GRACIAS POR ESTAR AQUÍ...

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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

“
"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

martes, diciembre 31, 2019

EN SEÑAL DE AJUSTE. FELIZ 2020. Nos vemos, si Dios quiere, 2020.


"Doblando la curva". El 2020 va llegando.


Manuel Belgrano no eligió los colores de la bandera, lo veían afeminado y donó una fortuna: mitos y verdades sobre el prócer.

250 años de su nacimiento, 200 de su muerte.

Manuel Belgrano no eligió los colores de la bandera, lo veían afeminado y donó una fortuna: mitos y verdades sobre el prócer.

El historiador Daniel Balmaceda cuenta que se ocupó de la educación antes de que naciera Sarmiento y murió tan pobre que para su lápida sacaron el mármol de una cómoda. Nunca se casó. Qué pasó con sus hijos.

Un guerrero y adelantado, así fue Manuel Belgrano. O, por lo menos, eso es lo que dice el historiador Daniel Balmaceda que atento a un 2020 belgraniano -en junio se cumplen 250 años de su nacimiento y 200 de su muerte- publicó Belgrano. El gran patriota argentino. Honda e imperdible investigación donde desentraña vida y obra y derroca mitos con datos soslayados de la historia oficial, un caso: creó la bandera, no definió sus colores.

El autor recibió en su casa a Clarín, allí asoma una biblioteca reluciente con decenas de textos sobre el patriota, muestra del meticuloso trabajo, y lo presenta: “Él tenía un alto concepto de los valores institucionales, aun desde la época del virreinato. Siempre tuvo clara la importancia de la institucionalidad, el deseo de generar una economía favorable a la región y de promover la educación: vale la pena conocerlo como gran ejemplo”.
-¿Qué mitos y verdades clave develó tu investigación?
–Aunque Belgrano creó la bandera y la escarapela no eligió sus colores, los tomó de distintivos que ya existían: otras fuerzas militares ya los utilizaban desde antes, por ejemplo los patricios. Otra posibilidad es que los haya tomado de los morenistas, que los usaban para diferenciarse de los saavedristas. Además, ninguno de sus contemporáneos destacó eso como logro. Otro mito: hay confusión sobre su sexualidad y estilo, en su época decían que tenía “actitudes afeminadas”. Lo que pasaba era que él no se mostraba brutal como el hombre de entonces. Era una persona que cuidaba su aspecto: mantenía las uñas, usaba colonias y camisas pulcras, en las tertulias conversaba con mujeres. Varios lo consideraban un dandi, alguien que en el mundo poseía formas que subrayás que le molestaba que sus tropas no fueran profesionales...
-Al comenzar la Guerra de la Independencia en 1810 se formaron los primeros ejércitos, sin tener profesionales. Eran muchos entusiastas jóvenes que querían ir a pelear por la patria pero sin disciplina, orden o teoría; aprendían en el camino. Fue importante la llegada de San Martín -en marzo de 1812- con un grupo de militares expertos: la formación militar cambió. Pero al inicio Belgrano lidió con gente que no estaba dispuesta a capacitarse como corresponde a esa profesión, sentía que luchaba contra molinos de viento... Sin embargo fue obstinado y un convencido de que ese era el camino a seguir.
-¿Y su principal aporte político?
-Yo destaco la Declaración de la Independencia. Belgrano llegó a Tucumán desde Buenos Aires el 5 de julio de 1816, los congresales tenían cuatro meses debatiendo. El 6 de julio les dio una charla y el 9 de julio se declaró la independencia: demuestra la importancia de su discurso emotivo, en donde les hablaba de la patria y lagrimeaban al escucharlo.
-¿Quién fue su gran amor?
-Josefa “Pepa” Ezcurra por encima de Dolores Helguero y esa segunda relación, surgida en Tucumán, deja muchas dudas... Tuvo dos hijos, los descendientes de Manuela Mónica (hija de Dolores Helguero) son muy conocidos, el presidente del Instituto Nacional Belgraniano se llama igual que el general y es su chozno nieto. En cambio la descendencia de Pedro Pablo (de Josefa Ezcurra), llevó el apellido de Rosas y Belgrano, tuvo 13 hijos que no se llevaban bien y varios no lo mantuvieron, usaron solo Rosas y se amplió tanto que debe haber algunos argentinos sin saber que descienden nada menos que de uno de los padres de la patria.
-En tu opinión, ¿qué batalla resultó su mayor victoria?
-La de Tucumán, el 24 de septiembre de 1812, fue muy importante porque si nos ganaban casi estaba perdida la Revolución de Mayo​. Y Vilcapugio es su derrota más apasionante: cuando ya estaba todo perdido, por una confusión (una corneta tocó retirada cuando no correspondía) reunió a 300 hombres en un morro, entre heridos y otros, colocó a los caídos en los caballos, rodeó al grupo con soldados para escaparse de ese lugar en el que iban a terminar encerrados, puso a Gregorio Perdriel -uno de sus oficiales- adelante con la bandera que él creó, e iba atrás con un fusil y municiones como si fuese Rambo, y dijo: “¡No van a tocar nuestros hombres, estoy atrás para cuidar a cada uno de ustedes!”. Emocionante.
-¿Cuál de sus facetas es más importante conocer?
-Uno de los acontecimientos más conocidos de su vida fue cuando lo premiaron con 40 mil pesos tras el triunfo apabullante de la batalla de Salta, al pensar que terminaría toda la guerra, en febrero de 1813. Era tanta plata que él habría tenido que trabajar 20 años como militar para obtenerla. Lo rechazó de inmediato, dijo “no, con este dinero hay que hacer escuelas”, convencido de los valores. Ese es su principal aspecto a descubrir: su interés por el bien común, el preocuparse por el otro al punto de descuidar su salud, economía, comodidad, toda su vida porque había un prójimo que podía necesitarlo más.
-Belgrano fundó las academias Náutica y de Dibujo, ¿por qué creés que fracasaron?
-En tiempos de la Guerra de la Independencia lo educativo o relacionado al desarrollo económico no parecía tan importante, había que pelear. Él creía mucho más vital hacer una escuela a ganar una batalla. En esa época, como en otras de nuestra historia, crear una escuela no generaba empatía o admiración, como ser un general de la patria. Belgrano jamás quiso serlo, quería servir a su tierra. Decía: “no quiero ser considerado un padre de la patria, sino un buen hijo suyo”, ahí se parecían con San Martín.
-En tu libro destacás a un Belgrano preocupado por la disciplina, la diplomacia y la educación.
-Belgrano entendía que un cuerpo de ejército disciplinado salvaría vidas. El orden, la pulcritud eran poco comunes en los comienzos de la Guerra de la Independencia y a él se lo veía como un distinto pidiendo esas virtudes. Además se destacó en diplomacia, sin entrenamiento. Si Paraguay no se volvió un enemigo del Río de la Plata, potencialmente peligroso, fue por sus gestiones diplomáticas. Antes de que se conocieran los padres de Sarmiento, él ya pensaba en la educación pública y en la de hombres y mujeres. Estaba convencido de que la diferencia, evolución, el crecimiento y desarrollo de nuestra tierra surgiría de la enseñanza.
-¿Con qué finalidad negó en su testamento tener descendencia?
-Belgrano no oficializó allí -el documento es de 1820- que tenía esos hijos, Pedro Pablo (Ezcurra) sin problemas económicos y otra hija, muy joven, nacida en 1819, Manuela Mónica (Helguero). Y se preocupó más por ella porque esa familia no tenía un bienestar patrimonial holgado, como los Ezcurra acá. Él le dejó a la niña una propiedad que le dio el Cabildo de Tucumán, si la mencionaba en el testamento podía perderla para pagar deudas: así la protegió de cualquier reclamo monetario. Además dejó instrucciones a su familia, de ocuparse de su crianza y así se hizo.
-¿Por qué alguien como Belgrano murió tan pobre y endeudado?
-Su familia había tenido un buen pasar. Domingo Belgrano -comerciante- y Josefa González tuvieron 16 hijos pero al morir él su fortuna se distribuyó. Y al fallecer Manuel sus hermanos tenían una economía tan endeble que para su lápida en la iglesia de Santo Domingo, donde pidió ser enterrado, le sacaron el mármol de una cómoda de su hermano Miguel. Murió endeudado (y le debían mucho) por ocuparse de sus soldados, a veces para comida o por ayudar a sus heridos. Un caso llamativo es el de uno de sus oficiales, Warnes, herido en Vilcapugio: fue enviado a Jujuy en un carruaje que contrató y pagó Belgrano. Al final, el Estado le dio lo adeudado al familiar Domingo Estanislao -sacerdote- y con ese dinero saldó las deudas de su hermano.

