GRACIAS POR ESTAR AQUÍ...

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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

“
"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

jueves, enero 26, 2012

EL 26 DE ENERO DE 1914: MUERE POBRE EL "CURA GAUCHO" JOSÉ GABRIEL BROCHERO.

La Cruz tiene dos líneas: ¿cómo las traza un pueblo?
Con la marcha fogosa de sus héroes abajo
(tal es la horizontal)
Y la levitación de sus santos arriba
(tal es la vertical de una cruz bien lograda).
Josef, si como pueblo no trazamos la Cruz,
porque la Patria es joven y su edad no madura
la debemos trazar como individuos,
fieles a una celosa geometría.
¡La vertical del santo, la horizontal del héroe!
Leopoldo Marechal.

Y la Patria con celosa geometría de la Cruz que decía Leopoldo Marechal la trazó en el suelo argentino, también, el CURA BROCHERO.

El 26 de enero de 1914 muere pobre, leproso, ciego, rodeado de sus pobres en Córdoba, el “CURA GAUCHO” JOSÉ GABRIEL BROCHERO; en un lenguaje llano manifestaba: "ahora tengo ya los aparejos listos pa'l viaje" y en su lecho de muerte partió rumbo al silencio mientras apretando el crucifijo entre sus manos: “Yo me fío de la Misericordia de Dios”.“Cristo lavó mis pecados en su sangre...”.
Brochero a sus paisanos haciéndoles mirar la cruz de la Capilla de la Casa de Ejercicios les aconsejaba: “En la cruz está nuestra salud y nuestra vida... la fortaleza del corazón, el gozo del espíritu... la esperanza del cielo... ¿Tendremos valor para mirar al Salvador sin conmovernos y sin resolvernos a seguirlo, aunque sea caminando por el medio de la amargura, y aunque sea derramando nuestra sangre gota a gota hasta exhalar el alma?”.

José Gabriel del Rosario Brochero, el popular sacerdote católico, nació el 16 de marzo de 1840, en los aledaños de Santa Rosa de Río Primero, Córdoba de la Nueva Andalucía, el 16 de marzo de 1840, en un paraje conocido como Carreta Quemada, provincia de Córdoba. Creció en el seno de una familia de profunda vida cristiana. Sus padres fueron Ignacio Brochero y Petrona Dávila. José fue el cuarto de diez hermanos, dos de sus hermanas fueron religiosas del Huerto.
El 5 de marzo de 1856 ingresó al Seminario de Nuestra Señora de Loreto y en 1858 concurre a la Universidad Nacional Mayor de San Carlos Entre los compañeros de estudios se encontraban Juárez Celman ( quien sería futuro gobernador de Córdoba y Presidente de la Nación), Eleazar Garzón (futuro gobernador de Córdoba y agrimensor), Martín Yañis (futuro Obispo de Santiago del Estero). Brochero tomó los hábitos de sacerdote a los 26 años de edad en 1866 y el 10 de diciembre del mismo año da su primera misa.
Como ayudante de las tareas pastorales de la Catedral de Córdoba, desempeño su ministerio sacerdotal durante la epidemia de cólera que desbastó a la ciudad.
El 24 de diciembre de 1869 migró desde la ciudad de Córdoba a las sierras altas para hacerse cargo del curato de San Alberto, instalado en la localidad de Villa del Tránsito. El estado moral y la indigencia material de sus habitantes eran lamentables.
Se trataba de una zona de más de 4.000 kilómetros cuadrados, sin caminos y salvaje, con unos diez mil habitantes desparramados en villorrios de casas de paja y barro; va montado sobre un mulo o una mula con la sotana atada a la cintura, las espuelas sobre botines gruesos, el poncho, un sombrero negro de ala ancha, cruzaba arroyos y quebradas para ir a visitar a los paisanos. Llevaba en sus alforjas algo de comida, lo necesario para la Misa, el breviario y el rosario y también chala para sus cigarros, sin olvidar un cuchillo en la cintura por si se encontraba con algún animal salvaje.
Siempre decía:
“Aunque no sea capaz de expresarme en forma elegante, puedo decir que conozco palmo a palmo y mejor que cualquier literato todas las sierras de Córdoba”.El corazón apostólico de BROCHERO no se desanima, sino que desde ese momento dedicará a educar y promocionar a sus lugareños; es allí donde levanta un templo y traslada luego la sede parroquial a la mejor ubicada Villa del Tránsito, que es el actual Villa Cura Brochero.
El “CURA GAUCHO” HACEDOR de varias obras como la fundación de 3 escuelas; el Colegio de las Hermanas Esclavas a la que asistían niñas y señoritas de las provincias de San Luis, La Rioja y Córdoba; un molino harinero para moler el trigo de la zona; trazó unos 66 caminos vecinales, realizando la carretera de unos 200 km. que incluían puentes de piedra y que une a Soto con Villa Dolores. En el año 1870 el propio Cura Brochero trazó el camino de herradura que une San Pedro con Altautina, posteriormente lo mejoró y ensanchó llegando hasta la laguna de Ciénega de Allende; fue también el impulsor de la construcción de canales de regadío, extensión de acequias y canales y el pedido de la construcción de escuelas. Por último, fue también el promotor de extensión de un ramal del ferrocarril que correría desde Soto correría hasta Villa Dolores que no se ejecutó por inconvenientes presupuestarios. Es decir cumplió esa máxima del Martín Fierro:
“debe el gaucho tener casa / escuela, iglesia, derechos”.
A lomo de mula, con un sombrero de ala y su clásico poncho, el cura Brochero recorría los rancheríos de Traslasierra llevando la palabra de Dios, acompañando y asistiendo a los enfermos, levantando paredes al lado de los serranos y colaborando en las faenas camperas mientras compartía un mate con los feligreses.

