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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

“
"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

lunes, mayo 23, 2016

En Venezuela comer una hamburguesa cuesta u$s 170.

Si un visitante es tan desafortunado que sólo puede pagar con una tarjeta de crédito internacional en Venezuela, los precios le harán pensar que se encuentra en un lugar aún más caro que Tokio o Zúrich.

Una hamburguesa cuesta 1700 bolívares, el equivalente a 170 dólares al cambio oficial de 10 bolívares por dólar; y una noche de hotel, 69.000 bolívares, es decir, 6900 dólares.

Por supuesto que ningún comerciante pone precios tomando como referencia la tasa oficial, sino la del mercado negro, en el cual un dólar se cambia por 1000 bolívares.

Pero también para los venezolanos, que ganan en bolívares, las cosas son increíblemente caras debido a la hiperinflación en esta economía altamente dependiente de las importaciones.

Incluso para la clase media, que se desliza hacia la pobreza, una hamburguesa o una noche de hotel están fuera de su alcance. "Todo el mundo está bajando. No podemos respirar", dice a la AFP Michael Leal, de 34 años, gerente de una óptica.

En Chacao, un barrio de clase media de Caracas, un grupo de oficinistas hace fila frente a una tienda de víveres para comprar el almuerzo lo más barato posible. A su alrededor, los restaurantes están vacíos.

Vista por encima, Caracas se parece a cualquier otra ciudad de América Latina, con rascacielos, autopistas de tráfico intenso y peatones que caminan de prisa. Pero una mirada un poco más atenta descubre un profundo malestar económico. Muchas tiendas, especialmente de productos electrónicos, bajaron sus cortinas.

"Esto es horrible ahora", dice Marta González, de 69 años y dueña de una tienda de productos de belleza.

"No hay compras, sólo compran comida", añade la mujer al tiempo que atiende a un cliente que paga con tarjeta de débito un par de afeitadoras desechables.

Un cartel pegado en la caja registradora indica: "No aceptamos tarjetas de crédito".
También una ida al cine y una bolsa de palomitas de maíz o pochoclos son lujos que muy difícilmente pueden permitirse los venezolanos por estos días.

Consumo
En negro, es 100 veces más caro.

Cuando los venezolanos no logran adquirir los productos de precio regulado en los comercios, la única alternativa es acudir a los revendedores en el mercado negro, que los ofrecen cien veces más caros. Esa es la lógica de un mercado sin ninguna referencia.
Publicado en el Diario "La Mañana de Neuquén", domingo 22 de Mayo de 2016.

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