GRACIAS POR ESTAR AQUÍ...

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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

“
"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

miércoles, julio 31, 2019

El apoyo de Weretilneck a la fórmula Macri-Pichetto.

El apoyo de Weretilneck a la fórmula Macri-Pichetto.

Por Gabriel Musa  concejal del PO y precandidato a senador nacional por el FIT-U.

Para los desprevenidos, el saludo entre Miguel Ángel Pichetto y Alberto Weretilneck (gobernador de Río Negro y precandidato a senador nacional) pudo haber resultado una mera formalidad protocolar, pero en realidad es un gesto político de importancia. Es una de las tareas cumplidas del vicepresidente peronista que eligió Macri, cuya misión es sumar adeptos entre los gobernadores del PJ. A cambio, Weretilneck fue retribuido con la baja de los candidatos a senadores de Juntos por el Cambio, de manera que tanto Macri como el mandatario rionegrino se benefician mutuamente de las llamadas boletas cortas.
Más allá de los favores políticos, lo que confirma es que comparten un programa de gobierno fondomonetarista. Este acuerdo tiene su base en la colaboración que recibió Macri durante todo su mandato por parte del peronismo, tanto de los gobernadores como de los legisladores. El Pacto Fiscal firmado entre las provincias y la Nación (para implementar un ajuste monitoreado por el gobierno nacional) es un buen ejemplo de esto, que involucró tanto a los Weretilneck como a Alicia Kirchner.
Sin embargo, este alineamiento directo del gobernador con Macri-Pichetto le ha valido también una crisis al interior de su propio armado político, generando el distanciamiento de su sucesora electa, Arabela Carreras, y hasta de las conducciones sindicales que lo acompañaron (ATE), que aconsejan el apoyo a la fórmula Fernández-Fernández. Estos reacomodamientos para uno y otro lado muestran que entre los bloques que buscan polarizar la elección no hay diferencias de fondo.
Ya hacia las elecciones provinciales que se realizaron el 7 de abril, el Partido Obrero se esforzó por denunciar ante los trabajadores esta componenda, advirtiendo la estafa política que significaba que el gobierno provincial reclame el voto como variante opositora al macrismo.  Con esta clarificación, redoblaremos la campaña del Frente de Izquierda – Unidad para abrir paso a una alternativa de ruptura con el FMI y sus agentes, como la única opción para que la crisis no la pague la clase obrera.

El cacique Inacayal y la profanación de su tumba por Jorge Castañeda.

Según algunos investigadores -entre ellos Thomas Harrington- el cacique Modesto Inacayal era por parte de padre chululaken y por parte de madre guenaken. Otros aseveran que era huilliche, versión hoy casi desechada.
Según Vignati, su apellido sería: Ina (del verbo seguir), ka (otra) y yal (prole, linaje).
Guillermo Cox supo decir en 1863 que “Inacayal me agradó al momento, tiene el ademán franco y abierto, la cara inteligente y sabe algo de castellano; de cuerpo rechoncho pero bien proporcionado”.
Luego de pasar miles de peripecias se decidió su traslado a un cuartel de Palermo. En ese entonces el perito Francisco Pascasio Moreno logró que sea trasladado a vivir en el Museo de La Plata, donde falleció el 24/9/1888.
Clemente Onelli sobre su muerte escribió lo siguiente: “Inacayal, poderoso cacique araucano (sic.), hecho cautivo en la guerra del desierto, vivía libre en el Museo de La Plata; ya casi no se movía de su silla de anciano”.
Y un día, sostenido por dos indios apareció Inacayal allá arriba, en la escalera monumental se arrancó la ropa, desnudó su torso dorado como metal corintio, hizo un ademán al sol, otro larguísimo hacia el sur; habló palabras desconocidas y en el crepúsculo la sombra agobiada de ese viejo señor de la tierra se desvaneció como la rápida evocación de un mundo. Esa noche misma Inacayal moría, quizás contento por haber saludado al sol de su patria”.
Todavía se conserva la mascarilla fúnebre de este gran cacique de la Patagonia.
El entonces senador nacional Hipólito Solari Yrigoyen fue el promotor del larguísimo trámite parlamentario y gestiones para el cumplimiento de la ley 23940 que dispone al traslado de los restos mortales del cacique Inacayal, desde el Museo de Ciencias Naturales Florentino Ameghino de La Plata, hasta la localidad de Tecka, provincia del Chubut, para su sepultura definitiva.
Finalmente luego de un engorro trámite el 23 /12/1993 fue publicada en el Boletín Oficial el respectivo decreto autorizando el traslado y el cronograma de actos que se realizaran en la localidad de Tecka para dar cumplimiento efectivo a dicha ley.
Sobre este particular Hipólito Solari Yrigoyen expresó lo siguiente: “Esta ley reafirma el respeto por la dignidad del hombre y el derecho de las comunidades originarias de nuestra nacionalidad a conservar en su tierra y en su seno los restos de sus ascendientes, porque ellos integran el patrimonio histórico y cultural de la Nación Argentina”.
“El país debía un reconocimiento expreso a las comunidades indígenas que poblaron originariamente su territorio y contribuyeron a forjar su nacionalidad. El equilibrio del juicio histórico exige reparaciones como ésta, para quienes además de ser primigenios habitantes de nuestra tierra, fueron actores en el reconocimiento de la soberanía argentina en regiones inhabitadas entonces, como ocurrió en las tierras australes”.
“Esta localidad de Tecka, en la que Inacayal durante su vida erigió su figura de jefe, cacique, líder, será a partir de ahora el santuario de su memoria, de su vida fecunda y de su ejemplo”.
Lamentablemente el santuario donde descansan los restos del gran Inacayal ha sido profanado y robado su poncho y algunos de sus huesos.
Sin embargo, la figura del gran cacique se yergue con toda su bravía estampa, interpelándonos por el destino trágico y desventurado de sus hermanos y proclamando que él, como Casimiro y otros escribieron páginas de gloria en la defensa de la soberanía de nuestras tierras patagónicas.
Publicado en Diario "Río Negro", 31 de Julio de 2019.

martes, julio 30, 2019

29 de Julio de 1963: fue fundado el Diario “Crónica”.


