MUJERES EN LA TIERRA PATAGÓNICA.
"Tengo dos edades", dice María Luisa, de 81 años de Las Ovejas de Neuquén.
Comerciante y concejal, luchó por su comunidad. "Qué más puedo pedirle a la vida", comenta la vecina.
[Nota del Diario Río Negro, 21 de mayo de 2011.]
María Luisa Vázquez no sólo es una vecina de Las Ovejas: también es un ejemplo digno de imitar. Tiene 81 años y en su vida ha hecho de todo: ama de casa, acompañó a su marido en los quehaceres del campo, trabajó planchando y lavando ropa, atendió dos comercios, crió catorce hijos, fue promotora social en una época donde los recorridos se hacían a pie o a caballo y como si esto fuera poco estuvo ocho años en el cargo de concejal.
María Luisa tiene una lucidez increíble y son muchos los aspectos que la hacen una mujer muy especial.
"Tengo dos edades", dice al iniciarse la entrevista. "Nací el 8 de septiembre de 1928 pero me anotaron el 20 de enero de 1930" y esta última la que quedó registrada por lo que cuenta con 81 años.
Nació en Bella Vista -cerca de Las Ovejas- y allí pasó parte de su juventud. A los 25 años se casó y se trasladó al paraje Los Quiques donde vivió muchos años.
"Vivimos de unos pocos animales y luego nos fuimos a Manzano Amargo donde tuvimos un negocio que trabajaba en verano y de donde sacábamos la plata para comprar los alimentos para todo el invierno, porque nevaba y no había más caminos así que había que tener provisiones para toda la temporada".
Recuerda que muchos de esos alimentos eran comprados en San Fabián de Alico y San Carlos, en el vecino país de Chile.
Luego junto a su familia estuvieron viviendo el Cuyinco donde trabajaron un comercio a medias con su cuñado Rosamel Navarrete.
"En 1960-1961 trabajaba el negocio en Manzano Amargo con mi marido y cuando ya tenía tres hijos en edad escolar y el pueblo de Las Ovejas se comenzaba a formar me venía a este lugar para que mis hijos estudiaran", cuenta y recuerda que de lo contrario tenían que caminar 7 kilómetros para llegar a la escuela.
"Cuando mi marido se iba con los animales a la veranada yo venía a Las Ovejas donde trabajaba en la escuela lavando y planchando a la directora y vivía en una casa prestada por Adelaida Merino donde pasaba el verano y luego, en el invierno, me iba a mi casa de campo".
Tuvo catorce hijos, ocho de los cuales murieron "de chicos", sostiene. Dice que para esa época no había médicos y si los chicos se enfermaban había que recurrir a las yerbateras o al consumo de yuyos medicinales pero no era la óptimo. "Además vivíamos en una casa rancho, con adobe, piedras y varillas en tierra", explica.
A pesar de ello siguió adelante y hoy de sus cinco hijos dos viven en Las Ovejas, dos en Andacollo y uno en Neuquén.
Unos años antes de 1983 comenzó a trabajar en política de la mano de la familia Urrutia y de Felipe Sapag y ya para ese año le dieron el trabajo de promotora social de la municipalidad.
"Me tenían confianza y aprecio, pero además sabían que necesitaba el trabajo, tenía hijos que alimentar y criar", sostiene.
Durante ocho años recorrió el norte neuquino, detectando en los puestos rurales las necesidades de la gente, en una época donde esos recorridos se hacían caminando o a caballo.
El detalle de las necesidades eran canalizadas a través de Chos Malal y así "la gente tenía lo que necesitaba", recuerda María Luisa.
Luego fue electa concejal, transformándose en la primera mujer concejal de la localidad y más tarde reelecta por cuatro años más.
Ahora vive en su hogar donde dice es feliz. "Que más puedo pedirle a la vida, vivo aparentemente sola, pero tengo a mis hijos -que son una maravilla- a mi alrededor permanentemente". Y agrega: "Mi familia me visita, me quiere, me cuida, tengo 26 nietos y 8 bisnietos, vivo completamente feliz y disfruto de la vida, me acuesto tarde y me levanto tarde", relata con una alegría que le brota de la mirada.
.....
Y LA YAPA DEL BLOG UNA NOTA SOBRE
"Fiestas que testimonian fe y cultura popular".
Las Ovejas cuenta con dos fiestas que dan testimonio de la fe y la cultura de un pueblo: por un lado la Fiesta de San Sebastián, patrono de los crianceros, que se celebra el 20 de enero y por otro la Fiesta de la Lana y la Cueca en la primera quincena de diciembre, donde se pueden apreciar destrezas criollas, concurso de esquila, cantoras populares y degustar comidas típicas.
La Fiesta de San Sebastián es sin lugar a dudas el evento religioso de mayor relevancia en el norte neuquino. Comienza el 11 de enero y culmina el 20 del mismo mes, oportunidad en que miles de files llegan a este lugar para rezar la novena, venerarlo, agradecerle los favoreces recibidos o pedir como trabajo, salud y bienestar para la familia.
Entre otras actividades hay misa, bautismos, el fogón de la hermandad, la velación y la peregrinación al santo, patrono de los crianceros trashumantes del norte neuquino y "mártir de la Iglesia".
La devoción al santo se remonta a fines de 1.800 cuando las familias que emigraban de Chile hacia el norte neuquino trajeron consigo la devoción a San Sebastián.
Desde entonces miles de fieles y peregrinos de distintos puntos de la provincia, del país y también de provenientes de Chile llegan a Las Ovejas para manifestar su fe.
Por otra parte, en diciembre, esta localidad del norte neuquino celebra la Fiesta de la Lana y la Cueca, un evento que intenta revalorizar las actividades y costumbres del hombre de campo.
Allí se puede escuchar el canto popular de las cantoras de cuecas, tonadas y valsecitos, apreciar el trabajo de los artesanos de la lana (lavado, escarmelado, hilado y teñido) y la exposición de prendas como ponchos, matras, medias, fajas y peleras. En la fiesta hay concurso de esquila, además de destrezas criollas y degustación de comidas típicas, además de espectáculos folclóricos y musicales
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.