Las duras críticas a los ricos del mundo por elusión
tributaria, por no compartir sus fortunas con los pobres, y que el capitalismo
se ha prestado para ello, no tienen fundamento. Los ingresos de los grandes
millonarios no son por sueldos; sobre ellos el impuesto a la renta (IR) es
progresivo. Los grandes ingresos provienen de inversión en bolsa; el impuesto
sobre la ganancia de capital es bajo. No es elusión tributaria.
En Estados Unidos este impuesto fue creado para estimular el
crecimiento del mercado de capitales. El IR en ese país nació cuando ya era
potencia mundial. Creado uno o dos siglos atrás, junto con el confiscatorio
impuesto a la herencia, no hubiera existido progreso humano; no se habría
acumulado capital, hubiese ido al Estado, famoso por malgastar el dinero de los
contribuyentes. Sin esos enormes capitales no hubieran surgido las fundaciones
que en más de 100 años han donado extraordinarios montos, logrando impactos en
todo el mundo. Las epidemias de fiebre amarilla desaparecieron en Guayaquil por
la Fundación Rockefeller.
No se hubieran desarrollado las ciencias en los siglos XIX y
XX, ni las nacientes en el XXI. Las grandes universidades estadounidenses se
crearon con donaciones, caso de la de Chicago, por las de John Rockefeller,
magnate petrolero, y las de Marshall Field, creador de la primera empresa
departamental del mundo. Esa universidad tiene más de 89 premios nobel entre
profesores y afiliados; su aporte a la humanidad no puede medirse.
La Universidad de Harvard tiene más de 35.000 millones de
dólares de dotación, recibidos de empresarios millonarios, dinero que se
invierte en investigación y desarrollo, en contratar a los más grandes
profesores, crear nuevas carreras y seguir mejorando la calidad de la educación
universitaria. Ford, Gates y otros millonarios han contribuido al progreso
mundial.
Desde la creación del Banco Mundial, los países del Tercer
Mundo han recibido más de un millón de millones de dólares en ayuda, alrededor
de 40% proveniente de EE. UU. Adicionalmente han recibido a través de AID.
Guayaquil no tendría Junta de Beneficencia, Solca y otras, sin ricos.
http://independent.typepad.com/elindependent/2015/06/qu%C3%A9-hubiera-pasado.html#more
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