El diario Crónica, que resultó un éxito popular con una masiva llegada al público, fue fundado el 29 de julio de 1963. Varias grandes figuras del fútbol argentino cuentan sus anécdotas.
Paradójicamente hace un mes falleció el creador de Crónica, Héctor Ricardo García que inventó una nueva forma de hacer periodismo en la época en que no existía internet, computadora ni celular. Tenía una creatividad y una impronta envidiable, destilaba por sus poros periodismo. La solidaridad y el reconocimiento del homenaje realizado por Crónica fueron inéditos en la televisión argentina. Le dedicó casi 24 horas de recuerdos, anécdotas y proezas del querido “Gallego” y al otro día, cubrió su definitiva sepultura. Un ejemplo de agradecimiento al que inventó la frase “Firme junto al pueblo” y la nueva administración continúa con su estilo característico tratando de privilegiar las noticias nacionales sobre las internacionales, el deporte y los policiales, así como, la política y el espectáculo.
Fue fundado el 29 de julio de 1963, hoy cumple el quincuagésimo sexto aniversario de su nacimiento. Resultó un éxito popular con una masiva llegada al público. Buscamos opiniones y anécdotas a los grandes ídolos y referentes del fútbol argentino. Angel Clemente Rojas, conocido como “Rojitas” en el mundo del fútbol: “Tengo recuerdos muy emotivos con Crónica, uno fue en mi debut contra Vélez, ganamos con 3 goles del ‘Loco’ Corbatta, dos fueron asistencias mías. Salí ovacionado de la cancha y lo reflejaron tan bien que todavía lo leo hoy y llega a emocionarme. Otra nota fue cuando le ganamos a River sobre el final por 2 a 1, salí en la tapa del diario y lo guardo en mi corazón. Es hoy que sigue siendo mi diario de cabecera. ¡Felicitaciones por los 56 años!”. 
Por su parte, un jugador que vistió las camisetas más pesadas del fútbol argentino, Ernesto “Heber” Mastrángelo, nos cuenta que: “Cuando salieron con Boca Juniors, Campeón de la Libertadores del ’77 fueron hasta la redacción de Crónica, junto al 'Conejo' Tarantini y Marito Zanabria, nos hicieron un recibimiento inolvidable, con lunch y todo, y una placa para cada uno. Actitudes que no se olvidan". También estuvimos con el Negro Juan José López, quien agregó: “Guardo un cariño especial a Crónica porque fue el medio que nunca me agredió con críticas hirientes, cuando tuve la desgracia de irme al descenso con el club que más amo en mi vida: River Plate. Y en momentos tan dolorosos, jamás olvidaré a los que no me maltrataron. Por eso coincido que el diario Crónica está firme junto al pueblo”.

Publicado en Diario "Crónica", 29 de Julio de 2019.

Es argentina la mujer más longeva del planeta: se llama Natalia y tiene 119 años. Nació en la localidad de Medanos, Entre Ríos.

Es argentina la mujer más longeva del planeta: se llama Natalia y tiene 119 años.

Nació en la localidad de Medanos, Entre Ríos. Un dato curioso es que su madre llegó a los 120 años y su padre falleció con 112.

La señora nació el 27 de julio de 1900 en la ciudad de Médanos, Entre Ríos. Vecinos, amigos y familiares festejaron junto a ella en Gualeguaychú. "Es un regalo que nos dio la vida", manifestó Mario, su hijo de 83 años, en diálogo con Crónica.com.ar.

Una señora que vive en la ciudad entrerriana de Gualeguaychú cumplió este sábado 119 años y es considerada la mujer más anciana del mundo ya que, la persona verificada más longeva de este planeta tiene 116. Nietos, bisnietos, tataranietos, amigos y vecinos celebraron junto a ella.
Natalia Reynoso nació en la localidad de Médanos, Entre Ríos, el 27 de julio de 1900, año en el que gobernaba el ex presidente Julio Argentino Roca. La señora pasó la mayor parte de su vida en el campo, trabajó en estancias, se dedicó a domar caballos y tuvo 9 hijos, de los cuales solo vive uno, Mario Julio de 83 años. 
La mujer quedó viuda a sus 36 años, cuando su marido, tambión domador, murió tras caerse de un caballo. En su familia hay otros casos de longevidad ya que su madre, Paula Gutiérrez, llegó a los 120 años y su padre, Pedro Reynoso, falleció a los 112.
En una entrevista brindada en 2016, Natalia aseguró que su secreto para llegar a los 119 años fue "vivir tranquila y feliz". En 2019, Reynoso sigue lúcida pero consigue pronunciar muy pocas palabras, según relató Mario, su hijo, en diálogo con cronica.com.ar.
"Está bien de salud, habla lo más bien y está muy lúcida. Todo lo que le preguntes, te lo va a contestar. Tal vez, con pocas palabras, pero te entiende y te contesta. Vivimos juntos en una casa de acá del barrio, me encuentro lo más bien con ella, soy muy feliz de tenerla conmigo, es un gran regalo que nos dio la vida", detalló el hombre. 
Familiares agregaron que la señora, durante los últimos años, se esforzaba por caminar dentro de su casa para mantenerse movilizada. Sin embargo, lamentablemente la pusieron en una silla de ruedas en 2017. 
Al ser consultados sobre cuántos nietos, bisnietos y tataranietos tiene la señora, los familiares se mostraron desconcertados y aseguraron que es imposible contarlos. "Más de 50 , tal vez más de 100. No podemos dar un número, somos demasiados, tenemos una familia muy grande", aseguraron. 
Como todos los años, los allegados de la señora y los vecinos de Gualeguaychú celebran el cumpleaños de esta mujer. En esta ocasión, colocaron un pasacalles con el texto: "Felices 119 años, Natalia. Te desean nietos, bisnietos, tataranietos y amigos". 

De la tribu a la humanidad, siempre matando por Carlos Schulmaister.

