GRACIAS POR ESTAR AQUÍ...

GRACIAS POR ESTAR AQUÍ...
...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

“
"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

jueves, agosto 31, 2023

Patricia Bullrich y Javier Milei.

Por Elena Valero Narváez.

Patricia Bullrich y  Javier Milei.

Las Paso nos han dejado al aire a dos candidatos,  más allá de los peros, Patricia Bullrich y Javier Milei,  según la foto de hoy  podrían manejar el  destino del país. El poder que la Constitución le asigna al presidente de la Nación va a potenciar el triunfo del que llegue al poder.  El gobierno que viene  tendrá que privatizar, desregular, hacer las reformas que se necesitan para despegar, ambos pretenden hacerlo.  Están dispuestos y con buenos equipos para dar batalla al estatismo, a las ideas progresistas que nos han hecho tanto daño.. Cuál de los dos  será la cuestión si llegan a un ballotage,  tienen condiciones, nos guste uno más que el otro,  provocan optimismo en amplios sectores de la sociedad.

La política es fundamentalmente creación,  no aplicarán la receta de los Kirchner,  encararán cambios positivos: vigorizar, expandir y pluralizar  la porción externa al Estado,  dejarán que  éste se concentre en funciones sociales indispensables retirándose de las aéreas que corresponden a la sociedad civil.  El gobierno no coaccionará arbitrariamente las decisiones privadas de las personas, elevará su capacidad creativa como así también, de grupos e instituciones.

El Estado es el que genera más posibilidades de corrupción, ésta se origina en el poder, el del Estado es el más coactivo, el más arbitrario,  por eso ofrece  índices más altos..   En la sociedad de alta complejidad en que vivimos  es utópico  pensar en hacerlo desaparecer, pero hay que tomar conciencia de sus peligros. Tendrán  que  luchar contra las tradiciones populistas y estatistas, debilitar a la burocracia sindical sin destruir sus funciones reivindicativas. Toda privatización cierra una mina de prebendas  que desangran el Tesoro del Estado,  destruye una pieza fundamental del corporativismo dando un efecto democratizador a la política interior,  al incrementar  el poder y la independencia de los partidos políticos,  afirma el sistema democrático.

Milei,   anarco-capitalista,  quiere ir a fondo como un toro de lidia,   Patricia,  también quiere apretar el acelerador, está dispuesta a realizar el cambio a pesar de los peligros que implica sostenerlo,  de ello depende  su supervivencia política. Ambos saben que a esta altura, no basta con cosmética,  de seguir con ella irían a una derrota descomunal,  como fue la del presidente Alfonsín. Solo una política de base liberal puede – en la vida nunca podemos estar seguros-  ofrecer la posibilidad de tener éxito en el cambio del país, ello incrementaría el apoyo popular haciendo posible incluso la reelección, lo cual ayudaría a fortalecer los cambios.

Después de las elecciones  el peronismo ortodoxo pasará a la historia, es inaplicable a la realidad social vigente;  transformar las estructuras del país ya no tiene fuerte resistencia,  hoy,  las propuestas de los dos  candidatos con más posibilidades se asemejan en su significado interpretativo de la realidad nacional. Ninguno es  estatista ni nacionalista,  difieren en ciertos rasgos  culturales,  casi irrelevantes,  sobre el cambio que pretenden realizar pero,  también en la resolución de un problema capital de la economía: el régimen cambiario. Mientras Milei  y su equipo se comprometieron con la dolarización, reemplazar el peso por el dólar como moneda de curso legal, tal como el modelo ecuatoriano,  Patricia y el suyo piensan en el modelo bimonetario: declarar al dólar como moneda de curso legal para permitir eliminar el control de cambio,  liberación completa de la relación entre el peso y el dólar. Va por el sistema adoptado hace tantos años por Perú con  dos leyes indispensables:   todos los habitantes tienen el derecho de disponer y mantener monedas extranjeras y se prohíbe el financiamiento del Tesoro por parte del Banco Central.

Los dos  tendrán dificultades,  son muchos los que no desearán dejar sus privilegios de lado, harán ruido. Resistirán muchos peronistas, sobretodo kirchneristas,  quienes avivarán sus fundamentos populistas, nacionalistas y estatistas como también la de varios radicales. Recordemos cuantos se opusieron,  en la presidencia de Carlos Menem, a la privatización de YPF,   olvidando que hacerla era consolidar el federalismo,  ayudaba a mejorar la situación financiera de las provincias y del Estado Nacional,  y a saldar la añeja deuda con los jubilados.

Se tendrá que volver a las políticas de los  90 por razones culturales y políticas,  aunque violenten los sentimientos de mucha gente con buenas intenciones, pero equivocada. Se necesita un profundo cambio estructural que cubra todas las áreas de la vida nacional, incluida la referida a la política internacional.  Por las características de las reformas y el revuelo que dará  la naturaleza disruptiva de la política que están dispuestos a encarar,  la cual comprende no solo a la estructura política  sino también a la ideacional y cultural, tendrán que hacer uso de las facultades que la Constitución concede a un sistema presidencialista muy fuerte. Es que deberán enfrentar disturbios y comunicaciones desfavorables a los cambios de quienes solo esperaban realizar retoques que hicieran funcionar bien al Estado,  en vez de realizar una reforma estructural.. También de los que permanecen ciegos al enorme crecimiento estético,  moral,  y político,  que produjo el capitalismo en el mundo,  tal el caso de actores y artistas, es una constante en ellos la defensa del estatismo,  cuando  gracias a ese sistema  el horizonte de la cultura se amplió como nunca antes: el teatro, la plástica, la literatura fueron  promocionadas con el desarrollo de los mercados, se hicieron masivas, alcanzaron a los sectores más bajos de la estructura social, creando  un mercado permanente, extenso y variado.

A pesar de las dificultades tendrán que gobernar sin salirse de los mecanismos institucionales previstos por la ley,  les conviene evitar las peleas,  gane quien gane necesitará de la ayuda del otro, de un pacto que ayude a la gobernabilidad y a la posibilidad de una reelección si se hace necesaria,  como le sucedió al ex presidente Menem,  quien necesitó pactar con los radicales para acceder a su segunda presidencia,  hoy se lo recuerda por su gran habilidad política para tratar con opositores. Milei tiene que demostrar a la ciudadanía que sabe contenerse,  no es ético insultar al contrincante,  trae resentimientos;  ninguno se debe dejar tentar por avanzar sobre kirchneristas, sindicalistas, peronistas ortodoxos, socialistas, populistas,  y la  intelectualidad socialoide mediante arbitrariedades, sino por los procedimientos políticos aceptados por el consenso de la legalidad institucional.  Ya tuvimos a Cristina!

En política exterior,  tanto Patricia como Javier,  intentarán  -como lo hicieron Frondizi,  Menem,  y Macri–  insertarnos nuevamente en el orden internacional mediante una amistad comprometida con los países del Occidente democrático. Javier tendrá que rever sus declaraciones sobre no tener relaciones con China y otros países, en un mundo planetario le será imposible. Puede hacerlo como lo hace EEUU,  sin dejar de estar   ligado  a la corriente política de los países más avanzados del mundo comprometidos con  la cultura occidental y sus principios básicos.

La meta debe ser  la de terminar con un enorme Estado corrupto, ineficiente en el ámbito de la justicia, la educación, las fuerzas de seguridad, y los servicios sociales,  jubilados y hospitales entre otros.

Tenemos globalmente el país que merecemos, el cambio también depende de nosotros., la indiferencia al mundo internacional es lo que muestra el gusto por las políticas autárquicas kirchneristas. Sin duda,  los ajustes no se producirán de un día para el otro, aunque se deberán adoptar algunos pasos dolorosos,  lo importante es ir en la dirección correcta, de este modo la tasa de productividad irá en aumento. La perfección no existe pero Argentina  puede ser mejor con respecto a valores básicos relacionados con la calidad y la conservación de la vida, para ello la corrección de las ideas cuenta, mejorar nos dará una buena imagen en el resto del mundo. El horizonte no debe acabar en la elección siguiente, es importante crear un ambiente sano y firme,  con expectativas para el futuro que den señales claras, que los precios no mientan.

La libertad de comercio, la propiedad privada, el mercado, la competencia, la desregulación, las privatizaciones, el capital extranjero,  son puntos decisivos  en  los que deben coincidir ambos, más allá de las diferencias de detalle. Conformar una carta básica de orientación, llegar a un consenso teniendo en cuenta,  como dijo hace años Deng en China, cuando quiso abrir las puertas al capitalismo: “ no importa el color del gato, la cuestión es que cace ratas”,  es decir:  hay que cambiar un sistema de ideas si fracasa. No hay duda que el que tenemos,  contrario a la Constitución de 1853,  fracasó siempre… ¿Por qué  repetirlo?

