Para el gobierno neuquino el capítulo sobre el relevamiento de las tierras que solicitó la comunidad mapuche Campo Maripe en la zona con más inversiones petroleras de Vaca Muerta "está cerrado". Así lo manifestó el secretario de Coordinación del Interior Jorge Lara quien reiteró que no existen "datos objetivos" que acrediten ocupación por parte de la comunidad mapuche.
El funcionario explicó que no hay referencias "de ocupación ancestral o actual sobre la zona de meseta", que es donde se extiende la mayor parte de las 11.000 hectáreas sobre las que se solicitó la revisión. Reconoció que el informe podría apelarse en instancias provinciales, pero no en el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) porque el relevamiento no se hizo bajo la ley 26160, ya que la comunidad fue reconocida en 2014 una vez vencido el plazo que estipula esa norma.
El informe recoge datos catastrales del archivo nacional y provincial y traza la historia de la familia Campos Maripe a la que identifican íntegramente como de nacionalidad chilena. "Pedro Campos y Celmira Maripe tuvieron diez hijos de los cuales sólo Belisario, padre de Albino (lonco de la comunidad Campo Maripe), se quedó en el lugar y realizó actividades con animales y agrícolas, pero no en la zona reclamada", explicó Lara.
Los técnicos del gobierno explicaron que Belisario solicitó un permiso de pastoreo en la zona del valle –debajo de la meseta– que le fue denegado. El que consiguió fue en el lugar cono cido como El Morado, al norte de la zona de meseta delimitada por la comunidad. Allí llevó sus animales (unos 80 caprinos y cuatro vacas) junto a un primo de apellido Piñaleo quien continuó con el puesto tras su fallecimiento.
Agregaron que al momento de mudar sus animales (alrededor de 1970) la familia de Belisario ya estaba instalada en el casco de Añelo. Incluso afirman que recién en 2008 regresó Albino a la zona -ya propiedad privada- donde inicialmente su padre tuvo un puesto pero no consiguió el permiso de ocupación.
Al interior de las tierras reclamadas, un área que se abre entre el vértice de las rutas 7 y 17 hacia el oeste, se presentan otras complejidades. Allí hay puestos de parientes de la familia –unos reconocidos y otros no– con pedidos de venta. También se registran lotes de privados.
Sobre el relato antropológico, Lara explicó que "no se encontraron indicios concretos que comprueben lo expresado por la comunidad". Incluso señaló que el traslado de animales no se hacía sobre la meseta sino que la rodeaba y que en la actualidad los animales de la comunidad no cuentan con identificación.
El gobierno solo reconoce las 63,8 hectáreas bajo riego que reservó para la comunidad, y mantienen la oferta –si se presenta un proyecto productivo– para otras 630 hectáreas en el mismo lugar.
Fuente de información e imagen: Diario "Río Negro", 5 de agosto de 2015.
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