De la tribu a la humanidad, siempre matando
por Carlos Schulmaister.
Matar al otro implica suicidarse uno. Nos matamos a nosotros en nuestra víctima. Matar no es una afirmación de la vida ni un sentimiento vital como pregonaron algunos en los años sesenta, enfermos del delirio de “La Revolución”.
Pero los síntomas más evidentes y extremos de que una sociedad no funciona, de que no sirve para la vida, están dados por el hecho de la muerte irracional, arbitraria y siempre cruel de los niños.
Estamos acostumbrados a la guerra, la otra gran irracionalidad, en la que mueren los que combaten y los que no combaten, pero cuando las sociedades eliminan a los niños ellas mueren como concepto y como proyecto.
La muerte de los niños es vista como abstracción entre nosotros, en Argentina y en América latina. Es objeto de seminarios, cátedras y proyectos gubernamentales.
“¡Tenga mano, compañero, que eso no sucede entre nosotros! ¡Eso pasa en los continentes negros o amarillos pero acá no! ¡No se olvide que Perón estableció los derechos de la niñez constitucionalmente!”.
Claro, no somos negros, ni amarillos, pero tampoco blancos. Y no queremos saberlo ni decirlo, pero queremos parecer. Parecer aquello que se cotiza más.
Pensar los problemas humanos desde la tribu, la etnia, el territorio, la religión o la patria, es lo menos humanista que existe. Por ese camino se aprestan los puños y las armas para cuando llegue la ocasión, de cuyos resultados unos dominarán, otros serán dominados, muchos sufrirán y muchos morirán antes de tiempo.
Nacionalismo, patriotismo y populismo (sintéticamente “patrioterismo”) van siempre juntos, por más maquillajes que se intenten y páginas que se escriban negándolo.
Por eso sólo podremos mejorar nuestra cultura política y nuestro lugar en el mundo recién cuando ya no asociemos más argentino con sociedad europea de tez blanca ni cuando asociemos América Latina con tez morena (boutade literaria de tipo esencialista), sino cuando tengamos en cuenta que la humanidad preexiste a las naciones, que las naciones preexisten a los estados nacionales, que los estados nacionales preexisten a las sociedades actuales.
En suma, que las formas y moldes actuales no vienen de tiempos remotos. Que la humanidad se ha agrupado de distintas maneras, simultánea y sucesivamente, a lo largo del tiempo y el espacio. Que ha recorrido el planeta de muchas maneras, que no existen identidades históricas consideradas como herencias culturales atávicas, milenarias y por lo tanto deterministas. O sea, que nada es para siempre. Que la vida no marcha hacia atrás, sino hacia adelante.
Postular características culturales atávicas con carácter moral es un error, por no decir una mentira, pues no existen identidades únicas y puras sino que, por lo contrario, las identidades son diversas. Y no es que sean impuras sino múltiples y nada está constituido por una serie de caracteres inmutables en el tiempo. Por eso está muy mal que hablemos de argentinos, bolivianos, incluso europeos, como si estuviéramos frente a poseedores de determinadas características espirituales y culturales mediante las cuales pretendemos atravesar el futuro bajo la supuesta verdad de que así hemos atravesado millones de años hasta llegar a hoy. ¡Eso no es cierto!
La discriminación proviene de haber nacionalizado el ama a tu prójimo como a ti mismo en lugar de haberlo universalizado. Deriva de haber hecho del amor una religión estatal frente a otras religiones, de haber convertido ese mandato en un principio exclusivo de un pueblo particular, de cada pueblo particular, para acabar amando exclusivamente al nosotros respectivo. Y el mismo error se repite en todos los pueblos.
Si entramos a considerar la interminable lista de objeciones, rechazos, reparos, exclusiones, antipatías, oposiciones declaradas, hasta llegar a los odios ancestrales que en casi todas las sociedades sus miembros reciben como legado de sus mayores y sus antecesores, podemos reconocer que ellas son tremendamente más numerosas que los mandatos de sentido contrario recibidos en esas mismas sociedades.
Es decir, las afirmaciones expresas de carácter positivo, conteniendo sugestiones, preferencias, simpatías, adhesiones, aceptaciones, mandatos e imperativos categóricos de inclusión e integración son muchísimo menos que aquellas antes señaladas.
Pero esa no es la única diferencia. Más grave aun es que el peso, el poder de incidir en la conciencia y en los actos concretos de las personas, es inmensamente superior en aquellas que se expresan por la negativa.
Vale decir que somos preparados culturalmente mucho más para heredar odios ajenos y ejercerlos que para amar.
De ahí que tantas veces creamos que ir a la guerra a defender la patria es algo que ha de agradar a Dios; lo mismo si tomamos las armas para echar a una dictadura... (“¡Si Jesucristo viviera sería guerrillero!”); o, como era tan común en los tiempos de la Gran Inmigración en Argentina y alrededor de las dos Guerras Mundiales, que muchos hombres preclaros, en nombre de profundas convicciones católicas, hablaban de impedir la entrada de ciertos inmigrantes porque su presencia atentaba contra el biotipo nacional y contra el ser nacional.
Expresiones todas de diferentes tiempos históricos, replicadas en muchos lugares del mundo, formuladas en nombre del amor inmenso a los nuestros, a los propios, a nuestra tribu, con deseos e invocaciones a la paz y al trabajo... mientras se hacían mítines, marchas, desfiles, se calzaban uniformes, se llevaban garrotes escondidos entre las ropas... y más tarde pistolas... entretanto se escuchaban discursos y arengas, se blandían puños en alto, tanto de manos izquierdas como derechas, y aparecían caras de energúmenos poseídos...
Ciertamente, el pasado no tiene remedio. Pero... ¿y el presente? ¿Y el futuro? Acaso no podemos darnos cuenta de la violencia que está presente en nuestras sociedades actuales? ¡Ya no importa quién supuestamente tiene la culpa o quién empezó primero! La violencia es dialéctica, dicen, y parece que es cierto, pero en criollo todos sabemos que quien a hierro mata a hierro muere.
Matar. ¡Como si fuera un acto de libertad! ¡Como si la liberación fuera posible mediante el suicidio!
Y sin embargo, siempre aparecen después las medallas, los museos, los epitafios, las reparaciones, la supuesta gloria de haber quedado en la memoria de los vivos, sin poder comprender que mientras vamos viviendo ya estamos muriendo, que estamos destinados al olvido, al silencio, a la nada.

En el país hay 860.000 marcas vigentes, algunas con más de 100 años de historia. Un breve repaso por los casos más insólitos.

Pindonga, Magoya y Pirulo.

El curioso mundo de las marcas registradas.

En el país hay 860.000 marcas vigentes, algunas con más de 100 años de historia. Un breve repaso por los casos más insólitos: de la leche Male leche, al registro de la marca Internet... en 1953.

La marca “Pindonga” fue concedida el 30 de marzo de 2017, mucho antes de que Cristina la mencionara en forma despectiva. Figura a nombre de Martín Ríos y fue gestionada por Lisandro Coll Areco, un abogado especializado en marcas y patentes. Sin embargo, nunca salió al mercado. “La inscribimos como prueba para un estudio jurídico”, explicó a Clarín Coll Areco. “Pensé un nombre de fantasía y se me ocurrió ése. Nunca pensé que tendría tanta trascendencia”, agregó con picardía leguleya. ¿Y quién es, entonces, Martín Ríos? “Tampoco existe”, finalizó.

