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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

sábado, marzo 05, 2016

El 5 de marzo de 1988 fallece de manera trágica el "Capocómico" de la TV Argentina Alberto Olmedo.

Alberto Olmedo, nació en Rosario el 24 de agosto de 1933 en el  humilde barrio de Pichincha.
Mientras trabajaba en una verdulería y carnicería concurría a la escuela  primaria Nº 78.
Estando instalado en la Ciudad de  Buenos Aires en 1955 ingresa como switcher al Canal 7 recomendado por su amigo Pancho Guerrero y  en la cena de fin de año, con autoridades y personal del canal, “el Negro” Alberto Olmedo efectúa una improvisación y  Julio Bringer Ayala, interventor de la emisora, le ofrece trabajar como actor.
Debuta en La Troupe de TV, programa dirigido por Pancho Guerrero.
Olmedo inmortalizó las frases como  “éramos tan pobres”, “y…si no me tienen fe” (del “El Manosanta”), "siempre que llovió paró".
Corría el 4 de mayo de 1976, a las 20.27 cuando un  locutor del programa “El Chupete”  de Alberto Olmedo anunció, de manera fúnebre: “Desgraciadamente, el actor Alberto Olmedo ha desaparecido. No está entre nosotros. Esa es la razón por la que nos vemos obligados a pasar, en su homenaje, uno de sus últimos programas grabados”.

Era un chiste de “humor negro” que pagó caro Alberto Olmedo donde, en plena dictadura se le exigieron “mínimas normas de respeto por la condición humana” en un des-gobierno del “generalito” Videla  y hasta “pedido de perdón por el macabro chiste”.
Estos chistes de su muerte –decían sus amistades- eran frecuentes.
“En la madrugada del 5 de marzo del ’88, después de la función de “Éramos tan pobres” donde era protagonista (teatro Neptuno, Mar del Plata), Olmedo y Nancy, su última pareja, se encontraron en el departamento del piso 11 del edificio Maral 39, Boulevard Peralta Ramos 3675, frente al mar y a la Playa Varese, donde él alquilaba. Cuando llegó, ella ya estaba allí y había escrito “Te amo” en el espejo del baño. Se dice que esa noche iba a ser de reconciliación, y de una gran noticia: “Vas a tener tu sexto hijo. Estoy embarazada, y si es varón será otro Albertito”, le expresaba Nancy a Alberto Olmedo.
Tomaron mucho champán y un poco antes de las ocho de la mañana, él se montó sobre la baranda del balcón, a cuarenta metros de altura. La baranda estaba húmeda por el rocío de la noche, más el alcohol y la cocaína encontrados después en su cuerpo por los peritos, provocaron el inesperado suceso. Alberto Olmedo resbaló y quedó colgado a 11 pisos de altura.
Los vecinos del piso 12 escucharon:
–¡Me caigo, mamita, me caigo! ¡Agarráme la pierna! ¡Agarráme la pierna!
–¡Yo te agarro, papito, te agarro! ¡Pero no puedo, no puedo, no puedo!
Unos segundo después, Alberto Orlando Olmedo, en caída libre impactaba contra el césped de la planta baja del edificio. Respiró apenas unos segundos y falleció.
En un primer momento se habló de suicidio, pero luego de las pericias y de las declaraciones, el juez Pedro Federico Hoft determinó “Muerte por accidente”.
Lo enterraron en el Panteón de Actores de la Chacarita en Bs As, Argentina. Plácida Isidora, su madre, recién llegada de La Rioja, no resistió el dolor: murió de un infarto esa misma tarde. Tenía 77 años”. 
Fuente de información: http://comomurio.info/accidentes/como-murio-alberto-olmedo/.
Decía el escritor Osvaldo Soriano en “El país sin Olmedo” del libro “El ojo de la patria”:
"¿Cómo ocurrió? Había tomado champán, dicen. Tal vez había probado blanca para remontar la noche. Parece que jugaba. Vaya a saber a qué jugaba el irresponsable cuando se salió del balcón: ¿a Tarzán que salta de liana en liana? ¿Al Capitán Piluso? ¿Al Yéneral González? ¿O tal vez al marido viejo, engañado y celoso?
Nunca se sabrá si estaba divirtiéndose antes de la última voltareta, pero al fin y al cabo fue coherente con su vida despreocupada: matarse de esa manera tiene algo de ridículo y desopilante, como todo lo suyo. Es un broche maestro para alguien que mezclaba todos los roles de la existencia con un talento inmenso.
Bruto, machista y grosero como era en la ficción (y tal vez también afuera de ella, si es que hay un afuera), uno de sus personajes postreros se llamaba Borges y no era casualidad. Otro, Rogelio Roldán, era el homónimo de un empresario de pompas fúnebres, y fue ese amigo quien el domingo pasado lo enterró de verdad".

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