GRACIAS POR ESTAR AQUÍ...

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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

“
"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

viernes, mayo 31, 2019

Los secretos de la primera farmacia del país, un lugar centenario que se mantiene en pie en el corazón de San Telmo.


Los secretos de la primera farmacia del país, un lugar centenario que se mantiene en pie en el corazón de San Telmo.
La Farmacia de la Estrella es una auténtica joya del patrimonio porteño, que abre sus puertas a diario como local comercial y como museo, con más de 130 años de historia. Por allí pasaron grandes próceres como Bartolomé Mitre y Julio Argentino Roca, entre otros.

Tiene el olor de lo histórico y la oscuridad de lo antiguo. Desde 1885 la Farmacia de la Estrella está a pasos de la Basílica de San Francisco, en una zona de calles angostas y adoquines de San Telmo, en la Ciudad de Buenos Aires. "Mantenemos las luces bajas para preservar los lienzos. Aquí en invierno hace frío y en verano, calor. Para cuidar el arte tenemos que moderar el uso del aire acondicionado", explica a Infobae Alejandro Cardelli, uno de los actuales dueños del lugar.
Ubicada en Alsina y Defensa, por esta esquina emblemática pasaron grandes próceres argentinos como Bartolomé Mitre, Julio Argentino Roca, Carlos Pellegrini e Hipólito Irigoyen, que hacían reuniones en el subsuelo del boticario. Con más de 130 años de historia, la farmacia permanece en funciones hasta la actualidad para atender al público y, además, ser museo.

"Ayer estuvimos desde las ocho de la mañana hasta las doce de mediodía recibiendo a maestras y niños de jardín de infantes. Los chicos se fascinan con la balanza pero… 'avísenme antes de venir y coordinamos', le dije a la directora", ríe el farmacéutico, que hace cinco años se asoció a Francisco Malfati para dirigir esta joya centenaria ubicada en el corazón del casco histórico porteño.
Mientras, mapa en mano, una pareja de alemanes comenta lo bello del piso de mosaicos genovés, Alejandro apunta: "Estamos en todas guías de turismo de Europa. Vienen cincuenta extranjeros por día. El domingo abro básicamente para chilenos y brasileros".

El desafío de honrar la historia
"Yo manejaba veinte farmacias de una cadena grande cuando me llamó por primera vez el padre de mi socio. Le contesté: "No me interesa, gracias". Me insistió durante un año. Hasta que acepté tomar un café en aquella mesa de este bar", relata el farmacéutico en otro notable, el Bar La Puerto Rico, de 1887. "Vení que te la muestro", parece que le dijo y… "¡Cuando la vi!", rememora Alejandro como si hablara del amor de su vida. "Quedé encantado. Dejé todo y me asocié. Sabía que era un desafió desde lo económico pero no podía dejarla ir", cuenta sobre ese romance ineludible, que promovió Malfati, cuya familia está en la farmacia hace tiempo.

De Villa Regina, Río Negro, Alejandro eligió su profesión admirando a su abuelo, "el farmacéutico de Luis Beltrán", una localidad vecina. "Lo veía preparar las cremas con una cuchara de madera enorme y me fascinaba. Porque en esa época empezaban las droguerías pero todavía las tinturas y jarabes se preparaba en las farmacias", cuenta Cardelli, que estudió la carrera en la Universidad de La Plata.
Entonces, basta poner un pie en el primer escalón de aquel antiguo boticario de Monserrat, para vivir ese viaje al pasado en ritmo presente. Porque transeúntes vienen y van, guareciéndose de la lluvia debajo de la misma pérgola de vidrio y hierros que está hace casi 135 años. Mientras tanto, el cartel de la entrada, en marrones y caqui, sigue como entonces para que los clientes atraviesen las puertas vaivén con vidrio de Venecia y se acerquen a los mostradores de madera de nogal traída de Italia para comprar un remedio de este siglo, algunas cremas antiage o perfumes de moda.

Están también los turistas que, sin comprar, entran especialmente para conocer esta gema porteña. Y quedan extasiados frente a los dos lienzos y el fresco –El triunfo de la farmacopea frente a la enfermedad– que pintó el italiano Carlos Barberis en 1900 y que engalanan paredes y cielo raso. Todo mientras Alejandro señala "la chica estudiando la fármaco botánica", en el lienzo de la izquierda y los frascos Erlenmeyer y balón y la auto clave –para esterilizar–, en el de la derecha. Entonces se hace eco de los rumores de entonces: una de aquellas dos damas de los lienzos sería Mercedes Quiroga, la hija del caudillo, casada con Antonio Demarchi, uno de los hijos de dueños de la farmacia.
Pero el arte de la Farmacia de la Estrella se presume además en cada uno de los muebles, cajones, mostradores y estantes que están coronados por un reloj de época que "anda perfecto y sólo necesita cambio de pila de vez en cuando". Se observa también un banco "que está como entonces" y los frascos color caramelo "que se usaban para que las drogas no se oxidaran con la luz". Mientras que los azules "siempre fueron para fragancias y artículos de perfumería".

–¿Cómo hacen para mantener una farmacia de 1885?

–Tenemos un contrato de bienes raíces que funciona como un alquiler de por vida. Eso implica hacernos cargo de la manutención. No contamos con ningún tipo de apoyo. La gente del Museo (de la Ciudad, donde se exponen objetos cotidianos de la antigua vida porteña) hace lo que pueden. Nuestro único rédito es mostrarla con orgullo. Es una verdadera reliquia. Yo soy farmacéutico. Cuando me enamoré al verla y me asocié con Malfitani no tenía ni idea de antigüedades, ni arte. Pero, con ayuda de expertos y restauradores, aprendí mucho.

–¿Y por dónde pasan los mayores desafíos de conservarla, en el día a día?

–Las veredas son angostas, muchos camiones dañan los toldos al pasar. El año pasado tuve que cambiarlos dos veces. Las calles son de piedra, los autos pasan y se mueve todo, entonces los pisos de mosaico se levantan. Guardo cada pieza que se sale y cada seis meses viene un especialista y la pega. El cableado es de época. Y de hecho el otro día vino el electricista por un aplique y me decía: "No hay manera de arreglar esto". Yo le contesté: "Arreglalo como puedas, pero no me la cambies". La madera se conserva con una cera en particular que se aplica cada un tiempo determinado. La trabaja un carpintero especial. Porque acá todo está en funcionamiento. Los cajones no son artículos de decoración, se usan para guardar los remedios.
–¿Es muy difícil mantener un lugar así?

–Si no estás en los detalles, todo se va perdiendo o dañando. Hay humedades, suciedad y hollín. Hace diez años hicimos una gran restauración con expertos y a pulmón. Pero llegamos hasta la mitad de la farmacia. Fue carísima. Hoy no podemos seguirla. Queremos, pero económicamente sería imposible. Sí estamos por pintar la fachada. Y además ya llamé al pintor restaurador para repasar el cartel de entrada. Todos los días hay algo para limpiar o arreglar. Porque si te dejás estar se cae a pedazos. Hay quienes aseguran que en un momento estuvo a punto de ser demolida. Nosotros estamos todo el tiempo en el mix de conservarla y atender el comercio, porque vivimos de la farmacia.