Elena Valero Narváez.

Miembro de Número de la Academia Argentina de la Historia. Miembro del Instituto de Economía  de la Academia de Ciencias. Morales y Políticas. Premio a la Libertad 2013 (Fundación Atlas). Autora de “El Crepúsculo Argentino” (Ed. Lumiere, 2006).

EL DIARIO EXTERIOR.

https://eldiarioexterior.com/patricia-bullrich-y-javier-milei/

30 de agosto de 2023 

miércoles, agosto 30, 2023

LA FRASE DEL DÍA DE HOY. Juan Bautista Alberdi.



La Constitución de 1853 y las ideas de Alberdi.

 

Por Gabriel Gasave.

El Instituto Independiente

“El gobierno fue establecido para proteger al hombre de los delincuentes, y la Constitución fue escrita para proteger al hombre del gobierno”

 Ayn Rand

Confieso que la tarea de releer a Juan Bautista Alberdi y su Sistema económico y rentístico de la Confederación Argentina según su Constitución de 1853 y avocarme a escribir estas líneas deja en mí una sensación agridulce.

Por un lado, uno vuelve a maravillarse de como el trabajo publicado al año siguiente de la adopción de nuestra Carta Magna delinea meticulosamente los principios económicos que ésta adopta y que permitieron que Argentina fuera un país comparable a las grandes potencias europeas respecto de sus salarios, lo que la convertía en un faro de atracción para aquellos inmigrantes que buscaban una vida mejor en otros lares, y que además, entre otras cosas, generaba por ejemplo exportaciones equiparables a las de otras igualmente incipientes naciones como Australia o Canadá.

Por otro lado, uno cae en el desencanto y la frustración cuando observa como esos sanos principios de libertad comienzan a ser abandonados con el aluvión fascista que azotó al país a partir de la década del 30 del siglo XX y toma conciencia de que la Constitución soñada por Alberdi en sus Bases no logró abrirse del todo camino y perdurar frente a una tradición de estatismo, regulación e intervención heredada y enraizada en nuestra idiosincrasia desde de los años de la colonia.

El análisis del Sistema económico y rentístico es dividido por Alberdi en tres partes más una introducción. La primera parte dedicada a describir las disposiciones de la Constitución atinentes a la creación de riqueza; la segunda se aboca a los principios constitucionales relativos a la distribución de esa riqueza; y finalmente, la tercera parte examina las disposiciones vinculadas a la formación, administración y empleo de lo que él llama el Tesoro nacional.

En la introducción a esta obra, Alberdi nos señala que la Constitución de 1853 establece un sistema integral de política económica basado en garantizar “la libre acción del trabajo, del capital, y de la tierra, como principales agentes de la producción, ratifica la ley natural de equilibrio que preside al fenómeno de la distribución de la riqueza, y encierra en límites discretos y justos los actos que tienen relación con el fenómeno de los consumos públicos”. En base a ello no sorprende cuando destaca que tanto el mercantilismo, él lo llama la escuela mercantil, de los siglos XVI y XVII, como el socialismo de su época, se dan de bruces con las disposiciones de la Constitución dado que ambos tienden a “limitar la libertad del individuo en la producción, posesión y distribución de la riqueza”. Hace hincapié en que la doctrina económica de nuestro Ley Fundamental es la de la Escuela Clásica que se origina en simultaneo con la revolución estadounidense de la mano del escoces Adam Smith y de la cual, en palabras de Alberdi, el francés Juan Bautista Say es su “apóstol más lúcido, su expositor más brillante”.

Esta adhesión constitucional al ideario de libertad enarbolado por el autor de la Riqueza de las Naciones queda sintetizada cuando Alberdi se pregunta “¿quién hace la riqueza? ¿Es la riqueza obra del gobierno? ¿Se decreta la riqueza?” para concluir que el “gobierno tiene el poder de estorbar o ayudar a su producción, pero no es obra suya la creación de la riqueza”. Reflexiona genialmente al plantear “¿qué exige la riqueza de parte de la ley para producirse y crearse? Lo que Diógenes exigía de Alejandro; que no le haga sombra” agregando al respecto que “toda la gloria de Adam Smith, el Hornero de la verdadera economía, descansa en haber demostrado lo que otros habían sentido, - que el trabajo libre es el principio vital de las riquezas”.

Queda en claro entonces que los convencionales constituyentes eran conscientes de que la riqueza no nos viene dada, sino que debe ser creada a través del intercambio de valores que tiene lugar en el proceso de mercado ya que la condición natural de los seres humanos es la de la pobreza más abyecta. Lamentablemente esa no es el pensamiento de nuestros petulantes mandatarios que se siguen jactando de que el país es naturalmente rico, con amplias y fértiles extensiones de tierra y abundantes recursos naturales lo que es cierto, pero no suficiente. Hoy día la riqueza está dada fundamentalmente por el hecho de contar con cosas tales como computadoras, satélites de comunicaciones, fibra óptica, etc., y todo ello requiere esencialmente de un previo proceso de acumulación de capital para su realización, proceso al que nos hemos empecinado en atacar y destruir en aras de la “Soberanía Nacional” de manera sistemática desde hace ya muchísimos años, a través de toda una gama de artillería intervencionista, de la destrucción de varios signos monetarios y de una presión fiscal agobiante.

Es en este sentido que el gran tucumano nos recuerda que “Hasta aquí el peor enemigo de la riqueza del país ha sido la riqueza del Fisco. Debemos al antiguo régimen colonial el legado de este error fundamental de su economía española”. Merece destacarse el reconocimiento alberdiano de que a pesar de la Revolución de Mayo de 1810 y la Declaración de la Independencia de 1916, todavía a mediados del siglo XIX los argentinos “después de ser máquinas del fisco español, hemos pasado a serlo del fisco nacional: he ahí toda la diferencia. Después de ser colonos de España, lo hemos sido de nuestros gobiernos patrios: siempre estados fiscales, siempre máquinas serviles de rentas, que jamás llegan, porque la miseria y el atraso nada pueden redituar”.

Cuando el país aún no se encontraba como lo está actualmente bajo el yugo de un enjambre de leyes laborales que, inspiradas en la Carta del Lavoro de Mussolini de 1927, siguen generando todo tipo de distorsiones en el mercado del trabajo, Alberdi nos recuerda que la Constitución de 1853 consideraba que “el derecho al trabajo y de ejercer toda industria lícita, es una libertad que abraza todos los medios de la producción humana, sin más excepción que la industria ilícita o criminal, es decir, la industria atentatoria de la libertad de otro y del derecho de tercero. Toda la grande escuela de Adam Smith está reducida a demostrar que el trabajo libre es el principio esencial de toda riqueza creada”, por lo que su artículo 19 establecía que "Las acciones privadas de los hombres, que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Confederación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe".

Resulta fundamental la observación que hace Alberdi de que “la libertad o derecho al trabajo, concedido a todos los habitantes de la Confederación por los artículos 14 y 20 de la Constitución, envuelve esencialmente el derecho a los provechos del trabajo. Todos tienen opción a los beneficios del trabajo, bajo las reglas de una entera libertad sobre su tasa entre el que ofrece el trabajo y el que lo busca” y que “el salario es libre por la Constitución como precio del trabajo, su tasa depende de las leyes normales del mercado, y se regla por la voluntad libre de los contratantes”. Esto último, el considerar al salario como un precio y por lo tanto sujeto a los vaivenes de la oferta y la demanda en un momento particular, explica el fenomenal crecimiento del país en aquella segunda mitad del siglo XVIII y lo atractivo que resultaba para los extranjeros emigrar a estas tierras. El llamado desempleo involuntario, consecuencia de la aplicación de leyes que entre otras cosas establecen un salario mínimo, era desconocido en esta parte del mundo.

Si tomamos en consideración que el trabajo es un factor de producción, y por tal motivo un bien económico escaso, con relación a la necesidad que de él existe en un momento dado, enfrentamos una situación que en principio vendría a desafiar al principio aristotélico de “no-contradicción”: ¿cómo puede ser que algo que es escaso al mismo tiempo sobre? ¿Por qué aparece entonces el desempleo e individuos que desean trabajar no encuentran ni cómo ni dónde hacerlo? En el contexto de un mercado libre de trabas y regulaciones, todo aquel que ofrezca su trabajo encontrará alguien que lo demande. Al salario de mercado, se igualan la oferta y la demanda de este factor de producción y es imposible que exista tal cosa como el desempleo.

