Dice Juan Bautista Alberdi
desde fue y es silenciado por "la historia oficial" de
Bartolomé Mitre.
Juan B. Alberdi anotó sus cuestionamientos a la oligarquía
bonaerense y su visión de la historia y la sociedad. Es un ausente y un maldito
que vivió su largo exilio que empieza en Uruguay, sigue en Europa, luego Chile
y culmina sus días en en Neuilly-sur-Seine, un suburbio de París, Francia, el 19 de junio de 1884 abandonado en
un hotel insignificante, en una piecita donde apenas cabía la cama, donde
encontraron sus restos envueltos en sábanas sucias y sus efectos personales
habían sido robados por el personal del hospedaje.
Sufre castigos en vida y después de muerto donde el director
del Museo Histórico Nacional se niega incorporar reliquias alberdianas al
patrimonio de la institución y lo decide el diario "La Nación" que es quien expide o niega el Olimpo de los
próceres.
"Si la historia la escriben los que ganan, eso quiere
decir que hay otra historia, la verdadera historia, quien quiera oir que
oiga" canta Litto Nebbia.
Fue por abril de 1934 que una comisión empieza los trabajos
de un monumento que demoran unos 34 años en plaza Constitución. Será recordado
como el autor de las Bases y El crimen de guerra (dos obras memorables) lo demás será publicado pero pasan a ser "obras olvidables"...
Pensaba Alberdi: “Falsificar la verdad de la historia, cada
vez que no es lisonjera, cambiar el sentido de los hechos, agrandar lo que es
chico, achicar lo que es grande, no es hacer un servicio al país y mucho menos
de instrucción de la juventud, llenándola de falsas noticias…”
“Mitre hace a Belgrano el inventor de los colores nacionales
en 1812, Saavedra dice, sin embargo, que el 25 de Mayo de 1810, el pueblo
reunido en las plazas de Buenos Aires, llevaba esos colores. Belgrano no se dice inventor, sino que los mandó a
llevar a su división”.
“Con la bandera española o realista, se hizo la revolución
de Mayo de 1810; con ella hizo Belgrano las campañas de Paraguay y Montevideo;
con ella hizo las campañas del Norte, y en la batalla de Tucumán no flameó la
bandera azul y blanca. Los argentinos de hoy son bolivianos, no la han conocido
jamás, sino derrotada en Vilcapugio y Ayacucho, fueron las primeras banderas
americanas que vieron victoriosas y las debieron su independencia.
En Chile se desplegó la bandera argentina; en el Perú volvió
a desaparecer. San Martín la sustituyó por la del Perú…”
“Los colores argentinos, como el pueblo argentino, son de
origen español. Los lleva la Orden de Carlos III y los lleva la Reina misma en
la banda que atraviesa diagonalmente su pecho como distintivo soberano.
Se diría que el pueblo argentino se los apropió junto con su
soberanía… los patricios los llevaban según Mitre (pag. 250) desde las
invasiones inglesas, 1806 y 1807. En tiempos y jornadas en que el pueblo de
Buenos Aires moría en las calles por su rey…
La usó el pueblo, el 25 de Mayo de 1810, por indicación de
French, como signo de adhesión al cambio de gobierno.
Y agrega en sus conclusiones: “Decir estas verdades al
pueblo argentino, no es desencatarlo por un movimiento maligno. Es hacerle que
se conozca a sí mismo, y que conozca el verdadero origen y el verdadero valor
de su grande y fecunda revolución”.
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