Cuatro campeones desean un feliz 1980.

Hace 40 años, los campeones ´79 del Turismo Nacional Carlos Garro (Clase C), Julio Pardo (Clase B), junto a Gustavo Sommi (F4) y Jorge O Del Río (F1 MN) nos deseaban un ¡Feliz Año Nuevo! - 📸 Corsa.

Texto e imagen: Pato Sarasa‎Turismo Nacional - Retro. 1971/72 AL 2005

1919: Poderoso peso argentino ¿Qué se comentaba en el Diario El Comercio un día como hoy hace 100 años?

Hace 100 Años.
Actualizado el 18/12/2019 a las 05:25
La República Argentina es el orgullo de América del Sur por muchos motivos, pero sobre todo por su creciente riqueza. El peso argentino se ha convertido en la unidad monetaria de mayor valor entre todos los países del mundo. Actualmente se cotiza, para las transacciones por telégrafo, con un premio más alto todavía que la peseta española. Desde que terminó la guerra, Argentina ha sido el país exportador en gran escala por excelencia, teniendo como resultado que la mayor parte de las naciones son actualmente sus deudoras, incluso Estados Unidos.

https://elcomercio.pe/opinion/efemerides/1919-poderoso-peso-argentino-noticia/
Publicado en Face.

San Silvestre Papa (314-335). Su festividad se celebra el 31 de diciembre.


San Silvestre Papa (314-335).


Nació en Roma en el año 270. El I Concilio de Nicea (325) en el cual los obispos de todo el mundo declararon que quien no crea que Jesucristo es Dios, no puede pertenecer a la santa religión, y compusieron el Credo que rezan los católicos, fue el acontecimiento más importante de su pontificado. Gobernó a la Iglesia Católica en la época en la que se acabaron las persecuciones y el emperador Constantino decretó plena libertad para practicar en todas partes la religión de Jesucristo. Según una leyenda, fue quien bautizó al emperador, quien le regaló el palacio de Letrán en Roma, desde entonces la residencia de los Pontífices. También pudo construir la antigua Basílica de San Pedro en el Vaticano, y la primera Basílica de Letrán. Murió el 31 de diciembre del año 335, a una edad muy avanzada. Su festividad se celebra el 31 de diciembre.
https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/8311/San%20Silvestre

lunes, diciembre 30, 2019

¿Por qué Argentina no fue EE.UU.? El científico Ernesto Resnik hiló una comparación histórica que explica por qué dos países que nacieron al mismo tiempo tuvieron distinto destino.

Se cumplen 100 años del final de la Primera Guerra mundial, que también fue el comienzo del final del mito de la “Argentina rica”. Según Alan Beattie, ex economista del Bank of England y hoy editorialista del Financial Times, el problema de Argentina no fueron los “70 años de Peronismo”, sino los “120 años de Oligarquía”.
En su libro “Falsa Economía: una Sorprendente Historia Económica del Mundo”, Alan Beattie se pregunta porqué Argentina no fue EEUU y su respuesta es simple: mientras EEUU repartió la tierra en parcelas pequeñas, Argentina se la dio a unas pocas familias.
“EEUU favoreció a colonos usurpadores, Argentina a terratenientes”. El resultado inmediato fue que mientras en EEUU la poca tierra obligaba a innovación para optimizar y mejorar ganancias, al latifundio argentino le alcanzaba con vacas, ovejas y alambre de púa.
“Las economías rara vez se hacen ricas solo con agricultura, Gran Bretaña había mostrado el camino: industrialización” pero las élites argentinas rechazaron la industrialización para seguir mamando de la teta de la explotación agropecuaria latifundista.
“Entre 1880 y 1914 el sistema político norteamericano se adecuó dinámicamente a los cambios y las demandas de su población. El sistema argentino permaneció obstinadamente dominado por una minoría autocomplaciente.”
Dice Beattie que EEUU hubiese sido como Argentina si el Sur racista confederado hubiese ganado la Guerra Civil…
Al final de la 1ra guerra, las exportaciones de granos y carne cayeron. Al final de los 1920s, las exportaciones ya eran 2/3 menos. EEUU ya había comenzado un proceso de recambio económico. Las elites argentinas la rechazaron.
EEUU había comenzado su recambio económico con industrialización, y al final de la 1ra Guerra invirtió ahorros propios en quedarse con industria europea (si recursos después de la guerra) y se posicionó como potencia mundial.
La Argentina oligárquica desapareció del mundo. Además de haber invertido sus primeros años de bonanza en un recambio industrial y usar esos recursos para adueñarse de la industria del mundo destruida por la guerra, EEUU ya era una economía de escala. Argentina no fue nada de eso.
Lo dice Alan Beattie, economista liberal del Financial Times, nada ni cerca del “populismo”, todo lo contrario.

