domingo, diciembre 07, 2025

Los Álamos de Rosauer y Kleppe son dos de las empresas ligadas a la producción frutícola más importantes del Alto Valle.

 


Kleppe y Los Álamos: un legado familiar que transforma la fruticultura del Alto Valle.

Los Álamos de Rosauer y Kleppe son dos de las empresas ligadas a la producción frutícola más importantes del Alto Valle. 

¿Qué elementos tienen en común y cuál es la historia de cada una de ellas?

La historia de la familia Kleppe y sus comienzos en la actividad frutícola, se remonta a 1932. Foto: Kleppe.

Una de las noticias más relevantes de estos días en el ámbito de la producción frutícola, fue la novedad de la adquisición de un paquete accionario del vivero 
Los Álamos de Rosauer S.R.L, por parte de la empresa Kleppe S.A.

Estas dos empresas tienen en común, que fueron fundadas hace más de cien años por inmigrantes y descendientes de europeos, están manejadas por familias y tienen un rol importante en el desarrollo de la actividad rural en la región.

Cada etapa de la historia de estas compañías, coincide con diferentes momentos de la fruticultura en el Alto Valle, sus inicios, la época dorada, las diversas crisis, la concentración del mercado, la reconversión y la diversificación productiva, además de la aplicación de nuevas tecnologías, entre otros.

De Noruega a Latinoamérica.

La historia de la familia Kleppe y sus comienzos en la actividad frutícola, se remonta a 1932, cuando Knut Olai Kleppe fundó su empresa en el Alto Valle, al mismo tiempo que abrió otra firma en Brasil junto al cónsul sueco en Río de Janeiro. Según lo informado en la página web de la empresa Kleppe, Knut Olai vivió en Brasil antes de radicarse en la Argentina y este punto fue el que posibilitó el intercambio de fruta entre ambos países.

Knut Olai llegó a Latinoamérica en 1928 desde Noruega, en el norte de Europa. Unos años después, inició con K.O. Kleppe & C.O. Srl, dedicada a la importación y exportación de fruta fresca y desecada. En los años 40, abrió su propia planta de empaque en Cipolletti, Río Negro, y más tarde comenzó con la producción de manzanas y peras.

Cuentan los hechos que Knut Olai poseía un avión privado con el que se trasladaba de una provincia a la otra. En marzo de 1966, en medio de un pronóstico climático desfavorable, su avión se estrelló en la zona de bardas de Allen, donde murió junto a todos los que viajaban con él, a la edad de 65 años.


Una nueva etapa.

A partir del fallecimiento del fundador de la empresa Kleppe, se hizo cargo de la misma, uno de sus tres hijos, Enrique Roberto Kleppe Otamendi, recibido de la Facultad de Filosofía de la UBA y becario del Conicet. Fue éste, el que tuvo que diseñar estrategias para sortear la crisis de finales de los 70, en la época de Martínez de Hoz.

En 1972, Kleppe adquiere una amplia extensión de tierra desértica en el Valle Medio de Río Negro, donde se construyó la estructura productiva de El Caldero. Asimismo, la empresa expandió sistemáticamente su superficie productiva y pasó de tener dos chacras, a cerca de 20 establecimientos.

Además, en 2012 adquirieron la planta de empaque y frío de Salentein Fruits, junto a 450 hectáreas productivas en la zona del Alto Valle. Las crisis frutícolas continuaron en los 90 y los 2000, pero Kleppe supo atenuar los embates y llegó a transformarse en un gran exportador, con presencia en 35 países y 4 continentes.

Enrique Kleppe, a su vez, tuvo dos hijos, Soledad, médica genetista de profesión, y Pablo, quien actualmente está al frente de la empresa.

Los Rosauer y la tercera generación.

Roberto Rosauer (camisa blanca) nivelando lo que hoy es el Vivero Los Álamos de Rosauer en Villa Manzano. Año 1962. Foto: gentileza familia Rosauer.

La familia Rosauer, tiene en común con los Kleppe su origen europeo. Roberto Rosauer y su esposa Hedwig Klein, arribaron primero a Pomona (ex Paso Peñalva), desde Austria y Alemania. Tuvieron tres hijos, Carmen, Rodolfo y Juan Erich; este último fue quien fundó en 1920 el vivero Los Álamos en el Alto Valle.

