GRACIAS POR ESTAR AQUÍ...

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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

jueves, mayo 17, 2018

Ella, la verdadera por CARLOS PISTELLI.

Ella, la verdadera 
por CARLOS PISTELLI.
Cuando nació en Los Toldos allá por 1919, quien iba a suponer que esa ‘negrita’ se convertiría en la mujer más extraordinaria de la Historia Argentina? En el mundo acababa de cerrar su dramática ‘Gran Guerra’, Lenis y compañía iniciaban su periplo comunista, Rosa Luxemburgo terminaba de ser asesinada en Alemania, los EEUU entraban en la llamada ‘Ley Seca’. En Argentina, gobernaba Hipólito Yrigoyen.
El padre no la reconoció y vagó años de extrema pobreza, viviendo casi que con lo puesto. La madre se hizo cargo de todo, Pudieron mudarse a Junín y cursó estudios en la localidad que le debe su nombre al coronel Suárez, cuando fue fundada por don Juan M. de Rosas como ‘Federación’. Es interesante meter a Yrigoyen y a Rosas, en su vida, porque fueron grandes líderes de contingentes sociales, pero que no supieron ir más allá de su caudillismo nacional y americanista. Hacía falta que madurara nuestro Pueblo para ir más allá.
Y ella, iba madurando, junto a ese pueblo que acompañaba al Yrigoyenismo, pero que esperaba y luchaba por mucho más. Para diferenciarse de sus compañeritos, pegaba, cada tanto, un gritito, ‘Viva el Peludo!’, porque desde pequeña iba marcando el camino de ser una contestataria del carajo. Conoció a un amigo que era a su vez, el abogado familiar, el rusito Moisés Lebensohn, inicio de una gran amistad, influyente dirigente de la Juventud Radical.
Ella quería ser actriz, y en un buen tiro, se fue a Buenos Aires, “la reina del Plata”. Ya eran los tiempos finales de la Década Infame. La sociedad porteña sufría las inconstancias de una oligarquía cipaya (un término nuevo inventado por los muchachos de FORJA), el tango proliferaba como expresión popular de los que padecían el empobrecimiento del ‘Granero del Mundo’. Se sentían vientos de cambio en el país, mientras el mundo concurría hacia una nueva guerra mundial. En junio de 1943, los oficiales del Ejército, reservorio moral de la Patria, sacaron al presidente constitucional, viciado democráticamente.
Mientras triunfaba como actriz radial, de a poco, y paso a paso, e iniciaba un camino en el cine y en el teatro, conoció en una reunión de artistas a un sonriente coronel, funcionario de la nueva Dictadura. Este magnético coronel había dicho el que tenga la sonrisa de Gardel, tendrá al Pueblo. Le atrajo, más como hombre que como militar o político. En un famoso acto en solidaridad de los damnificados sanjuaninos tras un terrible terremoto, gambeteó a la custodia, y se sentó a su lado, sorprendiendo a ese maduro viudo, capaz de todo. Terminaron juntos ese fin de semana, y el resto de los fines de semana de su vida.
Perón crecía en el cariño popular empezando a implementar lo que sería la base política de su Gobierno posterior: la “justicia popular”. Nadie, pero nadie en nuestra historia consiguió esos estándares de justicia genuina en nuestro Pueblo que Perón, amén que su Gobierno fue el desarrollo de un país que realizaba su camino a despecho de los viejos grandes mandones. Los de aquí, y los allá. Luego del estruendoso 17 de octubre de 1945, se casaron, y esa dupieta llena de amor, cambió la Historia Argentina.
Como Primera Dama, rajó a la Sociedad de Beneficencia, esas viejas oligarcas que devolvían dádivas de lo que sus maridos robaban de verdad.
Viajó a Europa y se consagró. Argentina le prestaba a esos países arruinados por la Guerra.
Y organizó una Fundación con su nombre para ayudar y sacar a la gente de la pobreza.
Fue impresionante. Fue impecable.
Tenía una comprensión de los padecimientos sociales, y en esos tiempos conservadores, protegía a los homosexuales, como nunca antes se realizó en la Argentina. De eso también habría que hablar cuando hablamos de ella.
Ella fue el Pueblo sagrado a hachazos en procura de sus prerrogativas dignas.
Hubo quiénes escribieron, y siguen escribiendo, ‘viva el cáncer’, cuando la enfermedad se la llevaba tan joven.
Hoy, cuando muchos cantan la Marchita, pensando que eso es peronismo, y la nombran a ella, creyendo, que de ese modo se ganan el favor populista, ella hubiera cumplido 94 años.
Fue impresionante. Fue implacable.
Fue la mayor mujer de nuestra Historia, y una de las personalidades a la altura de Belgrano, San Martín y Artigas. Ellos la empezaron allá por el 1810, Ella los continuó por los ’40.
A hachazos caminando el país para devolverle al Pueblo sus dignas prerrogativas, creando derechos donde había necesidades,
A dolores horrorosos que le fueron minando el cuerpo pero nunca, ¡jamás!, el espíritu,
Su alma de dulce ángel tremendo, sigue recorriendo los recovecos de la Patria.
Porque mientras haya pobres, en la Argentina, necesitaremos de su ejemplo, para salir adelante.
Callad, cobardes, que recuerdan sus manchas y faltas, que todos tenemos.
Hay personas a las cuáles hay que disculparles ciertos pecados, porque son capaces de crear virtudes y humanismo, donde antes había solamente resignación y conformidad a ser pobres.
Pobres, hubo y habrá.
Con ella, hubo menos que nunca.
Para terminar su grande obra inclaudicable, obra eterna, quen cada hogar argentino, le sigue agradeciendo a Ella, la verdadera Ella.
Eva Duarte de Perón.
Nadie como ella.

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