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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

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“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

“
"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

martes, julio 29, 2014

29 DE JULIO DE 2000: SE SUICIDA EL DR. RENÉ FAVALORO

LA MUERTE DEL DOCTOR FAVALORO UN GRITO DESESPERADO ANTE UNA ARGENTINA SORDA.

“Tenés razón la vida es una herida absurda, y es todo, todo tan fugaz” del tango “La última curda” un poema de Cátulo Castillo que le pusiera música Aníbal Troilo.

Nicolas Shumway  decía que nuestra Argentina es una casa dividida contra sí misma… y cuánta razón tiene pues mata a sus propios hijos… los destruye…
René Favaloro fue un argentino cuyo nombre trascendió todas las fronteras en 1992 el diario The New York times lo declaró un "héroe mundial que cambió parte de la medicina moderna y revolucionó la medicina cardíaca". Nunca tuvo pelos en la lengua, denunció la corrupción de la dirigencia política.

René Favaloro haciendo referencia a una frase de Joaquín V. González: “A mí no me ha derrotado nadie” escribe lleno de decepción y con mucha desesperanzado: ”Yo no puedo decir lo mismo, a mí me ha derrotado esta sociedad corrupta que todo lo controla”.
Joaquín Sabina declaraba sobre nuestro país: “Los argentinos son crueles con sus ídolos. Los endiosan y, luego, cuando están en la cumbre comienzan a despedazarlos. No podría estar más de tres meses entre su gente. Corro a buscar la paz de Madrid donde soy uno más caminando por la calle. Aquí te presionan, te acosan y luego te empiezan a cortan en pedazos. Es cruel lo que hacen con Maradona, con Charly García, Con evita ¿Cómo pueden querer y odiar al mismo tiempo?”.
René Gerónimo Favaloro nació en 1923 en una casa humilde del barrio "El Mondongo" de La Plata un barrio de inmigrantes.
En los potreros aprendió a jugar el fútbol y fue hincha de Gimnasia y Esgrima.
A tan sólo una cuadra se levantaba el Hospital Policlínico. Su madre Ida Raffaelli de Favaloro una modista le gustaba recordar que desde los cinco años el pequeño René quería ser doctor quizás influenciado por su tío Arturo que era médico. Acerca de la formación social Favaloro decía: “Yo siempre tuve una formación social que me viene de mis orígenes, de ese hogar pobrón de un carpintero y una modista donde me crié. Allí aprendí que el esfuerzo es una cosa importante. Era un barrio pobre de la ciudad de La Plata, con un nombre medio raro, Mondongo, porque allí vivían muchos hombres del frigorífico”.
“Se graduó en 1949 e inmediatamente se produjo una vacante para médico auxiliar, puesto al que accedió en forma interina. pero en la tarjeta con los datos para completar figuraba una cláusula en donde aceptaba la doctrina del gobierno de turno y se tenía que afiliar al Partido Justicialista, lo que no aceptó. Al poco tiempo su hermano, Juan José, médico también, empezó a trabajar en la clínica con él, integrándose muy pronto a la comunidad por sus condiciones humanas. Durante los años que ambos permanecieron en Jacinto Aráuz fundaron un centro asistencial Desapareció la mortalidad infantil de la zona, se redujo la cantidad de infecciones en los partos y la desnutrición, crearon un banco de sangre de personas vivas con donantes que se presentaban cada vez que los necesitaban y realizaron charlas comunitarias en las que enseñaban métodos para prevenir enfermedades” –wikipedia-
Su vida fue humildad, actitud de servicio, generosidad, renunciamientos, compromiso social.
En 1962 viajó a los Estados Unidos a la Cleveland Clinic, para especializarse en cirugía torácica y cardiovascular y allí desarrolló con éxito la técnica del by-pass aorto coronario.
Su nombre ha sido inscripto con todos los honores en el Hall de la Fama, en Washington DC. La Cleveland Clinic Foundation lo recuerda con un emotivo monumento. En 2006  la Unión Astronómica Internacional (UAI), -órgano que define los nombres de planetas y otros objetos celestes, y estándares en astronomía-  otorgó su nombre a un Asteroide, el 5077 descubierto en la estación astronómica Dr. Carlos U. Cesco de la Universidad Nacional de San Juan, el 17 de junio de 1974.