–Es decir que funcionan como una farmacia más…

–Claro. Hacemos todo lo que hace una farmacia. Tenemos vacunatorio para grandes y chicos. Aquí trabajan 14 personas. Abrimos de lunes a viernes de 8 a 20 horas; los sábados de 8 a 13 y los domingos, de 9 a 15 horas. Tenemos dos laboratorios: homeopatía y alopatía. El primero son las Flores de Bach, Glóbulos y demás. El segundo, los medicamentos que preparamos nosotros. Compro la droga, la peso y tengo la máquina de hacer comprimidos. Además, hacemos las tinturas madre.
–¿De que se trata?

–Consiste en extraer de una planta el principio activo para crear medicamentos. Hay tintura madre para diabetes, menopausia, fiebre, torcerduras. En los grandes laboratorios se hacen procesos de síntesis. Nosotros hacemos una maceración, que lleva siete días con alcohol a 70. Extraemos, filtramos y obtenemos productos muy buenos. Entiendo que la homeopatía se ponga en duda, pero las tinturas madres son indiscutibles. Hay un cuento que lo grafica. Pedro y Juan eran amigos y tenían sus casas a la vera del río, a cien metros de distancia y separadas por un sauce. La corriente iba de lo de Pedro a lo de Juan. Pedro, que sufría de dolores de cabeza, le decía a su mamá: "Cuando paso el día en lo de Juan, y tomo agua del río, se me va el dolor de cabeza". La mamá no entendía… No sabía que del sauce se extrae el ácido acetilsalicílico de la aspirina.

De sótanos y boticas

La historia de la Farmacia de la Estrella dice así. En 1834, casi veinte años después de la Revolución de Mayo, Bernardino Rivadavia convocó al bioquímico y botánico Pablo Ferrari para que fundara el primer boticario del país. Cuatro años después, se la vendieron a Don Silvestre Demarchi, un suizo –además el primer cónsul italiano en Argentina– que junto a la farmacia instaló una droguería que a mediados de siglo era la más importante de Sudamérica. Lo sucedieron sus hijos Demetrio, Marcos y Antonio –el yerno de Facundo Quiroga– que establecieron sucursales en Rosario, Córdoba y San Nicolás, además de Montevideo.
En 1864, Demetrio Demarchi se asoció al norteamericano Melville S. Bagle –que había trabajado de joven como cadete de la farmacia– y viraron a lo que sería Bagley y Cia, el gigante de las galletitas. Pero la droguería siguió creciendo. Y en 1885 los hermanos Demarchi se unieron con el bioquímico Domingo Parodi, para construir el local de la esquina de Defensa y Alsina.

A fin de siglo Marco Demarchi di Demetrio se organizó con José Soldati, Juan Carlos Craveri y Domingo Tagliabue para crear una sociedad anónima. Y en 1968, el famoso arquitecto José María Peña creó el Museo de la Ciudad en buena parte del edificio que originalmente era boticario. Así, la Farmacia de la Estrella pasó a ser Patrimonio Cultural de la Comuna y desde entonces forma parte del Casco Histórico de la Ciudad de Buenos Aires.
"Junto a sus mostradores o en sus trastiendas dábanse cita, noche tras noche, los parroquianos más expectables del barrio en tertulias que se prolongaban invariablemente hasta promediar la noche, cuando el silencio dominaba en la ciudad y solo quedaba en la rumorosa botica el farolillo tras la ventana, indicador de un servicio nocturno que aun hoy conserva su tradicional y misteriosa apariencia", escribe Francisco Cignoli, en su Historia de la Farmacia Argentina, de 1953. Habla de aquellas históricas reuniones en los subsuelos, de las que participaban Bartolomé Mitre, Julio Argentino Roca, Carlos Pellegrini e Hipólito Irigoyen.
Enclavada al lado de una iglesia, para que quienes la necesitaban pudieran ubicarla fácilmente buscando el campanario más cercano, la Farmacia de la Estrella vendió el primer algodón de la marca que hoy conserva el mismo nombre. Pero además, de aquella esquina salió el Tetralgin de Craveri, la Hesperidina de Bagley y las pastillas para la tos Parodi.

Y entre inmigrante ilustres, como bien relata Alejandro Cardelli, la Farmacia sigue ligada a la historia. "En aquella época los dirigentes se reunían en nuestros subsuelos. Ahora, todo el tiempo se cruza algún Ministro o funcionario a comprar medicamentos. Y nuestros farmacéuticos son los únicos acreditados para entrar a aplicar inyecciones a la Casa Rosada. Nos llaman secretarios e incluso vamos por el Presidente con algún que otro envío", detalla el farmacéutico que, desde su lugar, no sólo vela por la historia argentina sino que además acude a las urgencias de estos tiempos.
Publicado en INFOBAE, 12/05/2019.

Juicio al ginecólogo: premiaron a Rodríguez Lastra por interrumpir un aborto legal. Este jueves realizaron un acto en la ciudad de Buenos Aires para homenajear y entregar una distinción a médico que está condenado por obstruir un aborto no punible.

Juicio al ginecólogo: premiaron a Rodríguez Lastra por interrumpir un aborto legal.

Este jueves realizaron un acto en la ciudad de Buenos Aires para homenajear y entregar una distinción a médico que está condenado por obstruir un aborto no punible.

Este jueves se llevó adelante un acto a cargo del partido Democracia Cristiana, de la ciudad de Buenos Aires. Homenajearon y premiaron al ginecólogo Leandro Rodríguez Lastra, quien está condenado por obstruir un aborto no punible en Cipolletti. En julio se conocerá la pena que determinará el tribunal, que lo encontró culpable por incumplir sus deberes como funcionario público.
Lastra fue considerado un “héroe” en la sede de Democracia Cristiana Porteña, adonde un grupo de referentes que se autodenominaron “pro vida” le entregaron una distinción. Destacaron que fue por su “valentía al salvar las dos vidas” y celebraron que se negó “a llevar adelante un aborto en la Ciudad de Cipolletti, Río Negro lo que le generó una denuncia penal que hoy lo tiene como condenado”, reconocieron.
Allí, según consignaron fuentes de ese espacio político, el presidente del distrito, Carlos Lionel Traboulsi, invitó a todas las organizaciones e instituciones “defensoras de las dos vidas”, que estuvieron presentes, a que reciten “un compromiso por la defensa de la vida y familia”, dijeron, y luego leyeron un escrito que fue repartido entre los presentes a modo de oración.
En ese marco lanzaron “la línea 0800 220 DCBA (3222) que recibirá denuncias, pedidos de informes, aclaraciones, de padres, docentes, no docentes y alumnos sobre la implementación de la Educación Sexual Integral” (ESI), algo que fue considerado como “ideología de género”.
El evento fue coordinado por el secretario general de ese espacio, Roberto Martínez, y participaron las doctoras María Alejandra Muchart y Ana María Parini.
Otro espacio que también se sumó al evento fue el Consorcio de Médicos Católicos, desde donde expresaron “solidaridad” con el médico. Sus referentes consideraron al dictamen del juez como una “injusta situación” y aseveraron que encargan el asunto a la “divina providencia”.
Al final del acto el médico expresó que recibió el homenaje “por haber hecho mi trabajo”, y se preguntó: ¿qué dice eso de la sociedad?”, para responderse a sí mismo: “había un niño cuyo corazón latía en el vientre de su madre y me jugué para que ese chico nazca. Recibo una distinción por salvar dos vidas”, sostuvo entre aplausos y gritos de “héroe”.
Publicado en Diario "Río Negro",31/05/2019.