Hacia la década del 80 toma el mando del vivero uno de los hijos de Juan Erich, Juan Roberto Rosauer. Para ese entonces, Los Álamos se constituía en uno de los viveros más importantes de la Patagonia en materia de rosales y plantas frutícolas.

Igual que los Kleppe, los Rosauer también ampliaron su cadena productiva, construyeron el primer frigorífico en Cipolletti para conservar la fruta que tenían. Hacia fines del 90, instalaron el empaque para embalar la fruta y así abarcar toda la cadena de comercialización. En el 2018, se cerró la empacadora por la conversión de la producción frutícola a orgánica.

Hoy, es la tercera generación familiar la que está a cargo de la empresa, Juan Martín y María Laura Rosauer hijos de Roberto, fallecido a fines del 2023. Son ellos, los que actualmente llevan adelante el desafío de esta nueva fusión con la empresa Kleppe.

Según las declaraciones de Juan Martín a +P, esta nueva sociedad apunta a traspasar las barreras de la producción tradicional de frutales de pepitas y carozos. La idea es trabajar en la incorporación de otros tipos de frutas y, para eso, es necesario aunar esfuerzos entre ambas empresas.

Visita técnica en su vivero Los Álamos de Rosauer en Villa Manzano, año 1972. Foto: gentileza familia Rosauer.

Hoy, a más de un siglo de sus fundaciones, la unión de Kleppe S.A. y Los Álamos de Rosauer S.R.L. no es solo una integración empresarial: representa la convergencia de dos historias familiares que moldearon la fruticultura del Alto Valle. La tradición, la experiencia y la visión, forjada por generaciones, desde Europa hacia el Alto Valle.

Publicado en Más Producción de La Mañana de Neuquén.

https://masp.lmneuquen.com/fruticultura/kleppe-y-los-alamos-un-legado-familiar-que-transforma-la-fruticultura-del-alto-valle-n1220544

Norberto Serventi se convirtió en un profundo conocedor de la historia productiva regional.

Norberto Serventi sigue asesorando a productores a sus 80 años. Foto: Cecilia Maletti.

Recorre los valles de Río Negro y Neuquén desde hace 53 años y anticipa su futuro: «Ya está sucediendo».

Por su extensa trayectoria en el norte de la Patagonia y su inagotable curiosidad, Norberto Serventi se convirtió en un profundo conocedor de la historia productiva regional. Desde esa mirada, identifica tendencias y entiende hacia dónde vamos. Un relato sobre los orígenes del Alto Valle y sobre lo que encontró en la región al llegar en la década de 1970.

Norberto Serventi nació en Buenos Aires. Se graduó como ingeniero agrónomo en la Universidad de La Plata en 1972, y desde entonces nunca ha dejado de trabajar. Ese mismo año, desembarcó en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén para trabajar en una fruticultura que atravesaba su apogeo. Sin embargo, su carrera se orientaría luego a la producción forestal, en particular hacia la producción de madera con álamos.

Su trayectoria incluye el paso por firmas frutícolas, forestales, agropecuarias e industriales presentes en Río Negro y Neuquén. Además, fue docente en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Comahue, dictando la materia “el cultivo de las salicáceas” (álamos y sauces) durante 10 años. También fue coordinador del Tercer Congreso Internacional de Salicáceas, celebrado en la ciudad de Neuquén en 2011. A sus 80 años, sigue brindando asesoramiento en importantes proyectos productivos.

[1972-1976] Fue ingeniero jefe de campo de Los Canales de Plottier, una chacra frutícola de la empresa Zucamor ubicada en la localidad de Plottier (Neuquén). Allí encaró un plan de expansión y de cambio tecnológico, reemplazando montes frutícolas tradicionales por montes en espaldera.

[1976-1990] Se desempeñó como jefe del departamento técnico de la Corporación Forestal Neuquina (Corfone). “Fui su primer ingeniero argentino, necesitaban a alguien con experiencia en álamos”, recuerda Serventi.

[1990-1994] Fue gerente de producción en Los Chopos, la empresa forestal de MAM SA (ex Álvarez Hermanos y Durán). Desarrolló forestaciones en Pomona y Darwin (Río Negro) para abastecer la planta industrial, a la que también estuvo íntimamente ligado.