Una marca puede registrarse en 45 posiciones diferentes y por un lapso de 10 años. Salvo en casos notorios, (Coca-Cola, Google o Armani, por ejemplo), el mismo nombre puede ser usado por un fabricante de ropa, un local gastronómico y en un quiosco. Tal es el caso de “Cuchuflito”, concedida a una misma persona en 1977 en la clase 3 (perfumería y artículos de limpieza), en la 12 (venta de vehículos) y en la 14 (joyería y relojes). Los derechos caducaron en 1987, 10 años después, no se renovó y hoy está disponible, a pesar de las declaraciones de Juan Díaz, el actor que encarnó a “Cuchuflito” y que cuando le retrucó a Cristina, dijo: “Es un título que me pertenece, así que van a tener que llamarme si lo quieren usar”. En el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI) sostienen lo contrario.

La marca, dicen los entendidos, “es un signo que sirve para distinguir los productos o los servicios de una empresa de los de otras empresas”. Se trata de un activo intangible, que puede ser transferido, vendido o franquiciado. “Los argentinos son registradores expertos. Apenas tienen una idea y lo primero que hacen es registrarla. Y eso es muy bueno, porque tienen conciencia de su importancia”, dice Hernán Cabaleiro, abogado especializado en marcas del INPI.

Hay conciencia y también oportunismo. El jueves pasado ingresaron casi al mismo tiempo 4 solicitudes por la marca "Pindonga". Dos días antes, una persona (Gisela Driussi) inició el trámite para registrar directamente “Cuchuflito y Pindonga”, todo junto, dentro del rubro bebidas alcohólicas. En todos los casos, el INPI demora alrededor de 2 años, promedio, para aprobar o rechazar la solicitud. La normativa (establecida por la ley 22.362) permite la inscripción de cualquier término, salvo “aquellos que contradigan la moral y las buenas costumbres”, ejemplificó Cabaleiro. No hay impedimentos para nombres llamativos, como Pirulo (una marca de helados) y también Magoya, inscripto y vigente en diversos rubros a pesar del riesgo que supone, según la mitología popular, de recibir reclamos de pagos insospechados

Hay muchos otros ejemplos divertidos. Al azar, en 2014 se concedió el nombre "Intomable" para ser usado en la categoría 33, es decir, vinos y otras bebidas alcohólicas. Actualmente están en uso las marcas "Mala leche" y "La buena leche", inscriptas con varios años de diferencia y para rubros completamente diferentes. De todos modos, el registro no implica necesariamente que una marca esté en uso. A veces son proyectos que no llegan a prosperar o fracasan al poco tiempo, remarcan los entendidos. 

“La elección de una marca es un gran tema, pero no sé cuál es la fórmula del éxito o el fracaso. El gran secreto, en mi opinión, es que el producto se defienda solo”, se sincera Fernando Tchechenistky, director general creativo de la agencia VMLY&R (Young). De todos modos, el experto aclara que hay técnicas para la selección: “Puede ser una cualidad (El Noble Repulgue, Pinturerías Prestigio); un nombre propio (Felfort, por el fundador Felipe Fort; o SanCor, por Santa Fe y Córdoba) o una palabra de fantasía, que es lo más difícil”.

“En el fondo -insiste Tchechenistky- es imposible anticipar los resultados. El capital y el valor de una marca, fundamentalmente, es lo que representa para la gente. Hay algo de fortuito y algo aspiracional. ¿Alguien podría imaginar que Manaos podía funcionar en una gaseosa? Sin embargo, Manaos hoy disputa el liderazgo en el mercado de gaseosas contra nada menos que con Coca-Cola”, opinó. También rescató, como caso interesante, el lanzamiento de las galletitas "Club Social", una de las marcas de Terrabusi. "Mientras en Brasil fue un éxito inmediato, la instalación en la Argentina demoró mucho tiempo, porque la gente la rechazaba", explicó.

Leandro Berrone, CEO de Ogilvy, discrepa: “La marca es el primer paso para el éxito comercial”, sostuvo, pero agrega que “ganar mucha notoriedad no significa un traslado automático al consumo”. En su visión, cada nombre incorpora valores marcarios, algunas “buscan liderar por precio y otras, en la cúspide de lo aspiracional”. Berrone, por otro lado, interpreta que es injusto culpar únicamente a la recesión por el ascenso de segundas marcas, como hizo Cristina. “Las líderes hoy buscan comunicar que son baratas y accesibles y dejaron de lado el valor de la marca”, sentenció.

La Argentina tuvo su primera Ley de Marcas en 1876. En 1980 fue sustituida por la que rige actualmente. Desde ese entonces, el registro acumula numerosas curiosidades. Las marcas nacen, mueren y algunas resucitan. Lo de Internet es notorio, porque fue registrada como una marca nacional mucho antes de la explosión de las computadoras personales. Fue inscripta en abril de 1953 por Ernesto Rigoni, dueño de la tienda especializada en lencería femenina “Creaciones Zule”, que estaba ubicada en Viamonte 611.

Entre las más antiguas y que están vigentes destacan Navarro Correas (1798), Hesperidina y Bagley (1864), Canale (1875), Aguila (1880), Alpargatas (1883), Quilmes (1890), Yerba Mate Amanda (1900), Molinos (1902), Opera y Banco Galicia (1905), Frávega y Minicuotas Ribeiro (1910).

Por ser pioneras y alcanzar un alto nivel de popularidad, algunas se convirtieron en genéricas: Savora (por mostaza), Curitas (apósitos adhesivos), Paty (hamburguesas), Gillette (hojita de afeitar) y en su momento Movicom (celular) y Geniol, por “Aspirina”, que también es una marca. De hecho, años atrás, Bayer aclaró que “Aspirina” era de su propiedad.

Entre las que resucitaron se encuentran Flecha, una zapatilla emblemática de los 70 y los 80, que volvió al mercado de la mano de Kosiuko. Otras caídas en desgracia y que resurgieron fueron Toddy, Vascolet y las pastillas DRF. Y un último dato insólito es el Italpark, un famoso parque de diversiones que funcionó desde 1971 hasta 1990 en la esquina de Libertador y Callao. Su marca, hoy, figura como registrada en 4 rubros comerciales diferentes.

La Argentina promulga la “Ley de Marcas” en 1876, una normativa que sólo existía en apenas 7 países. El registro número uno lo obtuvo “Hesperidina”, un licor creado y elaborado por Melvine Bagley, un inmigrante norteamericano. El INPI (Instituto Nacional de la Propiedad Industrial) es el organismo que administra el registro de marcas. A la fecha, existe un total de 859.485 nombres habilitados para su uso comercial, clasificados en 45 categorías de productos y servicios.