Juan Carlos Cobián, el gentleman del tango. Juan Carlos Cobián nació el 31 de mayo de 1896 en Pigüé.campiña francesa.

Juan Carlos Cobián, el gentleman del tango.

Juan Carlos Cobián nació el 31 de mayo de 1896 en Pigüé, un pequeño pueblo bonaerense con reminiscencia de la campiña francesa.
José Valle (*) / Especial para "La Nueva."
   Cuando contaba apenas con 3 años, los Cobián se trasladaron a Bahía Blanca. Afectiva y sentimentalmente ligado a esta ciudad donde su familia residió por muchos años y donde existió la casa paterna que inspiró el tango “La Casita de Mis Viejos”, estudió en el Conservatorio Williams teniendo como profesor a Numa Rossotti.

   En 1913, ya recibido, Cobián llega a Buenos Aires. Dormía en hoteles de $1 la cama y se ganaba sus primeros pesitos como pianista en una cervecería alemana y varios cines, en los que ponía la cuota de música al silencio de las películas.

   Conforma trío con uno de los más cotizados bandoneonistas del momento, Genaro Espósito y el violinista Ernesto Zambonini, hombre de facón al cinto. Juan Carlos estaba en la vereda opuesta de este músico: él era un típico "cajetilla" al que le bastaban sus certeras trompadas, generalmente por cuestiones de polleras.

   En esos años, Cobián ya es reconocido por su gran calidad musical y su refinada elegancia en el vestir, un verdadero dandy de cuerpo atlético, con el que hacía estragos entre las mujeres, que eran su debilidad junto con el whisky y el champagne.

  Vive cinco años en Estados Unidos llegando a trabajar junto al gran Rodolfo Valentino.

   Compuso "Los dopados" (retitulado "Los mareados"), "La casita de mis viejos", "El cantor de Buenos Aires", "Shusheta", "Niebla del Riachuelo", "Hambre", "Rubí", "Nostalgias" y "A pan y agua" (con letra de Cadícamo), "Es preciso que te vayas" (C. Flores), "Volvé a mi lado", "No me cortes las alas", "Has cambiado por completo" (con E. Dizeo), “Mi refugio" (P. Numa Córdoba) y "El motivo" (P. Contursi), "La noche de los dos", "Monedita de plomo" (ambos con letra propia) y muchos otros.

   Luis A. Sierra escribió: “El tango nace exclusivamente como danza popular y procedente de muy dispares fuentes de origen. Existe un proceso de evolución musical del tango; originalmente intuitivo por sus pioneros ejecutantes (...) Corresponde a Cobián la feliz e invalorable contribución de crear formas instrumentales del tango en relación artística con los métodos ya adquiridos por la composición del género”.
   Cobián contribuyó a gestar toda una tendencia en la cual se rindió culto al melodismo y en la que inscribieron luego sus tangos los hermanos De Caro, Lucio Demare, Pedro Laurenz, Aníbal Troilo, Antonio Rodio, Alfredo Malerba y otros.

   Me contó el recordado guionista y autor teatral Abel Santa Cruz, que Cobián era muy amigo, entrenaban juntos con el boxeador mediopesado Santiago Róttoli y eran compañeros de farra. Róttoli era un boxeador de pegada demoledora y mandíbula de cristal, es así que sus peleas las ganaba o las perdía por KO. Cobián y Róttoli con su pinta rompían corazones en la noche porteña hasta que el boxeador se enamoró perdidamente de una bella sanjuanina que al poco tiempo lo abandonó. Róttoli, deprimido, una fría madrugada de julio de 1934, se pegó un balazo en la cabeza, en el paseo de La Piedad del porteñísimo barrio de Congreso.
   El actor Juan Carlos Thorry siempre relataba que Cobián, en épocas de malaria económica, cuando andaba de gira por el interior del país, siempre viajaba con una vieja valija y un estuche de guitarra. ¿Para que un pianista quiere un estuche de guitarra? Allí ponía su ropa y enseres personales, dejando la valija en los hoteles y yéndose sin pagar con la excusa de ir a tocar.

   El 10 de diciembre de 1953 murió en el Hospital Fernández. Solo. Había perdido el conocimiento y hasta le habían robado su eterna pulsera de oro sin cierre (que había hecho soldar para hacerla “imperdible” en sus asiduas peleas a puño limpio). Tenía 57 años de vida intensa.

   ¿Había algo más que hacer en la tierra después de haberlo hecho todo? Juan Carlos Cobián había elegido vivir de primera y morir de segunda. Se fue de este mundo sin dinero, “quizás porque la mortaja no tiene bolsillo” escribió Cadícamo. Dejó 50 obras publicadas en Buenos Aires y valiosos manuscritos de tangos inéditos.

(*) El autor es historiador del tango, escritor, productor cultural.Director del Festival Nacional de tango "Carlos Di Sarli " de Bahía Blanca.

Publicado en Diario "La Nueva Provincia", 25 de Mayo de 2019.

jueves, mayo 30, 2019

Gasparri ya descansa en el pueblo que creó: El Chañar. Las cenizas de quien creó el polo productivo a orillas del río Neuquén fueron trasladadas por su familia desde Córdoba para descansar en el mirador del pueblo.

