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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

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“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

viernes, enero 30, 2015

El futuro de la Región Sur rionegrina: ¿Quiénes lo deciden? Por Mario Martínez Luquez.

Para desarrollar las zonas áridas y semiáridas es clave tener información sobre recursos como suelo, agua y vegetación, algo que hoy no ocurre. El estado de las áreas bajo riego en los valles menores, con problemas ambientales, productivos y socioeconómicos, plantea interrogantes sobre su desarrollo. La falta de una política territorial integral puede alentar intereses privados no siempre acordes con la cultura y necesidades reales de sus pobladores.
"Los ecosistemas áridos y semiáridos conforman el 75% de las tierras de la República Argentina, aproximadamente la mitad se ubica en la región patagónica. Esto significa que, contrariamente a la representación generalizada de un país en el que abundan pastizales productivos, selvas y bosques, tenemos un territorio básicamente árido y semiárido...".
Este párrafo, extraído de una página oficial de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación (Sayds), expresa claramente las características físicas climáticas de la Argentina, donde solamente el 25% de la superficie es húmeda.
La "representación generalizada" que se tiene del país -como dice el párrafo oficial- ha creado una visión incompleta, parcial sobre la variedad fisiográfica que dispone la Argentina, dado que las tres cuartas partes del territorio son tierras áridas, semiáridas y subhúmedas secas.
Esta idea generalizada de la Argentina es producto de la construcción de un pensamiento dominante en el proceso histórico de conformación del país, que refleja claramente la imagen de la Pampa Húmeda, de excelentes suelos y clima, beneficiada por un centralismo económico, productivo, industrial, demográfico, comunicacional, cultural y de infraestructura en ese 25% de tierras húmedas.
Esa imagen se proyecta hacia afuera del país tanto como hacia adentro, en los habitantes de las distintas regiones. Conocemos más sobre políticas productivas, industriales, económicas y aspectos culturales de la Pampa Húmeda que del resto de nuestras regiones.
Esta estructura de pensamiento condiciona la forma de percibir e interpretar la realidad de un determinado ambiente o espacio económico, por lo que dificulta la identificación y definición de políticas territoriales adecuadas a esa realidad. Como por ejemplo las referidas a la planificación del uso del suelo en las tierras áridas y semiáridas para el manejo racional de los recursos naturales: suelo, agua y vegetación, por ser éstos escasos y con alto grado de fragilidad, si se compara con las zonas húmedas.
Un importante estudio realizado por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) titulado: "Agricultura mundial hacia los años 2015 / 2030", en su versión abreviada presenta la evolución a largo plazo de la alimentación, nutrición y disponibilidad de tierras a nivel mundial para la agricultura, las perspectivas globales para el comercio y el desarrollo sostenible, evalúa las perspectivas de progreso hacia una mayor seguridad alimentaria y una agricultura más productiva y sostenible.
En su presentación, el director general Jacques Diouf concluye reiterando la importancia de la producción local de alimentos sostenibles y del desarrollo rural en los países de bajos ingresos. Señala además que "... la mayoría de estos países depende en gran medida de la agricultura para el empleo y los ingresos y, con frecuencia, es un componente crítico de su estrategia para mejorar la seguridad alimentaria y reducir la pobreza. Por todas estas razones la agricultura sostenible y el desarrollo rural han recibido una mayor prioridad en el marco estratégico para la FAO...".
De este estudio se resaltan determinados párrafos de interés para analizar las perspectivas actuales y futuras en la Región Sur.
• La satisfacción de la demanda de alimentos y cultivos a nivel mundial seguirá exigiendo la expansión continua de tierras para cultivo.
• Los cereales siguen siendo la fuente de alimentos más importante del mundo, tanto para consumo humano como para insumos de la producción ganadera. Por lo tanto, será necesario resolver problemas de seguridad alimentaria y de degradación del ambiente, especifica el informe.
• Las estimaciones de la FAO prevén para el 2030 suficiente potencial en tierras y agua a utilizar a nivel mundial, pero aclara que se trata de conclusiones globales y que es preciso tener ciertas reservas. Menciona que "...la escasez de tierra o agua y otros problemas seguirán surgiendo, sin duda alguna, tanto en algunos países como a nivel local, con graves consecuencias para la pobreza y la seguridad alimentaria...".
• "...Las proyecciones sugieren que la superficie de labranza en los países en desarrollo aumentará casi un 13% o 120 millones de hectáreas en el período comprendido entre 1997-99 y 2030. Esto supone incorporar 3,75 millones de hectáreas por año..."
• Para el 2030 se necesitarán cada año mil millones de toneladas más de cereales a nivel mundial.
• Continúa el informe: "...el conjunto de tierra de cultivo idónea no utilizada está muy desigualmente distribuido. A finales del siglo XX, el África Subsahariana y América Latina seguían cultivando sólo una quinta parte, aproximadamente, de sus tierras de cultivo potencialmente idóneas. Más de la mitad del resto de tierras a escala mundial se encontraba en sólo siete países de estas dos regiones: Angola, Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, República Democrática del Congo y Sudán...".