El momento en que el cuerpo de Favaloro
 es retirado de su domicilio. Foto: Russell Gordon.
Diario "La Nación".
El 29 de julio del 2000 otro capítulo de la tragedia argentina a las 14:30 el Dr. René Favaloro estaba redactando la carta de la despedida sin retorno. Momentos después, una bala de revólver destrozaba el corazón del médico que había salvado cientos de corazones.  La Fundación Favaloro  estaba pasando una situación crítica, tenía 77 años, no tenía hijos y vivía solo en un departamento del barrio Palermo Chico. Sobre su escritorio dejo  cartas  a familiares y amistades revelando el motivo de ésta fatídica decisión que puso punto final a su existencia.
Eduardo Videla  en “Una muerte cuidadosamente planificada” publicada en Diario “Página 12”:
 “El día anterior a su muerte llegó a la Presidencia de la Nación una carta donde el cirujano le pedía a Fernando de la Rúa que interceda ante empresarios y banqueros para conseguir una donación o un préstamo de 6 millones, destinados a su Fundación. ¿Puede un hombre hacer una gestión semejante mientras prepara su propia muerte? Hasta ahora no hay respuestas.
Su sobrino, Roberto Favaloro, jefe de Trasplantes Cardiopulmonares de la Fundación, declaró el martes ante el juez y a última hora de ese día se llevó algunas de las cartas, de las que Turano sacó fotocopias. Pero antes de irse, el médico le pidió al magistrado que “tomara sus recaudos” ante la posible aparición de nuevos herederos: concretamente, que se tomara una muestra de tejidos para ser sometida a análisis de ADN en el caso de un futuro reclamo filiatorio.
Fuentes del Cuerpo Médico Forense aseguraron a Página/12 que las muestras ya fueron tomadas, por orden judicial: “Se trata de pequeñas tomas de tejido muscular, cutáneo y óseo, que se conservan en cámaras frigoríficas, a 20 grados bajo cero, durante el tiempo que disponga el juez”, explicó la fuente.
Favaloro había anunciado para fines de agosto su casamiento con su secretaria privada, la médica Diana Truden. Algunas versiones deslizaron que la mujer –42 años menor qué el– estaba embarazada. Nadie confirmó ese dato, pero los familiares más directos del médico fallecido quisieron asegurarse ante un eventual futuro reclamo. Favaloro era viudo y no había tenido hijos durante su matrimonio.
A cuatro días del suicidio, la asfixia económica aparece como el móvil de más peso que llevó a Favaloro a tomar su última decisión. La deuda de la Fundación era de 50 millones de pesos, de la cual, la mayor parte (30 millones) correspondía a un préstamo del ex Banco Nacional de Desarrollo. Ayer, el ministro de Economía, José Luis Machinea, dijo: “Nosotros le transmitimos (a Favaloro) que estábamos de acuerdo con refinanciar esa deuda”. Entonces, ¿por qué el cardiocirujano repitió el mismo reclamo al Gobierno unos días antes de su muerte en una entrevista con De la Rúa? Aunque la situación de la Fundación no era terminal –como reconocen ahora sus directivos–, no era el mejor ámbito para el centro de excelencia que pretendía”.

Carta de Favaloro  al presidente, Fernando De la Rúa.
Estimado Fernando: Te escribo estas líneas porque nuestra Fundación está al borde de la quiebra. Tenemos emergencias ineludibles que deben solucionarse en los próximos días. Necesitamos alrededor de 6 millones de pesos.
No tengo conexiones con el empresariado argentino. A veces choco con algunos 'peces gordos' como Amalita o Goyo Perez Companc. Por eso, uno de los pedidos que te hice en nuestra última charla era que utilizaras tu influencia para conseguir la ayuda que tanto necesitamos.
En fin, te ruego que influyas para conseguir una donación urgente, creo que es el camino más corto. Perdonáme por el pedido. Te escribo desde la desesperación. Nunca en mi vida estuve tan deprimido.
Con el afecto de siempre...