La familia de Roberto Gasparri trasladó desde Córdoba hacia San Patricio del Chañar las cenizas del creador del emprendimiento productivo que nació reconvertido a orillas del río Neuquén.
Los familiares se congregaron junto a autoridades municipales en el mirador de la ciudad, para depositar allí una urna con las cenizas.
Este lugar había sido elegido por él mismo junto a su esposa como el sitio final donde descansarían sus restos al final de sus días.
Según informó la municipalidad de San Patricio del Chañar, ese lugar había sido elegido por la pareja en momentos en los que nacía San Patricio del Chañar y desde allí podía verse a la distancia, el movimiento de una ciudad pujante.
De la misma manera, el propio Gasparri había propuesto la entronización de la Virgen en ese lugar, para que los devotos al pasar, puedan tener allí un espacio destinado a la meditación.
El intendente de la ciudad Ramón Oses dijo que “tener entre nosotros a don Roberto Gasparri es asumir que uno pertenece al lugar donde deja su corazón, donde uno deja el sudor que persigue los sueños y donde uno mira más allá del tiempo presente. Donde uno contempla que esta tierra que pisamos nos pertenece a nosotros, a nuestros hijos, y a todo aquel que no duda en trabajar incansablemente para levantar un país en cualquier lugar, por más remoto que sea”. 
El mandatario local acompañó a Ana María Orozco, viuda de Gasparri, familiares y amigos, en este íntimo y a la vez histórico momento.
De la misma manera, el propio Gasparri había propuesto la entronización de la Virgen en ese lugar, para que los devotos al pasar, puedan tener allí un espacio destinado a la meditación.
El intendente de la ciudad Ramón Oses dijo que “tener entre nosotros a don Roberto Gasparri es asumir que uno pertenece al lugar donde deja su corazón, donde uno deja el sudor que persigue los sueños y donde uno mira más allá del tiempo presente. Donde uno contempla que esta tierra que pisamos nos pertenece a nosotros, a nuestros hijos, y a todo aquel que no duda en trabajar incansablemente para levantar un país en cualquier lugar, por más remoto que sea”. 
El mandatario local acompañó a Ana María Orozco, viuda de Gasparri, familiares y amigos, en este íntimo y a la vez histórico momento.
Publicado en Diario "Río Negro", 30/05/2019.

El homenaje a Roberto Gasparri, creador de El Chañar.

“Ya hicimos lo posible, ahora vamos por la utopía”. Ana María Orozco, viuda de Roberto Gasparri, y su hijo Fernando recordaron una de las máximas del ingeniero en su casa de Río Cuarto durante la visita del intendente de San Patricio del Chañar, Ramón Soto, como parte del reconocimiento al visionario que desarrolló una colonia agrícola de 11.000 hectáreas en el desierto neuquino y que se fue del Valle después de una polémica quiebra y sin un solo metro de tierra.

El intendente de San Patricio del Chañar, Ramón Soto, visitó días pasados en Río Cuarto a Ana María Orozco, viuda de Roberto Gasparri. Le entregó un mapa de la ciudad enmarcado en el que se destaca la calle principal que lleva el nombre del ingeniero desde hace cinco meses, una plaqueta recordatoria, la carta de la escuela secundaria que también quiere tomar el nombre del ingeniero, otra misiva de un antiguo empleado de la empresa y diez ejemplares del libro “El visionario”, la biografía. La dueña de casa estaba acompañada por su hijo menor, Fernando.
El viaje del jefe comunal a la ciudad cordobesa fue una prolongación del homenaje que el 13 de noviembre de 2009 realizó la municipalidad a Roberto Gasparri. El ingeniero –como todos le decían– fue uno de los grandes innovadores de la fruticultura regional y el emprendedor que desarrolló una colonia agrícola en el desierto neuquino a partir de 1969 al transformar alrededor de 11.000 hectáreas de monte virgen en una rica zona productiva.
Los préstamos con altos intereses a corto plazo para financiar un proyecto a largo plazo, la década de la Convertibilidad que asfixió a la fruticultura en la región, su voluntad de invertir en El Chañar contra viento y marea y la decisión del Banco de la Provincia del Neuquén de negarse al concurso de acreedores son algunas de las razones que lo arrastraron a la quiebra. Por entonces, el presidente del BPN era Luis Manganaro, cuyo padre había sido despedido de Gasparri Hermanos tras una fuerte discusión con el gerente general.
En esta historia de paradojas, el BPN, que había jugado un rol fundamental en los años ‘70 con créditos a los compradores de chacras de entre 5 y 10 hectáreas, le bajó el pulgar a Gasparri por deber 5.000.000 de pesos en concepto de capital y 11.000.000 de intereses, pero luego abrió el grifo con préstamos en condiciones muy ventajosas a los proyectos bodegueros concretados en parcelas mucho más extensas en la tercera etapa. Esos créditos, luego refinanciados y trasladados a la órbita del IADEP -que a su vez otorgó más préstamos- superan los 400.000.000 de pesos, con tasas mucho más bajas que las que pagó quien invirtió todo su capital en desarrollar la zona.
Pocos días después de la quiebra en 2001, la familia Gasparri dejó Cipolletti y se radicó en Río Cuarto. “Queríamos sacar rápido a papá del Valle. Le hacía mal quedarse ahí”, recuerda Fernando, quien pronto abrió un negocio de todo por dos pesos en la ciudad mediterránea. Su padre, quien alquiló junto a Ana María un departamento de dos ambientes, se ocupó de recibir las bolsas que entregaban los clientes al entrar al comercio. Pero cuando el local cerraba sus puertas revisaba el stock, sacaba conclusiones y proponía estrategias de crecimiento. Así fueron sus días hasta que enfermó, debió usar silla de ruedas y pasar a un departamento de tres ambientes más amplio para que pudiera circular en ella. Falleció a los 82 años el 14 de noviembre de 2004, en una ciudad ajena a su historia.
Recuerdos.
“Qué feliz era Roberto cuando se ocupaba de las chacras y no de los números”, comentó Ana María en el comienzo de una larga serie de recuerdos.
“El volvía de un viaje, se iba a recorrer las chacras y de repente le decía al ingeniero Teixé: ‘¿Cómo está la planta 4 de la fila 3?’ Era como si tuviera la foto en la cabeza”, agrega. Invita café con leche con medialunas y continúa: “El Chañar era su gran orgullo y le encantaba llevar a sus visitantes a recorrerlo. Una vez trajo a la gente del Mercado Central de Buenos Aires. Los tuvo seis horas de aquí para allá en el calor de febrero. No volvieron nunca más, claro (se ríe). Pero él no se cansaba nunca de caminar esas tierras”.
La historia de un sobrino que militaba en la radicalizada Juventud Peronista de los 70 se lleva un tramo del relato. “Desde Buenos Aires criticaba a la empresa y decía que eran unos explotadores. Después vino a conocer, habló con los empleados, vio las condiciones de trabajo, que la gente tenía su casa, su auto. Y le dijo a Roberto: ‘La verdad es que no está tan mal…’”
Es el turno de Fernando: “La idea de la colonia agrícola era buena, pero quizás era más apropiada para otro país, sin tantos cambios en las reglas de juego y en las políticas económicas. O por lo menos era una idea para otra dirigencia política…”
Bebe un sorbo de café y enciende un cigarrillo rubio. Sigue: “Cuando yo tenía 11 años nos mandó aprender a cosechar. Mi hermano Claudio era dos años más grande y mucho más alto en aquel momento, así que no tenía que pedir ayuda para mover la escalera como yo. Recuerdo la cara de orgullo de papá el día que se instaló la primera bocatoma en el río Neuquén, fundamental para el riego, su alegría en el asado de la inauguración. Quiso a El Chañar como su otro hijo. Una de las últimas cosas que hizo allá fue denominar Canal San Emilio al del la tercera etapa. Es el nombre de mi abuelo. Y el de mi hijo”.
Ahora habla Ana María: “Una sola vez volvió a El Chañar. Quería hablar con alguien a quien llamaba y llamaba, pero como no lograba que le atendiera el teléfono, decidió ir. Cuando volvió, me dijo: ‘No sabés qué lindo está todo. Las chacras, los viñedos, las bodegas. Nosotros no hubiéramos podido hacerlo, nosotros no teníamos apoyo”.
Retoma Fernando: “Siempre le importó la investigación. Por eso trajo a los profesionales de la universidad que detectaron la presencia de bentonita en las tierras de la tercera etapa. También estuvo un especialista israelí en riego por goteo. Quería lo mejor para San Patricio. Por eso había escrito esta frase en su escritorio: ‘Ya hicimos lo posible, ahora vamos por la utopia”.
Pese a que los Gasparri nunca quisieron volver a El Chañar después de la quiebra, tienen ganas de regresar el próximo 21 de mayo, cuando la escuela secundaria pase a denominarse Ingeniero Roberto J. Gasparri.
“No tengo problemas en cruzarme con nadie, excepto con una persona”, dice Fernando, que hoy se gana la vida con un polirubro en Oberá, Misiones. La referencia es hacia Julio Viola, un uruguayo que empezó como cadete bancario en otra de las firmas en las que participaba la familia (Jugos Cipolletti) y más tarde fue el operador inmobiliario que por pedido de Roberto Gasparri empezó a vender los lotes de la tercera etapa de El Chañar en 1996. Viola asegura que después compró esas tierras en 3.200.000 dólares, según un reportaje que concedió a la revista “Fortuna” en la que se presenta como un pionero que construyó un canal de riego de 20 kilómetros y cientos de kilómetros de caminos. “Era esto o nada, y apostamos todo lo que tenía la familia en este proyecto”, dijo a la publicación.
Hoy es dueño de la Bodega del Fin del Mundo, que recibió de la provincia préstamos por 148.000.000 de pesos, parte de ellos para el rubro marketing. La bodega logró que The New York Times la destacara e incluyera a San Patricio del Chañar en el segundo lugar de 31 sitios recomendados para visitar en todo el mundo durante 2010.
“Hace diez años –dice el artículo– un grupo de aventureros productores de vino posaron su mirada en un valle argentino llamado San Patricio del Chañar, un inusualmente fértil y extrañamente bello rincón de la Patagonia. Fue arado, sembrado y esperado. ¿El resultado? Una región de vino en flor con deliciosos malbec y pinot noir y bodegas de diseño elegante”.
La gaffe de uno de los diarios más prestigiosos del mundo es la última paradoja: ninguno de los recién llegados a El Chañar producía vino antes de recibir los millonarios préstamos del BPN. Y “los aventureros productores de vino que posaron su mirada en un valle hace 10 años” fueron aventajados en tres décadas por el ingeniero Roberto Gasparri.
Diario "Río Negro", 14 de Mayo de 2010.

