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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

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“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

miércoles, noviembre 22, 2017

22 de Noviembre de 1992: fallece el piloto argentino Roberto Mourras.

22 de Noviembre de 1992: fallece el piloto argentino Roberto Mourras.
Fue un histórico del Turismo Carretera. Roberto José Mouras nace el 16 de febrero de 1948 en Moctezuma (colonia de inmigrantes procedentes de diversas partes de Europa, pero principalmente poblada por inmigrantes judíos),Provincia de Buenos, perteneciente al partido de Carlos Casares.
Mourras fue un piloto argentino de automovilismo de velocidad. Recordado por haber sido tres veces campeón de Turismo Carretera en el trienio 1983, 1984 y 1985, desarrolló su carrera deportiva casi con exclusividad dentro de esta categoría, siendo uno de sus más destacados representantes. Ídolo de Chevrolet, tricampeón con Dodge, y el segundo máximo ganador del Turismo Carretera. También corrió con Torino, y es el segundo máximo ganador del Turismo Carretera, con 50 triunfos (27 con Dodge y 23 con Chevrolet), detrás de Juan Gálvez (56).
Se inició en las cuadreras de la zona con un Chevrolet 400, después llegó el Turismo Anexo J con un Torino marrón metalizado.
Su debut a nivel nacional llegaría en el año 1968, cuando decidió ingresar al Turismo Anexo "J" (hoy Turismo Nacional), aunque en esta oportunidad lo haría a bordo de una coupé IKA Torino.
Falleció el 22 de noviembre de 1992, durante el desarrollo de la denominada Vuelta de Lobos, penúltima fecha del campeonato de ese año. En el décimo giro de la competencia, el Chevrolet número 9 que piloteaba Mouras sufriría el estallido del neumático delantero izquierdo, haciéndole perder el control del coche y chocando de lleno el lateral izquierdo del auto contra un talud de tierra. La violencia del impacto fue tal, que el vehículo literalmente abrazó el talud, quedando el lateral hundido hasta donde se ubicaba la butaca de Mouras, provocándole la muerte de manera casi instantánea. En el accidente, también resultó herido su copiloto Amadeo González, quien terminaría falleciendo dos días después.

En la página del Face dedicada a Roberto Mourras se puede leer el siguiente relato:
-Voy a guardar el bolso en el baúl, Roberto.
-No lo abras, no lo abras que está lleno.
-¿Y esto? ¿Qué hacés con tantas zapatillas? ¿Vas a poner un local?
-Callate, callate. Cerrá y no digas nada.
El tiempo descubrió quién era Mouras. Aunque él intentó vender una imagen cambiada. Tuvo que morirse para que aparecieran padres de distintos lugares a contar que el piloto les pagó operaciones que salvaron a sus hijos a cambio de que no dijeran nada. O para que sus preparadores y amigos contaran diálogos como el que abre esta nota. Atención: hoy continúa habiendo pilotos y deportistas que hacen lo mismo que Roberto. Y nadie se entera. Son los que lo hacen de corazón. Son los que merecen ser ídolos.

El hogar “Mi Casa Grande” es un centro para chicos de la calle ubicado en la localidad bonaerense de Carlos Casares. Hacia allí iban las zapatillas, los alimentos o los juguetes que Roberto Mouras compraba en Buenos Aires. Casi siempre lo hacía solo. No quería que nadie se enterara ni que su idolatría se acrecentara por ese tipo de actitudes. El Toro no podría creer que haya pilotos o jefes de prensa de estos que llaman a las redacciones para avisar que iban a ir a un hospital a llevar regalos. La trascendencia del gesto está asegurada porque, en caso de que el medio no la cubra, rápidamente llegan fotos de los corredores realizando la obra de bien. Las camisas y gorros de sus sponsors son infaltables en esta clase de eventos. No está mal. Los tiempos cambiaron. Tal vez él habría tenido que adecuarse a la nueva modalidad. Los ídolos como Mouras parecen no estar a la moda. Hoy pasaría casi inadvertido con su perfil bajo, su desapego por la polémica y su vida privada tan… privada. Los medios y las empresas ahora necesitan personajes con mayor exposición, con declaraciones irónicas, con opiniones jugadas sobre todos los temas y, si es posible, con talento. A él le sobraba esto último. Por algo ganó 50 finales de las 259 que corrió (casi una cada cinco). Pero difícilmente se adaptaría a estas nuevas reglas del marketing. Difícilmente habría aceptado los homenajes que se le hicieron desde que murió. Todos los años, en el lugar donde su Chevrolet azul y blanco pegó contra el talud, se reúnen cientos de hinchas. También lo hacen en la puerta de su casa de Carlos Casares. Encienden los motores de autos particulares, aceleran, aceleran, aceleran y se van. En distintos puntos de la provincia de Buenos Aires hay monolitos y monumentos de Mouras y su auto. Y en cada carreras de TC hay una o más banderas con su rostro. Él sigue de moda.

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