[1994-2003] Se desempeñó como responsable técnico del aprisionamiento de madera de álamo a la planta para la fabricación de celulosa en Productos Pulpa Moldeada, planta ubicada en Cipolletti (Río Negro) y que hoy se llama Celulosa Alto Valle. Allí fabrican celulosa de fibra corta.

[2003-Actualidad] Empieza a trabajar en forma autónoma, y lo sigue haciendo a sus 80 años. En Servicios Neuquinos (Añelo, Neuquén) brinda asesoramiento en proyectos forestales y forrajeros. Asesora a Las Taperitas (Picún Leufú, Neuquén) desde sus primeros pasos en la región.

Entrevista a Norberto Serventi, un gran conocedor de los valles de la Patagonia Norte.

PREGUNTA: ¿Cuándo y cómo llegó al Alto Valle?

RESPUESTA: El mismo año que me recibí, vine de La Plata al Valle a través de un amigo. Yo vivía cerca de una empresa que necesitaba un ingeniero autónomo recién recibido para una importante chacra frutícola de Plottier. Antes de recibirme, ya tenía trabajo, pero yo antes ya había venido a la Norpatagonia. Conocí San Patricio del Chañar (el Chañar) en 1971, cuando todavía no era nada.

P: ¿Qué recuerda de el Chañar en ese viaje?

R: Apenas se emparejaban las primeras 500 hectáreas. En Neuquén el desarrollo de la fruticultura se limitaba a Centenario, Plottier y Vista Alegre, y ahí se terminaba. Pero el gobierno de la provincia ayudó a través de líneas de crédito a la firma de Roberto Gasparri y así comenzó a concretarse el Chañar. En 1972 se estaban plantando las primeras chacras en la picada 1 y 2, con frutales. Hoy hay desarrolladas más de 3.000 hectáreas. Debe haber sido la última colonización de Argentina con simbiosis Estado-privado. Recuerdo un camino de ripio bastante áspero que atravesaba el Chañar y me dijeron “acá va a estar el pueblo”. Y el Chañar es hoy una localidad importante. Ese desarrollo fue todo un acontecimiento porque ahí se pasó de la fruticultura de monte tradicional al monte en espaldera. Esa transición la viví, y a mí me contrataron de la empresa Zucamor justamente para hacer esa transformación. En aquel entonces, un productor con cinco hectáreas de peras Williams era un potentado. Hoy con 30 hectáreas es duro sobrevivir.

«Villa San Patricio de El Chañar», reza el cartel en esta histórica imagen; de gafas y camisa amarilla, Roberto Gasparri. Foto extraída de «El Visionario», de Javier Avena.

P: ¿Qué sabe del origen del Alto Valle?

R: Fue con inmigrantes. Regina, Roca, Neuquén, Allen y Cipolletti han sido colonizadas por inmigrantes italianos, y Huergo, Cervantes, Godoy y Fernández Oro por inmigrantes españoles. Los primeros inmigrantes han sido los pioneros de todo el desarrollo del Valle. Cuando vine estaba en una época de auge. Esta corriente inmigratoria fue posterior al desarrollo del sistema de riego que encaró el ingeniero Cipolletti, contratado por el presidente Roca. Querían desarrollar a nivel nacional zonas bajo riego y él empezó a hacer los estudios de las áreas de regadío, que son todas las zonas de Cuyo. Después vino a la zona y en el año 1910 se empieza a hacer el dique Ballester, de donde nace el canal que le ha dado vida al Valle con sus casi 100 kilómetros de recorrido hasta Regina. El milagro del Valle fue el riego. Cipolletti fue el que marcó el rumbo y luego, producto de las guerras en Europa, empezó toda la inmigración. Me parece que toda la gente de esa época tenía mucha visión y, además, venían con mucha necesidad. Yo alcancé a vivir ese espíritu de trabajo, y aún lo tengo, con 80 años sigo haciendo cosas porque es algo que me apasiona. Además, mi hijo mayor Mauro es colega: es docente de la Facultad local, especialista en suelos y sigue mis pasos.

P: ¿Cuáles fueron las primeras producciones en el Alto Valle, una vez inaugurado el sistema de riego?