El pensamiento vivo de Raúl Scalabrini Ortiz.


miércoles, mayo 29, 2019

¿Por qué los 29 se comen ñoquis? Un poco de historia y una receta super fácil para compartir con toda la familia.

Los Gnocchis o ñoquis de papa, de verdura o calabaza, con fileto, bolognesa , manteca o hojitas de laurel, es una de las pastas más comunes dentro del menú de la familia argentina. Sin embargo, más allá de su preparación y de ser una excusa para reunirse con la familia, de dónde surge la  tradición de comer ñoquis los 29?
La historia de esta deliciosa tradición se remonta al siglo VIII. Según cuentan, un joven médico de nombre Pantaleón solía peregrinar por Italia, curando a los enfermos y ayudando a los pobres. En una de esas peregrinaciones, el médico le pidió a una familia si sería tan amable de hacerle un lugar en su mesa e invitarlo a comer.
Para agradecer, les predijo “un año de pesca y cosechas excelentes”. Por supuesto que la profecía se cumplió. Dicho episodio ocurrió un día 29 y se dice que los campesinos le habrían ofrecido al santo una comida simple y económica: ñoquis.
De ahí la costumbre de comer cada 29 ñoquis. La tradición de poner dinero debajo del plato, como símbolo de los buenos deseos, es más moderna y según cuentan, se debe a la viveza criolla.
Publicado en Diario "Los Andes" de Mendoza, 29 de Mayo de 2019.

La silla de ruedas creada por un roquense que asombra al mundo. El joven ingeniero Mauro Tronelli fue elegido el mejor empresario argentino y reconocido en Dubai, por una silla de ruedas omnidireccional. La semana próxima llevará su proyecto a la Cumbre Global de Discapacidad, en busca de financiación.

Innovación y solidaridad pueden ir de la mano. Así lo demuestra el flamante ingeniero Mauro Tronelli, un joven roquense que presentará una silla de ruedas especial en la “Cumbre Global de Discapacidad” que se desarrollará en Buenos Aires del 6 a 8 de junio.
La silla ya obtuvo varios premios a nivel nacional, como el del pasado 21, cuando él fue elegido el joven empresario argentino por esta silla. Pero también llegó a la final de un concurso en Dubai y ganó una mención de honor de la embajada de Israel.
Hoy Mauro está en Bahía Blanca, realizando los últimos ajustes técnicos y administrativos para mostrar su producto al resto del mundo. Es que el proyecto no para de crecer y su modelo de silla de ruedas omnidireccional es analizado por empresarios de otros países.
Todo empezó en 2011, cuando cursaba el colegio técnico de Regina, Nuestra Señora del Rosario. “Habíamos construido una plataforma omnidireccional como parte de un proyecto para una materia, pero no sabíamos qué utilidad darle. Entonces, un amigo nos contó que cuando estuvo en silla de ruedas tuvo muchas complicaciones para movilizarse en su casa. Ahí se nos ocurrió que podríamos darle un buen uso”, explica Mauro, que trabajó junto a Exequiel Morelli y David Silvestri, primero y con Ezequiel Santo, Agustina Alonso y Diego Temperini después.
Buscar la mayor movilidad en el menor espacio posible fue uno de los objetivos. Para ello, el modelo fue probado por muchos chicos y chicas con discapacidad. “Hablamos con mucha gente que usaba silla de ruedas, cuáles eran sus dificultades y vimos que esto podía ser una solución a varios de sus problemas”, comenta.
El prototipo actual comenzó a construirse en el 2014 y se terminó en enero de este año. “Estamos en la etapa de revalidación y esperamos pasar al producto final”, se ilusiona.
La inversión fue de 25 mil dólares. Si bien la mayor parte de los elementos son nacionales, la fluctuación del dólar fue encareciéndolos. Según sus cálculos, para el desarrollo de una silla más pequeña y liviana se necesitan unos 50.000 dólares. Y después de esa inversión inicial, el valor de venta al público sería de 15.000 dólares o $680.000. Un modelo similar llamado Ibot, de Toyota cuesta 50.000 dólares.
Entre las características de la silla “Siruom” -así se llama- figura que cuenta con ruedas omnidireccionales, tracción en las cuatro ruedas, sistema de mando intercambiable y más de cuatro horas de batería.
Una silla normal requiere para girar 1.5 metros, mientras que “Siruom” sólo necesita 90 cm. y hasta puede llegar a hacerlo en 70 cm. También tiene un sistema de asistencia para personas que no tienen motricidad fina. Todo el proyecto lo fuimos haciendo con los pacientes”, destaca Mauro Tronelli, que espera nervioso el evento mundial de la próxima semana.