La desocupación no significa por lo tanto que, el trabajo-físico o intelectual -que un individuo ofrece no resulte necesario para alguien, sino que pone en evidencia que “algo” se ha interpuesto entre aquel que desea trabajar y quien estaría dispuesto a contratarlo. Ese “algo” es la injerencia gubernamental en el mercado laboral, que so pretexto de proteger a los trabajadores, establece todo tipo de gravámenes, cargas y pseudoderechos, que desalientan la contratación tornándola antieconómica e inviable. Es tan eficaz esta “protección” a los trabajadores, que finalmente los mismos ya ni siquiera salen de sus casas pues sus empleos han desaparecido.

El ejemplo más claro está en que al país llegan inmigrantes de naciones vecinas, muchos de ellos con el grado más alto de analfabetismo, atraídos por la posibilidad de percibir ingresos más elevados. Ellos encuentran, casi inmediatamente a su arribo, una tarea que realizar porque al ser “ilegales”, los mismos son contratados en “negro”, esto es, bajo las condiciones del mercado que siempre emergen por algún lado. Esas condiciones del mercado eran precisamente las que encontraban protección y resguardo en aquella Constitución de 1853.

Tenía muy en claro Alberdi que, en sus palabras, la libertad declarada no es la libertad puesta en obra y que “consignar la libertad económica en la Constitución es apenas escribirla, es declararla principio y nada más; trasladarla de allí a las leyes orgánicas, a los decretos, reglamentos y ordenanzas de la administración práctica, es ponerla en ejecución: y no hay más medio de convertir la libertad escrita en libertad de hecho”.

También estaba presente en su pensamiento la idea de que el rol del gobierno no es uno secundario sino esencial: hacer justicia. Expresamente escribió “El gobierno no ha sido creado para hacer ganancias, sino para hacer justicia; no ha sido creado para hacerse rico, sino para ser el guardián y centinela de los derechos del hombre, el primero de los cuales es el derecho al trabajo, o bien sea la libertad de industria”.

Es en este sentido que Alberdi considera a la industria pública, lo que hoy día denominamos “empresas del Estado”, como una idea que “es absurda y falsa en su base económica. La industria en sus tres grandes modos de producción es la agricultura, la fabricación y el comercio; pública o privada, no tiene otras funciones. En cualquiera de ellas que se lance el Estado, tenemos al gobierno de labrador, de fabricante o de mercader; es decir, fuera de su rol esencialmente público y privativo, que es de legislar, juzgar y administrar”.

En cuanto a las disposiciones y principios de la Constitución que se relacionan con la distribución de la riqueza, Alberdi consideraba acertadamente que la producción y la distribución eran dos caras de la misma moneda y que no podía escindirse una de la otra como si sostenían algunos economistas clásicos. Escribió Alberdi: “No se podría concebir libertad de una especie para producir Un valor, y libertad de otra especie para aprovechar del valor producido. El principio de igualdad, v. g., que reconoce en todos el derecho al trabajo, o, lo que es igual, a producir valor, no podría desconocer el mismo derecho aprovechar de la utilidad correspondiente a su parte de producción. El derecho al trabajo, v. g., está tan ligado al derecho al producto o resultado del trabajo, que no son más que un solo derecho considerado bajo dos aspectos. Sólo la iniquidad ha podido admitir el uno y desconocer el otro; sólo ella ha desconocido el derecho al trabajo, para disputar el de optar a sus provechos”.

Consideraba sabiamente que en un sistema de genuino laissez faire, la única alternativa que tiene cada uno de nosotros a fin de subsistir y de progresar es la de atender de la mejor manera posible las necesidades del mercado, es decir, de nuestros semejantes. Por supuesto que contamos con otra posibilidad para alcanzar dichos objetivos: robar. Este camino podría adoptar dos modalidades básicas. Hacerlo revolver en mano, lo que no solamente no es elegante y trae aparejado el descontento de nuestras víctimas, sino que además puede conducirnos a la cárcel; o realizar el saqueo de una manera mucho más sutil y menos riesgosa, logrando que el gobierno robe por nosotros. Todo aquel que goza de un subsidio, de una exención fiscal, de una protección arancelaria, de un monopolio concedido por ley, etc., se está beneficiando en desmedro de todos nosotros, es decir nos está robando, con la ventaja de que ese acto, a todas luces ilegítimo, goza del amparo de la ley.

Ese saqueo legalizado es el corazón de las políticas que tienen por objeto redistribuir ingresos o de justicia social. Si concordamos en que lo justo es “darle a cada uno lo suyo” y observamos como las políticas de justicia social les quitan a unos lo que les es propio, para darle a otro lo que no le corresponde, ni le pertenece, notamos entonces que estamos ante una clara injusticia. Podemos concluir, que no hay nada más injusto que una buena justicia social, la que no es otra cosa que ponerle un nombre sofisticado al viejo acto de robarle al prójimo. El ser humano es un fin en sí mismo, mientras que la justicia social nos considera a cada uno de nosotros como un mero medio para los fines de los demás, como “carne de cañón” que debe ser sacrificada en aras de la tribu o de ese engendro imposible de definir llamado "bien común".

A efectos de realizar una reforma legislativa y terminar así con el legado colonial, que entre otras atrocidades permitía esa expoliación legal a la que nos referíamos arriba, Alberdi se plantea si “este cambio, ¿deberá ser simultáneo o gradual? ¿Cuál será el método que convenga a la reforma? ¿La sanción de códigos, o la promulgación de leyes parciales y sucesivas?.  Él mismo nos da la respuesta cuando escribe que “Los códigos son el método para satisfacer todas las necesidades legislativas de un país en un solo día y en un solo acto. Esto solo basta para notar que es un mal método en países que dan principio a una vida tan desconocida y nueva en sus elementos y medios orgánicos, como el suelo, el principio, la combinación y fin de su desarrollo” añadiendo que “para pueblos que empiezan, los códigos son simples programas embarazosos, siempre incompletos y siempre refutados por la experiencia del día siguiente” para finalizar afirmando que “sin duda alguna, es preferible el método de reforma legislativa por leyes sueltas o parciales, porque él tiene por guía y colaborador a la experiencia, que es la reveladora de las leyes normales, de que deben ser expresión fiel las que dan los Congresos prudentes y sensatos”. Sobre este punto resulta sumamente interesante el intercambio de ideas que Alberdi realizara con Dalmacio Vélez Sarsfield, redactor del Código Civil de 1871.

Finalmente, hay dos aspectos que resultan interesantes destacar de la tercera parte del Sistema económico y rentístico en lo referente al financiamiento del Tesoro nacional.

Por una parte, cuando Alberdi resalta que son las provincias las que recaudan sus tributos y contribuyen con una parte de lo recaudado al sostenimiento de la nación, sistema totalmente distorsionado en la actualidad bajo la llamada Coparticipación Federal en la cual el Estado central se hace de los ingresos tributarios y luego reparte “hacia abajo” conforme las preferencias políticas del momento. Al respecto escribía, “Este Tesoro nacional es tan propio y peculiar de las provincias reunidas en cuerpo de nación, como lo es de cada una el de su distrito. No abandonan un ápice de su renta en esa delegación. Respecto de una porción de ella, sólo ceden a la Confederación un modo local de crear y de invertir esa renta, en cambio de otro modo nacional de crear y de invertir esa misma porción de su renta, que abandonan en apariencia, pero que en realidad toman. El Tesoro nacional no es un tesoro independiente y ajeno de las provincias. Formado de las contribuciones pagadas por todas ellas, de los fondos en tierras y en valores que a todas pertenecen, de los créditos contraídos bajo su responsabilidad unida, el Tesoro nacional pertenece a las provincias unidas en cuerpo de nación, y está destinado a invertirse en las necesidades de un gobierno elegido, creado, costeado por las provincias, cual es su gobierno común y nacional, que es gobierno tan suyo como es de cada provincia su gobierno local”.