Solicitó ante las autoridades y obtuvo mensajerías, oficinas de correo y estafetas telegráficas; también proyectó el ramal ferroviario que atravesaría el Valle de Traslasierra uniendo Villa Dolores y Soto para sacar de la pobreza en que se encuentran "abandonados de todos pero no por Dios", decía de sus queridos serranos.
Fue declarado "Venerable" por el Papa Juan Pablo II en el 2004.

UN CENTENARIO GLORIOSO por el Padre LEONARDO CASTELLANI.
Poco observado ha pasado este año el cincuentenario de la muerte del nombrado CURA BROCHERO y el centenario de su ordenación clerical. Sin embargo el departamento oficial lo recordó con un acto muy digno en el Correo Central, con una nutrida y amena conferencia del poeta cordobés (Gaspar Pío) DEL CORRO, y con la emisión de un sello postal con que las energías facciones del criollo de linaje castellano, popularmente “CURA GAUCHO”. El cura gaucho fue un santo y una de las puras siluetas de nuestra historia.
Tres santos solamente ha habido en nuestro país (olvidando dos incanonizables) que son el CURA BROCHERO, el Obispo ESQUIÚ y la Beata ANTULA.
JOSÉ GABRIEL DEL ROSARIO BROCHERO y DAVILA nació en 1840 en el puesto campestre Carreta Quemada, y no en Santa Rosa como reza su fe de bautismo, conforme ha puesto en claro el último de sus biógrafos, P. ANTONIO AZNAR S. J. Este misionero - que ha seguido los pasos del otro misionero serrano no sólo con su pluma sino con su vida – produjo en 1951 una biografía de la cual dijo Monseñor de la Rioja que era la primera excelente; no reparando quizás en la escrita antes por Don RAMÓN CÁRCANO, nada despreciable. Primero de todos MARTÍNEZ ZUVIRÍA en su prístina novela FLOR DE DURAZNO había revelado (con el nombre transparente de FILOMÓN ROCHERO) la pintoresca y pertinaz tradición oral cordobesa acerca del cura gaucho – y canónigo de la Catedral y maestro de Filósofo – que ha servido a AZNAR para reconstruir su heroica VIDA. Acaba de hacerlo en una nueva biografía más brece, que es amena, exquisita, completa; elegantemente editada por el Colegio Sagrada Familia (Bouchardo 260) de Córdoba. La habían precedido, además de la susodicha, una serie de monografías sobre puntos particulares, recopilados en 20 años de viajes misionales, a saber: “El Padre Brochero y la Beata Antula”; “Las dos banderas y el Cura Brochero”; “Los “caranchos” y el Cura Brochero”; “El Cura Brochero y la Eucaristía”. También pertenece a esta bibliografía incompleta el enjundioso ensayo filosófico BROCHERO de VIDAL FERREYRA VIDELA, Buenos Aires, 1964, edición del autor. Su vida y su recia figura están resumidas insuperablemente en aquel libro. Ordenado sacerdote, fue mandado de cura a San Alberto más allá de Pampa de Achala – cordillera de 2.000 metros que había que trasponer a mula -. Allí emprendió la construcción de la Iglesia, fue desairado por el vecindario, y se puso él mismo de albañil y maestro de obra. Allí se quebró una pierna al bajar una cuesta trayendo una viga a cinchas. Lo mismo hizo después en el Tránsito – Iglesia y Casa de Ejercicios – pueblo de su curato que se volvió su centro de operaciones y hoy lleva su nombre. Cuando los indolentes criollos vieron alzarse las paredes por milagro, se desperezaron, y empezaron a ayudar a porfía a cambio de caña y yerba; y es fama qe hasta abogados, médicos, sacerdotes y legisladores que venían de visita, contagiados echaban una manito; y que mujeres serranas con sus guaguas a cuestas traían cal viva a pie y en árganas de la canteras de Panaholma. El caso es que los edificios de “El Tránsito” calculados por los ingenieros de JUÁREZ CELMAN en 400.000 pesos los hizo DON GABRIEL con 52.000… de limosnas; conseguidas con lágrimas algunas veces.

*** Dinámica Social revista, nº 151, Noviembre-Diciembre de 1964. Buenos Aires, Argentina.
LEONARDO CASTELLANI CRITICA LITERARIA NOTAS A CABALLO DE UN PAÍS EN CRISIS, EDICIONES DICTIO, BUENOS AIRES, páginas 445-451.

1 comentario:

  1. El Cura Brochero fué un personaje casi demasiado visto en el sureste Pampeano, andaba el un sulky y se llegaba a las estancias y puestos de visita cuando menos lo esperaban, no llevaba más que su alma. Mis abuelos sabían recibir la visita de este cura que se quedaba dos o tres días para conversar de bueyes perdidos. Les enseñaba catecismo a mis tias que eran muy jóvenes, adulaba a mi abuela en la cocina y utilizaba una frase muy entradora en cada visita. Cuando lo invitaban a bajarse decia; ¡bueno, le voy a agradecer un café grande en taza chica!, con ese chiste tenía las puertas abiertas. Mi abuelo que era ateo conversaba largas horas con Brochero, porque siempre quiso escuchar otras opiniones y los dos eran muy ilustrados. Creo que les dio la comunión a algunas de mis tias en el campo. La estancia donde hago referencia se llama "Estancia San José" (aun está con ese nombre) y queda en el camino de tierra que va hacia Cuchillo Có desde la 35.

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La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.