Diez datos poco conocidos de Sarmiento.
Hoy se cumplen 127 años de la muerte de Domingo Faustino Sarmiento, el Maestro de América que, además de sus obras vinculadas a la educación, se destacó por la implementación de políticas que ayudaron al avance de todo el país.
A continuación, 10 datos pocos conocidos sobre su vida y obra.
No se llamaba Domingo. El nombre de bautismo del prócer, que figura en su partida de nacimiento, es Faustino Valentín Quiroga Sarmiento. Domingo se le adjudicó posteriormente, lo adoptó por su tío Domingo de Oro.
Aprendió a leer a los 4 años. Sus primeros maestros fueron su padre José Clemente y su tío José Eufrasio Quiroga Sarmiento. En 1816, ingresó a una de las llamadas "Escuelas de la Patria". Finalizados estos estudios, tramitó una beca para ingresar al Colegio de Ciencias Morales, en Buenos Aires, que no le fue concedida. A partir de entonces fue autodidacta. Un amigo ingeniero lo ayudó con las matemáticas, su tío José de Oro lo ayudó con el Latín y Teología. Y aprendió francés solo.
Conoció a la madre de su hija en una escuela. En 1831, Sarmiento emigró a Chile. Durante ese tiempo trabajaba como profesor en una escuela de la provincia de Los Andes, donde mantuvo una relación con su alumna María Jesús del Canto. Con ella tuvo a su única hija biológica, Ana Faustina Sarmiento.
Maestro de maestros. En Chile, Sarmiento dirigió la Escuela Normal de Preceptores, la primera institución latinoamericana especializada en preparar maestros.
La tristeza por su hijo. En septiembre de 1866, durante la Batalla de Curupayty, Dominguito (hijo adoptivo de Sarmiento) fue herido de muerte, tenía 21 años. En ese momento, Sarmiento era ministro plenipotenciario de la Argentina en Estados Unidos. La noticia de la muerte de su hijo lo sumió en una profunda depresión. Sarmiento renunció al cargo diplomático y emprendió el regreso a Buenos Aires. Cuando llegó fue a la tumba de su hijo y pasó un largo rato allí. Después escribió la biografía de su hijo: "Vida de Dominguito".
Le cambió la cara a la provincia. Sarmiento inició su mandato de gobernador de San Juan en 1862. La provincia estaba empobrecida y él logró cambiar su aspecto por completo en dos años. Incorporó el alumbrado público, se encargó del empedrado de las calles y abrió y ensanchó varias de ellas. Además, forestó y confeccionó el plano topográfico de la provincia.
Fundó la Conabip. Fue el encargado de crear y desarrollar la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP), que hasta la actualidad fomenta el fortalecimiento de las bibliotecas populares como organizaciones de la sociedad civil.
Generó el primer censo nacional. En 1869, Sarmiento organizó el primer censo nacional. El mismo arrojó el resultado de 1.836.490 habitantes. El 8% del total eran inmigrantes europeos, el 70% era población rural y el 71% del total era analfabeta.
Inició la meteorología en el país. Durante su gestión como representante argentino en Estados Unidos, Sarmiento logró que el astrónomo Benjamin Apthorp Gould viajara al país para crear un observatorio astronómico. Cuando Gould llegó, Sarmiento ya era presidente y había creado el Observatorio Astronómico de Córdoba que adquirió en aquel entonces relevancia internacional. Ambos iniciaron los estudios de meteorología en Argentina al crear, en 1872, la Oficina Meteorológica Nacional que funcionó hasta 1884 en Córdoba y luego se trasladó a Buenos Aires.
Intervino en la fundación de 800 escuelas. Mediante la Ley de Subvenciones de 1871, Sarmiento garantizó los fondos para la creación de nuevas escuelas y la compra de materiales y libros. Durante su mandato, y con apoyo nacional, las provincias fundaron unas 800 escuelas de primeras letras, alcanzando a un total de 1816 escuelas, de las cuales el 27% eran privadas. La población escolar se elevó de 30.000 a 110.000 alumnos.
PUBLICADO EN DIARIO "DE CUYO" DE SAN JUAN, 11 DE SEPTIEMBRE DE 2015.
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