El otro aspecto es que, en casos excepcionales, cuando los ingresos obtenidos mediante la recaudación de impuestos no resulta suficiente para hacer frente a todas las erogaciones del Tesoro nacional, el sistema de la Constitución de 1953 prefería la emisión de deuda soberana antes que la emisión espuria de dinero, la cual no es otra cosa que un impuesto “encubierto” que al ser la causa de la inflación termina erosionando el poder adquisitivo del dinero y por ende el fruto del trabajo de los ciudadanos. Escribe Alberdi sobre el particular “El empréstito directo y franco de cantidad determinada tomado a nombre de la Nación, es un medio de emplear el crédito del Estado, diez veces preferible a la emisión oficial de billetes de banco, sea con base metálica o sin ella. La Constitución misma (art. 4) nombra ese recurso primero que los otros; y por segunda vez en el art. 64, primero da al Congreso la facultad de contraer empréstitos de dinero, que la de establecer bancos de emisión” añadiendo “Siendo la moneda el instrumento con que se opera el cambio de nuestros productos por los artefactos en que la Europa nos trae su civilización, toda alteración grave en el valor de esa mercancía intermediaria del cambio de las otras, introduce una perturbación en el comercio, siempre funesta a la suerte de estos países llamados a fomentar su civilización por los beneficios de esa industria representativa de tantos y tan variados intereses para la América del Sud.

A modo de conclusión, podemos afirmar que mientras estos preclaros preceptos que hemos venido analizando rigieron los destinos del país, Argentina ocupó un sitial de honor entre las naciones más prósperas del mundo.

Alberdi nos decía que “La propiedad sin el uso ilimitado es un derecho nominal […] El ladrón privado es el más débil de los enemigos que la propiedad reconozca. Ella puede ser atacada por el Estado en nombre de la utilidad pública”. Nosotros, con el devenir del siglo XX, y con sus gastos públicos y déficit fiscales exorbitantes, regulaciones e impuestos asfixiantes, endeudamientos gubernamentales siderales y una descontrolada emisión de dinero que destruyó cinco signos monetarios junto con la capacidad de ahorro e inversión de toda una nación, atestiguamos también como el estatismo se fue forjando como el enemigo más poderoso de aquella sabia Constitución de 1853 y el país trastabilló de crisis en crisis sin solución hundida en el populismo y la corrupción.

Por ello, hoy más que nunca resulta imprescindible que los jóvenes tomen contacto con las ideas alberdianas y cuenten de ese modo con la fabulosa munición intelectual que las mismas proporcionan y que permitirán en el futuro hacer de Argentina nuevamente una gran nación.

El autor es Investigador Asociado en el Centro Para la Prosperidad Global en el Independent Institute y Director de ElIndependent.org.

https://independent.typepad.com/elindependent/2023/08/la-constituci%C3%B3n-de-1853-y-las-ideas-de-alberdi.html#more

martes, agosto 29, 2023

Nueva tensión entre la Argentina y Chile por aguas limítrofes.

 


Los gobiernos de Alberto Fernández y de Gabriel Boric protagonizan un punto de tensión luego de que la Armada de Chile se adjudicara un espacio marítimo que le corresponde a la Argentina.

A través de una nota formal, la Cancillería reclamó la corrección de la apropiación de aguas que figuran en “Gráfico Ilustrativo de Jurisdicción Chilena” como propias.

El “Gráfico Ilustrativo de los Espacios Marítimos de Jurisdicción Chilena” fue publicado por el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de Chile el 23 de agosto de 2023 e incluye la proyección de una pretendida plataforma continental chilena que se superpone con un sector de la plataforma continental argentina.

Veinticuatro horas más tarde, el subsecretario de Asuntos Latinoamericanos de la Cancillería, Gabriel Fuks, presentó una nota de protesta ante la embajadora chilena en Buenos Aires, Bárbara Figueroa, en repudio al nuevo mapa que marca como propios espacios correspondientes al sur de Tierra del Fuego.

La tensión por el espacio no es nueva, data de años y encuentra a ambos países en la puja por los accesos marítimos que dan control sobre el acceso a los océanos Pacífico y Atlántico.

En 2009, la Argentina presentó nuevos mapas ante la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLPC), donde se observa la demarcación del límite de la plataforma continental argentina, que guarda plena conformidad con las normas de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y el Tratado de Paz y Amistad de 1984.

Fuentes del Gobierno aseguran que dicho tratado “resolvió con carácter definitivo e inconmovible todas las controversias marítimas entre ambos Estados”. “Por ende, la pretensión chilena contradice la letra y el espíritu de dicho Tratado”, agregan ante la consulta de esta agencia.

Fue el ex presidente Sebastián Piñera, quien en agosto de 2021, publicó en el Boletín Oficial un decreto en el que fijó la plataforma chilena a partir de las 200 millas náuticas desde las islas Diego Ramírez, al sur del Cabo de Hornos.

La propuesta de la Argentina consistió en trazar una línea recta hacia el sur desde el canal de Beagle para tomar la concesión de las aguas del océano Atlántico, dejándole a los chilenos las del Pacífico como dicta el principio bioceánico de diferentes tratados internacionales.

Alegando que ese principio bioceánico no existe, desde Chile aseguraron que el límite continental que les corresponde se ubica 200 millas más hacia el este de lo planteado, por lo que Piñera lo anexó en la Carta Náutica del 2021.

Desde el inicio de la controversia, la pretensión chilena ha sido rechazada por el gobierno de Alberto Fernández, tanto en el plano bilateral como el multilateral, mediante correspondencia diplomática dirigida al Secretario General de las Naciones Unidas y al Secretario General de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos.

Aún no hay respuestas de la administración de Boric y se suma una nueva controversia por espacios limítrofes con Chile.

Publicado en Diario LA PRENSA.

https://www.laprensa.com.ar/Nueva-tension-entre-la-Argentina-y-Chile-por-aguas-limitrofes-534118.note.aspx

LA FRASE DEL DÍA DE HOY: JUAN BAUTISTA ALBERDI.

 


“La libertad no nace de un sablazo es el parto lento de la civilización”. Juan Bautista Alberdi, Obras Selectas.

Juan Bautista Alberdi fue, sin duda alguna y sin exagerar, uno de los grandes pensadores que tuvo nuestro país (que sufrío en carne propia la Argentina que se devora a sus propias hijos… luego castigado y silenciado por histografía oficial argentina… ).

Su padre, Salvador Alberdi, era un comerciante vasco dueño de una importante pulpería, que había dirigido una de las cuatro compañías que organizó José Ignacio Garmendia y Alurralde para la defensa de Buenos Aires en las Invasiones Inglesas. Su madre, Josefa Aráoz y Balderrama, una criolla que falleció a causa del parto de Juan Bautista, era miembro de una de las más importantes familias tucumanas.

Juan Bautista Alberdi nacido en San Miguel de Tucumán, en el territorio donde se declararía la Independencia Argentina en 1816, el 29 de agosto de 1810, en el año de la Revolución de Mayo.

Alberdi fue uno de los tantos opositores que tuvo el gobernador de la provincia de Buenos Aires Juan Manuel de Rosas. En noviembre de 1838, Alberdi se negó a prestar juramento al régimen del gobernador porteño, enfrentando al régimen rosista. Se disolvió el Salón Literario, formándose una logia llamada "La joven Argentina", cuyos estatutos fueron confiados a Alberdi.

La persecución de parte de Rosas al Salón Literario llevó al exilio a la mayoría de sus miembros, los cuales se vieron obligados algunos a refugiarse en países limítrofes. Alberdi hizo lo mismo, exiliándose en Montevideo, Uruguay.

Vivió extensos períodos de exilio en Uruguay, Chile y Europa.

Escribió Bases y puntos de partida para la organización política de la República. Argentina para la organización política de la Confederación Argentina, que hizo llegar a Justo José de Urquiza, triunfante en Caseros, Estas Bases constituyeron el antecedente central de la Constitución Argentina sancionada en 1853, cimiento de la Organización Nacional.  En las Bases escribió su lema central: "Gobernar es poblar".

Con Domingo Faustino Sarmiento, con quien había sostenido viva polémica en sus Cartas Quillotanas, respondidas por Sarmiento en Las ciento y una. El eje profundo de la controversia era la aceptación o no de la jefatura de Urquiza.

Juan Bautista Alberdi fue consejero del gobierno de Urquiza y representante plenipotenciario de la Confederación Argentina en las legaciones de París, Madrid y Londres. Donde estableció relaciones cordiales y logró que España reconociera la independencia argentina.

Fallecido en Neuilly-sur-Seine, un suburbio de París, Francia, el 19 de junio de 1884.

En 1958, bajo la presidencia de Arturo Frondizi, la Federación Argentina de Colegios de Abogados (FACA) definió el 29 de agosto como el Día del Abogado en la Argentina, en homenaje al nacimiento de Alberdi.

lunes, agosto 28, 2023

Carlos Alberto Sacheri. Un mártir de Cristo Rey.

