1ª Jugada del Prode - Febrero de 1972.
De la fecha de la primera jugada del PRODE hay tres: una el
1º de febrero (martes), el 2 de febrero (miércoles) y otra el 26 de febrero de
1972 (sábado) que pinta mejor pues un sábado se jugaban partidos de fútbol o
domingos (pueden haber otras...) Lo cierto todos coinciden que en febrero de ese verano de 1972 se hizo la primera
jugada del Prode.
El concurso de Pronósticos Deportivos (PRODE) fue aprobado
en Argentina el 5 de noviembre de 1971, por un decreto del presidente de facto
Alejandro Lanusse.
Lo impulsó desde Ministro de Bienestar Social, Francisco
"Paco" Manrique, con el objetivo de obtener recursos para fomentar el
deporte y destinarlos a obras de tipo social. Francisco Manrique lo llamaba “el
impuesto de los bobos” que le diera “soporte o aire” para dedicarse a la
actividad política a este y ser candidato a la presidencia en 1973 por el
Partido Federal, obteniendo el 12,19 por ciento de los votos.
Dice wikipedia que “se encargó de poner en funcionamiento
las reparticiones dependientes del Ministerio, que serían la Secretaría del
Menor y la Familia, el Instituto Nacional de Obras Sociales para Jubilados y
Pensionados, el Instituto Nacional de Acción Cooperativa, el Instituto Nacional
de Acción Mutual, el Consejo Nacional de Toxicomanía y Narcóticos (CONATON) y
el Centro Nacional de Recuperación Social (CENARESO).
También fue al creador del Instituto Nacional de Servicios
Sociales para Jubilados y Pensionados –conocido popularmente por su principal
programa, el "Plan de Asistencia Médica Integral", o PAMI– que fue
desde entonces el organismo encargado de prestar servicios médicos asistenciales
especialmente a los jubilados”.
Cada apuesta costaba un peso y consistía en acertar sobre 13
partidos entre Local, Empate o Visitante, en un billete troquelado por la
agencia de apuestas.
El primer millonario que resultó del Prode fue Mercedes
Ramón Negrete quien destinara unos 300 pesos para pagar la boleta de suerte.
En la Argentina se hizo de River Plate, pero nunca fue a la
cancha. Esa noche se enteró por la televisión que citaban a "la señora Mercedes
Negrete" por ser la única ganadora del PRODE. Mercedes era él el ganador del PRODE.
Negrete era por entonces un obrero paraguayo que se alzó con
la suma de 400.000 dólares ($391.437.948 m/n), un obrero ganaba por aquellos años unos 50 mil pesos
de entonces al mes, que primero lo buscaron como mujer por el primer nombre
Mercedes apenas cobró el dinero abandonó
a su novia, Fabiana López que recorrió
los canales llorando despechada que parecía una novela de Alberto Migré que dijo ser su
concubina y, como tenía llaves de su casa, los periodistas la encontraron allí
cuando fueron a buscar al ganador. Una historia que culmina en tribunales donde Negrete comprueba su soltería y luego
volvió a su tierra natal, donde se casó y tuvo cinco hijos donde tiene
inversiones. Sin dudas el PRODE le cambió la vida al paraguayo Negrete.
Los primeros billetes fueron a cubrir el hueco que dejaba en
su boca un diente caído.
En 1973 se estrenó “Yo gané al Prode, ¿y usted?”, de Emilio
Vieyra, con Ricardo Bauleo, Julio De Grazia, Erica Wallner, Silvio Soldán, Mónica Jouvet, Mario Sapag, Víctor Bo, Raúl Lavié, Adrián Ghio, Andrés Redondo y
Adolfo García Grau, entre otros, un filme argentino sobre este juego que combinaba el azar y lo deportivo.
La última jugada del Prode fue en el torneo Clausura en mayo de 1998 a partir de un acuerdo conjunto
entre la Secretaría de Deportes, la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) y
Lotería Nacional se determinó suspender la comercialización del Prode.
El retorno del PRODE fue reflotado en el 2000, a
instancias del entonces diputado Daniel Scioli pero hoy no tiene la euforia de
otros tiempos pues las inclinaciones de la gente es al Loto, Brinco, Quini 6 y
otros juegos de azar.
En la novela Carne picada, de Jorge Asís se inicia con este
fragmento:
—… Lo hubiera querido abrazar a Matías, agradecerle todo lo
que hizo por mí, llevármelo a tomar un café, decirle que a mí me importaba un
carajo que fuese asesino o botón... Pero tenía una cola larguísima, ¿te das
cuenta?, no pudimos hablar porque yo estaba en el mundo nada más que para
perforar tarjetas. Miré a la piba que cobraba, por si acaso pudiera salvarme un
minuto, pero no, se marea, es tiernita, se equivoca. Matías me miraba y
sonreía, los tipos de la cola se impacientaban. ¿Sabés qué me dijo después de
tantos años?
—Si querés decímelo, pero no lo voy a poner, todo lo que
pudo haberte dicho será vulgar, dejá mejor que lo invente yo que soy el...
—Me dijo: ‘Petiso, vos que estás acá debés saber, qué te
parece, ¿Cipolletti le podrá ganar a River en el Monumental?’
—¿Y qué le contestaste? —ansioso ahora el creador.
—Que no. Que era un sueño, Cipolletti ganarle a River
—escéptico el personaje—. Por favor. Le podrá hacer un poco de fuerza al
principio...
—Pero el partido es largo y nos pasan por encima,
Cipolletti...
Sonreímos, la sonrisa es amarga.
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