Carta al Director del Diario "La Nación".
Estoy pasando uno de los momentos más difíciles de mi vida. La Fundación tiene graves problemas económico-financieros. Se nos adeuda 18 millones de dólares y se hace cada vez más difícil sostener nuestro trabajo diario, que como siempre se brinda a toda la comunidad sin distinción de ninguna naturaleza, con tecnología de avanzada y personal altamente calificado.
Le envío una nota que destaca algunos hechos recientes; vea cómo se me trata en el mundo, en contraste con lo que sucede en mi país. Me refiero a aquellos vinculados al quehacer médico. La mayoría de las veces un empleado de muy baja categoría de una obra social -gubernamental o no- o de PAMI ni contesta mis llamados.
En este último tiempo me he transformado en un mendigo. Mi tarea es llamar, llamar y golpear puertas para recaudar algún dinero que nos permita seguir con nuestra tarea.
Sólo quiero decir que el final se acerca de a poco. No es para que te asustes, pero todo está consumado, y siento que estoy solo en esta sociedad, realmente, de mierda.

LA ÚLTIMA CARTA DEL DR. RENÉ FAVALORO. Contenido de la carta que escribió René Favaloro antes del tiro del final.
(Del Dr. René Favaloro/ julio 29-2000 –14,30 hs) Si se lee mi carta de renuncia a la Cleveland Clinic, está claro que mi regreso a la Argentina (después de haber alcanzado un lugar destacado en la cirugía cardiovascular) se debió a mi eterno compromiso con mi patria. Nunca perdí mis raíces. Volví para trabajar en docencia, investigación y asistencia médica. La primera etapa en el Sanatorio Güemes, demostró que inmediatamente organizamos la residencia en cardiología y cirugía cardiovascular, además de cursos de post grado a todos los niveles.
Le dimos importancia también a la investigación clínica en donde participaron la mayoría de los miembros de nuestro grupo. En lo asistencial exigimos de entrada un número de camas para los indigentes. Así, cientos de pacientes fueron operados sin cargo alguno. La mayoría de nuestros pacientes provenían de las obras sociales. El sanatorio tenía contrato con las más importantes de aquel entonces.
La relación con el sanatorio fue muy clara: los honorarios, provinieran de donde provinieran, eran de nosotros; la internación, del sanatorio (sin duda la mayor tajada).
Nosotros con los honorarios pagamos las residencias y las secretarias y nuestras entradas se distribuían entre los médicos proporcionalmente.
Nunca permití que se tocara un solo peso de los que no nos correspondía.
A pesar de que los directores aseguraban que no había retornos, yo conocía que sí los había. De vez en cuando, a pedido de su director, saludaba a los sindicalistas de turno, que agradecían nuestro trabajo.
Este era nuestro único contacto.
A mediados de la década del 70, comenzamos a organizar la Fundación. Primero con la ayuda de la Sedra, creamos el departamento de investigación básica que tanta satisfacción nos ha dado y luego la construcción del Instituto de Cardiología y cirugía cardiovascular.
Cuando entró en funciones, redacté los 10 mandamientos que debían sostenerse a rajatabla, basados en el lineamiento ético que siempre me ha acompañado.
La calidad de nuestro trabajo, basado en la tecnología incorporada más la tarea de los profesionales seleccionados hizo que no nos faltara trabajo, pero debimos luchar continuamente con la corrupción imperante en la medicina (parte de la tremenda corrupción que ha contaminado a nuestro país en todos los niveles sin límites de ninguna naturaleza). Nos hemos negado sistemáticamente a quebrar los lineamientos éticos, como consecuencia, jamás dimos un solo peso de retorno. Así, obras sociales de envergadura no mandaron ni mandan sus pacientes al Instituto.
¡Lo que tendría que narrar de las innumerables entrevistas con los sindicalistas de turno!
Manga de corruptos que viven a costa de los obreros y coimean fundamentalmente con el dinero de las obras sociales que corresponde a la atención médica.