HUMOR DE FÍN DE AÑO 2019.

Visto en Face.

domingo, diciembre 29, 2019

El rosismo de la familia Alem.

El rosismo de la familia Alem.
Leandro Alem había nacido el 11 de marzo de 1842 en el barrio de Balvanera, y fue bautizado en la misma iglesia parroquial. Su infancia suburbana transcurrió alrededor de la pulpería paterna en la esquina de las calles Federación y De los Pozos (hoy Avda. Rivadavia y Matheu) y los guapos faenadores de los corrales de Miserere. En aquellos días el padre, Leandro Antonio Alén, gozaba de alto predicamento en el barrio como oficial de policía a las órdenes de los más allegados colaboradores de Juan Manuel de Rosas en la Sociedad Popular Restauradora, los fieles y temidos Salomón, Cuitiño o Parra.
Los Alén venían en realidad de un antiquísimo origen vascuence natural de Vizcaya y trasladado alrededor del siglo XVII a Galicia. Avecindados en Santa Eulalia de Mondariz, en las pontevedrenses tierras de Tuy, y según lo ha estudiado el genealogista Hugo Fernández de Burzaco y Barrios, tenía acreditada nobleza de sangre en la “Real Chancillería de Valladolid”. Su escudo de armas lucía una panela ardiente de gules sobre campo de oro y uno de los vástagos de ese linaje, avecindado en Buenos Aires, contrajo matrimonio en 1789 con María Isabel Ferrer, abuelos paternos del Dr. Leandro Alem.
Otras ramas diversas del mismo tronco hispano llegaron antes o después al Río de la Plata, aposentándose en Buenos Aires, Montevideo o Asunción del Paraguay, siendo como es ya sabido, su verdadera grafía Alén, modificada posteriormente por el caudillo al trocar la “n” por “m” que mantuvieron sus descendientes, aunque provinieron todos de un común origen. Origen que por remontarse a la raza vasca descarta toda posibilidad de ascendencia árabe, pues precisamente en esa región peninsular nunca llegaron a dominar los árabes. Pese a tener el apellido la partícula “Al”, distintiva de muchos vocablos árabes, y algunos rasgos fisonómicos del caudillo en los cuales ha querido descubrirse semejanzas orientales, su linaje es profundamente hispano como lo demostraron probanzas y escudo nobiliario. El mote de “turco”, dicho con sentido peyorativo por sus adversarios, es una inexactitud propia del desconocimiento étnico-social que tenía la oligarquía entronizada en el poder después de Pavón, al mismo tiempo que denota el menosprecio a los nuevos grupos inmigratorios que llegaban al país en busca de los prometidos “beneficios de la libertad”, amparados por el igualitarismo constitucional.
El padre del Dr. Alem, porteño e hijo de gallegos, ocupaba en su medio un lugar acomodado y profesaba una total adhesión al Partido Federal, que a la larga le costó la vida. Fue seguidor del coronel Manuel Dorrego en sus bravías luchas porteñas, y muerto éste, se refugió en el campamento de don Juan Manuel a quien siguió desde entonces con veneración total. Por eso también, el gobierno “lomo negro” de Balcarce le privó del empleo policial, al que le volvió Rosas, distinguiéndole con afecto no obstante algunos trastornos de salud que muchas veces le impedían prestar servicio.
La pulpería de la calle Federación vino a ser en esos años de infancia, el mundo mágico que acercó al niño a una realidad social hecha de gauchos y guapos orilleros, vivadores de la “Santa Federación”, a cuyo entorno llegaban y se transmitían las noticias de los vaivenes que sufría el país, acosado por amenazas extranjeras y defecciones internas. Leandro Antonio, el antiguo alférez de milicias que nombrara el gobernador Dorrego, estaba jubilado del servicio policial por Rosas, aunque percibía sueldo y cumplía otros menesteres encomendados por el Restaurador. De tanto en tanto era requerido desde Palermo y allí cuidaba en las cuadras los caballos predilectos del jefe federal: el Tordillo y el Pico Blanco. Otra vez, en los cuarteles de Ciriaco Cuitiño, le tocó curar a su caballo de andar, y don Juan Manuel recompensó estos servicios con mil quinientos pesos, suma que Alén sólo consintió en aceptar una tercera parte, y devolvió el resto en carta donde decía que estaba “suficientemente satisfecho con los quinientos que quedan en su poder”.
Quizás en aquellos tiempos, trabajaba en las caballerizas de Rosas, o las frecuentaba por su modesta condición de herrero, un muchacho vasco, inmigrante y sin familia, llamado Martín Yrigoyen Dodagaray. Quizás allí se prendó de Marcelina Alén, hija segunda del mazorquero de Balvanera con quien el vasquito aprendió a cuidar los pingos rosistas. Marcelina era una de las niñas allegadas a la corte de Manuelita, y las vinculaciones familiares dieron valimiento a las gestiones hechas ante el mismo Rosas para salvar algún amigo en desgracia.
Con alguna exageración, Telmo Manacorda sostiene que “Marcelina tuvo tanto ascendiente con don Juan Manuel que le salvó la vida a don Samuel Quiroga cuando iban a fusilarlo y ella pidió por él”. Otro biógrafo de Alem afirma también exageradamente, que la joven era una especie de “reina de Palermo”, todo lo cual es poco creíble dada la diferente situación social y política que tenían ambas familias. Pero es indudable que tuvo acceso al mundo cortesano de Palermo y un profundo misterio ha quedado acerca de los alcances de esa frecuentación. Como un saldo directo y legítimo, la relación que anudaran ahí Marcelina Alén y Martín Yrigoyen, culminó con el casamiento de ambos en 1847.
Todo terminó con la caída de Rosas. La familia Alén sintió la derrota como algo que destruía peligrosamente su estabilidad hogareña y económica. Comenzó a ser perseguida, bajo el estigma de mazorqueros, a sufrir los riesgos del revanchismo unitario. El pulpero Leandro debió esconderse muchas veces, desaparecer de la casa y huir de las persecuciones, ante el dolor de la mujer y sus hijos, entre los cuales, Leandro, que contaba con 10 años propicios a comprender y medir la inmensidad de la tragedia. En ese ambiente sobresaltado, la hermana Marcelina dio a luz su tercer vástago: Hipólito Yrigoyen Alén. El acontecimiento ocurrido el 13 de julio de 1852, conturba aún más, provoca llantos alegres y temerosos, y por alguna sutil e impenetrable razón es ocultado oficialmente. Cuatro años después recién será bautizado e inscripto el nacimiento del sobrino de Leandro Alem, cuando estén apagados los ecos sombríos del cañón de Caseros y la sombra del abuelo ahorcado comience a esfumarse. “Años más tarde, Hipólito Yrigoyen, acaso pensando en los sufrimientos de Marcelina, dará un valor simbólico al hecho de haber estado en el vientre de su madre en aquellos días”, asevera Manuel Gálvez.
No habría de durar mucho esa intranquilidad. Al fin, cansado de aguantar las persecuciones unitarias, el mazorquero Alén desenterró sus pistolas y su cintillo punzó, montó a caballo y en diciembre de 1852 se sumó las huestes federales del coronel Hilario Lagos. Estas pusieron sitio a Buenos Aires, como reacción a la revuelta de 11 de setiembre que había depuesto las autoridades “prourquicistas” y resuelto la secesión de las provincias argentinas.
El hijo del ahorcado
El antiguo bienestar de la familia Alén estaba deshecho. ¡Cómo extrañar entonces aquél arranque desesperado del pulpero federal, al abandonar todo para irse con las huestes de Lagos, y jugar en esa última partida su destino y el de los suyos! La patriada le fue adversa y le costó la vida.
