GRACIAS POR ESTAR AQUÍ...

GRACIAS POR ESTAR AQUÍ...
...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

“
"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

martes, marzo 24, 2015

24 de marzo de 2002 fallecía el Dr. César Milstein, Premio Nobel de Medicina en 1984.

Fue uno de los más brillantes científicos argentinos. Nacido en Bahía Blanca (provincia de Buenos Aires) el 8 de octubre de 1927.  Sus investigaciones para la elaboración artificial de anticuerpos fue un avance para la humanidad que el mundo le retribuyó en 1984 con el Premio Nobel de Medicina que compartiera con el británico Niels K. Jerne y el alemán Georg Kölhler.
El Premio Nobel lo recibió por una investigación que hoy permite, entre otras cosas, que los test de embarazos se hayan transformado en análisis rápidos y caseros. Este hallazgo produjo una revolución en el proceso de reconocimiento y lectura de las células y de moléculas extrañas al sistema inmunológico.
Milstein no registró ninguna patente por su laureado descubrimiento, pues pensaba que era propiedad intelectual de la humanidad y tenía un interés científico.
Hijo de Lázaro Milstein, quien había llegado a Argentina desde Kiev en Ucrania que se contraería matrimonio con Máxima Vapñasrsky una maestra, y se radicaron en la ciudad de la provincia de Buenos Aires donde posteriormente nacerían sus tres hijos.
Cursó el colegio secundario en Bahía Blanca y luego se trasladó a la Capital Federal para estudiar en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Se graduó de Licenciado en Ciencias Químicas en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, a los 25 años de edad,  y cuatro años más tarde, en 1956, recibió su doctorado en Química.
Tras realizar su tesis doctoral en el departamento de química biológica de la Facultad de Medicina, bajo la supervisión de Andrés Stoppani, obtuvo una beca del Consejo Británico para continuar sus investigaciones en Cambridge.
En 1962 regresó al país y asumió la dirección de la división de biología molecular del Instituto Nacional de Microbiología Malbrán. Pero los cambios políticos motivaron la intervención del Instituto Malbrán y la remoción de su director y de los principales investigadores de su plantel. Milstein decidió entonces regresar a Cambridge.
En 1983, Cesar Milstein se convirtió en Jefe y Director de la División de Química de Proteínas y Ácidos Nucleicos de la Universidad de Cambridge e Inglaterra lo había adoptado como ciudadano y científico.
La Universidad Nacional del Sur de Bahía Blanca, ciudad natal de Milstein, decidió otorgarle en 1987 el título de Honoris Causa a modo de reconocimiento de sus logros académicos y confesaría, en un reportaje del año 2001 efectuado por José Escribano del Diario “La Nación”,  que  comprendió “que tenía de la ciudad una imagen parcial. Bahía Blanca era en mi memoria como el fin del mundo. Era la imagen apretada y apremiada por un ambiente de prejuicios de mi adolescencia. Cuando volví, comprendí que algo importante había ocurrido en esa ciudad, en la primera parte del siglo XX". Recibió además los premios Konex de 1993 y Konex de brillante en ciencia y tecnología.
Decía que “el problema absurdo que tiene la Argentina se debe a una falla, que consiste en no ir a ver cómo otros hicieron lo mismo que nosotros procuramos realizar. Hacer las cosas solos es aprenderlo todo de nuevo. Y eso exige una enorme capacidad creativa, un entrenamiento especial. Por eso, cuando los argentinos salen y se mezclan con una cultura de gente que trabaja al día, triunfan.
Es decir: mala metodología para aprender, por un lado, y, por el otro, falta de previsión, de sistematización, de cálculo que impida que el mundo se venga encima de nosotros y tengamos que aguzar el ingenio para salir del paso.
Todo va junto. La desorganización de los argentinos es manifiesta. Se sorprenden cuando les digo que saco las entradas para el teatro con tres meses de anticipación. Me contestan: "Estás loco". Y cuando le pregunto a un amigo: "¿Cuándo venís?", me contesta: "Y... no sé... a lo mejor dentro de dos o tres semanas". Tal vez esa desorganización en la vida privada no sea tan mala, pero en un nivel de acción pública se necesita planificación. En la industria, en la educación, en las instituciones”.
Falleció el 24 de marzo de 2002 en Cambridge, Inglaterra, víctima de una afección cardíaca, a los 74 años de edad.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.