Lo mismo ocurre con el Pami. Esto lo pueden certificar los médicos de mi país que para sobrevivir deben aceptar participar del sistema implementado a lo largo y ancho de todo el país.
Valga un solo ejemplo: el Pami tiene una vieja deuda con nosotros, (creo desde el año 94 o 95) de 1.900.000 pesos; la hubiéramos cobrado en 48 horas si hubiéramos aceptado los retornos que se nos pedían (como es lógico no a mí directamente).
Si hubiéramos aceptado las condiciones imperantes por la corrupción del sistema (que se ha ido incrementando en estos últimos años) deberíamos tener 100 camas más. No daríamos abasto para atender toda la demanda.
El que quiera negar que todo esto es cierto que acepte que rija en la Argentina, el principio fundamental de la libre elección del médico, que terminaría con los acomodados de turno.
Los mismo ocurre con los pacientes privados (incluyendo los de la medicina prepaga) el médico que envía a estos pacientes por el famoso ana-ana , sabe, espera, recibir una jugosa participación del cirujano.
Hace muchísimos años debo escuchar aquello de que Favaloro no opera más! ¿De dónde proviene este infundio?. Muy simple: el pacientes es estudiado. Conclusión, su cardiólogo le dice que debe ser operado. El paciente acepta y expresa sus deseos de que yo lo opere. “Pero cómo, usted no sabe que Favaloro no opera hace tiempo?”. “Yo le voy a recomendar un cirujano de real valor, no se preocupe”. El cirujano “de real valor” además de su capacidad profesional retornará al cardiólogo mandante un 50% de los honorarios!
Varios de esos pacientes han venido a mi consulta no obstante las “indicaciones” de su cardiólogo. “¿Doctor, usted sigue operando?” y una vez más debo explicar que sí, que lo sigo haciendo con el mismo entusiasmo y responsabilidad de siempre.
Muchos de estos cardiólogos, son de prestigio nacional e internacional.
Concurren a los Congresos del American College o de la American Heart y entonces sí, allí me brindan toda clase de felicitaciones y abrazos cada vez que debo exponer alguna “lecture” de significación. Así ocurrió cuando la de Paul D. White lecture en Dallas, decenas de cardiólogos argentinos me abrazaron, algunos con lágrimas en los ojos. Pero aquí, vuelven a insertarse en el “sistema” y el dinero es lo que más les interesa.
La corrupción ha alcanzado niveles que nunca pensé presenciar. Instituciones de prestigio como el Instituto Cardiovascular Buenos Aires, con excelentes profesionales médicos, envían empleados bien entrenados que visitan a los médicos cardiólogos en sus consultorios. Allí les explican en detalles los mecanismos del retorno y los porcentajes que recibirán no solamente por la cirugía, los métodos de diagnóstico no invasivo (Holter echo, camara y etc., etc.) los cateterismos, las angioplastias, etc. etc., están incluidos.
No es la única institución. Médicos de la Fundación me han mostrado las hojas que les dejan con todo muy bien explicado. Llegado el caso, una vez el paciente operado, el mismo personal entrenado, visitará nuevamente al cardiólogo, explicará en detalle “la operación económica” y entregará el sobre correspondiente!.
La situación actual de la Fundación es desesperante, millones de pesos a cobrar de tarea realizada, incluyendo pacientes de alto riesgo que no podemos rechazar. Es fácil decir “no hay camas disponibles”.
Nuestro juramento médico lo impide.
Estos pacientes demandan un alto costo raramente reconocido por las obras sociales. A ello se agregan deudas por todos lados, las que corresponden a la construcción y equipamiento del ICYCC, los proveedores, la DGI, los bancos, los médicos con atrasos de varios meses. Todos nuestros proyectos tambalean y cada vez más todo se complica.
En Estados Unidos, las grandes instituciones médicas, pueden realizar su tarea asistencial, la docencia y la investigación por las donaciones que reciben.
Las cinco facultades médicas más trascendentes reciben más de 100 millones de dólares cada una! Aquí, ni soñando.
