GRACIAS POR ESTAR AQUÍ...

GRACIAS POR ESTAR AQUÍ...
...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

“
"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

martes, agosto 17, 2010

FELIPE VARELA según José Pablo Feinmann.




La Guerra de la Triple Infamia y Felipe Varela.

La guerra del Paraguay, necesidad interna de la política mitrísta, sería difícil encontrar la causa principal que motivó llevar la guerra a territorio paraguayo. Fueron demasiadas: los pactos de alianza con el Brasil, la posibilidad de obtener un nuevo mercado para los sueños mercantiles de la burguesía porteña, la urgencia británica por conseguir algodón a bajos costos y ubicar también sus manufacturas y sus empréstitos, la incomoda existencia en América de un Estado proteccionista (claro ejemplo de la posibilidad de realizar un modelo de desarrollo autónomo, no dependiente del colonialismo europeo, o en todo caso: no mero apéndice de su economía fabril), y, en fin, la ingenuidad (por decirlo suavemente) de la ideología mitrista, que pensaba adquirir con esa guerra "un carácter simpático y armónico con las grandes aspiraciones del siglo XIX". " Lo que por el contrario no resulta difícil es encontrar la causa desencadenante de esta guerra. "La cuestión del Paraguay (escribió Alberdi), no es mas que una faz de la cuestión interior argentina. Esta cuestión interior ha sido toda la causa y origen de la Guerra del Paraguay." "Mitre, en efecto, nunca había ignorado que la derrota del Paraguay era condición insoslayable para acabar con la resistencia interior. De aquí su empecinamiento en llevar adelante la guerra. Varela , por su parte, comprendiendo claramente la estrategia mitrista, estructuró su movimiento en forma paralela a la lucha mantenida por López. Esta alianza de ningún modo debe interpretarse como una ayuda a los planes de un país extranjero. Contrariamente a lo que se intentaba hacer creer en Buenos Aires, no eran traidores Varela y sus hombres (como tampoco lo eran Alberdi, José Hernández y los otros hombres de Paraná). A través de la extensa tradición del Virreinato, el Interior argentino no podía sino sentir como una misma entidad nacional la constituida por su territorio y el paraguayo. Si a esta identidad de cultura, sumamos la de sus intereses económicos y políticos, habremos comprendido lo que siempre supo Mitre: el Paraguay y Varela eran lo mismo, el mismo peligro, el mismo enemigo.



Felipe Varela y el Litoral

Felipe Varela buscó incansablemente un aliado estratégico para su causa: el litoral entrerriano. Urquiza, en una palabra.

Pero Urquiza tenía otros planes. Si después de Cepeda no se decide a eliminar por completo a Mitre no es precisamente, como intenta hacérnoslo creer Victorica, "por no penetrar a sangre y fuego en una ciudad como Buenos Aires con un ejército de dieciséis mil hombres". Nada de eso. Estanciero, litoraleño, librecambista, el caudillo entrerriano coincidía en demasiadas cosas con los porteños como para decidirse a una guerra total.

¿Y Varela entonces? ¿cómo explicar su urquicismo? "El magnánimo capitán Urquiza (dice en su proclama a los entrerrianos), os acompañará, y bajo sus órdenes venceremos todos una vez mas a los enemigos de la causa nacional." ¿Deberemos aceptar, como se ha dicho, que reclamaba "ingenuamente" el apoyo de Urquiza? De ningún modo, ya veremos mas adelante con que esquema metodológico se manejan los que hablan de la ingenuidad de Varela.

Creemos que es posible ofrecer interpretaciones mas validas. Por ejemplo: ver en las exhortaciones de Varela el intente de colocar a Urquiza entre la espada y la pared, exigirle una definición: por la causa nacional o en su contra.

De este modo, al tornarse evidente su traición, tenia ya López Jordán todos los motivos que necesitaba para dar su golpe. Pues era él, en definitiva, el hombre a través del cual Varela esperaba incorporar a su movimiento las fuerzas del litoral entrerriano. El nuevo frente debía abrirse de inmediato para poder realizar las acciones en forma combinada.

Como asesor intelectual de López Jordán, ya Figura un brillante periodista y poeta: José Hernández. ¿Qué puede esperar Varela de estos dos hombres? Es lo que trataremos de averiguar.