El costo de la inscripción es de $ 2.210 y caduca a los 10 años. Si la marca no es renovada, queda disponible para un nuevo registro. Previo a su concesión, el INPI publica las solicitudes para evitar disputas. La ley establece ciertos límites a la elección de los nombres, como marcas notorias (Coca Cola o Apple) ni permite palabras ofensivas.

Las marcas pueden ser cedidas, vendidas o franquiciadas, según la normativa vigente. En el INPI recomiendan consultar el registro (por la Web o en forma presencial) antes de iniciar el trámite de inscripción.

Publicado en Diario "Clarín", 29/07/2019.

domingo, julio 28, 2019

Víctor Elmes: apogeo y final de uno de los bandoleros más buscados en Roca.

Victor Elmes: apogeo y final de uno de los bandoleros más buscados en Roca.

Era uno de los secuaces del famoso Vairoleto, cuando Río Negro aún era un territorio. Mató a dos policías, estuvo preso, y protagonizó una huida de película antes de lo que se supone que significó su muerte.

POR MELINA ORTIZ CAMPOS.

Pocos años agrupan, según los registros, el apogeo y desenlace de la intensa vida de Víctor Elmes. Fue uno de los sujetos más buscados por la policía entre las décadas del ‘20 y el ‘30, cuando Río Negro era sólo territorio. En 1937 informaron que murió de varios disparos. Pero otros dijeron que partió mucho después, camuflado por años como un empleado más, en Roca.
De nacionalidad chilena, hay quienes afirman que no siempre fue “bandolero” e incluyen en su pasado los trabajos como peón y carrero. Pero su trayectoria se volvió prontuario y fue de asalto en asalto, hasta matar a dos policías en Cervantes y cerca de Catriel.
Ya venía ‘marcado’ como uno de los secuaces de Juan Bautista Vairoleto (escrito tal como el famoso bandido firmaba, aunque en algunos papeles figura como Bairoletto) , pero tanta osadía por su cuenta lo puso en la mira de las autoridades, que salieron a cazarlo, con los recursos que había.
Así y todo, detenido en Roca y enviado en tren a Viedma, allí también organizó un intento de fuga que los vecinos escucharon desde lejos, según las crónicas, por los 60 disparos que los guardias usaron para frenarlo.

Narciso y Macedonio, los caídos.


Con la fama concentrada en Vairoleto o Butch Cassidy, la figura de Elmes parece hoy ocupar un plano secundario. Pero sólo basta profundizar un poco para saber lo que generó.
El año 1932 lo puso en el semanario “Río Negro” como protagonista, cuando el 29 de marzo hirió de muerte a Narciso Vidal, el policía de 20 años que encabezaba el incipiente destacamento de Cervantes. El agente volvía de visitar a los hermanos Zamboni, que vivían en su jurisdicción, cuando vio pasar al bandolero junto a otros y sospechó. Conociendo sus antecedentes, le dio la voz de “¡alto!”, pero la reacción derivó en los disparos mortales.
Los esfuerzos por salvarlo no fueron suficientes y Vidal murió en el Hospital Regional de Allen, inaugurado siete años antes. Sus restos fueron inhumados en el cementerio de Cipolletti. “Solo, sin arma, sin experiencia, con un caballo viejo, así nomás con su coraje”, describió a Narciso el libro histórico de Hortensia Zamboni.
A modo de homenaje, el desaparecido club de fútbol “Urquiza” colocó una placa de bronce en el lugar del enfrentamiento, junto a lo que hoy es la Ruta 22. Actualmente es la chacra 316, que pertenece a Ana María Mosca, sobrina de los Zamboni, a 200 metros de la entrada a la localidad.
Hasta hace unos 10 años la fecha de la muerte se recordaba con flores, que dejaban allí las autoridades policiales. Pero en 2016 el municipio levantó la estructura para ensanchar la banquina. Prometieron reubicarlo, pero esa obra también está incompleta. Supuestamente lo guardaron en el Corralón de la comuna, pero hoy su paradero es incierto.
Similar fue la suerte de Reynoso, el “meritorio” que tenía a cargo el destacamento de Sargento Ocón, paraje cercano a Catriel. También en 1932, tiempo antes de lo ocurrido con Vidal, Macedonio visitaba el puesto de Flores, próximo al río, para esclarecer un robo.
Allí “fue atacado de imprevisto” por el bandido, que le disparó y luego huyó, según publicó “Río Negro”. El sepelio en la comisaría más cercana fue “un verdadero exponente de solidaridad”, muy concurrido por vecinos y autoridades.

Años violentos.



“Eran años difíciles y se vivía en continua zozobra. Se dormía con el arma abajo de la almohada. Se llevaba el revólver en el cinto”. Relata el libro de Zamboni.


En ese nivel de preocupación, el gobierno evaluaba crear una Gendarmería para sumar vigilancia donde aún no se habían consolidado las provincias.

Para Gabriel Rafart, profesor e investigador de la UNCo, ese clima cotidiano hacía que un atraco pudiera terminar de la peor manera. “El hecho de que en muchos asaltos ocurriera algún homicidio se debía a un escenario social donde víctimas y victimarios tenían las armas siempre listas para la autodefensa o la agresión”, analiza en su libro “Tiempo de violencia en la Patagonia”.
Hay que reconocer, en ese sentido, que nada era blanco o negro por aquellos tiempos. Así como algunos ciudadanos eran víctimas, otros ayudaban al “bandidaje”, por miedo o por conveniencia.
Lo mismo ocurría con la fuerza policial territoriana, que en 1932 sufría el recorte de fondos desde el Ministerio del Interior. Mientras algunos arriesgaban su vida otros engrandecían la peligrosidad del delincuente en sus informes, para ocultar alguna ayuda cómplice o colaboración, como sostiene Rafart. Tampoco faltaba el que sumara a los delitos cometidos, otros que no se pudieron probar.
Elmes, por su parte, supo hacerse llamar “Solano Rodríguez”, nombre falso que lo ayudaba a despegarse de sus antecedentes en tiempos de pocos documentos. Relatos orales lo recuerdan como un hombre “magro y de poca estatura, morocho”, según recopiló Julio Narváez,en el blog “Bien de Regina”, de Guillermo Pirri. Era caratulado como “bandolero” igual que otros tantos, fueran delincuentes amenazantes o no.

“El imaginario social acerca del bandido, era una construcción”. En un contexto de desigualdad, “denostaba a todos los actores que en algún aspecto mostraban sus diferencias con el orden del progreso” esclarece Rafart.
Diferenciado por la opinión pública de los gauchos y matreros que se valoraban casi como “héroes populares” en otras regiones del país, el bandido patagónico era sentenciado además como “pervertido” y “cobarde”.
Esa comparación ya se leía entre Elmes y Vairoleto: el segundo, solidario, distinto al primero, por ser “afecto a matar”, aunque integraran la misma banda.