 

La democracia según Carlos Alberto Sacheri.

Por Germán Masserdotti.

Los resultados de las PASO han instalado, por uno o varios motivos, el “tema político” en las conversaciones de los argentinos con más intensidad que en “la previa”. Los números representan votos concretos, no meras proyecciones de las encuestadoras que, una vez más, la pifiaron.
Conviene, sin perder de vista la pasión política, tomarse un rato para reflexionar. Es hora, entonces, de hablar de la democracia. Lo haré de la mano de Carlos Alberto Sacheri en El orden natural (Vórtice, Buenos Aires, 2007). Sacheri se pregunta si es posible una democracia sana –en contraste con la surgida del mito democratista liberal–. Su respuesta es la que sigue: sí a condición de que se trate de una concepción no ideológica. “La democracia no ha de ser definida como gobierno de todo el pueblo –cosa utópica–, sino como régimen en el cual el pueblo organizado tiene una participación moderada e indirecta en la gestión de los asuntos públicos”.
Para que una democracia de tal índole tenga lugar “han de respetarse los siguientes requisitos:
1) Como toda forma de gobierno, la democracia moderada tiene por fin supremo el bien común nacional y no la libertad ni la igualdad.
2) No es ni la mejor ni la única forma legítima de gobierno, pero puede ser más aconsejable en ciertos países, según las circunstancias.
3) Para existir debe contar con un pueblo orgánico y no una masa atomizada e indiferenciada; ello supone el respeto y estimulo de los grupos intermedios según los principios de subsidiaridad y solidaridad.
4) De ningún modo es el pueblo el soberano, sino quien ejerce la autoridad, derivada de Dios como de su fuente suprema. La autoridad ha de ser fuerte, al servicio del cuerpo social y respetuosa del orden natural y no un mero mandatario o delegado de la multitud.
5) La democracia ha de basarse en el respeto de la ley moral y religiosa, que han de reflejarse en la legislación positiva. El orden natural es la fuente de toda ley humana justa.
6) La participación popular ha de ser moderada e indirecta para que haya democracia orgánica. Moderada por cuanto no puede basarse en el sufragio universal igualitario del liberalismo (que es injusto, incompetente y corruptor), sino en una elección según niveles de competencia reales en el elector y el elegido. Indirecta, por cuanto el pueblo puede determinar quiénes han de ejercer el poder pero no gobernar por sí mismo.
7) Ha de evitarse el absolutismo de Estado actual, que erige a éste en fin, mediante la representación orgánica de los grupos intermedios políticos, económicos y culturales.
8) Ha de contar con una verdadera élite gobernante que se destaque por sus virtudes intelectuales y morales. Tales son las exigencias básicas de una democracia sana para el mundo de hoy”.

DEMOCRACIA: ¿SI O NO?
Dicho esto, agrego de mi parte dos comentarios. El primero. Supuesta la conveniencia del régimen democrático –según los requisitos anteriores que suponen una concepción realista de la democracia– y que ningún sistema es perfecto, la alternativa no se plantea en estos términos: ¿democracia, sí o no? Se trata de un problema resuelto: democracia sí. La cuestión es qué tipo de democracia se adopta para dar cumplimiento a la forma republicana de gobierno. Luego de 40 años de democracia, por experiencia puede concluirse que la “democracia de masas” no ha funcionado en el caso argentino. Esta democracia de masas, debe decirse, fue reforzada en la reforma constitucional de 1994 cuando se estableció la elección directa del presidente y el vicepresidente de la Nación. Tema aparte sería ocuparse del lugar de los partidos políticos según la misma reforma. Nuestro país conoció otra modalidad de democracia de acuerdo a la Constitución Nacional Argentina. Basta volver sobre la historia nacional para advertir la existencia de una democracia moderada y más realista que la de masas.
El segundo. La relación entre el fin y los medios es de sentido común: los últimos se ordenan al primero. En concreto: el bien común político es el fin al que se ordenan, entre otras cosas, los regímenes políticos, incluida la democracia. Su “calidad institucional” se define por su adecuación -o inadecuación- con el bien común nacional. Después de 40 años de “democracia de masas” en la Argentina, resulta fácil concluir que -cada cual haga su mea culpa- ella se ha convertido en un parásito que fagocita a la República (cf. CNA, art. 1). Hasta en su nombre oficial, la Argentina es una República. ¿Correremos el riesgo de que deje de existir la República?

Publicado en Diario LA PRENSA.

https://www.laprensa.com.ar/La-democracia-segun-Carlos-Alberto-Sacheri-534040.note.aspx

domingo, agosto 27, 2023

El estilo de Milei. Por Beatriz Sarlo.

 


El estilo de Milei.

Así nos va en política: Milei ha surgido como caricatura y proyecto grotesco de líder que habla como un carrero y, además, leyó economía política. Esa mezcla impacta a su público. Pero no quiere mejorar a sus dirigidos, a las masas conviene no educarlas, porque pueden despertar.

Por Beatriz Sarlo.

“Las masas se encuentran en un estado que todavía no alcanza al pánico declarado, que puede ser llamado como de prepánico, pero donde todos los elementos del pánico, como minimizar el juicio racional, la completa indiferencia respecto de los valores de la vida, la complacencia frente a las órdenes de un führer, ya se distinguen claramente. Es un estado que conviene a toda revolución, la que triunfa y la que es derrotada”. Así escribía Hermann Broch, a quien, como a cientos de miles, le tocó una época amenazadora y desordenada. Una diferencia que no debe pasarse por alto: Broch fue un grande, un pensador complejo y sutil frente a las situaciones más difíciles.

Fue un intelectual centroeuropeo, que adivinó lo que vendría cuando vio las marchas que atravesaron Italia y Alemania con reclamos a veces justos, y dirigentes extraviados por las ideas totalitarias. La suma de reclamos justos y dirigentes improvisados que ya habían caído en las trampas del totalistarismo dio la peor suma de la historia europea del siglo XX. No vamos a compararnos. Solo copio la cita de Hermann Broch para pensar un poco. Tuvimos dictaduras militares y miles de muertos que dieron su lección a los dirigentes más ignorantes y pretenciosos. Como sea, la ignorancia es peligrosa para quienes se colocan en el puesto de mando. Sobre todo, en momentos en que las expresiones del sentido común no son capaces de reconocer entre caminos equivocados y caminos repudiables, porque quienes repiten fórmulas no tienen la cultura de sus dirigentes.

Perdonalismo de reemplazo. Todo el tiempo escucho frases que piden cárcel para quienes cortan una calle. Piden que se los encierre para trabajos forzados. Frente a un cartel en el espacio público que molesta a quienes transitan, este sentido común popular de ultraderecha es implacable. No recuerdo otra época tan superficial en sus reclamos de venganza sobre quienes incomodan o detienen un cruce de avenidas o dos automóviles mal estacionados. El sentido de la proporcionalidad entre el delito y la pena ha entrado en crisis, porque prevalece la ofensa que cada uno considera tan punible como un crimen mayor. Se podría contrastar esta inclinación hacia la pena con la ausencia de reglas en las instituciones que debieran regirse por ellas.

La escuela, por ejemplo, donde el punitivismo ha sido desplazado por el perdonalismo. Es posible no estudiar, contestar mal a los profesores y levantarse del aula sin permiso, porque a nadie se le reconoce la capacidad de penalizar esos actos que, en escuelas de países europeos, serían considerados con la seriedad que merecen, porque el aprendizaje se somete a reglas y las necesita. En la escuela francesa, para poner un ejemplo, se aprende que a las maestras, maestros y profesores no se los interpela con el nombre de pila. Hace un tiempo asistí a una escena que me pareció divertida. La adolescente de la casa donde yo estaba almorzando llegó indignada porque, durante el recreo, un alumno la llamó por su nombre de pila sin tomar el cuidado de precederlo por el vocativo mademoiselle. Yo me doblé de risa, sin darme cuenta de que allí había algo que quizás aquí necesitáramos. Los argentinos nos tomamos muy en serio la igualdad, no cuando concierne a los derechos ciudadanos, sino cuando son igualdades que se piensan baratas e intrascendentes.