• "...Existe una preocupación generalizada de que se esté agotando la tierra agrícola en el mundo. La tendencia hacia la escasez, asociada con el crecimiento de la población, se agrava por la conversión de tierra agrícola en urbana, por la degradación de la tierra y por otros factores...".
Es evidente que todas estas apreciaciones sobre disponibilidad de tierras y aumento de la producción tienen como principal escenario la Pampa Húmeda y zonas medianamente húmedas de la Argentina.
El crecimiento en la producción de cultivos a nivel mundial se viene produciendo por tres factores: a) el incremento de las superficies cultivadas; b) el aumento en los rendimientos de cultivos, siendo éste el factor de mayor incidencia, y c) el aumento en la intensidad de los cultivos.
Las tecnologías que aplican estas zonas del país seguramente han de combinar, en mayor o menor medida, las tres alternativas para el aumento de la producción. Nos queda la incertidumbre sobre los posibles daños al medioambiente y la disponibilidad de tierra efectiva para la producción, considerando los usos del suelo no agrícolas, como el crecimiento de ciudades y la infraestructura de servicios en general, para un futuro muy próximo.
El resto del país, con zonas áridas y semiáridas, conserva un gran potencial productivo en las áreas bajo riego, o factible de regar, de los grandes, medianos y pequeños valles.
Con respecto a este tema, el informe de la FAO menciona que una gran parte de los cultivos mundiales se da en áreas bajo riego y que en los países en desarrollo, para el 2030, se espera que una tercera parte de la superficie cultivada se realice bajo riego.
Continúa el informe: "...al igual que con la tierra en general, se ha sugerido que pronto habrá escasez en el mundo de tierras adecuadas para regadío. También existe preocupación porque vastas zonas de tierras de regadío actualmente puedan sufrir graves daños a causa de la salinización. Una vez más, parecen exagerados estos temores a nivel mundial, aunque pueden producirse graves problemas a nivel local...".
"...Muchos agricultores pobres en entornos marginales sólo estarán en condiciones de responder si consiguen acceder a insumos, mercados y tecnologías y si el marco político es favorable. Además, la investigación tiene que desarrollar las variedades y técnicas necesarias para aumentar los rendimientos en entornos difíciles. Estas medidas son esenciales para que los agricultores pobres y sus familias no queden atrapados en la pobreza...".
Desde esta perspectiva general, los últimos párrafos merecen especial atención para el análisis de la situación en la Región Sur.
Los que vivimos en zonas áridas y semiáridas, y en particular en la Región Sur, después de casi ocho años de sequía, debemos tener presente que nuestro conocimiento sobre el estado de degradación de los recursos agua, suelos y vegetación debe ser lo más preciso posible, del mismo modo que debemos conocer las causas que producen la degradación.
Si no tenemos esta información no sabremos cómo manejar los recursos y, menos aún, poder hacer proyecciones futuras sobre la disponibilidad de éstos para producir alimentos y forrajes.
La finalización en el 2013 de "El Proyecto GEF Patagonia - Manejo sustentable de tierras", financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (Global Environment Facility o GEF), implementado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (Penud) y ejecutado por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación (Sayds), para el "Manejo sustentable de ecosistemas áridos y semiáridos para el control de la desertificación en la Patagonia", nos deja sin las herramientas necesarias que nos permitan planificar el uso y manejo de estos ambientes en la provincia de Río Negro y en particular la Región Sur.
En los cinco años de duración del programa, las provincias debían generar las condiciones y estructuras organizativas para dar continuidad a las acciones que posibiliten el manejo sustentable de las tierras áridas y semiáridas.
Si bien se trabajó para el diseño de un programa ajustado a nuestra realidad provincial, el plan no completó las etapas de mayor análisis, discusión y consenso para lograr su instrumentación e implementación.
La Región Sur
La Región Sur, con clima semiárido, cuenta con áreas bajo riego en los llamados "valles menores". Entre los más nombrados con obras de riego tenemos a Río Chico, Comallo, Ramos Mexía, Chanquin, Macachin, Punta de Agua (estos tres en Valcheta), Pajalta, Los Berros. Además la región presenta numerosos mallines y pequeños valles en los que no se han realizado estudios acabados de suelos, posibles obras hidráulicas y demás trabajos que permitan medir las potencialidad de los mismos.
Los valles con mayor disponibilidad de infraestructura de suelos y agua cumplieron un rol muy importante en los inicios de su historia económica productiva regional, con actividades agrícolas, ganaderas, hortícolas y frutícolas que abastecían, como en el caso de Valcheta, a localidades de la Línea Sur y en parte a Bariloche y Esquel, a través del ferrocarril.