Realicé gestiones en el BID que nos ayudó en la etapa inicial y luego publicitó en varias de sus publicaciones a nuestro instituto como uno de sus logros!. Envié cuatro cartas a Enrique Iglesias, solicitando ayuda (¡tiran tanto dinero por la borda en esta Latinoamérica!) todavía estoy esperando alguna respuesta. Maneja miles de millones de dólares, pero para una institución que ha entrenado centenares de médicos desparramados por nuestro país y toda Latinoamérica, no hay respuesta.
¿Cómo se mide el valor social de nuestra tarea docente?
Es indudable que ser honesto, en esta sociedad corrupta tiene su precio. A la corta o a la larga te lo hacen pagar.
La mayoría del tiempo me siento solo. En aquella carta de renuncia a la C. Clinic, le decía al Dr. Effen que sabía de antemano que iba a tener que luchar y le recordaba que Don Quijote era español!
Sin duda la lucha ha sido muy desigual.
El proyecto de la Fundación tambalea y empieza a resquebrajarse.
Hemos tenido varias reuniones, mis colaboradores más cercanos, algunos de ellos compañeros de lucha desde nuestro recordado Colegio Nacional de La Plata, me aconsejan que para salvar a la Fundación debemos incorporarnos al “sistema”.
Sí al retorno, sí al ana-ana.
“Pondremos gente a organizar todo”. Hay “especialistas” que saben como hacerlo. “Debés dar un paso al costado. Aclararemos que vos no sabés nada, que no estás enterado”. “Debés comprenderlo si querés salvar a la Fundación”
¡Quién va a creer que yo no estoy enterado!
En este momento y a esta edad terminar con los principios éticos que recibí de mis padres, mis maestros y profesores me resulta extremadamente difícil. No puedo cambiar, prefiero desaparecer.
Joaquín V. González, escribió la lección de optimismo que se nos entregaba al recibirnos: “a mí no me ha derrotado nadie”. Yo no puedo decir lo mismo. A mí me ha derrotado esta sociedad corrupta que todo lo controla. Estoy cansado de recibir homenajes y elogios al nivel internacional. Hace pocos días fui incluido en el grupo selecto de las leyendas del milenio en cirugía cardiovascular. El año pasado debí participar en varios países desde Suecia a la India escuchando siempre lo mismo.
“¡La leyenda, la leyenda!”
Quizá el pecado capital que he cometido, aquí en mi país, fue expresar siempre en voz alta mis sentimientos, mis críticas, insisto, en esta sociedad del privilegio, donde unos pocos gozan hasta el hartazgo, mientras la mayoría vive en la miseria y la desesperación. Todo esto no se perdona, por el contrario se castiga.
Me consuela el haber atendido a mis pacientes sin distinción de ninguna naturaleza. Mis colaboradores saben de mi inclinación por los pobres, que viene de mis lejanos años en Jacinto Arauz.
Estoy cansado de luchar y luchar, galopando contra el viento como decía Don Ata.
No puedo cambiar.
No ha sido una decisión fácil pero sí meditada.
No se hable de debilidad o valentía.
El cirujano vive con la muerte, es su compañera inseparable, con ella me voy de la mano.
Sólo espero no se haga de este acto una comedia. Al periodismo le pido que tenga un poco de piedad.
Estoy tranquilo. Alguna vez en un acto académico en USA se me presentó como a un hombre bueno que sigue siendo un médico rural. Perdónenme, pero creo, es cierto. Espero que me recuerden así.
En estos días he mandado cartas desesperadas a entidades nacionales, provinciales, empresarios, sin recibir respuesta.
En la Fundación ha comenzado a actuar un comité de crisis con asesoramiento externo. Ayer empezaron a producirse las primeras cesantías. Algunos, pocos, han sido colaboradores fieles y dedicados. El lunes no podría dar la cara.
A mi familia en particular a mis queridos sobrinos, a mis colaboradores, a mis amigos, recuerden que llegué a los 77 años. No aflojen, tienen la obligación de seguir luchando por lo menos hasta alcanzar la misma edad, que no es poco.
Una vez más reitero la obligación de cremarme inmediatamente sin perder tiempo y tirar mis cenizas en los montes cercanos a Jacinto Arauz, allá en La Pampa.
Queda terminantemente prohibido realizar ceremonias religiosas o civiles. Un abrazo a todos, René Favaloro.
Julio 29-2000 –14,30 horas.