Valentín Alsina, el viejo rivadaviano, y Bartolomé Mitre, el joven liberal, integraban el ejecutivo y la legislatura porteña, con todo el empuje del patriotismo urbano dispuesto a retener el cetro del país para Buenos Aires. Lagos debió levantar el sitio, carcomido por el oro de los comerciantes filtrado sinuosamente al campamento para soliviantar sus tropas. Venció el soborno y una generosa disposición de “olvido de agravios”, más aparente que real, hizo volver a la ciudad a muchos sitiadores. Alén y su amigo el coronel Ciriaco Cuitiño, quien tanto le distinguía con su amistad afectuosa como buen padre de familia, fanático en su lealtad a Rosas, y ennegrecido por una injusta fama criminal; estaban entre los soldados que regresaban.
En ese intermedio de separación, la familia debió abandonar la pulpería de la calle Federación y reducirse a consecuencia de los apremios económicos. El regreso del padre tras esa mentirosa expresión legal y perdonavidas del gobierno aceleró definitivamente la tragedia familiar. Ocupaba el gobierno desde julio de 1853, Pastor Obligado, y la reacción contra los mazorqueros provenía de ex rosistas ahora conversos del liberalismo, decididos a mantener los privilegios de Buenos Aires. El nuevo gobierno en consecuencia, destituyó a los jueces sospechados de tibieza, designando para presidir el Tribunal de la Provincia a Valentín Alsina, como siempre cargado de odios rencorosos. El P. E. pidió de inmediato a la legislatura una ley para el juzgamiento de los presos a raíz del sitio, o de los que fuere necesario detener. Se ordenaba al tribunal judicial, “acortar los términos y aún actuar en todas las horas del día y la noche”. Los diarios tronaban sus exigencias imperiosas de “justicia” y venganza para terminar con los “rosines”, y en ese clima exaltado se dispuso la detención, acusación y juzgamiento de Antonio Reyes, Ciriaco Cuitiño, Manuel Troncoso, Silverio Badía, Fermín Suárez, Manuel Gervasio López y Leandro Antonio Alén.
El 11 de agosto (Obligado había sido elegido el 24 de julio y sólo diez días antes de eso concluyó el sitio de Hilario Lagos) el gobierno elevó las acusaciones. Para castigar esa insólita reaparición de los mazorqueros nada mejor que acusarlos de los crímenes cometidos durante el terror de 1840 y el haber pertenecido a la Sociedad Popular Restauradora, cargos que también pudieron esgrimirse contra notorios funcionarios del momento como el ministro Lorenzo Torres, “purificado” por su conversión al liberalismo en 1852.
El caso estaba perdido “ab-initio” pero aún sabiéndolo, asumió la defensa de Alén, el Dr. Marcelino Ugarte, quien afrontó la impopularidad en aras del mismo sentido de justicia que le llevó a demostrar la total inocencia de su defendido en las muertes de algunos unitarios, imputadas como base del proceso. De los tres unitarios ajusticiados entre 1840-42 que figuraban en el proceso contra Alén, se demostró que al recibir la orden de quitarle la vida a uno, la desobedeció porque no venía de autoridad suficiente; en el otro caso, sólo había procedido como policía a la detención del acusado sin intervenir en su posterior fin; y en el último pudo argumentarse que señaló a la policía el domicilio de un prófugo y nada más. Muchos años después de la muerte de Alén, una confesión “in-extremis” se atribuyó con arrepentimiento la responsabilidad de esta muerte por la cual fuera condenado el pulpero federal.
Todo era inútil. Lo sabía Alén, su familia, su abogado. Rápidamente se apuró la sentencia. El 9 de diciembre la firmó el juez del crimen en primera instancia. Cuitiño “Jefe del Escuadrón de Vigilantes de Policía y de la Sociedad Popular conocida por la Mashorca”, y Alén, “vigilante primero de a caballo”, eran condenados a “la pena ordinaria de muerte con calidad de aleve, con suspensión en la horca de sus cadáveres”. Diez días demoró la Cámara en abocarse al fallo, cuatro en producir sentencia definitiva firmada por su presidente Valentín Alsina, y tres el gobernador Obligado en poner el cúmplase y fijar para la ejecución el 29 de diciembre de 1853 a las nueve de la mañana.
Fue también inútil todo pedido de clemencia. “El espíritu de venganza está presente en esta sentencia inicua”, afirmó Alvaro Yunque, nada favorable al rosismo. Y agregó en su biografía del caudillo, “Alén tuvo la fatalidad de ser juzgado junto con Cuitiño, célebre ya, por lo que hizo y por lo que no hizo. De ser juzgado solo, el honrado y buen hombre de Balvanera no hubiera recibido más pena que unos meses de prisión. Pagó por el amigo. Luego su hijo pagaría por él”.
Enfrentaron al pelotón de fusileros en la mañana del 29 de diciembre. Soportaron el escarnio de atravesar las calles en una carreta de bueyes, recibiendo los denuestos, gritos y vejámenes de la multitud, en una alucinante escena de la Francia revolucionaria, los “sansculottes” y la guillotina diecioechesca. A golpes de tambor llegaron los dos condenados al tablado construido sobre la Plaza de la Concepción (actual Alfonso Castelao) hacia el sur de la ciudad. Cuitiño con coraje y rebeldía enfrentó a soldados y magistrados, protestando a gritos su inocencia por haber cumplido órdenes de las autoridades legales y de su gobernador el ilustre don Juan Manuel de Rosas. Alén, demacrado, victima de una apoplegía que le impedía caminar erguido, -recrudecían en esas horas sus antiguos trastornos físicos y psíquicos-, era un pálido espectro que marchaba a su fin. Había confesado y testado la noche anterior; sin valor para despedirse de su familia, dejó unas cartas a su esposa e hijos reiterando sus sentimientos religiosos y su inocencia.
Una antigua tradición afirma que aquella mañana de la ejecución, el pequeño Leandro estaba en la Plaza para ver morir a su padre. El caudillo nunca habló de ello. Guardaba íntimamente como un tesoro oculto y profundo, clavado en lo más recatado del amor filial, los recuerdos de esos momentos espeluznantes. Era “el hijo del ahorcado”, según la fácil denominación dada a los fusilados por delitos infamantes cuyos cadáveres sufrían la pena póstuma de ser colgados en la horca para exhibición y ejemplo público. Nadie iba a acercársele a su familia, ni a perder la ocasión de saciar venganzas reales o fingidas mordiendo el diente en los escasos bienes de su magra testamentería.
La familia debió hacer nuevos sacrificios, reducirse más, ocultarse de amigos y enemigos. La defensa del Dr. Ugarte la publicó el Dr. Miguel Navarro Viola, eminente opositor al régimen, que dirigía “El Plata Científico y Literario”, en 1854. Dos años después de la causa, el mismo Ugarte fue expulsado de la ciudad al arrogarse el gobierno las mismas aborrecidas “facultades extraordinarias” de otros tiempos, para reprimir la sublevación del general Jerónimo Costa, el inolvidable héroe de Martín García. El ejército de Mitre termino sacrificando en la matanza de Villamayor el 31 de enero de 1856 al militar rendido, que dejó como trofeo esa “espada ruin y mohosa” cuyo fusilamiento celebró Sarmiento en “El Nacional” al considerar con ello, “acabada la mazorca”.
Fuente
Alen Lascano, Luis C. – Alem y Saldías, entre la política y la historia.
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado.
Gálvez, Manuel – Vida de Hipólito Yrigoyen – Buenos Aires (1939).
Manacorda, Telmo – Alem, un caudillo, una época – Ed. Sudamericana, Buenos Aires (1941).
Fuente de información: Portal www.revisionistas.com.ar

