GRACIAS POR ESTAR AQUÍ...

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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

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“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

martes, octubre 27, 2015

Fiat 600: el auto que rompió todos los moldes por Jorge Vergara.

Los detalles poco conocidos de un automóvil que hizo historia. Era económico pero... ¿te acordás cómo recalentaba el motor?
Por momentos inaccesible, en otros tiempos al alcance de todos, el Fitito o el famoso Fiat 600 se instaló en el mundo entero como un verdadero cambio en el concepto de la industria automotriz y fue capaz de conquistar una inmensa franja de jóvenes que no tenían hasta ese tiempo una opción a su medida.
Pero no sólo se quedó con esa conquista, sino que fue el elegido de las mujeres por su tamaño, su practicidad, la facilidad de estacionarlo y su economía.
El Fitito no gasta nada. Esa frase por décadas se mantuvo vigente porque efectivamente era así, tanto que su tanque de nafta era muy pequeño pero suficiente para recorrer unos cuantos kilómetros. Allí mismo llevaba la rueda de auxilio, sencilla de cambiar en pocos minutos.
Eso sí, las cargas de combustible quedaban limitadas a lo indispensable.
Muchas virtudes para un concepto de auto que no estaba en vigencia en la industria automotriz y un único gran defecto que sólo pudo ser resuelto con los años: los Fiat 600 hervían. Literalmente hervían cuando algo de su mecanismo de refrigeración no andaba a la perfección. Unos cuantos dolores de cabeza les dieron a sus dueños que pasaron reiteradamente por los talleres porque tenían problemas de temperatura.
Era un clásico verlos por las calles o en algunas rutas con la tapa del motor levantada para que el aire lo enfriara, sobre todo en verano, cuando nada alcanzaba para andar tranquilos. Es más, los días de gloria del Fiat 600 eran los del invierno porque si no se lo usaba demasiado, la temperatura se mantenía baja.
Bien se podría instalar al Fitito en la tanda de los clásicos de la industria automotriz no sólo en la Argentina sino también en el resto del mundo. Es que se podría decir que cumplió con las reglas básicas de un clásico: instalarse en el corazón de la gente, ser económico, llamar la atención y perdurar en el tiempo sin que nada altere su estilo.
El Fitito, si bien muchos lo hicieron por su cuenta, nunca se convirtió en camioneta porque no estaba pensado para eso. Es más, la idea era que sirviera para que viajara un matrimonio y dos hijos pequeños. Superarlo era un exceso por sus propias características.
Tuve la suerte de que mi primer auto fuera justamente un Fiat 600. No era muy tentador cuando lo compré, pero una vez acondicionado tuvo larga vida. Me costó 170 dólares, aunque nunca estuvo en venta. Lo vimos con mi padre en una excursión a Neuquén con 170 dólares en el bolsillo que lógicamente no alcanzaban para nada más. Paramos, preguntamos, el auto estaba en vías de ir a un desarmadero. Azul, con puertas de otro color, se podía ver fácilmente un número "24", como si hubiera estado en alguna carrera de la fórmula 850. Ahí dormían las gallinas. No lo querían vender, pero los dólares pudieron más y su dueño aflojó.
Lo trajimos a remolque, sus cubiertas estaban a la miseria, de las cuatro, dos reventaron en el camino, pero llegamos igual a destino y con el tiempo lo pusimos en marcha.
Quedan pocos, los más cuidados superaron la barrera del tiempo y se muestran imponentes por estos días, porque pasaron a ser una reliquia para los amantes del género.
Las calles los tienen desde hace décadas como habitantes de la geografía más diversa. Del mar a la montaña, los Fititos presentes.

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La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.