Nada que perder, pero resistiendo.


Si algo se repite en las notas de archivo es la virulencia con la que representaban a Elmes cuando esquivaba ser arrestado.

“Perseguir y querer aprehender a un bandolero no era una empresa sencilla. Si no se entregaba a la primera voz de alto, la policía y los vecinos armados recurrían sin dilaciones al lenguaje de las carabinas”, explica Rafart.
Ese rechazo al calabozo se lee en las páginas de “Río Negro”, que inmortalizó el intento de fuga de Elmes de la cárcel de Viedma. Y Rafart lo amplía después, al reconstruir lo vivido en la vuelta a Roca, también como presidiario. En ambos, el bandido mostró hasta dónde podía llegar para defender su libertad.
El dato de un vecino lo delató en Roca, en abril de 1932, después de matar a Vidal. Lo encontraron escondido en un maizal de la chacra de David Cogan, residente de la Colonia Rusa. Retenido, según la policía, confesó seis robos, ambos homicidios policiales y una resistencia a la autoridad.

Muchos vecinos se acercaron a verlo a la comisaría, donde aseguran que conversó tranquilamente, con una “cínica sonrisa”.

Mientras tanto, Vairoleto seguía por su cuenta, alterando a los efectivos de El Cuy y Allen.
Otros tantos roquenses quisieron ver partir a Elmes desde la estación, cuando en tren lo enviaron a la cárcel de Viedma, ante la falta de un penal en Roca. Él seguía sereno:
“Si me porto bien y no logro escaparme antes, a los 15 años (de estar preso) es fácil que recupere mi libertad”, les dijo, sarcástico, anticipando lo que planeaba.
Aplicó su intento de fuga en la capital rionegrina el 18 de agosto de 1932, junto a otros dos internos, Rosamel Flores y Roberto Rojas, ambos condenados por homicidios múltiples. Aprovecharon una salida al patio, simulando lavar las tazas del desayuno, para revolucionarlo todo. Llegaron hasta el techo del edificio, pero tuvieron que desistir.
Hacia fines de octubre de 1937, la historia lo ubica de nuevo en Roca. Volvía con otros presos a la cárcel, en camión, después de pasar por el Juzgado. Según los relatos, esposado y todo Elmes logró tomar una hacha que usaban para cortar álamos y atacó a los vigilantes con el rodado en movimiento.
Tras el forcejeo con los guardias y los otros detenidos, logró bajarlos, tomar el volante y huir en dirección al río, mientras le disparaban a los neumáticos del vehículo. Con las ruedas en llanta, siguió el camino a pie, corriendo, hasta meterse a un canal que lo llevara al río, donde hallaron supuestamente su cuerpo luego, con dos balazos.
Los policías que le dispararon fueron llevados a juicio. El cabo Elías Arce fue sobreseído, mientras que el agente Harry Dix fue ascendido a cabo. El cadáver fue exhibido ante los vecinos, en el cementerio roquense. 
El caso parecía cerrado, pero ahí también nace el misterio. Pasados casi setenta años de su muerte, algunos vecinos de Roca todavía sostenían que...

“Falleció después de tener una vida sin sobresaltos, trabajando en una tapicería de la ciudad”.

Agradecimientos:

- Archivo Diario “Río Negro”.
- Rosalía Palermiti, Revista “Mirá Cervantes”.

- Gabriel Rafart, Neuquén. 

- Ana María Mosca, Cervantes. 

- Guillermo Pirri, Blog “Bien de Regina”.
- Hortensia Zamboni, Cervantes.
Publicado en Diario "Río Negro", domingo 28 de Julio de 2019. Imágenes del Diario "Río Negro".
https://www.rionegro.com.ar/victor-elmes-apogeo-y-final-de-uno-de-los-bandoleros-mas-buscados-en-roca-1051177/

Galeses en la Patagonia: a 154º años de la llegada de los pioneros europeos.

Galeses en la Patagonia: a 154º años de la llegada de los pioneros europeos.


El Desembarco es un texto extraído del libro “La Colonia Galesa” de Richard Jones, Glyn Du Y Drafod, (1919-1920).

Aquí estamos, por fin, sanos y salvos al término de nuestro viaje. En general la navegación fue buena en todo sentido. Cuando recordamos que éramos gente común, sorprende pensar en que todo saliera sin mayores problemas.

Al zarpar de Liverpool éramos 153; dos bebés murieron en alta mar y otros dos murieron poco antes de llegar pero fueron enterrados en Puerto Madryn; hubo dos nacimientos en alta mar. Creo que puede decirse que nunca antes en la historia hubo una muestra más representativa del pueblo de Gales que la del contingente del Mimosa.

Allí estaban representados todos los condados del principado y cada una de las grandes ciudades de Inglaterra y otros lugares.

Estaban el agricultor, el minero, el herrero, el carpintero, el albañil, el ladrillero, el almacenero, el tendero, el zapatero, el sastre, el literato y el grafico, el pastor de ovejas y el pastor de almas, el médico y el farmacéutico, el viejo y el joven, el creyente y aquel que no iba mucho a la iglesia o a la capilla; había independientes, bautistas, wesleyanos, metodistas, unionistas, y anglicanos, y todos fervientes partidarios de la idea de una Colonia Galesa.

Habría que aclarar que con anterioridad el Comité Ejecutivo de Liverpool, había enviado a Lewis Jones y a Edwyn Roberts a Buenos Aires para hacer los arreglos necesarios con el gobierno y para mandar a Puerto Madryn animales, enseres y materiales de construcción para cuando llegara el Mimosa. El barco que estaba fondeado en el puerto cuando nosotros llegamos, era el suyo.

Lewis Jones y Edwyn Roberts fueron bien recibidos por el gobierno, sobre todo gracias a la influencia del Dr. Rawson que era Ministro del Interior en aquel entonces. Por cierto, él era una excelente persona, un argentino cabal, muy interesado por todo lo británico porque sus padres habían emigrado de Gran Bretaña.

En reconocimiento a todo el apoyo que él nos brindó en la época de la instalación de la Colonia, nuestro primer pueblo se llamó TreRawson, que se conoce hoy como Rawson, capital del vasto territorio del Chubut.

Cuando ancló el Mimosa Lewis Jones subió a bordo. Se lo veía bien y entusiasmado, hubo apretones de manos y efusivos saludos. Luego de estas ceremonias, Lew se subió a unos bultos y reunió a la gente, y como era un orador incomparable, como todos saben, fue un placer escucharlo ¿no?.

