Llamativamente el líder del Frente Renovador Sergio Massa, es el único con el que el Papa no se saca fotos. Mensaje entre líneas para la gente?. “Jorge Mario perdona pero no olvida” deslizan del entorno eclesiástico.
Sergio Massa ya no sabe qué más hacer para conseguir el perdón de Jorge Bergoglio y que, de una vez por todas, lo reciba en el Vaticano en su condición de papa.
“Que un argentino sea Papa convirtió a Bergoglio en el hombre más importante de nuestra historia”, exageró el líder del Frente Renovador, tras un encuentro el obispo emérito de San Isidro, Jorge Casaretto, y el obispo de Gualeguaychú y presidente de la Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Jorge Lozano.
Massa incluso llegó a inventar y difundir en su autobiografía que supo que debía presentarse en las legislativas del año pasado, justo cuando se enteró que Bergoglio había sido electo papa. Algo así como una revelación o un ataque de misticismo?.
Y en noviembre pasado, cuando el diputado encaró una gira por España para sumar avales internacionales a su ambición presidencial, sus operadores no lograron el visto bueno de Francisco para concretar una cita privada.
El tigrense ni siquiera logró la promesa de un gesto, un guiño personalizado en los besamanos habituales de los miércoles. Y entonces se volvió sin una foto que el papa ya no le niega a casi nadie.
La sucesión de desaires tiene una explicación que remite a los tiempos en que Massa era jefe de Gabinete de Cristina Kirchner.
Eran los días de la disputa apenas velada entre Bergoglio y Néstor Kirchner, y Massa propuso puntear al entonces arzobispo porteño y acordar directamente con sus enemigos en el Vaticano.
Entre ellos, un par de ultra conservadores: el embajador de Benedicto XVI en Buenos Aires, Adriano Bernardinio, y el ex secretario de Estado Angelo Sodano.
Una jugada que el jesuita, peronista y eximio rosquero a su vez, nunca olvidó. ¿Rencoroso el papa? O conoce realmente los misterios del tigrense?
El Papa Peronista tiene preparado un sendero sinuoso y empinado para que Massa logre la tan ansiada reunión.
“Hay que cuidar a la presidenta”, le diría Bergoglio al “vasco” De Mendiguren, en una cita posterior. El mensaje estaba dirigido para algunas figuras del oficialismo y tantas otras de la oposición, con Massa entre ellos.
“En eso Bergoglio se parece a Cristina: no son rencorosos, pero tienen memoria”, bromea un influyente laico que conoce al ex cardenal primado en toda la dimensión de su “rosca política” local. Esa red ha sido históricamente coordinada por el padre Carlos Accaputo, responsable de la pastoral social del Arzobispado porteño y, también, la sotana poderosa que le insistió a su amigo Jorge Mario para que recibiera al hincha del Club Tigre oriundo de San Martín. La respuesta hasta ahora no fue la deseada por los popes del “nuevo” Frente Renovador.
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