Alberdi gustaba distinguir entre dos Urquiza: el entrerriano y el porteño. El primero había derrotado a Rosas, había abierto los ríos y había triunfado en Cepeda. El segundo, anteponiendo sus intereses a los de la Confederación, se había entregado a la política de Mitre. He aquí, entonces, que aparece López Jordán para afirmar que el Litoral no esta vencido: elimina al Urquiza porteño y, de entre sus cenizas, hace renacer, en su propia persona, al Urquiza entrerriano.

Nadie había realmente muerto en el palacio de San José. Urquiza estaba allí, en su sucesor, tan vigente y combativo como en Caseros y Cepeda. López Jordán lo hereda todo de él. Primeramente: su exclusivismo entrerriano. "Entre Ríos (denuncia en 1870), instrumente glorioso de la libertad de todos, es el último que llega a sentarse en la comunidad de los libres." Se trata, en cambio, de que sea el primero. Para ello, López Jordán, conservará invariables los principios básicos de Urquiza: su filosofía y táctica políticas.

Como filosofía política, el liberalismo. "Nada tenemos que crear (afirmaba en 1868). Los principios de 1810, consagrados en nuestra carta, existen sancionados ya por el juramento de los pueblos y con la corroboración de solemnes tratados de comercio y civilización con potencias extranjeras."

Como táctica política, la alianza con el Brasil. En 1874, imposibilitado de contar con el apoyo de las provincias (no porque estas fueran adictas al gobierno de Buenos Aires -como le había ocurrido a Urquiza frente a Rosas-, sino porque por entonces ya estaban derrotadas), López Jordán decide buscar el apoyo brasileño.

El error primero de los hombres del litoral entrerriano, en tanto condición de posibilidad de los restantes, consiste en la reducción de las necesidades y perspectivas del país a sus propios intereses. Compartían así la miopía y el egoísmo de sus adversarios porteños. La cuestión argentina, pensaban, era un asunto entre ellos. Es cierto que, fieles a su tradición federal, buscaron siempre la unión y no el enfrentamiento con las provincias mediterráneas. Se alinearon así, muchas veces, en la causa nacional. Pero nada nos permite creer, al considerar sus proyectos políticos (y, en última o primera instancia, sus acciones concretas), que alguna vez hayan tomado seriamente en cuenta los intereses de las provincias mediterráneas. "Uno de los primeros pasos del general Urquiza (escribe Andrade), fue la apertura de los ríos al comercio del mundo. Los tratados de julio con Inglaterra, Francia y Estados Unidos, fueron saludados por el aplauso unánime y estrepitoso de las provincias). Nada mas claro que este texto para advertir hasta que punto para estos hombres las provincias argentinas se reducían a las provincias litorales. Eran ellas, en efecto, las únicas que, obsesionadas por sus propios intereses, podían saludar con entusiasmo la apertura de los ríos y el comercio con Inglaterra y Francia.

"¡Ahí están las dos políticas frente a frente!”, Tronaba Andrade refiriéndose a Mitre y Urquiza. Se equivocaba, Buenos Aires y el litoral proyectaban una sola y única política, solamente discutían el derecho a dirigir su ejecución y asimilar sus principales beneficios. Eran otras las dos políticas que se enfrentaban en la República Argentina : una de complementación y sometimiento al expansionismo europeo y otra de resistencia y desarrollo nacional (Felipe Varela y el Paraguay). No es otra, por otra parte, la antinomia teórico-política con la cual se reemplaza la sarmientina de Civilización y Barbarie.

¿Debemos concluir entonces que Varela reclamaba también "ingenuamente" el apoyo de López Jordán?. De ningún modo. Por el contrario, de haberse podido realizar la combinación de ambos movimientos, las fuerzas de Varela, contando además con el apoyo paraguayo y las simpatías chileno-bolivianas, hubieran resultado realmente poderosas. Solo hay que aclarar que, en caso de lograr la conquista del gobierno el enfrentamiento de ambos caudillos habría sido posiblemente inevitable. En esa encrucijada, a riesgo de perderlo todo. Varela no hubiera tenido otra alternativa que imponer su tendencia americana y proteccionista sobre el liberalismo litoraleño de López Jordán.

Basado en el libro: “Filosofía y Nación”, estudios sobre el pensamiento argentino. Autor: José Pablo Feinmann, Editorial Planeta.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.