La renuncia de Fayt y el sistema republicano de gobierno por Luis Aníbal Ceserani.

La renuncia del ministro de la Corte Suprema de la Nación Carlos Fayt no es una más de las tantas que pueden existir o estén por extenderse. La renuncia con una fecha de entrada en vigencia –el 11 de diciembre– denota una premeditación, una suerte de "enrosque" que encubre la protección del sistema republicano.

Sabido es, y para quien no lo sepa vaya la explicación, que el sistema republicano exige la división de poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. La idea originaria previó que estos tres poderes fuesen equilibrados entre sí, es decir, se controlaran unos a otros mediante un sistema de contralores institucionales, con la finalidad de que ninguno tuviera preeminencia sobre el otro. A simple vista el tema parece sencillo, pero en la práctica es por demás complejo lograr el equilibrio.

Pues bien, los "intentos organizativos" de carácter político tendientes a distribuir las bancas que quedarían libres en la Corte Suprema de la Nación se vieron truncados. Así, se pensó que la banca generada por el retiro de Zaffaroni sería cubierta por un candidato del oficialismo y la "ansiada y pretendida" renuncia de Fayt generaría una banca que sería ocupada por un candidato de la oposición. En esta idea estaban de acuerdo todos los políticos, tanto oficialistas como no oficialistas.

Pero esta idea sólo quedó en eso, una idea, ya que Fayt no renunció en el momento esperado y este plan cayó en el olvido, al igual que el joven candidato oficialista Carlés, que contaba con sólo ocho años de experiencia para ocupar el máximo tribunal. Es por ello que el Dr. Fayt no dimitió a su cargo en ese marco político y a la hora de hacerlo decidió que su renuncia operara un día después del cese de la presidenta de la Nación en las funciones ejecutivas. Pero vale preguntarse: ¿qué esconde este mecanismo de renuncia? Antes que nada, cabe recordar que el Dr. Fayt es profesor de Teoría Política o Derecho Político, como más nos guste, y además de ser un emérito en el tema no deja de demostrarlo con esta renuncia con fecha de operatividad. Por mucho que se especule, la idea central y de fondo es el respeto del sistema republicano, que debe primar en la selección de los candidatos a integrar el máximo tribunal del país. En otras palabras: lo que pretende Fayt es que los candidatos a la Corte Suprema de la Nación sean seleccionados en un marco de respeto de las instituciones republicanas y en consonancia estricta con la democracia.

La elección de los miembros de la Corte no es un tema político o una transacción política, como se pretendió, sino que debe hacerse con miras a elegir a aquellos candidatos probos y comprometidos con la justicia y cuyo único fin sean el respeto y la vigencia de los derechos de todos los ciudadanos de la Nación. Además, cabe acotar que la Corte es la última autoridad en materia de interpretar y dilucidar cualquier cuestión que surja con la letra de la Constitución nacional.

Podemos concluir, entonces, que la renuncia de Fayt implica el respeto al sistema republicano de gobierno que nos rige por imperio de la Constitución nacional y que es la única forma de que todo acto de gobierno tenga legitimidad, la que sólo otorga la sociedad en su conjunto.

Publicado en Diario "Río Negro", viernes 18 de septiembre de 2015.