Aquella carroza que la hizo recorrer Amsterdam luego de haberse convertido en princesa desde Niewe Kerk al Palacio Real para salir al balcón saludando a sus flamantes súbditos entra en reparaciones y no podrá volver a ser utilizada hasta 2018.
La última de las ceremonias en las que transportó a la pareja real fue en el Día del Rey, en el que Máxima y Guillermo concurrieron al Congreso. Fue un día de lluvia quizás porque el cielo lloraba para despedirse de aquella carroza de ensueño hasta nuevo aviso. Mientras tanto, utilizarán la carroza de cristal.
El tradicional carro que usan en ocasiones especiales, como justamente el Día del Rey, está hecho de madera y revestido en oro. Las críticas han llovido sobre el especial vehículo ya que tiene imágenes que representan la esclavitud, recordando el pasado colonial de Holanda.
Es tan importante y simbólico para los holandeses que en 2010 apareció un libro dedicado a él llamado “el carruaje dorado”. El mismo explica que “El origen del carruaje dice mucho sobre el sentimiento de unidad nacional que despierta en muchos holandeses. A fines del siglo XIX, Ámsterdam está dividida por una creciente disparidad en la distribución de la riqueza, que mantiene enfrentados a grupos sociales. Alentados por los oficios de un predicador entusiasta, izquierda y derecha, ricos y pobres, coinciden en una colecta para un regalo con el que celebran la coronación de la reina Guillermina en 1898. La acción tiene un éxito rotundo, ya que todos cierran filas tras la monarquía, con el carruaje dorado como resultado”.
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