Estaba cavando un pozo pero asechaba el mediodía y se imponía tirar una carnecita en la parrilla. En aquel barrio de rascacielos fue difícil encontrar alguna madera para hacer fuego, sólo hay restos de durlok y aluminio. Decidió ir a un almacén pero sólo encontró delicatessen, food store y ultramarinos. Compró una bolsa de Charcoal, que dicen es carbón y trae guantes descartables, palitos finitos y un iniciador de fuego que costó más caro que la carne. “Es lo único que va a conseguir en Puerto Madero”, le advirtió el vendedor. “¡A buen puerto fuiste por leña!”, pensó Ramón. Contento al menos de haber podido usar con fundamento aquel enigmático dicho popular.
Publicado en Diario "Río Negro (Edición Nro. 24.656), domingo 19/03/2017. Imagen: web.
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