29 de diciembre de 1949: inauguración del gasoducto más largo del mundo hasta ese momento. Vale destacar que el gasoducto fue financiado en su totalidad por capitales nacionales.

De esto nunca van a hablar. Realización del "Populismo Argentino". Tiempos del peronismo. Gobierno del Gral. Juan Domingo Perón.
Julio Vicente Canessa (1901 - 1976) fue un ingeniero argentino, uno de los pioneros de la industria del gas en su país. Entre los hechos más destacados de su vida y su obra, sobresale su prédica permanente en pos de la creación de un Organismo Nacional y Autónomo para desarrollar y explotar el servicio de gas en todo el país. El Ingeniero CANESSA, fue el primer Administrador de la Dirección Nacional de Gas del Estado.
Julio V. Canessa. Su nombre, borrado de la historia -oficial y no tan oficial-. Nació el 5 de abril de 1901 en Pehuajó (Provincia de Buenos Aires). Falleció el 19 de junio de 1976.
El Ing. Canessa le entregó al Presidente Juan D. Perón un detallado informe con el resultado de todas sus investigaciones del que se desprende la conveniencia de la transformación del sector gasífero.12​ Perón le contesta: “Yo sé que este es el sueño de su vida. Estoy persuadido, como Presidente de la República, que bajo la dirección de hombres de su temple, el gasoducto una vez inaugurado dará nacimiento a una nueva era para la Nación en materia de combustibles. Yo no considero riqueza la que está debajo de la tierra, sino la que ha sido extraída. Por eso Ing.Don Julio Canessa: ¡VAYA Y HAGA!
El primer gran proyecto de Gas del Estado fue la construcción del gasoducto Buenos Aires – Comodoro Rivadavia que comenzó el 1º de enero de 1947. Esta iniciativa fue calificada por muchos como «imposible» o incluso tildada de «obra faraónica». Sin embargo, a 3 años de iniciada la obra, el 29 de diciembre de 1949,  la palabras se dispersaron ante la inauguración del gasoducto más largo del mundo hasta ese momento. Vale destacar que el gasoducto fue financiado en su totalidad por capitales nacionales, es decir, sin inversión extranjera.

Debido a esta y a posteriores realizaciones de la empresa estatal, los clientes de la red se multiplicaron por miles, pasando de 130.000 en 1943, a 700.000 en 1951, 1.300.000 en 1960 y 5.000.000 en 1992 (18 provincias y 45% de la población del país). Fue así como la Argentina se posicionó entre los países más avanzados en cuanto al aprovechamiento del gas, a la par de los Estados Unidos y la Unión Soviética.


Cuadro de imágenes visto en face.-

La sidra le ganó mercado a la cerveza y ya casi se triplicó el consumo en un año.

La herencia que dejó la inmigración europea llegada a nuestro país en la primera mitad del siglo pasado, principalmente del sur del Viejo Continente, como España e Italia, dejó su impronta hasta nuestros días, y nos provoca hacer "locuras" gastronómicas, como comer en las fiestas de fin de año alimentos del altísimas calorías, muy comunes para nuestro abuelos en el invierno boreal de su tierra natal. Algunas cosas cayeron en desuso, pero otras han sido potenciadas al redescrubrirse sus cualidades, o sólo por moda. Una de ellas es la sidra, la deliciosa bebida alcohólica derivada de la fermentación del jugo de manzana, que casi triplicó su consumo en un año.
La sidra dejó de ser en estos últimos años una bebida estacionaria -consumidas en Navidad y Año Nuevo- o en guetos gastronómicos (como La Boca, en Buenos Aires), y ha llegado a casi triplicar el consumo en un año.
La sidra incrementó sus ventas a el 255%, según la consultora GFK, y Argentina, gran productora de esta bebida, está dentro de los diez países donde más se la toma, quitándole un poco de público a la reina de las bebidas con alcohol: la cerveza.
Se cree que la sidra es de origen hebreo, aunque en la antigüedad se la conocía en Grecia y Egipto. Se hace con jugo de manzana o pera, y tiene una graduación alcohólica de entre 2 y 8°.