Así nos va en política. Milei ha surgido como caricatura y proyecto grotesco de líder que habla como un carrero y, además, leyó economía política. Esa mezcla impacta a su público. Todos pueden entenderlo, aunque no entiendan ni la importancia ni las consecuencias de sus discursos. Pero su imán es que todos pueden entenderlo y confundir su estilo con los estilos populares, aunque use otro vocabulario. En este sentido, Milei es un eficaz y portentoso autocreador que sabe usar y combinar recursos de origen diferente, porque habla como un muchacho de barrio intoxicado de economía política. No puedo juzgar cuánto sabe de lo que exhibe como formación académica. El estilo barrial, en cambio, me parece de teatro de revistas de las décadas pasadas.

Por eso comencé esta nota con la cita de Hermann Broch. Se refiere a multitudes que padecían todas las necesidades y que no habían encontrado dirigentes que ordenaran una secuencia política que pudieran presentar los reclamos con el vocabulario de quienes reclamaban. Milei, en cambio, es populista sin esfuerzo. Cuando, cambiando de escenario, sigo las marchas en Buenos Aires, encuentro un panorama que evoca esa misma mezcla de ignorancia y movilización, que proviene de necesidades desprovistas y ausencia de dirigentes que puedan pensar más allá de lo que están acostumbrados a organizar por algunas horas. A la salida del barrio o de la fábrica, los autobuses a la espera ofertan el recorrido hasta las plazas centrales de la ciudad, ida y vuelta, manifestación y regreso. Por el camino nadie aprendió nada.

Hubo épocas en que dirigentes como Salamanca, el cordobés, o Ubaldini, el porteño, pensaron que la formación de cuadros iba un poco más lejos que meter a la gente en un ómnibus, darles un sándwich y traerlos hasta las plazas. En este sentido, la decadencia de la burocracia sindical en términos culturales da miedo. No voy a evocar a Ongaro o a Tosco, porque sus nombres pertenecen a otra época. Pero puedo asegurar que mantuve algún diálogo con hijos de los dirigentes que entraban a su ocaso y se mostraron interesados en hablar con personas como yo, que pertenecía a otro mundo. Me consta que esto me sucedió con uno de los hijos de Moyano. Doy fe que ellos aprendieron más de lo que yo aprendí.

Pero qué se puede pedir si hoy el camino es inverso. Milei ha hecho un curso en rusticidad mal hablada, atribuyendo a sus posibles votantes ese rasgo y pensando que es el arma que necesita su política. Milei no quiere mejorar a sus dirigidos, porque todo progreso ideológico o político representa, para él, un peligro. A las masas no hay que educarlas, porque pueden despertar. A las masas hay que mantenerlas en la escasez de razonamiento.

Y para dar verosimilitud a ese plan, hay que imitar su discurso, y mantenerlas en el pozo del lugar común, del cual solo pueden salir los dirigentes.

Publicado en Diario PERFIL.

https://www.perfil.com/noticias/columnistas/el-estilo-de-milei-por-beatriz-sarlo.phtml

Vida y pensamiento de Delfina Bunge de Gálvez y Sara Benedit de Pereda.

 

Sara Benedit de Pereda y su esposo, Eduardo Pereda.

Delfina Bunge de Gálvez fue contemporánea de un renacer intelectual y social católico.

Los disertantes -Horacio Sánchez de Loria y Sara Shaw de Critto- expusieron sobre las virtudes de dos mujeres que dieron testimonio de su fe, y cumplieron dentro de la Iglesia un importante rol en la evangelización de la cultura y de la vida institucional, social y empresarial.


“Delfina Bunge (1881-1952) fue poeta, ensayista, traductora y filántropa. Nació en Buenos Aires un 24 de diciembre. Era una mujer delicada y sensible: la literatura, la música y la contemplación de la naturaleza fueron sus fuentes de inspiración. Autora prolífica de casi una veintena de libros, escribió en Criterio, El Pueblo, Vida Femenina, La Nación, El Hogar, Nosotras, y Argentina Noel. Ejerció funciones de dirección en asociaciones culturales y obras de caridad.

Integró la Asociación de Escritoras y Publicistas Católicas (ASESCA), y dirigió el Centro de Estudios Religiosos y la revista Ichthys (en la cual colaboró el padre Leonardo Castellani)…”

“Tuvo también una mirada política sobre los problemas de su tiempo, pero todo lo hacía `sub specie aeternitatis´ (es decir, sin dirigir su pensamiento y su acción a la doctrina transitoria, sino a los valores eternos). De allí su plena actualidad. Muchas enseñanzas podemos descubrir en sus gestos, sus ideas, y su conducta”.

Con esta conceptuosa reseña dio comienzo la disertación de Horacio Sánchez de Loria, Licenciado en Psicología (UBA), Doctor en Derecho (UBA), Doctor en Filosofía por la Universidad de Navarra, España, y también académico de número de la Academia Nacional de la Historia de la República Argentina. La conferencia, que marcó el comienzo del ciclo dedicado a grandes católicos argentinos 2023 -y es continuación del cronograma iniciado en 2022- se realizó en la sede de la Corporación de Abogados Católicos (avda. Santa Fe 1206, de esta Capital). Las palabras de bienvenida estuvieron a cargo del presidente de la entidad, doctor Pedro J.M. Andereggen -quien impulsa ante la Corte Suprema la declaración de inconstitucionalidad de la ley de aborto-, en tanto que la coordinación de la conferencia fue tarea del doctor Juan Marcos Pueyrredón.

Tras la exposición de Sánchez de Loria, hizo uso de la palabra Sara Shaw de Critto, miembro del Consejo Consultor de la Diplomatura en Cultura Argentina de la Universidad Austral, e integrante de la Academia Argentina de Artes y Ciencias de la Comunicación. La disertante se refirió sobre aspectos de la vida de otra figura también de gran valía, por su aporte a la sociedad e inspirada en valores cristianos: Sara Benedit de Pereda (1902-1992).

El ciclo se desarrolla entre los meses de julio y diciembre, y cuenta con la participación de destacados expositores. Otras dos disertaciones -realizadas en fecha posterior a la conferencia inaugural del período 2023- fueron sobre los juristas Jorge Joaquín Llambías y Jorge A. Mazzinghi, en tanto que las próximas se referirán al presbítero Federico Grote (fundador de la Federación de Círculos Católicos de Obreros); al magistrado Ambrosio Romero Carranza (uno de los fundadores del Partido Demócrata Cristiano); y a los presbíteros Angel B. Armelin y José Bonet Alcón. La secuencia culminará con el análisis de la obra de Aníbal Ernesto Fosbery OP, sacerdote fundador y presidente emérito de la Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino (Fasta).

Según ratificó a La Prensa el presidente de la Corporación de Abogados Católicos, doctor Andereggen, estos nombres no pretenden establecer una lista o catálogo con criterio valorativo o comparativo, ni mucho menos excluir a ninguna de las otras figuras relevantes del catolicismo -hombres y mujeres, laicos, religiosos o sacerdotes-, que afortunadamente tuvo nuestra Patria en los siglos XX y XXI, y fueron testigos ejemplares del Evangelio.

KULTURKAMPF (Guerra cultural).

“Delfina Bunge de Gálvez nació en plena Kulturkampf, esa auténtica guerra cultural cuyo objetivo era deshacer los restos de la tradición hispano-criolla aún subsistente, y consolidar un Estado burgués, con el trasfondo ideológico del liberalismo, como ocurrió en todos los países de

Hispanoamérica”, indicó Sánchez de Loria. “El paradigma cultural que se pretendía imponer –continuó el disertante- no sólo traía aparejado modificaciones en el entramado políticojurídico, sino que implicaba un cambio en la manera de ver el mundo, en las relaciones personales y en el modo de vivir y reaccionar”.

“Las creencias personales, las conciencias individuales, debían circular en un ambiente cada vez más secularizado (tiempos turbulentos), marcado por el positivismo y el utilitarismo. Sin el horizonte de la `res publica christiana´, abandonada la concreta tradición política hispánica -y sin un foco de atracción tradicional que los encausase- (esos católicos) giraban en el vacío del régimen”.

Sánchez de Loria manifestó que, en 1934, Delfina subrayaba: “Vivíamos, según se nos decía, en el siglo de las luces. Luces humanas tan deslumbrantes al parecer, que volvían innecesaria la divina luz . Los hombres se habían vuelto tan sabios que ya no necesitaban de Dios…Spencer, Anatole France, D’Annunzio, eran nuestros profetas. Confieso que yo mismo me nutrí de toda aquella literatura (…). A pesar de la general fidelidad de las mujeres a la religión de nuestros padres, toda aquella maleza anticlerical prosperaba frondosamente en las orillas del Plata…Bastaban para deslumbrarnos la filosofía alemana y las modas de París”.

