"Siempre consideré imprescindible la protección y promoción de la historia, la identidad y de las más diversas manifestaciones de la cultura rionegrina.
Una de las primeras iniciativas implementadas por nuestro gobierno a través del Decreto Nº 1096 fue preparar la edición de un texto sobre la historia de Río Negro, dado que no existía ninguno y era de una Utilidad Imprescindible. Aprobada la Ley se estableció como texto de consulta obligatoria en las escuelas primarias y secundarias. No tuvimos en cuenta ningún tipo de ideologías partidarias porque pensábamos que sus redactores tenían que ser gente de prestigio que conociera la verdadera historia de Río Negro. Así designamos al Padre Agustín Entraigas, prestigioso escritor de nuestra provincia y miembro de varias instituciones culturales de la República, al Profesor Carlos Salvador Laría, a Don Pablo Fermín Oreja, ex-diputado nacional y destacado escritor, a los profesores Héctor Daniel Rey, Adalberto Onofrio Rodríguez, Marcelo Juan Pieruccetti, Graciela Noemí Suárez y Luis Vidal.
Por motivo de ese libro de historia fui acusado de marxista porque en algunos párrafos se reindivicaba la lucha de los aborígenes por la tierra que ocupaban y sus derechos a la misma, y las tantas injusticias que se cometieron contra ellos. Así fue como algún Torquemada entre los interventores marinos de la provincia entendió que Franco hacía apología del marxismo y envió 40 soldados a escarbar la tierra en mi campo buscando las armas enterradas, hasta que alguno más avisado leyó bien el párrafo en cuestión y se dió cuenta que la frase ni siquiera era mía sino del Gobernador Pagano. No es que me interesara mucho que me acusaran de izquierdista, comunista o de lo que fuera porque era evidente que salían a la "caza de brujas" sin ton ni son porque si viene el caso juntándolos a todos no sabían lo que hacían ni lo que decían y fueron incapaces para defender los intereses rionegrinos como lo hicimos nosotros. Todos esos militares que ocuparon el gobierno desconocían por completo lo que era gobernar y su único rasgo distintivo era el odio a nuestros conductores y a todo lo que fuera peronismo.
Era para nosotros una obligación rescatar y promover la verdadera identidad de los rionegrinos, sus tradiciones y leyendas, muchas de las cuales pude apreciar personalmente.
En una oportunidad viajábamos en un colectivo de la Empresa "El Valle" que atendía una linea a Comallo pasando por Cerro Policía. En la meseta del camino hay una capillita que recuerda el trágico lugar donde fue asesinado el Maruchito, que era un humilde boyerito de aquellas bravas tropas de carros. El conductor pasó de largo olvidándose que tenía que detenerse. Habíamos hecho unos quinientos metros cuando se paró el motor. Con la mano se dió un golpe en la frente por no haberse acordado de parar en el Maruchito. Le preguntamos eso que tenía que ver y nos explica la costumbre de dejar alguna ofrenda para "que no ocurra nada". Salió caminando y nosotros detrás, con Emilio Belenger, José Rodríguez, Marcos Lazzeri y Luis Campos dejamos una ofrenda y regresamos al colectivo que antes había cuidadosamente revisado. Al subir cuando accionó la llave lo puso en contacto y ¡Oh, sorpresa arrancó normalmente!
Y nos contaba que en una oportunidad había pasado una tribu de gitanos en camiones los cuales al bajarse se llevaron unas cuantas monedas que había en un tarro. no hacen más de mil metros cuando pinchan las gomas, la cuestión es que no podían arrancar porque cuando arreglaban una se desinflaba la otra. Al pasar un paisano le explica que debían dejar una ofrenda "para que no les pase nada". Pero como ellos le habían robado van de vuelta a devolver las monedas y le ponen más. Y no tuvieron más inconvenientes.
Yo por si acaso siempre que paso por el lugar algo le dejo.
Nuestra provincia es indudablemente una tierra de tradiciones y leyendas. En otra oportunidad, en este arduo transitar que tiene la política, marchábamos por una huella desde Pomona hacia Valcheta, donde aproximadamente a mitad del camino al Solito se doblaba pasando por el "Salitral del Gualicho". Con Borda que me acompañaba cuando llegamos al bajo grande le preguntamos a un paisano de a caballo si ese era el famoso bajo y dónde había que dejar las ofrendas. Como increpándonos nos dijo que efectivamente ese era el lugar y que era cierto que algo había que dejar. yo en ese instante recordaba lo que me había contado don domingo Sgró que solía llevar vino a Valcheta y pasaba por el lugar. Como el italiano no creía en esas cosas no dejó ninguna ofrenda a consecuencia de lo cual se le descompuso el camión y estuvo como tres días sin poder continuar viaje hasta que un paisano le informó que "algo debía dejarle al Gualicho". El mismo es como una especie de portada, con forma de cueva, ya citado por el Perito Moreno, Rodolfo Casamiquela y otros pioneros y estudiosos. Actualmente como el viejo camino está abandonado no pasa casi nadie y hay que entrar con baqueanos. Allí entonces en aquella "Puerta del Diablo" dejó la ofrenda Domingo Sgró, y cuenta: "La Madona, ma dejo siempre una ofrenda y nunca más me pasó nada", con su acento italiano.
