Hoy 29 de agosto se cumplen 200 años del natalicio del doctor Juan B. Alberdi, nacido en San Miguel de Tucumán en 1810. Jurista, diplómatico, escritor, político y periodista.
REPORTAJE IMAGINARIO A ALBERDI.
por Araceli Bellotta periodista y escritora argentina.
El Federal:Muchas gracias doctor Alberdi por aceptar esta entrevista.
Alberdi: Quiero hablar de la prensa, de su nuevo rol, de los nuevos deberes que le impone la época nueva que abre para nuestro país.
El Federal: Así es, estamos en una época nueva, en la que se habla de refundar la República, de renovar la manera de hacer política, pero muy pocos hablan de renovar el periodismo.
Alberdi: La vida en paz pide una prensa de paz, y la prensa de paz pide escritores nuevos, inteligentes en los intereses de la paz, acostumbrados al tono de la paz.
El Federal: Durante mucho tiempo nuestra prensa ocupó el lugar de la justicia en cuanto a denuncias e investigaciones. Y tanto estuvo en este sitio, que hoy no queda en claro cuál es su límite
Alberdi: La prensa periódica, lejos de ser escuela de hombres de estado, es ocupación en la que se pierden las cualidades para serlo. La razón es obvia, la reserva, la meditación detenida, la espera, que son cualidades del estadista, serían la ruina de un periodista que tiene que pensar al paso que escribe por no decir después.
El Federal: Y eso que en su época no existían ni la radio ni la televisión. hoy es peor, los periodistas tenemos que pensar al mismo tiempo que hablamos, no hay espacio para la reflexión pero, al mismo tiempo, se ejerce un poder muy grande sobre el poder de la gente.
Alberdi: Apasionar cuestiones que necesitan de la reflexión tranquila es crueldad imperdonable, es vendar los ojos del pueblo para que no vea el camino por dónde debe ir.
El Federal: ¿Y qué debemos hacer los periodistas a su criterio ?
Alberdi: No estoy por el sistema de esos escritores que nada tienen que hacer el día que no tienen qué atacar. La nueva posición del obrero de la prensa es penosa y difícil, como en todo aprendizaje en todo camino nuevo.
El Federal: ¿ Y cuál es el camino ?
Alberdi: En la paz, en la era de la organización que entra en el país se trata ya no de personas, sino de instituciones, se trata de Constitución, de leyes orgánicas, de reglamentos de administración política y económica, de Código Civil, de Código de Comercio, de código Penal, de Derecho Marítimo, de Derecho Administrativo. La prensa de combate, que no ha estudiado ni ha necesitado estudiar estas cosas en tiempos anteriores, se presenta enana ante estos deberes.
.................
El Federal: ¿ Cuál es el límite ante la libertad de prensa y el respeto por las personas?
Alberdi: La libertad de la prensa tiene dos enemigos capitales: el tirano y el detractor, o más bien uno solo, por que el detractor no es más que le tirano desarmado.
El federal: ¿Usted me está diciendo que hay tiranos en la prensa?
Alberdi: ¿ Qué es el detractor ? El que rompe la ley con su pluma inflijiendo por sí la infamia que el juez sólo puede imponer en nombre de la ley. el tirano no hace otra cosa con la espada. El detractor, como el tirano, degüella créditos sin juicio ni proceso, es un vándalo de tinta y papel.
El Federal: Es muy duro lo usted dice.
Alberdi: A cada modelo de prensa va unido un modelo de gobierno. La violencia es una sola: se llama detracción en la prensa y tiranía en el gobierno. Vanidad es confundir prensa con libertad.
El Federal: Sí, es verdad, a veces confundimos eso.
Alberdi: Hay cierta prensa que olvida que en la injuria escrita como en la injuria de hecho, la ignominia es del delincuente no del ofendido. Una puñalada es un insulto de hecho en lugar de ser un insulto de palabra. Esa prensa cree que un adjetivo es un argumento y que un ultraje es una razón, que la fuerza del escritor está en el dicterio y que cuanto más grita más persuade, esa prensa cree que hoy puede escandalizar a la sociedad y mañana convertirse en cátedra de moral política, que hoy puede dar un curso de insurrección y mañana un curso de disciplina. Cree poder merecer la opinión de probidad, ejerciendo al mismo tiempo la calumnia y la injuria, cree que hay talento en emplear el lodo, que toda victoria y toda arma es lícita y no sabe que hay triunfos mal habidos como hay reputaciones usurpadas. Y triunfar por la calumnia es triunfar para un día.
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Fragmento.
Fuentes de la autora: Cartas Quillotanas - Juan B. Alberdi, Polémica con Sarmiento sobre el rol de la prensa. 1853.
por Araceli Bellotta periodista y escritora argentina.
