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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

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“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

viernes, julio 10, 2015

OPINIONES: "El tiempo es oro".

Días atrás, en una de sus habituales cadenas, la presidenta anunció la finalización de la pavimentación de la Ruta de los Siete Lagos. Bienvenido el anuncio, ya que se trata de una obra de importancia tanto para la actividad de los residentes cordilleranos como para el desarrollo del turismo y cuya realización demandó nada menos que 25 años. Aun considerando las dificultades climáticas y demás avatares telúricos –volcanes, cenizas, etc.–, para una distancia de 110 kilómetros un cuarto de siglo parece un tiempo algo excesivo.
Sin embargo, el de la hermosa ruta cordillerana no es el único caso de duración desmedida que registran las obras viales en la región.
El ensanche de la Ruta 22 en el tramo Chichinales-Cipolletti, de 96 kilómetros, se licitó en octubre del 2005. Lleva diez años en obra, con cada vez más tambores y otros peligrosos elementos en las banquinas que convierten su tránsito en una riesgosa aventura.
La Ruta 23, San Antonio-Bariloche, 609 kilómetros, comenzó en 1998 y luego de 17 años se ha pavimentado la mitad de su traza, faltando 265 kilómetros para su terminación. Esta ruta es una vía esencial para posibilitar el desarrollo de la postergada Línea Sur, cuya injustificable demora se torna en real frustración para sus esforzados y resignados habitantes.
El tercer puente sobre el río Neuquén, cuya historia es todo un compendio de dolosos incumplimientos empresariales y complicidades de funcionarios, comienza con la adjudicación del Corredor 19 en el año 1993, en la que la construcción del puente en un plazo de meses era parte de las obligaciones asumidas por Caminos del Valle. Nunca se concretó, por lo que en el 2006 se contrató nuevamente por parte de Vialidad Nacional, sin haberse terminado aún. El puente tiene una longitud de 250 metros y está prácticamente terminad,o lo que torna más cuestionable la demora en su habilitación. De más está destacar la importancia que tiene la obra tomando en cuenta el intenso tráfico que registra la Ruta 151 y la descarga vehicular que significaría su enlace con la Ruta 7, razones que, resulta evidente, no son de interés para los gobernadores de ambas provincias, ya que de lo contrario podrían terminarla perfectamente con mínimo esfuerzo financiero.
Estas demoras resultan más absurdas cuando se compara el tiempo requerido por obras viales realizadas enfrentado serias dificultades naturales, comparativamente menor que el utilizado para las regionales que, en general, no registran mayores problemas para su ejecución pues están trazadas en plena llanura.
Para tener una idea podemos citar como ejemplos el túnel Seikan en Japón, de una extensión 53 kilómetros, 23 kilómetros bajo el agua y a 249 metros bajo el nivel del mar, con una duración 25 años, es decir igual plazo que la Ruta de los Siete Lagos, totalmente construida en superficie.
El Eurotúnel que une Gran Bretaña con Francia transita 50 kilómetros por debajo del canal de la Mancha y su construcción, realizada entre 1986/1994, llevó ocho años, bastante menos tiempo que el insumido por el tercer puente.
El túnel ferroviario de Guadarrama, España, de 28 kilómetros de extensión, atravesando y horadando las montañas, obra en la que se emplearon hasta 4.000 operarios en forma simultánea, comenzó en el 2003 y se terminó en cuatro años, un plazo similar al proyectado para la repavimentación de ocho kilómetros de la ruta Chica entre Fernández Oro y Allen.
Pero bueno es recordar que en nuestro país también se han hecho obras importantes en el tiempo adecuado, como el dique Ing. Ballester –a partir del cual se generó la economía del Alto Valle–, construido hace un siglo venciendo reales obstáculos como el desierto, la falta de caminos, con tecnologías años luz de las actuales y su realización no superó los 25 años.
Igualmente el túnel subfluvial Silvestre Begnis-Uranga, de una longitud de casi tres kilómetros, a veinte metros bajo el caudaloso río Paraná, cuya construcción comenzó durante el gobierno de Arturo Frondizi y demoró solamente ocho años.
"El tiempo es oro", tradicional refrán que procura resaltar el valor de este elemento equiparándolo al precioso metal, es un argumento que suele utilizarse como una suerte de consejo para impulsar nuestras actividades usando racionalmente el tiempo. No parece ser conocido ni por los empresarios adjudicatarios de las obras mencionadas ni por los funcionarios que deben controlar que se cumplan con los plazos establecidos.
Lo cierto es que entre empresarios incumplidores y gobernantes permisivos terminan conformando una especie de "omertá" que siempre redunda en perjuicio de la población, que no sólo no disfruta de las obras cuando las necesita sino que además, con los adicionales y mayores costos originados por esas mismas demoras, termina pagándolas a precio de oro.
Carta de Lectores de Carlos Segovia publicada en Diario "Río Negro", 9 de Julio de 2015. Imagen: internet.

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