Hace pocos días atrás se publicó en un diario de Buenos Aires un rango personalidades sobre quienes consideraba el público con el valor de la "Honestidad" que llevó a cabo una encuestadora privada al tomar a figuras mundiales destacadas de todos los tiempos  entre los elegidos en primer lugar figura el Dr. René Gerónimo Favaloro,  el puesto número dos es para Su Santidad el Papa Francisco, Teresa de Calcuta (3°), Manuel Belgrano (4°), José de San Martín (5°),  Arturo Umberto Ilia (6°),  Nelson Mandela (7°), Juan Carr, titular de Red Solidaria (8°), Mahatma Gandhi (9°), y Jorge Lanata (10°).

1 comentario:

  1. PERDON DOCTOR

    Nació el prócer en La Plata

    En mil nueve veintitrés,

    madurando allí cual mies

    La inteligencia en él nata.

    Luego, como quién acata

    Un mandato celestial,

    dejó su barrio natal

    Y en La Pampa, con empeño,

    cumplió su anhelado sueño

    De ser médico rural.



    Trayendo de la campaña

    Su fresca provinciana,

    volvió Favaloro un día

    A la urbe y su maraña.

    La inmensa ciudad que apaña

    A vicios y corrupciones,

    Vio con asombro los dones

    del cardiólogo eminente

    que hizo latir nuevamente

    A cientos de corazones.



    Profesor de cirujanos,

    sus enseñanzas quedaron.

    ¡Cuántas vidas palpitaron

    En las palmas de sus manos!

    ¡Cuántos pacientes, hoy sanos,

    viven por él! Y además,

    brindándose a los demás

    impuso, el gran visionario,

    aquel puente coronario

    conocido por “baypás”



    Cuando creó la Fundación

    que lleva su propio nombre,

    lo hizo pensando en el hombre

    De cualesquier condición;

    pero… la infausta gestión

    De un gobierno indiferente,

    le hizo entrever que, urgente,

    para poder subsistir,

    tendría que despedir

    a la mitad de su gente.



    Sin consuelo fue a buscar,

    ayuda y no se la dieron,

    a su paso no se abrieron

    Las puertas que fue a golpear.

    Ya cansado de luchar

    Su espíritu claudicó,

    y después que se inmoló

    quedó, cual triste evidencia,

    la carta a la presidencia

    que nadie le contestó.



    ¿Nadie se siente culpable

    De su tan injusta muerte?

    La pregunta no revierte

    la pérdida irreparable.

    Su virtuosismo innegable

    quedó trunco en un segundo,

    mas su corazón fecundo

    tendrá un eterno existir,

    pues siempre habrá de latir

    En nuestra patria y el mundo.



    Ingratos, los argentinos,

    con total indiferencia,

    no valoramos su ciencia

    que ansiaba nobles destinos.

    Porque abriera mil caminos

    sin mácula ni desdoro,

    es nuestra voz un sonoro

    ruego que se hace oración,

    para pedirle perdón,

    Doctor René Favaloro.

    Arnoldo Daniele.

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La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.