El hábito de la escritura acompañó a Delfina desde siempre. Apenas aprendió a escribir comenzó a “borronear página tras página”, apuntó Sánchez de Loria. (Su diario íntimo, que empezó a elaborar desde los 15 años, consta de 18 manuscritos y cinco volúmenes escritos a máquina).

FAMILIA Y QUEHACER LITERARIO.

En la familia se respiraba un aire intelectual. Delfina era hija de Octavio Raymundo Bunge (1844-1910) -jurista de formación positivista, quien llegó a ser miembro de la Corte Suprema de Justicia-, y de María Luisa Rufina Arteaga (1851-1934). Tuvo una hermana y seis hermanos. (Uno de sus sobrinos fue el físicomatemático y filósofo Mario Bunge).

Varios de sus versos en francés fueron traducidos por su amiga Alfonsina Storni. “Sería lastimoso –afirmó Alfonsina- que se pierda el tesoro de fina idealidad que encierran los versos de esta poetisa que no ha escrito en francés por capricho de persona culta, sino porque su lengua natal no ha respondido a su música interior”.

A pesar de las diferencias de orientación y temperamento, Delfina cultivó en un momento dado, una estrecha amistad con Victoria Ocampo. “Compartía, tanto con Victoria Ocampo, como con Alfonsina Storni, el rechazo a las hipocresías y rigideces sociales, a las leyes no escritas sobre las relaciones amorosas, y las limitaciones del papel de la mujer en el mundo intelectual y laboral”, según resaltó Sánchez de Loria.

“En 1904 se publicó el primer artículo de Delfina, `La jeune fille d'aujourd'hui, est-elle heureuse´? (“La joven de hoy, ¿es feliz?”) . Fue a raíz de su participación, en 1903, en un concurso organizado por la revista francesa Femina. Como consecuencia conoció a Manuel Gálvez, quien le pidió que lo publicara en Ideas (la revista que él dirigía). Se enamoraron a primera vista, pero tuvieron un noviazgo largo y difícil.

Gálvez emprendió un viaje a Europa, ya programado, mientras que Delfina preparaba sus versos en francés y sufría tuberculosis, lo que la llevó junto con su mamá a pasar una temporada en las sierras de Córdoba. Se comprometería el 31 de diciembre de 1905 y se casarían el 21 de abril de 1910”.

RUBÉN DARÍO.

Hizo notar Sánchez de Loria que, en 1911, el editor Alphonse Lemerre publicó en París, el primer libro de poesía de Delfina -Simplement- que recibió elogiosos comentarios. Rubén Darío y la poetisa francesa Jane Catulle Mendés escribieron sendos artículos sobre ese acontecimiento. El 8 de septiembre de 1916, en el día de la Natividad de la Virgen María, apareció la primera edición de Nuestra Señora de Lourdes. Historia y novena, dedicado a la aparición mariana.

Delfina inauguró el 10 de septiembre de 1916, dos días después de la salida del libro, una gruta que evocaba la de Lourdes, en Alta Gracia, Córdoba. (Se había radicado allí un año antes, ya con tres hijos y una salud endeble).

En 1918 publicó en Buenos Aires su segunda y última obra de poesía en francés, La noeuvelle moisson (La nueva cosecha). Alfonsina Storni dió una conferencia sobre este libro en Montevideo.

LAS MUJERES Y LA VOCACION.

En este tramo de la conferencia, Sánchez de Loria mencionó otros títulos de la obra literaria de Delfina, tales como sus dos tomos del libro escolar escrito con su hermana Julia (luego reeditado en tres), bajo el nombre de El Arca de Noé (1916). Con su amiga Sofía Molina Pico publicaron Mi primer libro de religión, y Curso breve de religión (1938). El alma de los niños (1921) fue otro título destacado de Delfina, escrito a raíz de su experiencia como madre. En 1922 publicó Las imágenes del infinito, ensayo dedicado a su hermano Carlos Octavio, premiado en el concurso literario municipal de Buenos Aires.

En Las mujeres y la vocación (1922), Delfina reivindica el derecho de la mujer a desplegar su vocación, en todos los quehaceres en los que tuviese capacidad, incluso, participar en las contiendas electorales.

CHESTERTON.

En El tesoro del mundo (1923), Delfina define -en la línea de Gilbert K. Chesterton-, el “arte de vivir”. Otros títulos de esa índole fueron: Los malos tiempos de hoy (1926); Tierras del mar azul (1928); Hogar -junto con su hermana Julia- (1933); Hogar y Patria (1933); El reino de Dios (1934); y Oro, incienso y mirra, (1935). Posteriormente publicaría La belleza en la vida cotidiana (1936); Iniciación literaria (1937); Viaje alrededor de mi infancia (1938); y Dios y yo, con Sofía Molina Pico (1940).

Más adelante daría a luz La vida en los sueños (1943), una obra singular por la interesante penetración psicológica que exhibe. La editorial Club de Lectores publicó en 1944 En torno a León Bloy (polémico escritor francés). En 1949 apareció Cura de estrellas.

En la primera página Delfina señalaba que, así como hay para el cuerpo una conocida cura de sol, ella proponía para el alma una cura de estrellas, mediante la contemplación de la naturaleza.

EL RENACER CATOLICO.

Puntualizó Sánchez de Loria que Delfina fue contemporánea de un renacer intelectual y social católico, al compás de lo que ocurría en Europa y Estados Unidos, en el contexto de la crisis política mundial. En 1922 un grupo de universitarios fundaron Los Cursos de Cultura Católica, de impronta tomista. En Córdoba se organizaron también centros de estudio. Paralelamente a estos proyectos, se fueron aglutinando intelectuales con fuerte vocación política práctica. Por ejemplo, el variado movimiento nacionalista, nacido hacia 1927, el cual cuestionaba el régimen demo-liberal, al tiempo que comenzaba un proceso de revisionismo histórico. Otros intelectuales, en cambio -de orientación liberal, e identificados fundamentalmente con el pensamiento político del Jacques Maritain (en su segunda etapa)- fueron los inspiradores de la futura Democracia Cristiana.

Delfina trabajó asiduamente al celebrarse en Buenos Aires, en 1934, el Congreso Eucarístico Internacional, y al igual que su hermano Alejandro -economista-, pertenecía a la corriente preocupada por las implicancias sociales del Evangelio. “No fue, de todos modos, una mujer de partido, ni de banderías permanente. Disentía profundamente con la mirada de los liberales católicos que, entre otras cosas, pugnaban para que la Argentina entrase en la guerra de parte de los aliados, como pretendía Estados Unidos”, indicó Sánchez de Loria. Molesta por la posición de esos católicos que entendían la guerra, simplemente como una lucha entre buenos y malos -o entre los defensores de la democracia y la libertad, y los que gozaban con la represión y el autoritarismo-, Delfina escribió a fines de 1942 un artículo en El Pueblo -titulado “Catolicismo de guerra”-, que despertó “mucha polvareda”. Destacaba la incongruencia y la falsedad de invocar el nombre de la Iglesia, a fin de obligar a adherir al triunfo de una nación herética y otra atea -los Estados Unidos y la Unión Soviética-. Sostenía que, en realidad, ninguno de los dos bandos estaba en condiciones morales de exigir la adhesión de los católicos; se trataba de una guerra de intereses y por la conquista de poder y mercados.

JUSTICIA SOCIAL.

Delfina, al igual que otros sectores católicos y nacionalistas adhirió a la revolución militar de 1943, que prometía promover una auténtica justicia social siguiendo los lineamientos cristianos. Dos años después presenció desde los balcones de su casa, en la avenida Santa Fe, el acto multitudinario del 17 de octubre de 1945. Conmocionada escribió un artículo -lleno de “sensatez” (al decir de Félix Luna) -que fue publicado el 25 de octubre de aquél año en El Pueblo. Una emoción nueva en Buenos Aires -tal su título-, despertaría tanta o más “polvareda” que el anterior de 1942, y cambiaría la vida de Delfina para siempre. Por teléfono le dijeron insolencias, y muchos amigos se alejaron. “Las calles presenciaron algo insólito. De todos los puntos suburbanos veíanse llegar grupos de proletarios, de los más pobres entre los proletarios. Y pasaban debajo de nuestros balcones. Era la turba tan temida, era la gente descontenta”. El primer impulso fue cerrar los balcones, pero de pronto esa multitud, “parecía trocada por milagrosas transformaciones...”, escribió Delfina.

