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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

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“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

miércoles, agosto 19, 2015

La maquinita de juguete que fue vital para el auge del Valle.

Los tres equipos ferroviarios fabricados en Gran Bretaña sirvieron para la construcción de la obra del siglo XX. Una se usa para recreación, otra se expone en el dique y la tercera se atesora como reliquia.
Es difícil imaginar que ese trencito de la alegría, que sirvió de escenografía fotográfica a muchas generaciones, y de baño público a tantos desaprensivos, fue un elemento vital en la construcción de la matriz productiva del valle. Es que en esa trochita angosta en la que miles de niños neuquinos jugaron a ser maquinistas por un rato, se trasladaron muchos de los materiales para construir el dique Ballester.
Se trata de máquinas trillizas. La más visible está pintada de arco iris en el Parque Central de Neuquén capital, en el ala oeste a la vera del pasaje Vecinalistas Neuquinos. Está en el medio de toboganes y hamacas, y desprende un fuerte olor a orines, la clara muestra de que no a todo el mundo le interesan los patrimonios históricos.
Sus "hermanas" corrieron con mejor suerte, porque están más cuidadas y mantuvieron incluso fisonomía y color.
Una de ellas es patrimonio del parque histórico del Dique Ingeniero Ballester, y estuvo custodiada siempre por personal del Departamento Provincial de Aguas (DPA). Negra y con un halo de leyenda, parada con algunas vagonetas atrás, está estacionado abajo del dique que supo ayudar a construir, en un espacio verde para que los curiosos la vean de cerca.
La otra, también en mejores condiciones que la neuquina, pero con claras rastros del paso de los siglos, está guardada en uno de los galpones de la empresa Moño Azul, en Vista Alegre Norte.
Todo un misterio rodea a estas trochitas angostas, máquinas a vapor que en la primera década del siglo XX llegaron desde Buenos Aires (son de origen inglés, lógicamente) para sustituir a los 200 caballos de pecho que trasladaban las vigas, áridos, cemento y todo lo necesario para la construcción de una obra vital para el desarrollo definitivo de la fruticultura: el dique, la boca toma y el Canal Principal de Riego.
Llegaron en 1910 para esa construcción que cambió el eje de toda la población regional y se mantuvieron en actividad hasta mediados de los 30. Entonces, salieron de servicio.
Dos máquinas quedaron en la zona de Ballester y fueron rescatadas, una por el DPA y la otro por Moño Azul, que la compró "como reliquia".
La de Neuquén capital recién se hizo visible en los 80, cuando la intendencia estaba a cargo de Jorge Sobisch y esas tierras del denominado casco histórico pertenecían a la colonia ferroviaria. Nadie sabe a ciencia cierta si la compraron o fue una donación. Sí que estaba "bien deteriorada" y que le soldaron fierrerío al por mayor.

"Esas maquinitas hicieron un trabajo extraordinario. Imaginate que en esa época, en 1910, todo los materiales se acarreaban con caballos. Con ellas se hicieron nada menos que 130 kilómetros de canal, desde Barda del Medio hasta Chichinales. Una obra que ocupaba a la mitad de la población del valle en esa época. Por eso es una lástima que no sean patrimonio histórico", lamentó Horacio Zúñiga, quien supo estar durante siete años al frente del museo del Riego y que actualmente es secretario de Gobierno de Contralmirante Cordero.
Lo llamativo del caso es que no existen registros oficiales que hablen de esta trochita angosta de 60 centímetros de ancho que usan los chicos para sacar fotos y que muchos creían que siempre había sido de juguete.
En el municipio depende de Espacios Verdes pero nadie conoce su origen, cómo llegó allí y quién la donó o vendió. Tampoco en Arbolado, en los museos o en el sector de Mantenimiento.
Sólo en el Archivo Histórico supieron ofrecer algunos detalles de una historia que parece un rompecabezas.
Ni siquiera en la Fraternidad conocen el "ADN" de esta maquinita que divirtió al menos a dos generaciones en un lugar emblemático que hasta la década del 80 estaba tapiado y que dividía a la ciudad en dos.
Publicado en Diario "Río Negro", 17 de agosto de 2015. 
Las imágenes pertenecen a la misma nota.

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