Publicado en Diario "Río Negro", 29 de Mayo de 2019.-

Conesa recuerda la fundación del Ingenio San Lorenzo.

(ADN).- Mañana se cumplen 90 años de la fundación del Ingenio San Lorenzo, industria que impulsó productiva y económicamente el Valle de Conesa, con la elaboración de azúcar de remolacha. El aniversario del ingenio, que tuvo vigencia por una década, se recordará con diferentes actividades coordinadas por la Dirección de Turismo de la Municipalidad de General Conesa.
La Directora del área, Lic. Ivana Urquiza, informó que se trabaja en conjunto con varias instituciones de la localidad para elaborar y exponer trabajos conmemorativos, producidos por escuelas, en diferentes comercios y entidades locales, mientras que el Instituto Técnico Superior de General Conesa participará con la producción de un audiovisual referente a la producción de azúcar.
También se proyectará «El Ingenio»documental producido por el realizador audiovisual Rafael Ontiveros y la historiadora local, Inés Luna, brindará una charla en el Cine Teatro Municipal, actividades previstas para las 9.30 y para las 15.30, respectivamente.
El Ingenio azucarero San Lorenzo constituyó una industria de vanguardia que se radicó en el Valle de Conesa en 1929 y funcionó hasta 1941. Su auge y posterior cierre marcaron la memoria local, haciendo de su historia parte importante de la identidad de toda la comunidad conesina. Hoy pueden visitarse las ruinas del ingenio y las edificaciones vinculadas a sus propietarios (Capilla de San Juan y Casco de La Luisa), que forman parte del patrimonio histórico y cultural local.
Publicado en ADN Río Negro, 29 de Mayo de 2019.

El Cordobazo, una culminación de las micropuebladas de los 60 por Jorge Ossona*

El episodio develó una marea subterránea cuya detonación rápidamente se habría de diseminar como un reguero de pólvora por todo el país contra del férreo -aunque también hueco- armazón burocrático autoritario de la denominada “Revolución Argentina”.

Nuestra provincia mediterránea siempre fue el escenario de fenómenos de gran incidencia nacional. Los sucesos del 29 de mayo de 1969 se inscriben en esa línea aunque ajustada a la particular relevancia de Córdoba en esa coyuntura histórica.
Córdoba concentraba como desde los tiempos coloniales a un numeroso núcleo estudiantil procedente de las provincias. También aglutinaba al corazón de la aristocracia obrera surgida del crecimiento desarrollista a raíz de radicarse allí las grandes terminales automotrices.
La explosión de Córdoba fue el capítulo final de una serie de movimientos de resistencia en contra del gobierno del general Juan Carlos Onganía comenzados un año antes, aunque su punto de partida fue la intervención de la universidad pública en 1966 y la fractura de un gremialismo jaqueado por la puja entre “participacionistas” y los “clasistas revolucionarios”.
El episodio develó una marea subterránea cuya detonación rápidamente se habría de diseminar como un reguero de pólvora por todo el país. Se las denominó “puebladas”: microinsurrecciones conjuntas de obreros, estudiantes, profesionales, comerciantes y vecinos en contra del férreo -aunque también hueco- armazón burocrático autoritario de la denominada Revolución Argentina. Una de las corrientes de fondo fue la sorda rebelión de las nuevas clases medias respecto del sorprendente moralismo ultramontano impuesto por las nuevas autoridades desde 1966.
Un mundo plural y policromático de rock, música psicodélica inspirada por el cannabis o LSD, de píldoras anticonceptivas y sexo libre, de minifaldas y bikinis que ingresaba provocativo en cada hogar desde las universalizadas pantallas televisivas convertidas en ventanas al mundo. Y, por sobre todas las cosas, de un contestatarismo generacional que invertía la secuencialidad clásica de la sociedad burguesa entre jóvenes y adultos.
La reacción de inspiración clerical apuntaba a la revolución cultural que desde la década anterior se estaba propagando en todo occidente y que desembarcó en estas playas como un efecto inevitable de la modernización económica. Su principal emergente fueron los jóvenes rebeldes. Desde los desbordados campus universitarios norteamericanos desafiaban su reclutamiento para ir a combatir al lejano y ajeno Vietnam. Sus pares franceses hicieron lo propio desde la Sorbona durante las inolvidables jornadas de mayo de 1968.
Mientras tanto, la Revolución Argentina insistía en su cruzada moralizadora de ribetes desopilantes como las razzias del comisario Luis Margaride sobre boites, whiskerías y hoteles alojamiento para denunciar a maridos y esposas infieles.
Su jefe, a su vez, planificaba prospectivamente “tiempos” y etapas en cuyo transcurso se habría de sustanciar el “cambio de estructuras” del despegue argentino. Una clarividencia cultivada por sacerdotes cursillistas y nutrida por los saberes de los tecnócratas que habrían de disipar las dudas de los grandes inversores internacionales para motorizar el “big push” argentino que dejara atrás para siempre a la inflación, el déficit fiscal, la volatilidad cambiaria y un crecimiento espasmódico.
Un proceso más antiguo empalmaba con el Cordobazo: la caducidad de los valores de la democracia liberal. Desde la caída de Perón, las maniobras proscriptivas y la ritualidad hueca de resultados electorales consumados de antemano sepultaron definitivamente los ideales de la ley Sáenz Peña. Al cabo, una paradojal coincidencia entre el régimen y una sociedad que durante los años siguientes habría de reeditar el ejemplo cordobés en todo el territorio nacional. No se demandaba “democracia” sino “revolución”, o, en todo caso, una democracia igualitarista superadora de las perimidas y engañosas formas republicanas.
La resistencia continuó diseminándose hasta en los lugares menos pensados, como la Iglesia con sus curas del Tercer Mundo, y el propio Ejército a raíz del brote de nacionalismo neopopulista incubado en los cuadros intermedios. Ambos fenómenos, por lo demás, bien perceptibles en la propia zaga del Cordobazo como lo testimonio el jefe del Tercer Cuerpo, general Eleodoro Sánchez Lahoz, encargado de la final represión militar ante el desborde de las fuerzas policiales quien confesó sentirse John Whitelocke en medio de la segunda invasión inglesa y de su remiso subordinado de la infantería, el coronel Jorge Carcagno, luego promovido a interventor provincial.
El Cordobazo fue el comienzo del fin del experimento que ensayo por vías autoritarias resolver los dilemas abiertos en 1955.
La apertura política ulterior no hizo más que confirmar los mayoritarios sueños y utopías de redención: de un lado, las huestes clandestinas de ERP y Montoneros, sembrando al país de “justicia revolucionaria”; y del otro, a quien resultó el paradojal heredero de esos juveniles años el casi octogenario general exiliado desde 1955. Tras su muerte, el faccionalismo político cultivado durante medio siglo se redujo a su versión más primitiva: el exterminio clandestino del “enemigo”.
Y el país se internó en la noche de una nueva dictadura regeneradora que esta vez fue mucho más allá que medir faldas y rasurar melenas.
*Historiador.
Publicado en Diario "Río Negro", 29/05/2019.