En la gastronomía local


Respecto a este tema, muy celebrado en el Alto Valle de Río Negro, y en nuestro Valle de Uco, se consultó a un referente de la gastronomía argentina, el chef Danilo Ferraz, de Hell's Pizza (de Palermo, Buenos Aires), que dialogó en Radio Nihuil sobre este boom sidrero.
"Tengo 50 años, y la gente de mi generación está acostumbrada a la sidra, desde chicos, por las Fiestas, y eso. Lo que hubo ahora fue como una renovación, hubo un refresh, hubo marcas que las sacaron, hay sidras artesanales. Están entrando sidras del País Vasco. Creo que acompaña a una movida gastronómica que hay, que se hizo mucho más abarcativa", explicó el emprendedor porteño, que en su local de pizzas al estilo americano vende mucha sidra en barril (tirada).
Respecto a la diferencia entre la sidra industrial y la artesanal, dijo: "No soy un superentendido, pero imagino que la diferencia está en los procesos, métodos de cosecha, y esas cosas que hacen la diferencia entre un emprendimiento pequeño y uno más industrializado o más grande". 
Una de las novedades que ofrece el mercado es la sidra importada del País Vasco. "Esta sidra es muy diferente, no tiene gas, por ejemplo (se debe escanciar en forma particular), donde la tiran (al vaso) desde muy arriba, y eso genera cierta efervescencia. Es muy diferente a la sidra a la que estamos acostumbrados a tomar los argentinos", dijo Ferraz.
Más allá del snobismo de productos extranjeros, el gusto es por la sidra a la que estamos acostumbrados. "En realidad la importada no es mucha, hay un solo importador, y se toma la sidra de siempre, lo que pasa es que hay más marcas, hay una variedad con pera, que no sé si sigue siendo sidra. La industrial es riquísima, y también está la tirada, que es excelente, e industrial también", aclaró el empresario gastronómico.
La sidra que se consume mayoritariamente en el país, si bien tiene variante seca, es la dulce, lo que complica el maridaje con la comida. Sin embargo, Ferraz rechaza toda complicación, y dice: "Yo la vendo mucho con pizza, mi negocio es de pizza, y vendo la Morelia, o la 1888, y la sidra con pizza me encanta. Si es dulce se la puede maridar con alguna variedad con queso azul, o la Cuatro Quesos".
Respecto al tema precios, y la competencia con la bebida más consumida, la cerveza, aclaró que "antes la sidra era más popular y barata, ahora, como hay de más de más calidad, puede estar un poquitito más cara que antes. La cerveza y la sidra tirada valen igual en mi negocio".

Finalmente, Danilo Ferraz tiró un tip para tomar sidra. "A mí me gusta helada, se la sirve con mucho hielo, y así va con cualquier comida", cerró.
Publicado en Diario "Uno" de Mendoza.
https://www.diariouno.com.ar/sociedad/sidra-le-gano-mercado-cerveza-triplico-consumo-ano-12282019_rJmn0cfy8

viernes, diciembre 27, 2019

Feriados 2020: el año tendrá 19 feriados y 3 "puente".

El calendario de feriados fue publicado esta mañana en el Boletín Oficial por el Gobierno Nacional para establecer las fechas de los tres feriados "puente" que se sumarán a los 11 feriados inamovibles, tres días no laborables y dos días de celebración de carnaval.
Según se indicó en el Decreto 717/2019, los fines de semana que van a destinarse a “promover la actividad turística" serán el lunes 23 de marzo, previo al feriado por el aniversario del golpe cívico militar el 24 de marzo; el viernes 10 de julio, posterior el feriado por la declaración de Independencia Argentina; y el lunes 7 de diciembre, día anterior al feriado por el día de la virgen.
De esta manera, el año próximo tendrá 11 feriados inamovibles, a los que se les agrega los tres "feriados puentes", los tres días no laborables y los feriados de Carnaval que son el lunes 2 y el martes 3 de marzo.
Publicado en Diario "Río Negro", 27/12/2019.

Los gorilas no son progresistas Por Norberto Alayón.

El virtuoso y destacado periodista Luis Bruschtein hizo mención, en su artículo del 11 de diciembre publicado en el diario Página/12, al “progresismo gorila”. Al respecto, nos parece conveniente exponer algunas apreciaciones tendientes a pensar la pertinencia de esa caracterización, señalando --no obstante-- que esa referencia tangencial no invalida, en modo alguno, la certeza central de dicho texto con el cual coincidimos plenamente.
En los países subordinados al imperialismo, posicionarse en rechazo del campo nacional y popular lleva indefectiblemente a la negación de la eventual categoría “progresista”.
De ahí que, en Argentina, los antiyrigoyenistas de ayer y los antiperonistas de ayer y de hoy renuncian objetivamente, aun sin saberlo en muchos casos, al comportamiento presuntamente “progresista” en relación a los proyectos populares concretos, es decir alejados de posiciones abstractas, de principismos estériles, de alegatos y exhortaciones infantiles.
Obviamente, en nuestro país, se puede no ser peronista; pero ser antiperonista (gorila, en su versión más doméstica y cotidiana) niega desde el vamos cualquier pretensión de asumirse como “progresista”.
La incomprensión acerca del carácter y particularidades de los “países oprimidos” (en términos del propio Lenin, el ruso no del lamentable ecuatoriano de hoy) lleva sistemáticamente a los “progresistas” y a los “izquierdistas” a posicionarse en contra del campo popular y, en definitiva y en concreto, terminan abonando el campo antinacional.
Se muestran inhibidos e incapaces de comprender las contradicciones principales por las que atraviesan nuestros países, aún oprimidos y no significativamente libres, en los aspectos cruciales de la soberanía política, de la independencia económica y de la justicia social. Y precisamente (y no es casual) son estas tres las fantásticas banderas nacionales, todavía inconclusas, levantadas y reivindicadas por el peronismo en el caso de Argentina.
Para recordar un solo y grave ejemplo. ¿Dónde estaban los “progresistas” y los “izquierdistas” en la crucial elección de 1946, cuando la contradicción principal era “Perón o Braden (el embajador norteamericano)”. Como es sabido, estuvieron objetiva y concientemente con Braden en la llamada “Unión Democrática”. Los “negros”, los desharrapados del sistema, comprendieron y votaron por la verdadera versión progresista (nacional y popular, aun con limitaciones por supuesto) que era Perón y no Braden. Los pulcros “progresistas”, que habían caracterizado a aquellos peronistas incipientes del patriótico 17 de octubre de 1945 como “aluvión zoológico” o como una “turbamulta con aspecto de murga”, ¿a quién votaron?: votaron sin dudar al candidato que impulsaba abierta y descaradamente el embajador norteamericano Braden.
Lamentablemente, la lucha entre las naciones opresoras y las naciones oprimidas sigue vigente. Disociar la anhelada y futura “liberación social” de la aún pendiente “liberación nacional” es suicida y se distancia desde luego de la perspectiva y del tránsito hacia la liberación total. Y es que el imperialismo y las oligarquías nativas aliadas al mismo continúan siendo el enemigo principal de nuestra emancipación.
Resulta vital poder reconocer el valor y la progresividad histórica de los movimientos nacionales y populares (democrático-burgueses) en nuestros países. Y es bien llamativo cómo la derecha y la “izquierda” suelen coincidir en los hechos en la oposición a dichos movimientos. La derecha actúa coherentemente en función de sus intereses y la preservación de sus privilegios, mientras cierta “izquierda” demuestra su trágica incapacidad para comprender la cuestión nacional en nuestros países.
De ahí que, aunque pudiera parecer como ofensivo, no sólo existen cipayos de “derecha”, sino que algunos otros (aun con las mejores intenciones, pero de principismo abstracto) se transforman en cipayos “de izquierda”. Porque los “izquierdistas”, en nuestra sojuzgada América Latina, son meramente “izquierdistas”: en definitiva, podría decirse que no son la izquierda.
Por todo ello, los “gorilas” --embebidos de una enorme incomprensión y hasta de odio hacia los sectores populares-- no son progresistas. Reiteramos, entonces, que --por supuesto-- se puede no ser peronista, pero en Argentina ser antiperonista (gorila, de derecha o de izquierda) nos aleja irremediablemente de la necesaria construcción de un país más libre y más justo.
Norberto Alayón es trabajador social y profesor consulto (Facultad de Ciencias Sociales-UBA).
Publicado en Diario "Página12", 27/12/2019.

