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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

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“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

miércoles, septiembre 30, 2015

Murió Bocha Salgado, la librera de Roca. Ayer, a los 87 años, falleció la dueña de Quimhué.

Bocha Salgado era la librera de Roca, la amable señora de pelo blanco que sabía recomendar a cada uno de los habitués de su querida Quimhué qué leer, qué novedades valían la pena –y contra toda lógica del mercado– cuáles no merecían el gasto. Bocha devoraba novelas policiales con avidez, con pasión, la misma que puso para estar al frente de esa institución durante casi cincuenta años, con tanta entereza como sabiduría.
Ayer a la tarde, a los 87 años, Bocha murió, tras pelear contra un cáncer. Había pasado los últimos días en un coma inducido que ya no pudo revertirse.
En España 1471 queda ese lugar que fue –y aún es– mucho más que una librería. Un "lugar de la cultura, de la civilización" (eso significa el nombre), que pasó por nueve espacios distintos y que en cada mudanza trasladó no sólo los libros que forman su corazón, sino también el afecto de los lectores, que iban a reunirse con Bocha, a hablar con ella, a escuchar consejos o a intercambiar opiniones sobre textos o política.
Bocha había llegado desde Lanús, un barrio industrial y peronista. Por sus calles soñó por primera vez, con la ñata pegada contra el vidrio, con tener una librería. Había estudiado Filosofía y Letras pero decidió dejarlo todo, harta del "insoportable esnobismo y gorilismo" de buena parte de sus compañeros. Eran mediados de los años 50 del siglo pasado.
Fue profesora de Letras en escuelas secundarias y estuvo a cargo de la Biblioteca de la Legislatura Provincial, en un paso por Viedma. Pero su sueño se cumplió cuando el 17 de septiembre de 1968 colgó el primer cartel de Quimhué, en Tucumán casi Neuquén, de Roca.
Odila Battistessa de Salgado dio así el primer paso para convertirse en la querida Bocha de todos los amantes de la lectura de esta ciudad. "Esa época es inolvidable, para mí y para Roca a la vez: era de efervescencia, auge, discusión, pasión, destino común", recordó ella para uno de los aniversarios de Quimhué. "La librería era punto de encuentro, de citas imperdibles, todos los días, a cualquier hora. Tanto universitarios, como pibes del secundario; tanto amigos como gente de paso. En Roca no sólo envejecí, también crecí. He sido feliz acá", dijo en aquella oportunidad.
La vida de la librería y la de Bocha no siempre fue un catálogo rosa. En el año 77, el gobierno militar ordenó allanar Quimhué y se llevaron a Bocha y a su socia de ese momento, Perla Berlato. Estuvieron presas cinco meses "por vender libros". "Fue bravo", recordó. Sus hijas María Fernanda y María Inés, adolescentes por aquel entonces, mantuvieron en pie la librería y la llevaron adelante. En otras etapas también lo hicieron Juan Manuel y Paloma.
Pero su hoja más triste la escribió la desaparición de su hija María Victoria, detenida el 15 de diciembre de 1978, a los 22 años, en Buenos Aires.
Alguna vez dijo que los libros eran lo suyo. Y no se equivocaba. En Quimhué importan los textos, los autores, las páginas y los personajes. Bocha era parte de ese escenario, un personaje más de esa ciudad de libros. Una guerrera que sabía que estos tiempos de medios tecnológicos le daban batalla diaria a sus hojas llenas de tinta e historias. "Es todo un esfuerzo mantener una librería en estos tiempos. Hace 30 ó 40 años era algo prestigioso, ahora no. Hay demasiados medios que lo reemplazan", decía.
Y posiblemente tenga razón. Pero también es cierto que ninguno de todos esos medios tecnológicos tendrán la calma, los sueños cumplidos, la reflexión y el carácter para reemplazar a Bocha, esa señora amable, de cabellos blancos, que sabía orientar y dejar huella en los lectores.
Por Verónica Bonacchi. Publicado en Diario "Río Negro", miércoles 30 de Septiembre de 2015.

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