Reportaje imaginario a Juan Bautista Alberdi donde reflexiona sobre el lugar de la prensa en nuestro país. Extraído de la revista "El Federal", Buenos Aires, 19 de agosto de 2010 año 7 - Nº 328. Se transcribe un fragmento de este aporte creativo de Araceli Bellotta.
El Federal:Muchas gracias doctor Alberdi por aceptar esta entrevista.
Alberdi: Quiero hablar de la prensa, de su nuevo rol, de los nuevos deberes que le impone la época nueva que abre para nuestro país.
El Federal: Así es, estamos en una época nueva, en la que se habla de refundar la República, de renovar la manera de hacer política, pero muy pocos hablan de renovar el periodismo.
Alberdi: La vida en paz pide una prensa de paz, y la prensa de paz pide escritores nuevos, inteligentes en los intereses de la paz, acostumbrados al tono de la paz.
El Federal: Durante mucho tiempo nuestra prensa ocupó el lugar de la justicia en cuanto a denuncias e investigaciones. Y tanto estuvo en este sitio, que hoy no queda en claro cuál es su límite
Alberdi: La prensa periódica, lejos de ser escuela de hombres de estado, es ocupación en la que se pierden las cualidades para serlo. La razón es obvia, la reserva, la meditación detenida, la espera, que son cualidades del estadista, serían la ruina de un periodista que tiene que pensar al paso que escribe por no decir después.
El Federal: Y eso que en su época no existían ni la radio ni la televisión. hoy es peor, los periodistas tenemos que pensar al mismo tiempo que hablamos, no hay espacio para la reflexión pero, al mismo tiempo, se ejerce un poder muy grande sobre el poder de la gente.
Alberdi: Apasionar cuestiones que necesitan de la reflexión tranquila es crueldad imperdonable, es vendar los ojos del pueblo para que no vea el camino por dónde debe ir.
El Federal: ¿Y qué debemos hacer los periodistas a su criterio ?
Alberdi: No estoy por el sistema de esos escritores que nada tienen que hacer el día que no tienen qué atacar. La nueva posición del obrero de la prensa es penosa y difícil, como en todo aprendizaje en todo camino nuevo.
El Federal: ¿ Y cuál es el camino ?
Alberdi: En la paz, en la era de la organización que entra en el país se trata ya no de personas, sino de instituciones, se trata de Constitución, de leyes orgánicas, de reglamentos de administración política y económica, de Código Civil, de Código de Comercio, de código Penal, de Derecho Marítimo, de Derecho Administrativo. La prensa de combate, que no ha estudiado ni ha necesitado estudiar estas cosas en tiempos anteriores, se presenta enana ante estos deberes.
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El Federal: ¿ Cuál es el límite ante la libertad de prensa y el respeto por las personas?
Alberdi: La libertad de la prensa tiene dos enemigos capitales: el tirano y el detractor, o más bien uno solo, por que el detractor no es más que le tirano desarmado.
El federal: ¿Usted me está diciendo que hay tiranos en la prensa?
Alberdi: ¿ Qué es el detractor ? El que rompe la ley con su pluma inflijiendo por sí la infamia que el juez sólo puede imponer en nombre de la ley. el tirano no hace otra cosa con la espada. El detractor, como el tirano, degüella créditos sin juicio ni proceso, es un vándalo de tinta y papel.
El Federal: Es muy duro lo usted dice.
Alberdi: A cada modelo de prensa va unido un modelo de gobierno. La violencia es una sola: se llama detracción en la prensa y tiranía en el gobierno. Vanidad es confundir prensa con libertad.
El Federal: Sí, es verdad, a veces confundimos eso.
Alberdi: Hay cierta prensa que olvida que en la injuria escrita como en la injuria de hecho, la ignominia es del delincuente no del ofendido. Una puñalada es un insulto de hecho en lugar de ser un insulto de palabra. Esa prensa cree que un adjetivo es un argumento y que un ultraje es una razón, que la fuerza del escritor está en el dicterio y que cuanto más grita más persuade, esa prensa cree que hoy puede escandalizar a la sociedad y mañana convertirse en cátedra de moral política, que hoy puede dar un curso de insurrección y mañana un curso de disciplina. Cree poder merecer la opinión de probidad, ejerciendo al mismo tiempo la calumnia y la injuria, cree que hay talento en emplear el lodo, que toda victoria y toda arma es lícita y no sabe que hay triunfos mal habidos como hay reputaciones usurpadas. Y triunfar por la calumnia es triunfar para un día.
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Fragmento.
Fuentes de la autora: Cartas Quillotanas - Juan B. Alberdi, Polémica con Sarmiento sobre el rol de la prensa. 1853.
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