Salinas Chicas, la laguna color nácar del sur de la Provincia de Buenos Aires.

Las Salinas Chicas están a casi 800 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires (en el partido de Villarino), pero a menos de 50 de La Pampa y a 80 de Río Negro, en el sur de un territorio donde se mezcla el monte, el desierto pampeano y la estepa patagónica. Son tierras secanas, donde el agua es un bien preciado y la tierra agrietada y los caminos polvorientos son una postal común.
"Es un ambiente hostil, el sol no te perdona", advierte Juan Hitce, propietario de la fábrica de sal La Aurora, a un costado de la diáfana y rosácea salina de 5000 hectáreas donde cosechan dos veces al año hasta 300.000 toneladas de sal, que extraen y procesan para abastecer a diferentes industrias, químicas, alimenticias y hasta bélicas. "La sal está presente en gran parte de los cosas que nos rodean", aclara quien pasó desde pequeño sus días entre monumentales icebergs de sal.
"Hay que derribar mitos, a la sal no se le muele hueso ni vidrio", aclara Hitce, de 41 años. Su familia está presente en la salina desde 1938. La salina es una postal de otro planeta. Hundida en una depresión que está a 40 metros debajo del nivel del mar, de septiembre a fin de año presenta un color surreal tornasolado, como el nácar de las conchas marinas.
"Es la salmuera. Esperamos que se seque y comenzamos a cosechar", comenta Hitce. El proceso de extracción de la sal depende del régimen de lluvias. Cuando lo hace, el agua forma una capa de algunos centímetros que con los días se va secando. En algunos rincones de la salina se debe caminar con botas especiales, resistentes a la corrosión de la sal. "El salinero debe estar esperando a la laguna y no la laguna al salinero", sentencia Hitce.
Las máquinas cosechadoras parecen pequeños trenes corroídos por la sal. Se mueven lentamente hasta el sector de la salina en donde se realiza la cosecha. Algunas de estas máquinas tienen 50 años y siguen en actividad. Los motores deben estar preparados para estar encendidos durante un mes, que es el tiempo promedio que demanda una cosecha. "Antes la sal era llevada a la planta en mulas", advierte Hitce.
La cosecha se espera con mucha ansiedad. "Es gloriosa", dirá el responsable de La Aurora, recordando su primera, a los diez años de edad. La laguna (así llaman a la salina, y a ciencia cierto lo es) se debe secar. Luego de que la salmuera, el agua excedente de lluvia que cayó sobre ella, se solidifique, se pasa un rastrillo que va cortando la sal. "La va peinando". El segundo paso es ir acordonando la sal en largas filas de pequeñas parvas, que la dejan preparada para que las máquinas cosechadoras la levanten y las depositen en camiones que la trasladan hasta la fábrica, a menos de un kilómetro de aquí.
Todos los trabajadores están protegidos por anteojos negros y pantalla solar para la piel, que intentan cubrir con cuellos de tela. "Sin anteojos podés sufrir heridas en los ojos", cuenta Chepo, así se lo conoce aquí, que hace más de 50 años está trabajando en la salina.
"La sal pasa a formar parte de tu vida. Para otra persona es un lugar infernal, pero para mí, la salina es mi casa, te acostumbrás a no poder ver", resume el hombre, que no quiere decir su edad.
"Podemos tener hasta dos cosechas al año. Este año llovieron apenas 265 mm cuando lo normal es 500 -dice Hitce-. A nosotros nos sirve que llueva menos, para que la poca agua que entre, se convierte en sal".
Cuando la sal llega a la planta, las opciones son dejarla tal cual está o lavarla y someterla a diversos procesos. Hay industrias que las usan en estado puro. "La industria pesquera de Mar del Plata necesita una sal común, sin procesamiento", comenta Hitce. La sal que llega directamente de la salina se fracciona en bolsas de 25 y 50 kilos, se paletiza y va a la costa.
"Se usa toda para la anchoa, que se cocina en sal", explica. También tienen como clientes a las curtiembres, porque durante el proceso de tratamiento del cuero, se usa sal pura. La sal que resta, se lava.
La lavadora de sal usa un mecanismo simple, como todo en esta industria. Se van llenando dos grandes tolvas que van triturando los bloques de sal que llegan de la salina, recién cosechada. Aquí recibe agua (una mezcla de agua dulce y salobre). La sal, que llega con algunas pocas impurezas, aquí las pierde. Luego es trasladada por una cinta y cae hasta formar parvas de hasta cinco metros de altura. Palas mecánicas van llevando esta sal lavada a otro sector donde se apilan hasta constituir los denominados icebergs de sal, inmensos bloques salinos de hasta 15 metros de altura. Cada 20 minutos se llenan las tolvas. Es un trabajo que comienza a las siete de la mañana y termina a las cuatro de la tarde.
Existen muchas clases de sales que se hacen a partir de la lavada. Las industrias que requieren la sal de este tipo son la química, para hacer cloro, lavandina y soda caústica. "Con esta sal se hace el bicarbonato de sodio o se usa para blanquear papel", afirma Hitce.
"La lavandina y el cloro se hacen con sal, agua y electricidad, en distintas proporciones", explica. La sal lavada también pasa a una etapa de más refinamiento: la centrifugada. "Como si fuera un enorme secarropas, a la sal lavada se la somete a movimientos centrífugos con calor; de esta manera pierde humedad", afirma. La sal centrifugada se usa para la industria textil, es considerada una de las sales secas, con hasta 3% de humedad, contra 5% a 6% de la sal lavada.
Entre las secas, hay cuatro grupos: la gruesa, la entrefina, la fina y la impalpable. Los usos de la última demuestran hasta qué punto está presente este elemento químico natural en el mundo actual. "La impalpable se usa para el maní japonés, pero también para hacer pólvora", sostiene Hitce.
La historia de la salina arranca en 1903 cuando Bernardo Graciarena se instala en la región, comprando una gran porción de tierra, incluyendo las Salinas Chicas. A los pocos años, empieza la explotación con métodos muy arcaicos: la sal se cosechaba con pala y se embolsaba in situ. El trabajo era manual. Una larga fila de mulas luego llevaba la sal hasta la fábrica. En 1910, se hace un tendido ferroviario de 8 km. que unía la salina con Nicolás Levalle, la estación y población más cercana, y de allí iba a la Ciudad de Buenos Aires. La sal se trasladaba sobre rieles. En 1950 la producción se mecaniza y el método de extracción no cambió desde entonces.
La sal tuvo una inmensa importancia a mediados del siglo XIX y las primeras décadas del XX con los saladeros. "Había un pueblo alrededor de la fábrica", recuerda Diego Barmansche, que trabaja en la planta. Su abuelo, padre, hermana, y tías trabajaron en la salina. "Había alrededor de 40 familias viviendo acá, hasta se construyó una escuela, a la que fuimos todos", afirma.
"Las fiestas de fin de año eran multitudinarias, éramos una gran familia", confiesa. Entonces toda la actividad laboral y familiar pasaba alrededor de la salina y la fábrica. "No era común que la gente tuviera autos, y no salíamos mucho. Dos veces a la semana, venía un colectivo que nos llevaba a Médanos (a 20 km); íbamos con mi madre a hacer compras. Era nuestra única salida", rememora. Hoy, los 80 empleados de la fábrica tienen auto y todos viven en aquella ciudad, o en Nicolás Levalle. Algunos llegan desde Bahía Blanca, a menos de 100 km.
Un estudio determinó que las Salinas Chicas estarán produciendo sal por 5000 años. La cosecha hermana a todos. Área directiva y empleados, todos se encuentran en la salina, a la que se llega con viejos tractores. "Tratamos de tener stock para dos años, por si nos agarra una época lluviosa", acuerda Hitce. La sal no se degrada ni pierde ninguna de sus propiedades con el paso del tiempo. "Saber que tenemos sal, nos tranquiliza", resume.
Fuente de información e imágenes: Diario "La Nación", 25 de diciembre de 2019.