R: Forraje. Se empezó a sembrar alfalfa para fijar y estabilizar suelo, porque ahí se trabajaba con caballos y con rastrones. Así descubrieron que la alfalfa era un forraje importante. Formaba parte de una cadena porque había animales, había aves. Empezaron con alfalfa no solo para fijar suelos, sino también para que la gente pudiera alimentarse. Una de las primeras especies que se introdujeron en el Alto Valle fueron los tamariscos, que actuaban como protección de viento; el único árbol autóctono de acá es el sauce colorado. Luego empezaron a desarrollarse las primeras chacras de frutas, cerca de 1930 con la inmigración. Ahí había necesidades de madera para calefacción, pero también para mover la fruta. Gente vinculada al Delta empezó a traer los primeros árboles, álamos criollos. El transporte de la fruta se hacía por el ferrocarril, se vendía fruta a Buenos Aires. A medida que fue aumentando la escala, se empezó a descubrir la calidad de la fruta del Valle.

“El ferrocarril del Sud contrata a principios de siglo a Barcia Trelles, un ingeniero español, como director de su estación agronómica. En Cinco Saltos hizo los primeros ensayos con frutales.” Norberto Serventi, ingeniero agrónomo.

P: ¿Por qué se decidió producir fruta?

R: Siempre en el desarrollo de las distintas zonas, el ferrocarril ha tenido mucho que ver. El Ferrocarril del Sud, después de la conquista del desierto, fue lo primero que vino a la región. Era de los ingleses y a principios de siglo contrata a Barcia Trelles, un ingeniero español, como director de la estación agronómica creada para promover el desarrollo científico de las tierras irrigadas en el valle. Él era un conocedor de fruta y ahí en Cinco Saltos hizo los primeros ensayos con frutales. Fue antes de la inauguración del sistema de riego. Pero cuando se hizo el dique Ballester, ahí también se ensayaban cultivos. Esa fue la base del impulso de los desarrollos de la zona. El desarrollo de la fruticultura tuvo lugar a base de prueba y error. Se hacían básicamente peras y manzanas. La fruticultura del Alto Valle surgió espontáneamente gracias al esfuerzo de todos los pioneros. Cuando empezaba a haber fruta, los empaques eran muy precarios, pero después empezaron a instalar empaques. Fueron a Europa a copiar todo el desarrollo y ahí se empezaron a establecer los vínculos comerciales para exportar la fruta. Llegamos a ser el primer exportador del mundo de peras.

Roberto Gasparri, junto a un peral en flor.
Foto extraída de "El Visionario", de Javier Avena.

P: ¿Hubo algo que lo sorprendiera cuando llegó al Valle?

R: La zona en sí misma. Cuando vine, la fruticultura estaba en pleno desarrollo. Llegué justo cuando se cambia el monte tradicional al monte de alta densidad. En el monte tradicional eran 300-400 plantas por hectárea y se pasa a más de 1.000 plantas por hectárea. Ahora se están plantando 2.500 plantas por hectárea. Fue un proceso de mucha tecnología. El ingeniero Gasparri fue un pionero: todas sus chacras estaban orientadas a ese tipo de monte. Él vendía la hectárea emparejada, bajo riego, fijada y plantadas con frutales, pero también sin plantar. Él desarrollaba chacras y las vendía, y con ese dinero seguía avanzando en su desarrollo en el Chañar. Había entre cuatro y seis empresas dedicadas a emparejar suelos.

P: ¿Cómo ve a los valles norpatagónicos actualmente?

