden.
Se desprende otra frase "ayudate a ti mismo que Dios te ayudará".
Si bien es importante pedir ayuda a lo Divino no debemos quedarnos con los brazos cruzados.

Cuenta la historia que iba un buen hombre con su carro lleno de comida. Súbitamente, el carro se rompe a mitad de camino y el buen hombre, nada, se queda parado mirándolo. En cierto extraño momento de la historia, dió en pasar San Bernardo y nuestro buen hombre le pidió que intercediera ante Dios rogándole de su parte que repare su carro para que él pudiese continuar su tristemente interrumpido viaje. San Bernardo lo contempló por un instante como el que duran los puntos suspensivos, con esa mirada tan típica de los sabios y, habiendo hallado las palabras apropiadas, le dijo algo así: “yo rogaré a Dios por ti, amigo mío, pero mientras tanto, coge un mazo y empieza a reparar la rueda rota del carro”. Cortito y conciso, don San Bernardo. Quien quiera más claro, pues que le heche agua.
Tomando esta frase Mamerto Menapace hizo este cuento que tiene muchos puntos de contacto.

 
A Dios rogando... y con el mazo dando.
Autor: Mamerto Menapace, osb Editora Patria Grande, Buenos Aires, Argentina.
 
Dice que Dios Nuestro Señor, una vez salió con sus ayudantes, como les dicen en el campo a los Apóstoles y volvió a su tierra. Quería ver como andaba aquello que Él había sabido dejar por acá. Iban por esos campos de Dios. Tiempo de la inundación. De repente se encontraron con un vasco, en esta zona hay muchos y el cuento esta dedicado a ellos. Un vasco, vamos a ser sinceros, medio renegado. Resulta que se le había empantanado el carro en medio de un lodazal grande (peludo le dicen acá). Estaba el vasco con el barro hasta el anca, cinchando la rueda. Bajaba a los santos y los volvía a subir, y decía muchas barbaridades. Entonces San Pedro miró al Señor y le dijo: “Señor, castíguelo!!”, “¿Como?” le pregunto el Señor, “Pedro, tanto tiempo de cristianismo y todavía no aprendiste hermano? ¿Como lo voy a castigar al pobre hombre?
Vayan todos a ayudarle a sacar el carro”. “Pero no escucho lo que dijo?” “Que importa lo que dijo! Lo importante es lo que hace! Vayan, vayan ayúdenlo”. Fue Pedro con todos los apóstoles y les fue fácil sacar el carro. El hombre parece que no agradeció mucho. Subió al carro y se fue. Siguieron andando y por ahí che, otro lodazal grande como el anterior y esta vez era un gringo quien se había atascado. El gringo, mas prolijito, estaba arriba del carro también empantanado hasta el eje. Pero, desde arriba del carro, el hombrecito se había puesto de rodillas y rezaba con mucha humildad: “Señor Dios, vos que sois bueno, ayúdame, sácame de esta realidad. Mándame a tus santos apóstoles y a los ángeles a que me ayuden y me saquen el carro de acá, y siguió rezando así.” San Pedro pregunto al Señor:”¿Vamos a ayudarle?”, “No” dijo el Señor. “No le ayuden nada”. “¿Como?” dijo Pedro. “Te digo que no hay que ayudarle, vamos, sigamos”. Y siguieron y lo dejaron en el barro. Claro, San Pedro se sentía autoridad en la Iglesia, pero tenía que hacerle caso al Señor. Por ahí, cuando estaban medio alejados, San Pedro dijo: “Disculpenos Señor, no es que yo lo quiera corregir a Ud., pero no entiendo que es lo que pasó”. “¿Cómo que no entienden que es lo que paso?”. “Si, al otro que era un renegado, que estaba tratando de sacar el carro, si nos mando que lo ayudáramos, y a este que puso toda la confianza en nosotros y nos rezaba y nos alababa, a él no pudimos ayudarlo”. “Justamente”, dijo el Señor “el otro hacía todo lo que el podía y por eso merecía ser ayudado. Este otro era un cómodo, quería que nosotros le solucionáramos todo. No señor !! Que se baje y que se embarre. Entonces le vamos a ayudar”. A Dios rogando, pero también dando. Yo creo que tenemos, hermanos, que hacer en la vida como si todo dependiera de nosotros, sabiendo que en definitiva todo depende de Dios. Todo depende si llueve o si no llueve. Eso lo manda Dios. Hagamos como si todo dependiera de nosotros, pero sabiendo que todo depende de Dios. A Dios rogando y con el mazo dando...

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