¿Es sexista el idioma español?

¿Es sexista el idioma español?

El debate sobre el lenguaje inclusivo se ha convertido en una explosión global que va de Argentina a Alemania, pasando por Francia y Estados Unidos.
Por Sergio Muñoz Bata.

Todo empezó con una confusión sobre el origen de un sustantivo. En un artículo periodístico escrito en inglés y reproducido en Facebook, el autor acusaba a los académicos progresistas estadounidenses de pervertir el idioma español inventando términos como “Latinx”.
Mi amigo y ex editor en Los Angeles Times, Bob Sipchen, me preguntó mi opinión sobre la teoría del autor y mi respuesta fue tajante, unívoca y, ahora creo, un poco estrecha. “Latinx”, le dije, “es un término en inglés que nada tiene que ver con la lengua de Cervantes o de Gabriel García Márquez. Lo inventó un grupo de académicos/activistas para describir a quienes sienten que los sustantivos ‘latino’ o ‘latina’ no describen adecuadamente a las personas de género fluido es decir, a gais, lesbianas, travesti o bisexuales".
Después pensé, es evidente que el origen del término está en el “Spanglish”, una especie de dialecto o idioma en el que se mezclan palabras en inglés y en español –"El sarape de mi personalidad comes in fantastic colors", escribió el poeta chicano Alurista en los años 70–, en un acercamiento al lenguaje real utilizado en los barrios mexicanos de Estados Unidos.
En rigor, creo yo que la confusión empezó cuando alguien, arbitrariamente, decidió definirnos como "latinos" a quienes venimos de Iberoamérica. “El término ‘latino’, me dice el periodista español autor de importantes libros sobre la lengua española, Alex Grijelmo. cuando se refiere a personas, define simplemente a los que procedemos de alguna cultura que tiene como madre el latín. Y punto. Eso incluye a quienes hablan español, portugués, italiano, francés u otras lenguas romances. En Estados Unidos se emplea impropiamente para designar a los "hispanos" que tienen como cultura el español, pero no suelen llamar "latino" a un rumano o a un francés”.
Pero volviendo al término Latinx, me pregunté: ¿usamos ese término los hispanoparlantes? La respuesta fue un definitivo no, nunca he oído a ningún paisano utilizarlo. En cambio, sí he oído a políticos como Elizabeth Warren utilizarlo en inglés apegándose estrictamente a las normas del “lenguaje correcto”, es decir para quedar bien con votantes latinos de izquierda. Pero aún en ese caso, la pregunta seguía siendo ¿Qué tanto entienden ese término de difícil pronunciación los hispanos que hablan solo inglés o son bilingües?
¿Y si el Spanglish es un dialecto del español, podríamos decir que es sexista el idioma español? Sí, dice la escritora española Rosa Montero, “Es verdad que el lenguaje es sexista, porque la sociedad también lo es”.
¿Si cambiamos el lenguaje cambiará la sociedad? “No, el lenguaje no cambiará la realidad, la realidad es la que acabará cambiando el lenguaje”, dice Grijelmo. 
¿Hay otros idiomas sexistas? Aparentemente sí, en tanto que el debate sobre el lenguaje inclusivo se ha convertido en una explosión globalizada. En Latinoamérica hay jóvenes que están cambiando las vocales “o” masculina y “a” femenina, por la “e” neutra. “Elle” en vez de “el” o “ella”.
En Francia se ha prohibido el uso de lenguaje neutro en documentos oficiales; en Alemania la inserción de asteriscos y estrellas a sustantivos para reconocer su género ha propiciado un escándalo mayúsculo entre puristas y progresistas.
Así las cosas, yo concuerdo con la conclusión de Grijelmo en su Propuesta de acuerdo sobre el lenguaje inclusivo de que "Cuando todos seamos iguales, cosa que por el momento está lejos de ocurrir, cuando se hayan resuelto las diferencias salariales, la violencia machista, la discriminación de la mujer, cuando haya desaparecido todo eso y la igualdad sea plena, el lenguaje dejará de ser una batalla".

Publicado en Letras Libres.