R: Se están transformando. Los valles se volcarán cada vez más a la producción de alfalfa para exportación, que ya está sucediendo en Valle Medio. Es una de las alternativas que tiene el Valle. Cuando alguien produce alfalfa, lo que está vendiendo es agua. La alfalfa tiene excelente calidad en los valles porque uno puede manejar el agua con el riego, se siembran más kilos de semillas por hectárea elevando la productividad, y encima hay alfalfas resistentes a zonas frías. La producción de carne es otra alternativa productiva, al igual que los frutos secos, como nueces, almendras y pistachos. Esta zona, al ser seca, tiene menos plagas que, por ejemplo, Chile. Tiene ventajas ambientales muy importantes. La actividad forestal, sobre todo los álamos, es también una alternativa viable atada a un sistema silvopastoril. Vos podés plantar álamos a baja densidad y sembrar alfalfa durante todo un ciclo de álamos que dura 12 años. Teniendo forraje y carne, la forestación te sale prácticamente gratis. Podés sacar 3.000 kilos de carne por hectárea durante un ciclo de 12 años del cultivo de álamos. La ventaja de todo esto es que, con sistemas de regadío y con agua abundante, se puede hacer ese tipo de desarrollo. Veo al riego superficial por manto con distribución de alto caudal como la gran alternativa para los productores. En Las Taperitas fui un poco el ideólogo interno del sistema de riego que se desarrolló: riego por manto con alto caudal como si fuera una chacra, pero con cuadros de 5 a 12 hectáreas. La horticultura es otra alternativa productiva, al igual que los granados y los olivos. Son todos cambios que vienen, el potencial bajo riego, tanto de Río Negro como de Neuquén, es enorme. Hacen falta superficies bajo riego de 100 hectáreas o más, y la subdivisión de la tierra del Alto Valle ha sido en pequeña escala. Por eso, el Valle Medio, el Valle Inferior o la zona de Añelo son las regiones que tienen más potencial.

«Los valles se volcarán cada vez más a la producción de alfalfa para exportación, es algo que ya está sucediendo en Valle Medio.» Norberto Serventi, ingenieron agrónomo.

*** Publicado en RURAL del diario Río Negro.

Sábado 6 de diciembre del 2025.

https://www.rionegro.com.ar/rural/recorre-los-valles-de-rio-negro-y-neuquen-desde-hace-53-anos-y-anticipa-su-futuro-ya-esta-sucediendo/

sábado, diciembre 06, 2025

Paso León: pobladores argentinos y chilenos que viven a 10 kilómetros de distancia celebran la Fiesta de la Hermandad.

 


La primera celebración fue en 2016. Foto: gentileza.

Paso León: pobladores argentinos y chilenos que viven a 10 kilómetros de distancia celebran la Fiesta de la Hermandad.

La celebración se realiza en la casa de Etelvina Bahamonde que murió en 2018. La vivienda está del lado chileno y el patio, en el argentino. Allí se encuentra el hito fronterizo.


Una nueva edición de 
la Fiesta de la Hermandad entre Chile y Argentina vuelve a celebrarse este fin de semana en el límite fronterizo de Paso León y El Manso. En la celebración costumbrista, habrá danzas, cuecas, folclore, chamamé, asado, empanadas, artesanías y todo tipo de juegos, como tirado de riendas, enhebrado de agujas, concurso de esquila y búsqueda de tesoro.
En ese punto del mapa, a unos 150 kilómetros de Bariloche, la población argentina está distanciada de sus vecinos chilenos por unos 10 kilómetros. La casa de Etelvina Bahamonde, justo en la frontera, se convirtió en símbolo de unión de ambos pueblos. Años atrás, en su jardín se instaló un hito de hierro para dividir la propiedad. De esta forma, la casa quedaba del lado chileno; y el gallinero y el patio, en el argentino. “Aquí llegaron uniformados de Argentina y Chile. Unos decían que mi casa estaba allá, los otros que estaba acá. A la final, pusieron el hito al medio. Será de Dios, pues”, contaba Etelvina al diario El Mercurio en 1985. La mujer murió en 2018.
El paraje El León está a 43 kilómetros de la Ruta Nacional 40 y marca el fin del camino luego de atravesar todo el valle de El Manso. Allí viven unas 25 familias que se vinculan permanentemente con El Bolsón para su abastecimiento y cuentan con un convenio para atención sanitaria.
“Por ese paso, se forjó el poblamiento de estas dos naciones. Chilenos de Osorno, Cochamó, Calbuco y Purranque fueron las primeras familias en llegar a Paso León a fines del siglo XIX con carros y caballos. Se establecieron en estos valles, se dedicaron a la agricultura, la cría de animales y se trabajó la madera en pequeña escala”, relataron los organizadores del evento.

