EL PENSAMIENTO VIVO DE JUAN BAUTISTA ALBERDI.
Casos en que poblar es asolar.
"Aquí he oído, dice Luz del Día, que gobernar es poblar. El axioma puede ser verdadero en el sentido que poblar es desenvolver, agrandar, fortificar, enriquecer un país naciente; poblar es educar y civilizar un país nuevo, cuando se le puebla con inmigrantes laboriosos, honestos, inteligentes y civilizados; es decir, educados.
"Pero poblar es apestar, corromper, embrutecer, empobrecer el suelo más rico y más salubre, cuando se le puebla con las inmigraciones de la Europa atrasada y corrompida.
"Aunque la Europa sea, lo que hay de más civilizado en la tierra, no es civilizado por eso todo lo que es europeo. La Europa abriga en sus entrañas, bajo el esplendor de sus mismas capitales más brillantes, millares de salvajes y bribones de peor tipo que los peores indígenas de América. Los "Pampas", están en París; la "Patagonia", en Londres. Para no emplear sino un argumento" ad hominem", por ser de todos conocido: "Tartufo", "Gil Blas", "Guzmán de Alfarache", "Don Juan Tenorio", ¿son acaso emigrados venidos de China o de Australia? ¿o son más bien los pobladores que la América debe a la Europa más civilizada ?
"Gobernar es poblar; pero poblar es un arte, una ciencia, el arte, la rama más importante de la ciencia del gobierno, que es la "economía política", es decir, la economía discreta, juiciosa, que no comete la impolítica de confundir la población mala con la buena, despoblando en vez de poblar; porque envenenar un país física y moralmente, es despoblarlo y hacerlo retroceder más atrás de la barbarie. El gobierno tiene un poder eficaz de selección en materia de población. No con reglamentos y prohibiciones de que se burla la naturaleza de las cosas, sino con diques, con obras, digámoslo así, como las que cambian las corrientes naturales de los ríos y de las aguas más libres.
"El arte de poblar, tiene su gran secreto en el arte de distribuir la población en el suelo que debe recibida, por incentivos naturales y sin hacer violencia a los libres instintos de los pobladores.
"El arte de poblar, no es poblar lo que está poblado, sino lo que está desierto. Hacer que el desierto prometa al poblador, lo que no le dará la ciudad, es el arte del gobierno que sabe poblar. Los reyes de España obligaban a los pobladores de América a concentrarse en las ciudades para mejor tenerlos bajo su obediencia despótica, y los liberales de América imitan a los reyes de España, asimilando a la "barbarie, la vida de las campañas".
Fragmento de la obra "Peregrinación de Luz del Día o Viajes y aventuras de la Verdad en el Nuevo Mundo" (1871) del doctor Juan Bautista Alberdi que es una obra "rara" para clasificar el género literario de la misma donde cuestiona el axioma de "poblar es gobernar" en vista a algunos resultados que años después don Manuel Gálvez en "El Diario de Gabriel Quiroga" un ensayo crítico del centenario de 1910 transformaría es "argentinizar es poblar".
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