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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

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“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

jueves, febrero 01, 2018

Recuperan la bodega cordobesa que elaboró el primer vino argentino.

Recuperan la bodega cordobesa que elaboró el primer vino argentino.

En el marco de los festejos por los 400 años de la Estancia Jesuítica de Jesús María, se reabrió al público un sitio histórico. En enero de 1618, los jesuitas la fundaron. Al poco tiempo, ya sembraron los viñedos pioneros.

Un ya lejano 15 de enero de 1618, el sacerdote Pedro de Oñate le compró al alférez real Gaspar de Quevedo la estancia ubicada en las tierras de Guanusacate –que en lengua de los pueblos originarios significa agua muerta o río seco– y a la que los jesuitas rebautizaron con el nombre que dio origen al poblado actual: Jesús María. Al cumplirse 400 años de aquel momento, el museo Jesuítico local decidió restituir el espacio donde funcionó su bodega, que atesora el título de haber sido la primera que elaboró vinos en Argentina. No fue en Mendoza, San Juan o Salta que eso ocurrió, sino en Córdoba.
“Es un lugar muy querido por nosotros, muy importante para la estancia productora de vino por excelencia”, destacó la investigadora del museo y licenciada en historia Belén Domínguez, quien integró el equipo de profesionales de la Estancia Jesús María, que preparó durante dos años el momento del festejo por sus cuatro siglos, que encontró al museo con su dirección vacante por la jubilación de Nelso Lenarduzzi.
Desde ahora, la recuperada bodega servirá no sólo para ser visitada en las recorridas sino también como salón multiusos apto para el desarrollo de actividades culturales y protocolares, en el nivel de subsuelo, y pegado a los lagares y las barricas de roble que aún subsisten como testigos de aquel tiempo en que la estancia fue la primera productora de vinos sobre el territorio que mucho después sería Argentina.
Recuperación
Donde funcionaba la bodega, el museo tuvo hasta noviembre del año pasado la muestra de arqueología “Otros dioses, la misma tierra”, que desde el año 2000 ofrece una mirada antropológica sobre los pueblos originarios y sus culturas Aguada, Belén, Santamaría, Condorhuasi y Ciénaga. Esa muestra fue reubicada en el primer piso. También se abrió una nueva sala de arte en el denominado corredor de los aposentos, dedicado al arte jesuítico.
“Tiene la singularidad de que lo que exhibimos allí ha sido restaurado en los talleres del museo de pintura, escultura y papel, y que estuvieron más de tres décadas en nuestros depósitos y sin acceso al público”, destacó Domínguez sobre la nueva muestra.
Vino de Córdoba
En tiempos de la colonia española, la producción de vino era demandada para la misa y el consumo particular.
Se lo preparaba artesanalmente, se prensaban los sarmientos con las uvas en sencillos trapiches o directamente se pisoteaban las uvas dentro de odres abiertos de cuero vacuno, luego se los estacionaba en tinajas de barro cocido y el fermentado del mosto se realizaba en dos etapas, en sendas tinajas consecutivamente.
Una mayor producción requirió del uso de prensas y la construcción de los lagares entre 1733 y 1745, siendo obras de mampostería y bóveda.
La bodega contaba, y aun cuenta hoy, con dos puertas. Una que se comunica con el patio y la otra con los lagares, que eran cuatro con sus albercas y pozos, de 3,80 metros de largo cada uno, dentro de este corredor. Aquí se producía uno de los vinos de Jesús María que fue conocido como “lagrimilla” y que llegó a la corte de la corona española.
A comienzos del siglo XVIII, esta estancia comercializaba un promedio anual de 1.300 litros de vino, representando el 19 por ciento de sus ventas totales registradas en el Colegio de Córdoba.
En 1747, contaba con 48 mil cepas de vid, lo que representaba una producción de 12 mil litros aproximadamente.
La cultura del viñedo y del vino se asentó en estas tierras desde entonces. Y nunca las dejó. Aunque fue en otras provincias argentinas donde luego tuvo mayor desarrollo y mejor evolución. Pero las vides de Caroya y Jesús María pueden contar siglos de historia.
Fuente de información e imágenes: Diario "La Voz".

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