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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

“
"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

lunes, septiembre 13, 2010

La caída de Hipólito Yrigoyen y Carlitos Gardel.




HISTÓRICAS ARGENTINAS.

6 de Septiembre de 1930.
Caída de Hipólito Yrigoyen.


Al despeñadero de la crisis mundial llega también el presidente argentino Hipólito Yrigoyen. Lo condena el desplome de los precios de la carne y del trigo. Callado y solo, Yrigoyen asiste al fin de su poder. Desde otro tiempo, desde otro mundo: este viejo tozudo se niega todavía a usar teléfono y jamás ha entrado a un cine, desconfía de los automóviles y no cree en los aviones. Ha conquistado al pueblo sin discursos, conversando, convenciendo a uno por uno, poquito a poco. Ahora lo maldicen los mismos que ayer desenganchaban los caballos de su carruaje para llevarlo a pulso. La multitud arroja a la calle los muebles de su casa.


El golpe militar que voltea a Yrigoyen ha sido cocinado, al calor de la súbita crisis, en los salones del Jockey Club y del Círculo de Armas. El achacoso patriarca, crujiente de reuma, selló su destino cuando se negó a entregar el petróleo argentino a la Standard Oil y a la Shell; y para colmo quiso enfrentar la catástrofe de los precios comerciando con la Unión Soviética.

—Ha sonado otra vez, para bien del mundo, la hora de la espada —había proclamado el poeta Leopoldo Lugones, anunciando la era militar en la Argentina. En pleno cuartelazo, el joven capitán Juan Domingo Perón ve que sale del palacio de gobierno, corriendo a todo lo que da, un entusiasta que grita:

—¡Viva la Patria! ¡Viva la Revolución!

El entusiasta lleva una bandera argentina arrollada bajo el brazo. Dentro de la
bandera, la máquina de escribir que acaba de robar

Memorias del Fuego 3. El Siglo del Viento. Eduardo Galeano.

Manifiesto de Uriburu del 6 de septiembre de 1930.

Respondiendo al clamor del pueblo y con el patriótico apoyo del ejército y de la Armada, hemos asumido el Gobierno de la Nación.
Exponentes de orden y educados en el respeto de las leyes y de las Instituciones, hemos asistido atónitos al proceso de desquiciamiento que ha sufrido el país en los últimos años.
Hemos aguardado serenamente con al esperanza de una reacción salvadora, pero ante la angustiosa realidad que presenta al país al borde del caos y de la ruina, asumimos ante él la responsabilidad de evitar su derrumbe definitivo.
La inercia y la corrupción administrativa, la ausencia de justicia, la anarquía universitaria, la improvisación y el despilfarro en materia económica y financiera, el favoritismo deprimente como sistema burocrático, la politiquería como tarea primordial de gobierno, la acción destructora y denigrante en el Ejército y en la Armada, el descrédito internacional logrado por la jactancia en el desprecio por las leyes y por las actitudes y las expresiones reveladoras de una incultura agresiva, la exaltación de los subalterno, el abuso, el atropello, el fraude, el latrocinio y el crimen, son apenas un pálido reflejo de lo que ha tenido que soportar el país.
Al apelar a la fuerza para libertar a la nación de este régimen ominoso, lo hacemos inspirados en un alto y generoso ideal. Los hechos, por otra parte, demostrarán que no nos guía otro propósito que el bien de la Nación.
La participación en el gobierno de eminentes ciudadanos cuya colaboración hemos requerido atendiendo exclusivamente a sus méritos y virtudes evidencia en primer término que las fuerzas armadas, con el apoyo moral de la masa de la opinión, después de haber liberado a la Nación de la ignominia, ocupan de nuevo su lugar sin ambiciones de predominio.
Debe entenderse, sin embargo, bien claramente que, para asegurar el orden y la normalidad, el gobierno provisorio procederá con prudencia pero con una inquebrantable energía, porque el país ha sufrido demasiado para que el sacrificio sea estéril.
Ajeno en absoluto a todo sentimiento de encono o de venganza, tratará el gobierno provisorio de respetar todas las libertades, pero reprimirá sin contemplación cualquier intento que tenga por fin estimular, insinuar o incitar a la regresión.
La medida de la libertad queda, pues, librada al espíritu patriótico de los ciudadanos y al buen sentido de los habitantes del país.
No nos anima ni nos mueve ningún interés político, no hemos contraído compromisos con partidos o tendencias. Estamos por lo tanto colocados en un plano superior y por encima de toda finalidad subalterna y dispuestos a trabajar con todos los hombres de buena voluntad que aspiren al engrandecimiento de la patria. Tenemos fundadas razones para admitir que el desengaño de los que se han dejado tentar con promesas de dádivas personales (que ha sido la forma de corromper las conciencias para obtener sanciones plebiscitarias) es definitivo.
El gobierno provisorio, inspirado en el bien público y evidenciando los patrióticos sentimientos que lo animan, proclama su respeto a la Constitución y a las leyes fundamentales vigentes y su anhelo de volver cuanto antes a la normalidad, ofreciendo a la opinión pública las garantías absolutas, a fin de que a la brevedad posible pueda la Nación, en comicios libres, elegir sus nuevos y legítimos representantes. Además los miembros del gobierno provisorio contraen ante el país el compromiso de honor de no presentar ni aceptar el auspicio de su candidatura a la presidencia de la República.
Será también aspiración del gobierno provisorio devolver la tranquilidad a la sociedad argentina, hondamente perturbada por la política de odios, favoritismos y exclusiones, fomentada tenazmente por el régimen depuesto, de modo que en las próximas contiendas electorales predomine el elevado espíritu de concordia y de respeto por las ideas del adversario que son tradicionales a la cultura y a la hidalguía argentinas.
El gobierno provisorio interpreta el sentimiento unánime de la masa de opinión que le acompaña al agradecer en esta emergencia a la prensa seria del país el servicio que ha prestado a la causa de la República, al mantener latente por una propaganda patriótica y bien inspirada, el espíritu cívico de la Nación y provocar la reacción popular contra los desmanes de sus gobernantes. Confía que con el mismo acierto, sabrá interpretar en el futuro el papel esencial que le deparen los acontecimientos, a fin de encauzar hacia los mismos elevados objetivos los esfuerzos cívicos de la opinión nacional.
La indispensable disolución del actual Parlamento obedece a razones demasiado notorias para que sea necesario explicarlas. La acción de una mayoría sumisa y servil ha esterilizado la labor del Congreso y ha rebajado la dignidad de esa elevada representación pública. Las voces de la oposición que se han alzado en defensa de los principios de orden y de altivez en una y otra Cámara han sido impotentes para levantar a la mayoría de su postración moral y para devolver al cuerpo de que formaban parte el decoro y el respeto definitivamente perdidos ante la opinión.
Invocamos, pues, en esta hora solemne, el nombre de la Patria y la memoria de los próceres que impusieron a las futuras generaciones el sagrado deber de engrandecerla; y en alto la bandera, hacemos un llamado a todos los corazones argentinos, para que nos ayuden a cumplir este mandato con honor.
Buenos Aires, 6 de Septiembre de 1930
Teniente general Uriburu
Comandante en Jefe del ejército y presidente del Gobierno provisorio.
Fuente: Diario La Prensa, 7 de septiembre de 1930.
Fuente: www.elhistoriador.com.ar