Argentina: La tiranía de una agenda nefasta Por Alberto Benegas Lynch (h).

Resulta en verdad llamativo que personas que se consideran independientes y con un coeficiente intelectual aceptable se dejen manipular y llevar de las narices por quienes los embarcan en temas que en definitiva son irrelevantes. Tal vez si no les impusieran las agendas sobre los asuntos a tratar, ellos seleccionarían otros temarios pero aparentemente no pueden zafar de lo que se comenta y quedan entrampados en lo que otros dicen.

Este es el caso típico de las ofertas electorales: a medida que se acercan las fechas de los comicios o de un cambio de gobierno las discusiones se limitan a quien es el menos malo o si se votará entre el abismo y lo inoperante, entre las medias tintas o el despeñadero. Se consume así parte importante de la vida y se hace abandono de lo crucial, cual es el fundamento mismo de la sociedad abierta. Se dejan de lado esfuerzos tendientes a mostrar ideas de fondo que precisamente permitirán un mejor futuro. Es la tiranía de un temario suicida. Como he consignado antes, se procede como el perro histérico que en círculos pretende morderse la cola.
Se argumenta que no hay tiempo para imaginar otros horizontes y, paradójicamente, se extermina la cuarta dimensión con nimiedades en comparación con proyectos que permitirían zafar de los incendios cotidianos.
Los torrentes salivares y los mares de tinta que absorben lo temas comiciales no dejan resquicio para resolver los problemas a través del estudio y la difusión de valores y principios que permitirán salir del atolladero.
Todo este cuadro de situación parece montado deliberadamente para bloquear soluciones de fondo al machacar en intercambios interminables sobre lo superficial. Es que resulta más cómodo declamar sobre candidatos electorales en lugar del trabajo que demanda el escudriñar sobre los fundamentos de la libertad y las consecuencias nefastas de los atropellos a los derechos por parte de los aparatos estatales.
Algo parecido sucede con ciertos personajes que se consideran intelectuales pero que la juegan de políticos proponiendo medidas que reconocen que no apuntan ni remotamente a lo más conveniente pero que las sugieren porque son “políticamente correctas” con lo que abdican de su rol intelectual y en la práctica se venden al mejor postor.
La cuestión clave es comprender que la opinión pública en última instancia se mueve por las ideas al momento dominantes y que esas ideas nacen primero de cenáculos intelectuales que se van esparciendo como los círculos concéntricos en un estanque cuando se arroja una piedra. Se desplazan hacia los lados en donde se van tocando áreas cada vez más amplias. Las ideas no vienen del aire, son fruto de trabajos previos.
Pero si en lugar de ocuparnos de las ideas nos circunscribimos a pontificar sobre fórmulas electorales, habremos perdido lastimosamente  el tiempo y siempre estaremos empantanados en comicios circunstanciales.
Repetir como loros lo que ya está en los diarios y en los noticieros no tiene gracia. Es como detenerse en consideraciones meteorológicas frente a un enfermo grave de la familia que requiere nuestra atención.
Es hasta tragicómico observar con la rapidez que las personas suelen engancharse en acaloradas discusiones sobre nimiedades electorales mientras el país se derrumba.
En otras oportunidades me he detenido por separado y en detalle en ejemplos de ideas que podrían debatirse. En esta oportunidad solo los menciono al correr de la pluma al solo título recordatorio: la eliminación de todas las embajadas en vista de los modernos canales de comunicación, cambio del sistema nefasto del mal llamado sistema de seguridad social en realidad de inseguridad antisocial, liquidación de la banca central y el curso forzoso para que la gente pueda elegir el activo dinerario de su preferencia, el establecimiento de un genuino federalismo donde las provincias coparticipen al gobierno central solo para relaciones exteriores y defensa, eliminación de los ministerios de educación y cultura como opuestos a sistemas abiertos y competitivos en busca de excelencia, prohibición de deuda externa gubernamental al efecto de no comprometer futuros patrimonios de quienes no han participado en el proceso electoral que eligió al gobernante que contrajo la deuda, reestructuración de la maraña impositiva para establecer solo gravámenes indirectos, proporcionales y mínimos para atender los requerimientos del republicanismo, eliminación  de aranceles que siempre incrementan la inversión por unidad de producto, permitir negociaciones libres en el mundo del trabajo en el contexto de la eliminación de retenciones al fruto del trabajo ajeno y la introducción de vallas adicionales a los aparatos estatales en los tres poderes en base a lo sugerido por pensadores consubstanciados con la tradición liberal.
Por supuesto que para los distraídos estas propuestas de debate suenan como un balde de agua fría si han centrado las energías solo en descifrar embrollos comiciales sin haber prestado atención a los temas de fondo. Y no es que deban adoptarse las sugerencias telegráficamente mencionadas en esta nota periodística, sino que se trata de salir del letargo y trabajar las neuronas para eventualmente proponer otros caminos y así abandonar el pantano. Pero, nuevamente, si nos limitamos a consideraciones sobre cuales son los nombres propios de las alianzas electorales circunstanciales no habremos avanzado nada hacia lo que es en realidad la meta de toda persona de bien: el mayor progreso moral y material para cada una de las personas, especialmente para los más necesitados.
En todas las reuniones a las que asisto últimamente cuando comienzan los comentarios sobre vericuetos de la política vernácula propongo que dejemos de lado lo ya sabido y es que en el escrutinio final votaremos por el menos malo de quien tenga posibilidades de ser electo, pero para salir del pantano y alejarnos de la calesita reiterativa y tediosa más bien pasemos a otro asunto clave y es que nos preguntemos que hace cada uno diariamente para despejar ideas y por tanto para cambiar el rumbo que en el caso argentino nos aplasta hace siete décadas.