Esta celebración nació a partir de la visita de pobladores de El Bolsón y Lago Puelo a familiares del lado chileno. “Pensaron que sería lindo ver las banderas de ambos países, flameando juntas como símbolo de unión y hermandad. Un 31 de marzo de 2016 de constituyó la comisión de hermandad”, contaron.


El primer encuentro de hermandad se llevó a cabo en diciembre de ese mismo año donde unas mil personas se concentraron para celebrar en la casona centenaria de Etelvina, de tres pisos y construida con tejuela de ciprés y alerce. “Esto es una deuda con nuestros abuelos”, dijo, en ese entonces, Hugo Oyarzo, uno de los organizadores del primer encuentro en el límite binacional.

Esta celebración nació a partir de la visita de pobladores de El Bolsón y Lago Puelo a familiares del lado chileno. “Pensaron que sería lindo ver las banderas de ambos países, flameando juntas como símbolo de unión y hermandad. Un 31 de marzo de 2016 de constituyó la comisión de hermandad”, contaron.

El primer encuentro de hermandad se llevó a cabo en diciembre de ese mismo año donde unas mil personas se concentraron para celebrar en la casona centenaria de Etelvina, de tres pisos y construida con tejuela de ciprés y alerce. “Esto es una deuda con nuestros abuelos”, dijo, en ese entonces, Hugo Oyarzo, uno de los organizadores del primer encuentro en el límite binacional.

Montero reconoció que hoy “solo la gente más grande persiste en el lugar. Mi señora es de Puerto Montt, por ejemplo, pero cuando uno se acostumbra a este lugar, no le tinca otro. Acá tengo mis animales, soy feliz”.


Un paraje atípico.

El cónsul de Chile en Bariloche, Javier Matta Manzano, aseguró que “las necesidades y los desafíos que pueden enfrentar los pobladores del paraje chileno, Paso El León, es uno de los asuntos los cuales vela este consulado”.

“Esta localidad chilena -planteó- es una de las muy pocas que, para llegar, hay que transitar por Argentina. Antes habían más lugares como éstos en Chile, pero con la construcción de la Carretera Austral y la red caminera de la Provincia de Palena y muchas en la Región de Aysén, se han reducido al mínimo y, hoy por hoy esta es la excepción y poblada (aunque sus residentes sean pocos y de la tercera edad)”.

Recalcó que desde paso León es posible caminar hasta Cochamó, el pueblo costero que es sede del municipio. También se puede circular a caballo, en motos y cuatrimotos. “Caminos para vehículos de cuatro ruedas no hay. Por dentro de la localidad tampoco hay un camino público o una calle. Lo que hay es una senda de tierra que es como una camino de carretas. Tiene barro y pendiente. En pleno invierno -o cuando llueve- se vuelve es intransitable”, detalló Matta Manzano.

Reconoció que una de las dificultades que estos pobladores tendrán a futuro es que “al transitar por Argentina, son turistas. Y de acuerdo al DNU 366, de 28 de mayo de 2025, los turistas que ingresen a Argentina tienen que presentar un seguro médico”.


*** Publicado en Diario Río Negro.

https://www.rionegro.com.ar/sociedad/paso-leon-pobladores-argentinos-y-chilenos-que-viven-a-10-kilometros-de-distancia-celebran-la-fiesta-de-la-hermandad/

Crisis: Mondelez suspendió a más de 2.300 empleados.

 


Crisis: Mondelez suspendió a más de 2.300 empleados.
(ADN).- La crisis del consumo sigue golpeando fuerte a las industrias. Ahora la multinacional Mondelez paralizó su planta de Pacheco hasta enero y suspendió a más de 2.300 trabajadores. Aunque en la empresa hablan de una «adecuación operativa» de la planta y sostienen que el parate esta planificado, entre los trabajadores dicen que la medida fue sorpresiva y responde a un sobrestock de mercadería por la caída del consumo.

Se trata de una foto salvaje de la situación económica y revela hasta qué punto se retrajo el consumo: en esa planta Mondelez elabora productos muy populares y masivos como las galletitas Oreo y Pepitos o las golosinas Milka y Terrabusi. Otras marcas que se producen en Pacheco son Cadbury, Halls, Beldent, Cerealitas y Clight.

