Cómo fue la situación en que el empleado reaccionó con agravios a las dueñas de una metalúrgica, en Caballito.
La Cámara Laboral avaló el despido de un trabajador que llamó "inútiles" y "boludas" a las tres dueñas de una metalúrgica ubicada en el barrio porteño de Caballito.
"El trabajador agredió verbalmente mediante insultos agravados por su género a las tres dueñas del local, y esta actitud revistió gravedad suficiente para tornar imposible la prosecución de la relación laboral", opinaron los jueces de la Sala Novena del tribunal.
Según consta en el expediente, el 15 de noviembre de 2012 la empresa "José V. Pedevilla y Cia. SRL" despidió al trabajador "invocando que éste se negó a sacar el candado y levantar la cortina del local".
"Al requerirle explicaciones respondió con 'graves faltas de respeto, agravios e insultos verbales' dirigidos a las socias de la empresa y 'ha pateado bruscamente parte de las instalaciones y elementos de trabajo'".
La empresa pertenece al rubro metalúrgico, se especializa en "corte con guillotina y plasma, chapas" y está situada en el barrio de Caballito.
Testigos relataron que cuando las dueñas de la empresa le preguntaron al trabajador por qué no había abierto el local comercial les respondió "con una serie de improperios, descalificándolas porque son tres mujeres que no son aptas para el negocio metalúrgico, las trató de 'boludas', de 'idiotas', de todo".
"Los improperios consistieron en que eran boludas, que no saben manejar el negocio, inútiles, que no eran capaces de manejar algo así", relató un cliente, testigo circunstancial de los hechos.
Para el tribunal, "independientemente de la causa que generó dicha discusión, lo relevante en el caso es que mediante los dichos de los testigos presenciales del incidente se ha verificado la conducta imputada al actor, es decir haber agredido verbalmente a las tres socias del local".
"Ante la falta de elementos que infieran la posibilidad de justificar la reacción del actor para con sus superiores jerárquicos, se ha configurado en el caso la injuria que justifica el despido", sostuvieron los jueces Roberto Pompa y Álvaro Balestrini.
El comportamiento del empleado "implicó un incumplimiento a los deberes de conducta y principio de buena fe debidos y, además perjudicó la imagen de sus empleadoras, dado que el mismo trascendió a los clientes de la empresa demandada", subrayó el fallo.
DyN. Publicado en http://www.rionegro.com.ar/
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