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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

sábado, abril 23, 2016

Cervantes, hace 400 años…

Hoy 23 de abril se cumplen 400 años desde el día en que un exiguo cortejo fúnebre  acompañara por las calles de Madrid, los restos mortales de Miguel de Cervantes y Saavedra a la iglesia del convento de las Trinitarias Descalzas donde reposaría para siempre. El día anterior, el 22 de abril de 1616, en una casa de la calle Francos luego de una prolongada declinación física, que no mental, había recibido con notable serenidad  la muerte. Tenía por entonces Cervantes 68 años y un largo camino andado durante el cual no le faltaron penas y dificultades, si bien en los  últimos diez años una inesperada fama lo había convertido en el escritor más popular de su tiempo, lo que no es poco decir ya que estamos hablando del Siglo de Oro español.
Eso no le trajo la bonanza económica esperable, aunque sí, seguramente una comprensible satisfacción. En  los diez años que mediaron entre la aparición de la  primera parte de El Quijote (1605) y la Segunda Parte (1615), publicó buena parte de su obra, escrita anteriormente a lo largo de su vida, me refiero a Los Entremeses (1611), a las Novelas Ejemplares (1613) y el Viaje del Parnaso (1614) en tanto que Los trabajos de Persiles y Sigismunda se publicó en forma póstuma en 1617. No entraremos en detalles biográficos pero sí queremos compartir algunas reflexiones nacidas de este recordatorio.
 “El claro azar…”
En la misma fecha, aunque no el mismo día, muere otro grande de la literatura universal, me refiero a William Shakespeare, seguramente el más importante dramaturgo de todos los tiempos. Al parecer no hubo contactos entre ellos, pues fue época de confrontación entre la España Imperial y la pujante Inglaterra. En ese largo desencuentro hubo un paréntesis importante en ocasión del Tratado de Londres (1605) que culminó con la visita de una importante delegación inglesa a Valladolid, capital del reino español en ese tiempo.
Ese hecho dio pie para que Anthony Burgess, escritor inglés contemporáneo, escribiera un cuento “Encuentro en Valladolid” donde imagina un posible encuentro entre los dos grandes escritores. Se especula que Shakespeare quien alimentaba su obra con argumentos tomados de acá y de allá, habría escrito una obra de teatro, titulada Cardenio, inspirada en la historia de Cardenio y Lucinda que forma parte de la primera parte de El Quijote, pero si bien son conjeturas plausibles, el texto original no se ha encontrado. La ficción suple así lo que los datos nos retacean.
Estas coincidencias que entiendo  e deben al mero azar despiertan nuestra curiosidad y nos interrogan, pues más allá de ese dato puntual, lo cierto es que ambos fueron contemporáneos y participaron de un clima de época, clima por demás extraordinario y estimulante para creadores excepcionales como Cervantes y Shakespeare.
La modernidad se manifestaba en infinidad de signos y cuestiones. Eran tiempos de cambios trascendentes en muchos órdenes de la vida y de la sociedad. No es de extrañar entonces que problemáticas como la locura o la identidad tuvieran una presencia central entre los pensadores y los artistas de la época. Probablemente a pesar de la falta de contactos registrables, había sí un clima de época en el que respiraron estos genios y que  traducen en sus creaciones.
Pocos autores han merecido tantos estudios académicos, pocos han despertado el interés de los pensadores y creadores de los siglos siguientes como los autores nombrados, por poner un ejemplo, Sigmund Freud quien en su vasta obra acude a los textos de ambos  para pensar e ilustrar sus observaciones acerca del psiquismo humano.
Precisamente Freud aprendió el castellano para poder leer el Quijote en su idioma original. La herencia espiritual de estos autores geniales es inabarcable, y su universalidad, indiscutible.
En cuanto a Cervantes quiero compartir con los lectores de esta página una conmovedora dedicatoria, prólogo a su “Persiles y Sigismunda”, que dedicara al conde de Lemos, que transcribimos aparte  y que está escrita el 19 de abril, 4 días antes de su muerte.
Un médico de almas
Dejando de lado el costado meramente literario de su legado, Cervantes y en especial su personaje, Don Quijote de la Mancha y su compañero Sancho, perduran en el imaginario popular con la fuerza de un arquetipo, tan ligados están a profundas vivencias que saltaron de las páginas más o menos amarillentas de los libros y circulan por las redes del espíritu, que sin duda han precedido y perdurarán más allá o más acá de toda tecnología.
Por eso nos atrevemos a decir que Cervantes nacido el 29 de septiembre de 1547 en Alcalá de Henares, en el día de San Miguel Arcángel, invocado muy especialmente como protector de la salud, recibió de él, el apelativo bautismal de Miguel y quién sabe si no, también la virtud sanadora de un humorismo pleno de humanidad. Esa tesitura espiritual que nos hace reír de nuestros fracasos y nos ayuda a no claudicar frente a lo que parece imposible.
Diremos de él que es una suerte de médico de almas. Ese magnífico antihéroe que tan bien nos pinta sigue estando presente de mil maneras y aunque usted no haya leído nunca El Quijote, está embebido de él, porque su espíritu recorre gran parte de los aspectos positivos de nuestra cultura.
A principios del siglo XX muchos escritores en lengua española se sintieron atraídos por el Quijote, cosa que se vio reflejada en sus obras. Estoy pensando en Unamuno, en Azorín, en Rubén Darío y en tantos otros. Hoy traigo para compartir uno de esos hijos no reconocidos de Cervantes, me refiero a Rubén Darío, el poeta nicaragüense que trascendió su patria y al que podemos llamar hispanoamericano sin faltar a la verdad.
Dario tuvo el don de expresar en su momento un latido universal, pero la vida del principal representante del Modernismo no fue fácil, atravesó su vía crucis como saben quienes abrevan en su biografía. Tuvo momentos espléndidos y otros tristes, y en esos momentos Cervantes, con su Quijote, fue esto que hemos dado en llamar “Un médico de almas”, como lo expresa bellamente en un soneto que compartimos, ese que comienza  así “Horas de pesadumbre y de tristeza…”.

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