Tango “Viva la Patria”
De Aieta y García Jiménez
Interpretado por Carlos Gardel, Conservador.
"una perlita" a favor del golpe de José Félix Uriburu.






Viva la Patria.

La niebla gris rasgó veloz, el vuelo de un adiós
y fue el triunfal amanecer de la revolución
y como ayer, el inmortal mil ochocientos diez,
salió a la calle el pueblo radiante de altivez.
Ver un extraño el opresor cual de un siglo atrás,
pero en el mismo el pabellón que quiso arrebatar,
y al resguardar la libertad, del trágico malón
la voz eterna y pura por las calles resonó:

¡Viva la patria y la gloria de ser libre!
¡Viva la patria que quisieron mancillar!
Orgulloso de ser argentino,
al trazar nuestros nuevos destinos,
¡viva la patria, de rodillas en su altar!

Y la legión que construyó la nacionalidad,
nos alentó, nos dirigió desde la eternidad,
entrelazados vio avanzar la capital del sur,
soldados y tribunos, linaje y multitud.
Amanecer primaveral de la revolución,
de tu vergel, cada mujer fue una fragante flor
y hasta tiñó tu pabellón la sangre juvenil,
haciendo más glorioso nuestro grito varonil.

Carlos Gardel y la política.


La vida de Gardel, estudiada hasta el detalle, esconde, no obstante, algunos aspectos importantes. Dentro del fárrago de artículos escritos hay algunos capítulos en blanco, hay silencios sobre cuestiones que muchas veces son cruciales en la vida de un hombre. Y quizás, de esos silencios, el más estridente sea el vinculado a la política. O para decirlo en otros términos: lo que se tiene oculto es la filiación política del cantante. O para expresarlo con otras palabras, ¿estaba Gardel afiliado a algún partido? La respuesta al interrogante anterior es incuestionablemente afirmativa. El "Zorzal criollo" estuvo siempre vinculado a la política, era afiliado al Partido Conservador de la provincia de Buenos Aires. Además, estaba estrechamente relacionado con gravitantes políticos de la época como Alberto Barceló, Pedro Cernadas y otros. De Barceló, aunque se conoce poco de su obra, se habla mucho y mal. Y los que realmente la conocen, la silencian, porque es considerado políticamente incorrecto hablar bien de la gestión eficiente y progresista que puede haber realizado un gobernante conservador. Se habla de él sólo para recordar su relación con el juego, la trata de blancas y sus vínculos con Juan Ruggiero. Es muy probable que Gardel estuviera vinculado a lo mejor y lo peor de los gobiernos de la época, especialmente a los gobernantes de la legendaria Barracas al Sur, es decir la ciudad de Avellaneda. El fue testigo del rápido progreso y de la acelerada urbanización e industrialización de esa zona. El compromiso del cantante con el intendente de Avellaneda, Alberto Barceló, era muy fuerte. Amenizaba los actos partidarios con gran éxito. Eran tiempos en que la política partidaria penetraba en la vida cotidiana de los ciudadanos. Tiempos en que en Buenos Aires se era conservador o radical. Boina colorada los primeros, blanca los segundos. Era como en Córdoba, en que no había otra opción más que ser demócrata o radical. Aunque en Buenos Aires se practicara el fraude y en Córdoba, jamás. Dada su popularidad, Gardel pudo mantenerse neutral, pero nunca lo hizo. La adhesión de Gardel al Partido Conservador no fue producto del oportunismo. Si eso hubiera ocurrido habría usado boina blanca. Hubiera cantado en los comités radicales. Se hubiera relacionado con el "Gallego Julio", símbolo radical de la mafia bonaerense, enfrentado mortalmente con "Ruggerito". Hubiera hecho, en fin, lo que hoy muchos hacen para quedar bien con el poder de turno.

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