Hasta Barack Obama opina de la Selección de la Argentina y de Messi.

Tiene la solución.

Con un inesperado análisis, Barack Obama explicó por qué la Selección Argentina no puede ganar el Mundial.

“Incluso los genios trabajan a la par de otras personas para conseguir éxitos. Messi es maravilloso, pero ellos no juegan en equipo y por eso tienen problemas”, declaró el ex presidente estadounidense durante una conferencia en Bogotá.

El expresidente de Estados Unidos Barack Obama sugirió este martes en Bogotá que la Selección Argentina "tiene problemas" para ganar la Copa del Mundo porque no juega en equipo a pesar de tener al "maravilloso" Lionel Messi.
"Incluso la gente que creemos que son genios trabajan con otras personas para desarrollar su propio estilo. En Argentina, a pesar de que Messi es maravilloso, tienen problemas para ganar la Copa del Mundo", aseguró el ex presidente estadounidense en su conferencia en Exma 2019, un evento de innovación en marketing que finalizó hoy en el Movistar Arena de Bogotá.
En su disertación, Obama exaltó la importancia de las organizaciones horizontales y el trabajo en equipo, y aseveró que "muy poca gente consigue grandes cosas por sí sola".
Es en este contexto en el que hizo la afirmación sobre Argentina y Messi, al que comparó con otros genios como los pintores Salvador Dalí y Pablo Picasso, de quienes dijo que desarrollaron su "estilo propio" gracias al trabajo con otros artistas, como el francés Georges Braque en el caso del último.
"Mi consejo para los jóvenes es que hay que reconocer que muy poca gente consigue grandes cosas solos. Incluso la gente que creemos que son genios trabajan con otras personas para desarrollar su estilo propio", apuntó.
A pesar de contar con Messi, ganador de cinco ediciones del Balón de Oro, Argentina no pudo hasta ahora alzar el máximo galardón del fútbol internacional.
Lo más cerca que ha estado fue en el Mundial de Brasil 2014, cuando que perdió en la final ante Alemania por 1-0.
El ex presidente estadounidense declaró en 2016 que sus hijas son seguidoras del crack argentino e incluso afirmó que ellas desean conocer al jugador.
Las declaraciones de Obama llegan a menos de 15 días de que del comienzo de la Copa América en Brasil.
Argentina jugará un amistoso de despedida en su país ante Nicaragua el 7 de junio y luego partirá a Brasil para disputar la Copa América, del 14 de junio al 7 de julio próximos.
La albiceleste comparte el Grupo B junto a Colombia, Paraguay y Catar, uno de los países editados en la presente edición.
Fuente: EFE. Publicado en Diario "Clarín", 28 de Mayo de 2019. Foto del mismo medio argentino.

Rosario Vera Peñaloza, la “maestra de la patria”. En diciembre de 2014, por medio de la Ley N° 27059, se estableció: «El 28 de mayo de cada año, como el Día Nacional de la Maestra Jardinera», en conmemoración de la pedagoga Rosario Vera Peñaloza.

Rosario Vera Peñaloza, la “maestra de la patria”.

Cada 28 de mayo se celebra el Día de los Jardines de Infantes y de la Maestra Jardinera, en honor a la mujer que dedicó su vida a la educación.

Por Valentina Selzer.


Rosario Vera Peñaloza nació el 25 de diciembre de 1873 en Atiles, La Rioja. Quedó huérfana siendo de muy pequeña y vivió con una tía, quien cuidó de los estudios primarios de su sobrina cursados en Atiles y luego en la provincia de San Juan, en donde los culminó.


En 1884 regresó a su tierra natal, ingresó a la Escuela Normal de La Rioja, dirigida por maestras norteamericanas. Allí se graduó como Maestra Normal en 1888.



En 1892 se dirigió a la ciudad de Paraná: fue alumna de Sara Chamberlain de Eccleston, en la Escuela Normal de esa ciudad.



En 1894 obtuvo el título de Profesora Normal. Paralelamente estudiaba el profesorado destinado a los jardines de infantes y, en 1897, se graduó como Profesora de Kindergarten, en la Escuela de Profesores del Jardín de Infantes de Paraná.



En 1900, fundó el Jardín de Infantes anexo a la Escuela Normal de La Rioja, el primero de una larga serie creadas en las ciudades de Córdoba, Buenos Aires y Paraná, abocándose al estudio de planes y programas de educación preescolar.



En 1910 fue designada Inspectora de Educación Física y al año siguiente ocupó el mismo cargo en la Escuela Provincial “Alberdi” también en Córdoba. En 1912 en la ciudad de Buenos Aires, asumióla dirección de la reconocida Escuela Normal N° 1 “Roque Sáenz Peña”.



En 1917, fruto de problemas políticos, fue declarada cesante. Se multiplicaron entonces las adhesiones públicas a su persona. Recién esta situación se reparó en el año 1924. También fundó y dirigió la Escuela Normal Nº 9 “Domingo Faustino Sarmiento”.



En 1918, el Dr. Carlos María Biedma inaugura la Escuela Argentina Modelo en la ciudad de Buenos Aires con la colaboración de Vera Peñaloza, quien es designada Directora.



Dictó cursos en todo el país impulsando la enseñanza popular y las nuevas técnicas y didácticas en los jardines de infantes. En este sentido, adapta e innova sobre la base de Pestalozzi, Froebel y Montessori, creando en la Escuela Argentina Modelo un museo pedagógico con fines didácticos.


En 1924 se la designa Inspectora de Enseñanza Secundaria Normal y Especial. En este cargo, se desempeñó hasta su jubilación, por razones de salud, en el año 1928.



En 1931, el Consejo Nacional de Educación le asigna la creación del Museo Argentino para la Escuela Primaria que se instala en el Instituto Félix Bernasconi.



Se dedicó a perfeccionar a los maestros en su quehacer cotidiano siempre atenta a la conexión entre lo popular y nacional, el aporte de los pedagogos extranjeros reconocidos, lo teórico y lo práctico.



Rosario Vera Peñaloza falleció el 28 de mayo de 1950 en Chamical, provincia de La Rioja, a donde había viajado para brindar un curso a los docentes.



Desde entonces, cientos de escuelas del país llevan su nombre y fue reconocida mediante un sello postal como unas de las mujeres emblemáticas argentinas. También, los autores argentinos Félix Luna y Ariel Ramírez compusieron una zamba llamada "Rosarito Vera, maestra".



En diciembre de 2014, por medio de la Ley N° 27059, se estableció: «El 28 de mayo de cada año, como el Día Nacional de la Maestra Jardinera», en conmemoración de la pedagoga Rosario Vera Peñaloza.

https://www.telam.com.ar/notas/201805/285660-rosario-vera-penaloza-la-maestra-de-la-patria.html

Fotos: internet.