Otra leyenda muy poco conocida está ubicada a unos 50 o 60 kilómetros de Villa Regina, en Cerro Mesa. Sobre esa planicie los antiguos indígenas solían realizar sus parlamentos; sitio ideal además para otear todo el contorno. En la parte sur del mismo hay unas cuevas y doña Jacienta Painenzo me solía contar particulares de esa interesante historia. Un puestero tenía una hija muy hermosa de unos 14 o 15 años, que solía ir a cuidar la majada de chivas, hasta que un día desaparece. A pesar de la intensa búsqueda realizada nunca más la pudieron encontrar, pero si una huellas muy marcadas pero de un sólo pie como si llevara un peso no habitual en sus brazos. Dicho personaje mitológico se lude como el Diablo. Y cuenta que siempre en esa cueva se oía una música celestial que llamaba la atención por la dulzura.
A los curiosos que se asomaban a la misma se les aparecía una mujer totalmente desnuda de una belleza deslumbrante. Es conocida como la cueva de la "salamandra" y dicen quien entra a ella no aparece nunca más. Doña jacinta también me relata sobre la existencia de otras cuevas en las cuales había muchas piedras de distintos colores que los antiguos aborígenes llevaban como una ofrenda a sus deidades. En ese mismo lugar hay también un yacimiento de huesos petrificados, que con tanta reiteración distinguen a toda la patagonia. Más al este y de unos 100 metros de alto hay un cerro pero todo de caracoles de mar como un testimonio milenario de épocas pretéritas.
A los curiosos que se asomaban a la misma se les aparecía una mujer totalmente desnuda de una belleza deslumbrante. Es conocida como la cueva de la "salamandra" y dicen quien entra a ella no aparece nunca más. Doña jacinta también me relata sobre la existencia de otras cuevas en las cuales había muchas piedras de distintos colores que los antiguos aborígenes llevaban como una ofrenda a sus deidades. En ese mismo lugar hay también un yacimiento de huesos petrificados, que con tanta reiteración distinguen a toda la patagonia. Más al este y de unos 100 metros de alto hay un cerro pero todo de caracoles de mar como un testimonio milenario de épocas pretéritas.
Decía Doña Jacinta que a principios de siglo en ese lugar había acampado el ejército al mando del Comandante Lacial, el cual enferma de peritonitis y cuando lo llevaban a General Roca en un carro fallece. Por eso también se encontraban botones, cápsulas y utensilios varios. Rescatando esa historia de valientes nosotros pensábamos construir un monolito en homenaje a los héroes de la Campaña del Desierto, pero lamentablemente no alcanzamos a realizarlo, esperando que algún día otro goberandor lo haga realidad.
También doña Jacinta me mostró el lugar donde en un bajo en los llamados "menucos", cuando ellos llegaron se escuchaban golpes de caballadas y gritos como de terror. Al otro día su padre encontró en dicho lugar muchos huesos, por sus dimensiones seguramente de tehuelches y varios cráneos. viajó a Roca, habló con el Padre Stefenelli y le narró el hallazgo al Comandante Militar. Se envió una partida con un sacerdote, un oficial y cuatro o cinco soldados los que juntando los restos lo ponen en bolsos y lo llevan a Roca, bendiciendo el religioso el lugar y y nunca se volvió a escuchar más nada.
Es una lastima que tanto Villa Regina como Ramos Mexia las poblaciones más cercanas no sepan aprovechar estos recursos para despertar el interés de los turistas. Así también otros parajes con gran riqueza arqueológica como Chipauquil, Lonco Vaca, con la profusión de pilquillines entre las rocas y gran belleza natural contando con especies únicas en el mundo como la mojarrita desnuda del Arroyo Valcheta. Asimismo las pinturas rupestres del vallecito de Ramos Mexía, pueblo antes denominado "Corral Chico" y que ahora lleva el nombre del visionario de Recursos Hídricos. las mismas según la erudición del profesor Rodolfo Casamiquela tiene una antiguedad de 500 a 600 años, pero al no protegerse debidamente el tiempo las va deteriorando, y así se va perdiendo el patrimonio cultural de los rionegrinos.
Hay muchas leyendas que enriquecen la tradición de nuestra provincia. Don Jacinto Giménez me contaba que cuando era joven en el Lago Gutiérrez vió en una oportunidad al "cuero de agua" pero no se animó a acercarse. Como se sabe el cuero es una entidad de los lagos que se extiende para tomar sol y según la leyenda al desprevenido que se acerque sea animal u hombre lo envuelve y rodando se lo lleva a las profundidades del lago. Según el Dr. Gregorio Álvarez y otros estudiosos se lo denomina como el "cuero uñudo".
nuestra intención cuando estabamos en el gobierno era rescatar y difundir toda esa riqueza cultural rionegrina.
Por eso trabajamos denodadamente en la creación de centros artesanales con la participación de de las tejenderas y la provisión de telares e insumos para que realizaran la hermosa confección de sus matras.
Los pueblos que no preservan su identidad están destinados a perderse."
Mario Franco en Los Menucos, 10 de Septiembre de 1973. Cantera de Piedras Lajas. |
*** Se transcribe el texto "IDENTIDAD Y CULTURA" del libro "MIS REFLEXIONES" de Mario Franco, pág. 57-58-59 como así la imagen se obtiene del mismo libro.
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