La primera etapa del Museo Comunitario, se inauguró el 7 de noviembre de 1991, consistiendo en la refuncionalización y refacción del edificio y en el cambio de la imagen externa del predio.
Los dos primeros aspectos, se logró ampliar las instalaciones (refuncionalización), anexando tres salas más y proveyendo dos baños, obteniendo una larga galería y coherentizando la línea arquitectónica interna, en material, de arcadas y aberturas.
Se refaccionaron pisos, cielorrasos, techos y paredes, siguiendo los lineamientos de la Comisión Nacional de Museos y Lugares Históricos, procurando que no se desvirtúe la imagen exterior, cuando ésta se halla incorporada a la memoria colectiva, aceptándose en cambio las adecuaciones físicas necesarias para que un edificio, cargado de valoración y simbolismo, se convierta eficazmente en un Museo.
En 1990, el Profesor Schulmaister, fue designado Director del Museo (ad-honorem), continuando su proyecto de Museo Comunitario - Archivo Histórico - Instituto de Investigaciones Históricas, siempre rodeado de un grupo vocacional y de entusiastas colaboradores, entre ellos, Mabel Borsetta de Zanini, Néstor Curzel, Patricia Lascialandá, Conrado Díaz, Edgardo Agüero, Adriana Fusi de Perazzoli, entre otros, trabajando empeñosamente para dejar librado al público una institución dinámica, bien organizada, con respaldo técnico-científico y sobre todo, con inserción en la comunidad, dentro de la cual, la vinculación con el sistema educativo, en todos sus niveles reviste fundamental importancia.
El Museo esta diseñado y basado en secciones, fijas o permanentes (técnica museográfica y biblioteca especializada, en museología y temas históricos, geográficos, económicos, sociales, de la región patagónica y austral) y programas específicos (acervo museológico, arqueología prehistórica, relevamiento científico, investigación, historia oral, rescate del patrimonio histórico-arquitectónico y extensión).
Tiene una sala de lectura complementaria de la biblioteca, cuya característica es de "biblioteca-archivo", es decir, biblioteca de consulta.
Cuenta con bibliografía y documentación, sobre cada una de las provincias patagónicas, Islas Malvinas, Mar Austral, Antártica, historia del doblamiento patagónico y etnología.
Procura contar con todos los libros clásicos del tema y con las nuevas producciones de los investigadores.
La arqueología prehistórica, cuenta con una abundante colección de raspadores, raederas, puntas de flechas, punzones, morteros, boleadoras, que pertenecen a los coleccionistas, Agüero, Curzel, Discépola y Díaz.
Este grupo se autogestiona y establece sus propios contactos, con otros especialistas para seguir desarrollando su programa.
El acervo museológico deberá encarar una redefinición temática en el sentido de qué piezas buscar y nó que piezas recibir.
El Museo debe buscar ampliar la dotación, buscando su representatividad. Ésta es quizás, la tarea más ardua para el futuro.
Una vez que el Museo se afiance, deberá encarar la tarea de extensión a escuelas y municipalidades vecinas, en procura de informar y concientizar acerca del rescate y la preservación de los testimonios materiales y espirituales del pasado.
Las etapas futuras implican la creación del Archivo Histórico (que preserva la documentación, mayor de 25 años de producción municipal.)
Cuando ambos repositorios, museológico y archivista y por qué no documental, se hallen suficientemente provistos y sistematizados se logrará dar los pasos para incentivar a los centros de investigación de la Universidad del Comahue y a los particulares a encarar la indagación científica rigurosa a que debe aspirar este tipo de instituciones.
Hasta entonces, será la participación comunitaria organizada desde los equipos del Museo la que llevará adelante el proyecto.
Nunca más, un Museo como depósito de trastos viejos, sin vida y sin entusiasmo, como tradicionalmente hemos conocido. Hoy, no sólo la Ciencia, es decir la Museología, ha llegado para revivir el pasado de una Comunidad, también ha llegado la Democracia.
Artículo de autoría intelectual: Sr. Franco González.
El acervo del museo, compuesto por 300 piezas, se relaciona con la evocación de los orígenes de Villa Regina, allá por 1924, y en general trata el tema de las colonizaciones de campesinos inmigrantes. Posee una sala destinada a las manifestaciones de las culturas indígenas anteriores al poblamiento blanco en la zona. Cuenta además con una Biblioteca especializada y brinda diferentes servicios educativos y de extensión a estudiantes, investigadores y público en general.
Dirección: Uruguay 161 - (8336) - Villa Regina - Río Negro.
Hola Guillermo:
ResponderBorrarEstuve mirando tu blog. ¡Felicitaciones!
Cordiales saludos.
Carlos Schulmaister.