Entonces nos contó lo que había conseguido del gobierno para nosotros, tantas vacas, tantos caballos, ovejas y cerdos, herramientas, trigo, semillas, arados y tales y tales cosas. Luego siguió contándonos las evidentes ventajas de establecerse en el Chubut.

A todos nosotros, ese discurso nos pareció uno de los mejores que hombre alguno dijo jamás, pero si hubiéramos sido tres veces más numerosos y con bastante capital para empezar, posiblemente no todos los puntos del discurso se habrían captado plenamente pero –sí, pero- sin ellos no hubiera valido de nada el discurso. Después de saludarnos Lewis Jones se volvió a su barco. Entonces se bajó al agua el bote de nuestro propio barco y ahí fue cuando hubo forcejeos para abordar el primer bote que iba a tierra y ser de los primeros en desembarcar; y uno o dos de los más ansiosos por tener ese honor, llegaron a tirarse al agua antes de que el bote alcanzara la orilla.

Los animales vinieron por tierra desde Rio negro al cuidado de varios gauchos o cowboys como se llamaba a los arrieros de ganado en los Estados Unidos. Edwyn Roberts era el jefe de estos peones.

Cuando desembarcamos nos extrañó mucho ver a estos hombres sentados en la playa, en círculo alrededor del fuego, sobre el cual se asaban dos o tres cabezas de oveja para la hora de la cena.

Una vez más llegados los animales y las provisiones, de Lewis Jones y Edwin Roberts erigieron un pequeño depósito para almacenar las cosas y construyeron una especie de pequeñas cabañas para abrigo de las mujeres y los niños. También cavaron un pozo (que hasta hoy es llamado “Pozo de Agua Salada”) para aprovisionar de agua al contingente, pero, como su nombre lo indica, se ve muy bien de qué clase de agua se trataba, aunque igual nos vino muy bien muchas veces.

Con relación a la excavación de este pozo hay una historia escalofriante: Mientras Edwyn Roberts y varios de los peones que ya mencioné estaban cavando este pozo, hubo algún altercado entre ellos y Edwyn y decidieron cobrársela.

Tuvieron la ocasión de hacerlo un día, cuando el pozo ya era bien hondo y Edwyn estaba trabajando en el fondo mientras ellos extraían el material de descarte.

Entonces se fueron y lo dejaron (abajo) para que muriera; tomaron los mejores caballos dispuestos a robar las provisiones y volverse a Río Negro con su botín. Pero la Providencia cuidó a Edwyn al ablandar el corazón de uno de los peones y hacerlo regresar al pozo esa noche para ayudarlo a salir.

Este hombre que lo rescató era un irlandés llamado Jerry y es difícil saber si actuó por miedo a las consecuencias o por lastima.

Yo creo que su sangre del irlandés se apiado de su primo galés que iba a morirse en el fondo del pozo. ¿No hay acaso un viejo refrán que dice: “La sangre es más fuerte que el agua”? Al cabo de 70 años de andar en esta tierra es así.Pocos días antes de nuestra llegada había llovido fuerte (en Puerto Madryn) y en ese gran bajo que hay detrás de donde ahora está la estación de ferrocarril se formó una laguna. (El 27 a la tardecita) dos o tres jóvenes estábamos saliendo para allá a buscar agua cuando llegaba a tierra el bote que traía al último grupo. Ahí venía un hombre joven llamado David Willams(*), oriundo de la zona de Aberystwiyth, que pidió que lo esperáramos para venir con nosotros, y así hicimos. En cuanto llegó a la orilla nos fuimos charlando animadamente hasta donde estaba el agua, si es que merece ese nombre ya que era espesa como barro, y blanca como leche porque los animales la habían pisoteado.

Después de llenar los recipientes, como una pandilla de chicos curiosos, trepamos hasta la cima de los médanos y de las lomas que había por ahí cerca.

El sol estaba poniéndose detrás de las mesetas del oeste, así que ya era hora de regresar a donde estaba el resto de la gente, pero para nuestro estupor David Williams no se veía por ninguna parte. Gritamos hasta hacer nuestras voces retumbar entre las lomas, pero no hubo ni un llamado, ni nadie respondió.

Regresamos al campamento con la esperanza de que él se nos hubiera adelantado, pero tampoco estaba allí; luego salimos a buscarlo, de a dos o de tres en distintas direcciones, pero fue inútil. Encendimos fogatas para iluminar la zona, pero el querido compañero no apareció.

Entonces uno de nosotros recordó haberlo oído decir, cuando estábamos a bordo, que él sería el primero en llegar al río o al valle si no lo atrapaban los indios o caía en las fauces de las fieras.

Según parece fue así, pues al cabo de unos años se encontraron sus restos cerca de la Laguna Grande y se los reconoció por algunas de sus pertenencias, entre ellas un librito llamado “Catecismo para ingleses y galeses”, que él nos leyó muchas veces durante el viaje. Así le llegó el fin al pobre David Williams.#

(*) David Williams tenía 36 años; los escritos aquí mencionados nos lo presentan como una personalidad interesante. Su catecismo tenía un versión “especial” de los Mandamientos y del Padrenuestro. ambos escritos aparecen en Williams, B. (1962, anexo 6). Los restos de David Williams se encontraron noviembre de 1867 en el “Bajo de los Huesos”, que debería su nombre a este hallazgo.