La paralización de la fábrica se extenderá hasta el 5 de enero, aunque en sector del personal podría retomar antes. En la patronal sostienen que las licencias fueron acordadas con el sindicato, el portal InfoGremiales reveló que a los trabajadores les otorgaron una semana de vacaciones forzadas.

En el gremio de la alimentación dicen que la paralización de la planta es algo que no ocurre desde la crisis de 2001, aunque en esa ocasión fue por motivos de seguridad. Agregan que nunca pasó que frenen la producción por la caída del consumo.

«Pasamos varias crisis dentro de la fábrica. Hace 30 años que estoy en la compañía y en 2001 nos licenciaron por fuerza mayor, por los saqueos y caos que había afuera de la fábrica. Ahí nos licenciaron una semana a todos. Ahora es otra situación, es por el consumo. Las marcas que produce la empresa son las que consume la clase media», declaró Jorge Penayo, delegado de la empresa a radio Led FM.

El delegado explicó que la producción cayó 13 mil toneladas pese a que se sumaron nuevos productos. La empresa esperaba producir 72 mil toneladas, pero quedó lejos.

La caída del consumo viene afectando a diversos empresas vinculadas a la alimentación. Esta semana Martín Cabrales dijo que la caída del consumo es peor que la del 2001 y la pandemia.

Publicado en ADN RÍO NEGRO.

https://www.adnrionegro.com.ar/2025/12/crisis-mondelez-suspendio-a-mas-de-2-300-empleados/

jueves, diciembre 04, 2025

En Punta Arenas las nubes formaron una figura similar a la bandera argentina.

 

El increíble fenómeno astronómico filmado en Punta Arenas: la "luna fría".

Un vecino de Punta Arenas registró un fenómeno llamativo durante la noche del miércoles 3 de diciembre: con la luna llena y el cielo despejado, las nubes formaron una figura similar a la bandera argentina. El registro fue enviado a El Diario Nuevo Día.

Desde Punta Arenas, en la Patagonia chilena, un vecino registró un momento que rápidamente despertó asombro: la combinación de la luna llena, el cielo despejado y una franja de nubes iluminadas generó una figura muy similar a la bandera argentina. El fenómeno ocurrió durante la noche del miércoles 3 de diciembre, cuando la conocida "luna fría" alcanzó su mayor brillo.
Cristian, autor del video que llegó a El Diario Nuevo Día, envió también un audio a un medio de CABA, en donde relató su propia sorpresa: "Ayer hubo luna llena, y creé la bandera argentina en el cielo. Reemplacé el sol con la luna y sin querer se grabó la bandera argentina. Es impresionante". 
 En el registro, Cristian menciona que se trata de la luna fría de diciembre, un fenómeno astronómico que -según recuerda- no volverá a verse con tanta intensidad hasta el año 2042, cuando vuelva a ubicarse tan alta y brillante en el cielo.
La "luna fría" es la última luna llena del año y se caracteriza por su posición más elevada en el cielo y su brillo intenso, ya que coincide con el punto de mayor cercanía a la Tierra. Esa combinación iluminó de manera particular una franja horizontal de nubes, generando el efecto visual que recordó a los colores celeste y blanco.
Diario El Nuevo Día.

3 de ciciembre de 1916: El Coronel José de San Martín es designado "Mayor General" del Ejército del Norte.

 


Un día como hoy, pero de... 1813: El Coronel José de San Martín es designado "Mayor General" del Ejército del Norte, que estaba al mando de Belgrano.

San Martín, ya en Tucumán, recibió una comunicación de Belgrano en la que le pedía que se adelantara a cubrirlo pues lo perseguían los realistas. La tradición dice que ambos jefes se encontraron en Yatasto, pero historiadores como A.J. Pérez Amuchástegui, demostraron que el encuentro se produjo en la estancia de Las Juntas, propiedad de José Torrens, a unas dos leguas al oeste de Yatasto.

Belgrano, designó a San Martín segundo jefe del ejército y dispuso que regresara a Tucumán. El 29 de Enero, ambos jefes estaban en la Provincia.

Fuente: archivohistorico.tucuman.gov.ar.

Fuente: Libro sobre Efemérides de Tucumán - de Ezcurra, Marta; Puig, María Waldina.

Publicado en Historia Local y Regional: Catamarca y el NOA.