“Quiero aclarar y jurar que mientras esto escribo manténgome a mil leguas de la más leve intención política. No me interesa el personaje (en alusión a Juan Domingo Perón) con cuyo nombre nos saturan los oídos esta noche” , subrayó.

PALABRAS DEL MOMENTO.

Rememoró Sánchez de Loria que aquélla reflexión sobre el 17 de octubre, si bien alejó a Delfina de mucha gente, le valió el respeto de otras personas que se acercaron al peronismo, con el que ella simpatizó en un primer momento. En 1947 fue convocada a la reunión de pensadores en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno por el entonces presidente Perón. Escribió en revistas del ámbito cultural, y en 1948 fue nombrada como integrante de la Junta de Intelectuales. El cargo no era rentado. En 1949 ese órgano -integrado entre otros por Gustavo Martínez

Zuviría (Hugo Wast)- elaboró un anteproyecto de estatuto del trabajador intelectual.

El problema de la hipertensión arterial se le fue agravando paulatinamente y, en el invierno de 1951, Delfina sufrió un episodio grave. Unos meses después decidió ir a Córdoba con Guillermina Achával Rodríguez de Goyena, a festejar los veinticinco años de la fundación de la capilla dedicada a la Virgen de Lourdes en Alta Gracia (obra suya y de su amiga). Murió allí el domingo 30 de marzo de marzo de 1952.

“Este lugar es tan lindo como para morir en él”, dijo alguna vez. Cuarenta y ocho años antes había escrito: Ya que morir yo debo, un domingo, quisiera, Que me llevara el pueblo donde la cruz espera. ¡Oh repicad campanas, alegres repicad El día que yo muera; niños dulces, cantad! Que en rayos de esperanza la cumbre se ilumina ¡Y la cruz resplandece en la verde colina!

APOSTOLADO DE SARA BENEDIT DE PEREDA.

Por su parte, la segunda disertante –Sara Shaw de Critto- hizo alusión, tal como se señaló al principio de la presente reseña, a la vida y al bregar incansable de Sara Benedit de Pereda. “Conocí a Sara Benedit de Pereda y a Delfina Bunge de Gálvez, pero no recuerdo haber hablado con ellas. Sin embargo me siento muy conectada con ambas porque influyeron muchísimo en la vida de mis padres”, señaló la oradora.

Sara Benedit de Pereda nació veinte años después que Delfina. Ambas (de elevada condición social) fueron mujeres extraordinarias, pero distintas. “Escuchamos como Delfina se destacó por su obra literaria, pero en lo personal –añadió la expositora- me impactó su libro de catequesis Dios y yo (escrito junto con Sofía Molina Pico). Mi papá (Enrique Shaw), en su época de oficial de la Armada Argentina lo usaba para preparar a marineros conscriptos, que ni siquiera estaban bautizados”. En la actualidad el Papa Francisco impulsa la causa de beatificación y canonización, de Enrique Shaw, destacado empresario fallecido en Buenos Aires el 27 de agosto de 1962).

Consignó la disertante que, a diferencia de la vocación intelectual de Delfina, el accionar de Sara Benedit de Pereda “fue titánico y tangible, por su responsabilidad de coordinar el envío de toneladas de comida, medicamentos y ropa a países destruidos por la Segunda Guerra Mundial. ¡Esto es una muestra de la gran diversidad que hay entre las personas y sus actividades! ¡Hay muchas flores distintas en un mismo jardín!”.

Destacó seguidamente la oradora que tuvo tres fuentes de información sobre la obra realizada por Sara Benedit de Pereda. Primero: La admiración que sus padres (Ernesto Shaw y Cecilia Bunge de Shaw) sentían por Sara. A esto la disertante sumó su propia relación con las nietas de Sara Benedit de Pereda. “Traté mucho a Ana y a Cristina de Bary Pereda (presente durante la conferencia). En mi infancia estuve muy cerca de ellas” , dijo.

En segundo lugar la expositora agradeció a Daniel Martini (socio de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa - ACDE), quien en mayo de 2022 publicó una nota sobre Sara Benedit de Pereda en la revista de esa institución. Según datos biográficos (que se desprenden de esa publicación), Sara se casó en 1924 con Eduardo Pereda, con quien tuvo cuatro hijos. Estaba embarazada de Teresa, su última hija cuando él murió. A pesar de este golpe, ella llevó adelante a su familia. Y cuando pudo organizarse empezó a colaborar con la Acción Católica Argentina con tanta responsabilidad y liderazgo, que rápidamente comenzó a destacarse como dirigente. Al crear los cardenales Santiago Copello y Antonio Caggiano la Comisión “Pro-Ayuda” a Europa, en respuesta al pedido del papa Pío XII -formulado en abril de 1947- los prelados designaron como titular de esa entidad a Sara Benedit de Pereda.

HEROICIDAD EN LA HUMILDAD.

“Durante una década, Sara estuvo en el primer lugar de la conducción nacional de las Mujeres de la Acción Católica y en todo ese lapso, en la revista Anhelos de la Asociación, de rigurosa actualidad mensual, no hay fotos de ella ni columnas que lleven su firma, a no ser por un S.M.P. (abreviatura formada por las letras iniciales de Sara María Pereda) que puede reconocerse esporádicamente”, destacó la disertante, en clara referencia a la “heroicidad en la humildad” de la presidenta de las Mujeres de la Acción Católica. En la Comisión “Pro-Ayuda” a Europa se puso en evidencia el liderazgo de Sara. Los balances dan cuenta que, entre abril de 1946 y abril de 1948, se recaudaron casi 1,6 millón de pesos en efectivo y en ropa. Ese dinero equivaldría a unos 500.000 dólares de la época.

Sara Benedit de Pereda fue presidenta de las Mujeres de Acción Católica de la Arquidiócesis de Buenos Aires de 1938 a 1943, y luego presidenta nacional hasta 1949. Resulta impactante el radiomensaje de Pío XII dirigido al pueblo argentino el domingo 1/2/1948. Allí el Papa menciona a Sara Benedit de Pereda, quien recibió por su servicio la condecoración pontificia “Pro Ecclesia et Pontifice”. De esta gran movilización de la Acción Católica empezaron a florecer varias instituciones, pero con diferencias en sus objetivos específicos.

La Liga de Madres de Familia surgió en 1951 y Sara Benedit de Pereda fue su primera presidenta nacional. La otra entidad fue la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa -ACDE- que se inició en 1952. Ambas contaron con el apoyo del padre Manuel Moledo, capellán de la Acción Católica.

Como tercera fuente de información, la disertante hizo referencia a la conexión de ACDE con la tarea de la Comisión “Pro-Ayuda” a Europa. Los datos fueron extraídos del trabajo realizado por la comisión histórica presidida por el entonces sacerdote (y más tarde cardenal) Mario Poli. La labor principal (en esa comisión histórica) estuvo a cargo de la Dra. M. Isabel De Ruschi Crespo, y colaboraron la Lic. Inés Gutiérrez Berisso y la profesora Mónica Cuccarese.

DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA.

El primer documento en el que se menciona a Sara Benedit de Pereda es del cardenal Santiago Copello, quien escribió una carta para ser leída en todas las misas dominicales. Allí se encargaba ala Acción Católica, y a su presidenta del Consejo Superior de Mujeres, a colaborar con la ayuda a Europa en la posguerra.

Además está la carta autógrafa de Pío XII -del 23 de abril de 1947-, donde el Santo Padre solicita ayuda a favor de Europa.

“También allí hay documentación sobre el inicio de la colaboración de mi padre (Enrique Shaw) con la Acción Católica. El era entonces muy joven, tenía 25 años y acababa de regresar a la Argentina (año 1946). Se ofreció a colaborar y lo nombraron secretario honorario de la subcomisión de industriales y comerciantes”, concluyó la expositora, quien agregó que el trabajo realizado para ayudar a Europa fue la semilla de la cual nacería ACDE.

Finalizada la tarea humanitaria, pues en los países afectados por la conflagración ya estaba nuevamente en marcha la producción de alimentos, varios miembros de la subcomisión siguieron reuniéndose para estudiar el modo de acercar al mundo empresario la Doctrina Social de la Iglesia. (N. de la R.: Más cercano en el tiempo, otro Papa -Juan Pablo II- publicó en 1981, como profundización de esa doctrina, la encíclica Laborem exercens, dedicada al trabajo humano).

Por Carlos E. Hartmann.

Publicado en Diario LA PRENSA.

https://www.laprensa.com.ar/Vida-y-pensamiento-de-Delfina-Bunge-de-Galvez-y-Sara-Benedit-de-Pereda-534004.note.aspx