Actualmente, estas áreas bajo riego no tienen la actividad productiva y la dinámica económica de aquella época, por distintos factores: menor población rural; en la mayoría de los casos no hubo recambio generacional de los primeros productores, inmigrantes en su mayoría; un escenario de país distinto, donde las economías regionales en general tenían inserción en el mercado con mayor presencia y dinamismo; políticas macroeconómicas que no favorecieron el crecimiento y desarrollo de las actividades; cambios de preferencias y de exigencias en los mercados; falta de incorporación de tecnologías; escasa transferencia generacional de conocimientos en el desarrollo de las actividades productivas; deficiente infraestructura de riego, de transporte, caminos, comunicaciones, etc.
Todos estos factores condicionaron fuertemente las producciones locales de estos valles menores, no pudiendo alcanzar una actividad económica competitiva a pesar de sus ventajas comparativas por conformar islas productivas de gran valor agroecológico y con producciones de contraestación para el mercado. Hoy en día presentan problemas socioeconómicos, productivos y ambientales como el abandono de tierras; emigración y despoblamiento; escasas actividades agrícolas, hortícolas y frutícolas; salinización de los suelos; arbitrario manejo y uso del agua; deterioro de infraestructura para riego; falta de optimización en el uso del agua; escasa regulación de las cuencas, entre otros.
Frente a este estado de situación surgen preguntas:
-¿Cómo abordar la problemática actual? ¿Cuál es el escenario futuro local, regional o nacional para estos valles a 20 años? ¿En qué espacio sociopolítico se analiza, discute y decide el uso y disponibilidad de los recursos agua y suelos, en el presente y a futuro en estos valles? ¿Qué posibilidades tienen los actuales dueños de estas tierras de modificar la presente realidad productiva? ¿Qué producir para ingresar a una economía de mercado local, regional, nacional o internacional? ¿Con qué recursos económicos y financieros dispone el productor para el desarrollo de las producciones? ¿Cuáles son los costos de producción? ¿Con qué capacidad laboral, formación, instrucción, preparación disponen los productores para alcanzar y sostener emprendimientos productivos? ¿Cuáles son las inversiones en infraestructura de riego a realizar y quiénes las financian? ¿Es posible iniciar un programa de corto, mediano y largo plazos? ¿Con qué producciones y en cuáles valles? ¿Cuál va a ser la asistencia del Estado y grado de intervención para reactivar la producción?
Éstos son algunos interrogantes que se deben tener presentes para el diseño y formulación de un "Programa de crecimiento y desarrollo económico y social" en los valles menores de la Región Sur.
Para abordar un programa con este objetivo, se deben analizar en primera instancia las posibilidades del productor con su familia. Así, surgen estos interrogantes: ¿cuál es la actitud del productor frente a una propuesta de cambio? Y ¿con qué recurso cuenta, como disponibilidad de suelos y agua, económicos, financieros, herramientas, maquinarias, infraestructura, conocimientos y capacidad laboral para alcanzar el objetivo productivo trazado?
Como responsabilidad del Estado es fundamental sostener en el tiempo una política de reactivación de las áreas bajo riego, garantizando la continuidad de las acciones, tareas y objetivos, más allá de los recambios políticos institucionales.
La planificación de las áreas bajo riego debe contemplar la recuperación de los suelos, con sistemas de riego que los preserven para evitar su degradación; la definición de la infraestructura de riego necesaria; analizar la escala de producción; la asistencia al productor técnica, financiera y asesoramiento comercial sobre el mercado local, regional y nacional.
La puesta en valor de las áreas bajo riego para reactivar actividades hortícolas, frutícolas y agrícolas ganaderas, complementarias a la ganadería extensiva de las zonas de secano, posibilitará predecir proyecciones a futuro sobre la Región Sur referidas a estas actividades y al manejo de los recursos naturales.
¿Quiénes deciden sobre todos estos aspectos y temas?
Hay diferentes instancias posibles: la Región Sur con la Provincia; la Provincia con la Nación o la Región, Provincia y Nación juntas.
Pero también está la posibilidad que ante la ausencia de una política territorial sobre estos valles y frente a un futuro incierto, por desconocimiento de los nuevos escenarios regional, nacional y mundial sobre la demanda efectiva de alimentos, tierras y agua, aparezcan de manera oportuna empresas productoras de alimentos, con altas tecnologías, capacidad productiva, económica, financiera, insertas en los mercados, y compren tierras bajo riego con tentadoras ofertas a productores sin recursos.
Impondrían, de esta manera, un nuevo esquema productivo y laboral en la Región Sur, ajeno a los patrones culturales e idiosincrasia de la gente.
Considero que sería una situación no deseada por la mayoría de la sociedad regional. Y recordando los dichos de un conocido personaje de historietas "es preferible que nos pongamos a pensar el mundo, antes que el mundo piense por nosotros".
Creo que el primer paso que debe dar la Región Sur es generar pensamiento propio. La gente con ideas, imaginación y creatividad debe tener un espacio donde expresarse. Se necesita gente con arte y de vocación política, porque la política es el arte de gobernar.
Publicado en Diario "Río Negro" en debates Economías Regionales, viernes 30 de enero de 2015.

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