El autor explica con mucha riqueza intelectual lo que ha significado este término a lo largo de la historia y cómo se lo interpreta en el presente.
Por Francisco Javier Guardiola.
A partir de la irrupción en la política de Javier Milei, empezamos a escuchar el término libertario por todos lados. Esta alocución se la usaba como un término alternativo de la palabra liberal. Liberalismo y libertarismo entonces, aparecían de la mano como términos similares o parecidos. Durante muchos años habíamos escuchado decir que liberal o neoliberal, era como decir inhumano, cruel, egoísta. Pero de golpe, empezamos a escuchar la palabra libertario, que no tenía la mala prensa que en cambio sí tenía la palabra liberal y aquella –libertario- hasta empezó a parecernos romántica.
En ese momento recordé haber leído dos obras que me hipnotizaron en la juventud. Desde mi formación liberal y conservadora, acudí a las ideas de Mijail Bakunin y de Herbert Read, plasmadas en las obras “Dios y el Estado” y “Orden y Anarquía” respectivamente. Del primero me impactó aquello de que dios y el Estado son las dos bestias negras que atenazan al hombre y lo dejan sin libertad. Aún hoy retumban esas palabras en mí, llenándome de una profunda soledad espiritual. Del segundo aprendí el concepto de autonomía individual vista desde el arte, como la expresión más elevada del espíritu humano. Bakunin contradijo con virulencia a Marx con un sencillo argumento: “¿Cómo hará el omnipotente y totalitario Estado del proletariado para llegar a la etapa de la historia en donde no hay más Estado? No se puede ver ese paso ni en la teoría ni en la realidad”.
Bakunin y Read, fueron libertarios no contemporáneos entre sí, pero provienen sin embargo de una común cosmovisión estética, política y teleológica cuyo origen ya había anidado en el librepensamiento francés del siglo XVIII. Bakunin a finales del siglo XIX y Read a mediados del XX. Uno ruso y el otro inglés, pero ambos, libertarios en el sentido anarquista de la palabra. El término libertario en estos dos casos, si vino de la expresión en francés libertaire.
Más allá de que resulten atractivas muchas de las ideas tanto de Mijail Bakunin como de Herbert Read, en razón de que late en su columna vertebral un evidente humanismo heredero del Iluminismo europeo, resultaron demasiado etéreas como para bajarlas a la realidad y apenas si lograron establecer un malogrado intento de darle al mundo una lengua común, que fue el Esperanto, y que por teórico e ideal, no pudo ser ni será nunca, un lenguaje universal. Puedo enamorarme de estas ideas, pero no sabría cómo aplicarlas, pensé al crecer. Por otra parte, este ideario chocaba en mí, al pregonar un pensamiento colectivista respecto a los medios de producción y a la propiedad privada, propiciando una pequeña organización burocrática y sindical, en la sociedad y en el Estado. Hasta aquí hemos hablado de una de las significaciones del término libertario.
Pero hubo y hay, otros libertarios. Hijos del Capitalismo manchesteriano, expresión radical del liberalismo. El que pasó a los Estados Unidos de Norteamérica y se convirtió en Libertarismo económico, pensamiento que propone un Estado reducido a intervenir en temas de seguridad y justicia, la supresión de muchos impuestos, la desregulación de la economía, la privatización de los servicios y la vida en general bajo las leyes del libre mercado. Estos libertarios tienen la convicción de que el sector privado es el único vehículo de progreso de una sociedad y creen que el asistencialismo social, debe quedar recluido para la caridad que derraman las distintas religiones, variable éstas últimas, con la que cuenta, por ejemplo, el libertario Milei, asiduo lector del libro bíblico la Torá o Pentateuco.
A diferencia de los libertarios al uso de Bakunin o Read, los que pertenecen a la tribu de Milei, no le deben su nombre al término francés libertaire sino al término inglés libertarian. Estos libertarios tienen una estrecha vinculación con el Partido Libertario (Libertarian Party) de los EEUU fundado por Murray Rothbard y David Nolan en 1971, colocándose, como se diría vulgarmente, a la derecha del partido republicano norteamericano. Usar la palabra libertario fue un intento por despegarse del vocablo liberal que ya había sido cooptado en la década del 30 por las huestes socialdemócratas del país del norte. Todo esto dicho, en la simplificación grosera que de las ideas se realiza cuando se les aplica una interpretación geométrica.
Tuvimos en Argentina un presidente con una visión positivista y liberal del progreso: Julio Argentino Roca, que sin embargo no se sonrojó al contratar al intelectual anarquista y libertario Bialet Massé, para que hiciera un estudio pormenorizado de la situación de los obreros y campesinos en el país en 1900, estudio que inspiró las primeras normas sociales y del trabajo que fueron presentadas al Congreso de la Nación. Roca ya había promulgado la Ley 1.420 de “Educación común, laica y obligatoria”, es decir, un liberal puso a la educación como política de Estado en un primer plano, no considerándola un gasto sino una inversión. Traigo estos episodios históricos para demostrar que la rigidez de las ideas suele flexibilizarse cuando se aborda la realidad. Julio A. Roca, tributario también del utilitarismo inglés de John Stuart Mill y de Jeremy Bentham, fue sin embargo un pragmático en las ideas políticas, geopolíticas y económicas. No parece situarse en esta misma arcadia política e ideológica el ganador de las PASO con el 30,04 % de los votos.
Se ha querido vincular a Milei a los populismos de derecha -en aquella lógica geométrica de las ideas- , junto a Trump, a Bolsonaro y a Bukele. La modulación que hace en cada discurso, su risa histriónica, la voz ronca cuando grita, su peinado Boris Johnson, los insultos y la descalificación personal hacia quienes piensan diferente a él, las contundentes certezas con que se expresa, y en fin, su gesto descompuesto, nos hacen pensar que el péndulo del populismo se recuesta ahora en lugares reaccionarios e irracionales. Lo cierto es que ese populismo ha dado sus frutos en las PASO y dará pelea con la posibilidad de ser Milei, el próximo presidente de los argentinos.
La idea central de este artículo no era opinar sobre un candidato, sino tan solo mostrar cómo un mismo vocablo puede significar dos conceptos total o parcialmente distintos. Sería bueno no confundir ser libertario… con ser libertario.
Publicado en Diario LOS ANDES de Mendoza.
17/08/2023.
https://www.losandes.com.ar/opinion/acerca-de-libertariosy-libertarios/
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