Publicado en Diario "La Jornada" de Chubut, domingo 28 de Julio de 2019.
Aquí estamos, por fin, sanos y salvos al término de nuestro viaje. En general la navegación fue buena en todo sentido. Cuando recordamos que éramos gente común, sorprende pensar en que todo saliera sin mayores problemas. Al zarpar de Liverpool éramos 153; dos bebés murieron en alta mar y otros dos murieron poco antes de llegar pero fueron enterrados en Puerto Madryn; hubo dos nacimientos en alta mar. Creo que puede decirse que nunca antes en la historia hubo una muestra más representativa del pueblo de Gales que la del contingente del Mimosa. Allí estaban representados todos los condados del principado y cada una de las grandes ciudades de Inglaterra y otros lugares. Estaban el agricultor, el minero, el herrero, el carpintero, el albañil, el ladrillero, el almacenero, el tendero, el zapatero, el sastre, el literato y el grafico, el pastor de ovejas y el pastor de almas, el médico y el farmacéutico, el viejo y el joven, el creyente y aquel que no iba mucho a la iglesia o a la capilla; había independientes, bautistas, wesleyanos, metodistas, unionistas, y anglicanos, y todos fervientes partidarios de la idea de una Colonia Galesa. Habría que aclarar que con anterioridad el Comité Ejecutivo de Liverpool, había enviado a Lewis Jones y a Edwyn Roberts a Buenos Aires para hacer los arreglos necesarios con el gobierno y para mandar a Puerto Madryn animales, enseres y materiales de construcción para cuando llegara el Mimosa. El barco que estaba fondeado en el puerto cuando nosotros llegamos, era el suyo. Lewis Jones y Edwyn Roberts fueron bien recibidos por el gobierno, sobre todo gracias a la influencia del Dr. Rawson que era Ministro del Interior en aquel entonces. Por cierto, él era una excelente persona, un argentino cabal, muy interesado por todo lo británico porque sus padres habían emigrado de Gran Bretaña. En reconocimiento a todo el apoyo que él nos brindó en la época de la instalación de la Colonia, nuestro primer pueblo se llamó TreRawson, que se conoce hoy como Rawson, capital del vasto territorio del Chubut. Cuando ancló el Mimosa Lewis Jones subió a bordo. Se lo veía bien y entusiasmado, hubo apretones de manos y efusivos saludos. Luego de estas ceremonias, Lew se subió a unos bultos y reunió a la gente, y como era un orador incomparable, como todos saben, fue un placer escucharlo ¿no?. Entonces nos contó lo que había conseguido del gobierno para nosotros, tantas vacas, tantos caballos, ovejas y cerdos, herramientas, trigo, semillas, arados y tales y tales cosas. Luego siguió contándonos las evidentes ventajas de establecerse en el Chubut. A todos nosotros, ese discurso nos pareció uno de los mejores que hombre alguno dijo jamás, pero si hubiéramos sido tres veces más numerosos y con bastante capital para empezar, posiblemente no todos los puntos del discurso se habrían captado plenamente pero –sí, pero- sin ellos no hubiera valido de nada el discurso. Después de saludarnos Lewis Jones se volvió a su barco. Entonces se bajó al agua el bote de nuestro propio barco y ahí fue cuando hubo forcejeos para abordar el primer bote que iba a tierra y ser de los primeros en desembarcar; y uno o dos de los más ansiosos por tener ese honor, llegaron a tirarse al agua antes de que el bote alcanzara la orilla. Los animales vinieron por tierra desde Rio negro al cuidado de varios gauchos o cowboys como se llamaba a los arrieros de ganado en los Estados Unidos. Edwyn Roberts era el jefe de estos peones. Cuando desembarcamos nos extrañó mucho ver a estos hombres sentados en la playa, en círculo alrededor del fuego, sobre el cual se asaban dos o tres cabezas de oveja para la hora de la cena. Una vez más llegados los animales y las provisiones, de Lewis Jones y Edwin Roberts erigieron un pequeño depósito para almacenar las cosas y construyeron una especie de pequeñas cabañas para abrigo de las mujeres y los niños. También cavaron un pozo (que hasta hoy es llamado “Pozo de Agua Salada”) para aprovisionar de agua al contingente, pero, como su nombre lo indica, se ve muy bien de qué clase de agua se trataba, aunque igual nos vino muy bien muchas veces. Con relación a la excavación de este pozo hay una historia escalofriante: Mientras Edwyn Roberts y varios de los peones que ya mencioné estaban cavando este pozo, hubo algún altercado entre ellos y Edwyn y decidieron cobrársela. Tuvieron la ocasión de hacerlo un día, cuando el pozo ya era bien hondo y Edwyn estaba trabajando en el fondo mientras ellos extraían el material de descarte. Entonces se fueron y lo dejaron (abajo) para que muriera; tomaron los mejores caballos dispuestos a robar las provisiones y volverse a Río Negro con su botín. Pero la Providencia cuidó a Edwyn al ablandar el corazón de uno de los peones y hacerlo regresar al pozo esa noche para ayudarlo a salir. Este hombre que lo rescató era un irlandés llamado Jerry y es difícil saber si actuó por miedo a las consecuencias o por lastima. Yo creo que su sangre del irlandés se apiado de su primo galés que iba a morirse en el fondo del pozo. ¿No hay acaso un viejo refrán que dice: “La sangre es más fuerte que el agua”? Al cabo de 70 años de andar en esta tierra es así.Pocos días antes de nuestra llegada había llovido fuerte (en Puerto Madryn) y en ese gran bajo que hay detrás de donde ahora está la estación de ferrocarril se formó una laguna. (El 27 a la tardecita) dos o tres jóvenes estábamos saliendo para allá a buscar agua cuando llegaba a tierra el bote que traía al último grupo. Ahí venía un hombre joven llamado David Willams(*), oriundo de la zona de Aberystwiyth, que pidió que lo esperáramos para venir con nosotros, y así hicimos. En cuanto llegó a la orilla nos fuimos charlando animadamente hasta donde estaba el agua, si es que merece ese nombre ya que era espesa como barro, y blanca como leche porque los animales la habían pisoteado. Después de llenar los recipientes, como una pandilla de chicos curiosos, trepamos hasta la cima de los médanos y de las lomas que había por ahí cerca. El sol estaba poniéndose detrás de las mesetas del oeste, así que ya era hora de regresar a donde estaba el resto de la gente, pero para nuestro estupor David Williams no se veía por ninguna parte. Gritamos hasta hacer nuestras voces retumbar entre las lomas, pero no hubo ni un llamado, ni nadie respondió. Regresamos al campamento con la esperanza de que él se nos hubiera adelantado, pero tampoco estaba allí; luego salimos a buscarlo, de a dos o de tres en distintas direcciones, pero fue inútil. Encendimos fogatas para iluminar la zona, pero el querido compañero no apareció. Entonces uno de nosotros recordó haberlo oído decir, cuando estábamos a bordo, que él sería el primero en llegar al río o al valle si no lo atrapaban los indios o caía en las fauces de las fieras. Según parece fue así, pues al cabo de unos años se encontraron sus restos cerca de la Laguna Grande y se los reconoció por algunas de sus pertenencias, entre ellas un librito llamado “Catecismo para ingleses y galeses”, que él nos leyó muchas veces durante el viaje. Así le llegó el fin al pobre David Williams.# (*) David Williams tenía 36 años; los escritos aquí mencionados nos lo presentan como una personalidad interesante. Su catecismo tenía un versión “especial” de los Mandamientos y del Padrenuestro. ambos escritos aparecen en Williams, B. (1962, anexo 6). Los restos de David Williams se encontraron noviembre de 1867 en el “Bajo de los Huesos”, que debería su nombre a este hallazgo.