Esta noticia argentina sobre la Cámara de Diputados de la Nación Argentina me llega por correo electrónico sobre "la labor" del Honorable cuerpo...
La denominada anti-política es funcional a la corrupción, la mala gestión y el ruinoso sistema que padecemos. No es solución borrar la política y que lo mejor sería borrarla de cuajo, ni entrar en el pecado de la generalización que nivela en forma injusta a los que hacen con responsabilidad donde se mezcla "el burro con el gran profesor" en el mismo lodo de la decadencia todos manoceados y mezclados.
Acá HACE FALTA POLITICA, NO NOS SOBRA.
Lo que soportamos,a cotidiano, no es política, sino su degradación.
DIPUTADOS PARA UN TRISTE RECORD "GUINNESS".
La Cámara baja concretó sólo 4 sesiones en lo que va de 2011 y podría alcanzar los 75 días consecutivos sin funcionar. Ahora se entiende porque el 40% de los electores no quieren presentarse a votar.
El Congreso parece más paralizado de lo normal. En Diputados existe una no muy alta frecuencia de reuniones de comisión y la cantidad de sesiones roza el récord de inactividad. En el caso de la Cámara baja, hasta ahora sólo se reunieron cuatro veces, cifra muy distante de lo conseguido en 2006 con 33 reuniones.
La cantidad mínima de sesiones de este año recuerda lo sucedido en 2009 cuando hubó únicamente 12 sesiones en todo el período ordinario. En años regulares, era usual superar la cantidad de al menos 10 encuentros legislativos en el primer semestre.
Por otra parte, el presente período Nº 129, cuya última sesión fue el miércoles 1 de junio, tampoco pudo ver realizada una promesa: sesionar al menos dos veces por mes.
Un dato que llama la atención es que cuando algún tipo de comicio coincide con un período ordinario, éste se ve afectado por los intereses políticos, dado que muchos de los legisladores apuntan sus cañones a la campaña en lugar de asistir a reuniones de comisión o de sentarse en la banca por la que fue elegido.
Si bien en los escasos encuentros se lograron tratar varios temas importantes -medicina prepaga, fábricas recuperadas, lavado de dinero, software, entre otros- aún está pendiente un tema que requiere atención urgente, el proyecto de emergencia económica por las cenizas volcánicas. La norma ingresó en Diputados, con media sanción del Senado, el 8 de junio.
La autora del proyecto, Alicia Cornelli, expresó: "Como diputados tenemos la obligación de tratar las leyes que realmente necesita la ciudadanía sin convertir el recinto en una herramienta más de campaña". "No quisiera creer que es una maniobra mediática que termine frustrando el pronto tratamiento de la emergencia", opinó Comelli.
En esta línea, los diputados de la oposición representados por Ricardo Gil Lavedra, Juan Pedro Tunessi y Silvana Giudici (UCR); Federico Pinedo y Gabriela Michetti (PRO); Patricia Bullrich (CC); y Gustavo Ferrari (Peronismo Federal), reclamaron sesionar de manera extraordinaria el próximo miércoles 20, pero no hubo acuerdo con la oposición.
Los legisladores aclararon que será muy dificil alcanzar la cifra de 129 diputados presentes necesarios para lograr el quórum e iniciar la sesión. ¿Las razones? La imposibilidad de viajar para algunos de ellos precisamente por las cenizas suspendidas en aire, las elecciones nacional y provinciales, que haya pocos temas de gran impacto como para ser utilizados con fines eleccionarios y, claro, el receso por invierno.
La agenda y el calendario de las semanas por venir indican que el recinto no abrirá sus puertas "hasta después de las primarias del 14 del próximo mes", según estima el diario Ambito Financiero. De esta manera se llegaría a los 75 días consecutivos sin sesión de Diputados Nacionales.
Hace unos cinco años el reginense Carlos Schulmaister publicó este artículo sobre la calidad y productividad legislativa parece que fuera ayer nomás que agrego a la noticia.
Y lo republicano es una mueca de lo que debería ser y, sigue siendo,un pálido y triste reflejo.
CALIDAD Y PRODUCTIVIDAD LEGISLATIVA por CARLOS SCHULMAISTER.
“Teóricamente diputados y senadores son los representantes del pueblo que discuten, elaboran y aprueban las leyes que la sociedad requiere para el inexorable futuro de grandeza al que se halla “condenada”. En cada elección los candidatos prometen trabajo y más trabajo y aducen ser distintos y mejores, por eso la sociedad duerme tranquila por un tiempo esperanzada en que “entre todos” la patria saldrá adelante.
Los maledicentes aseguran que trabajan poco, faltan a las sesiones, viajan, siguen haciendo política, etc, y los defensores corporativos alegan que el trabajo fino y sesudo es el de las comisiones., pero precisamente por eso deberían garantizar que poseen un minimum de las condiciones presumiblemente necesarias para el cargo.
“Es que los bloques tienen los asesores que se te ocurran”, responden prestos, olvidándose de sus carencias. Ciertamente, los asesores serían útiles si cumplieran horarios y tareas específicas regularmente.
En suma, la calidad de los proyectos refleja la cualificación de los legisladores en general juntamente con la de los asesores a su servicio. Y todos juntos a nuestro servicio.
El deber de dar a publicidad los actos de gobierno y el derecho al libre acceso a la información nos llevó a dar un paseo por Internet visitando al azar algunos links de proyectos de legisladores. Omitimos sus apellidos para resaltar la obra y no los autores; sólo interesan como emergentes de una manera de hacer política: la que todos conocemos, la de siempre.
Proyectos que “hacen historia”
Repasando los proyectos presentados, evidente fruto del cacumen de los legisladores, asombra el alto porcentaje de muy bajo nivel y absolutamente prescindibles.
Declaraciones de interés, de interés público o de interés nacional aplicadas a la realización de un curso X o de un encuentro deportivo en algún lugar del país; a la apertura de una feria o exposición; a la celebración de los actos del aniversario de fundación de una escuela, un banco, o una ciudad; a la creación de una carrera en un instituto de cualquier lugar de Argentina, etc.
Declaraciones de interés parlamentario por la realización de cursos, encuentros o congresos; declaraciones de interés educativo y cultural por la realización de actividades habituales propias de esos campos; alguna, declarando de interés la inauguración de una sala de cine en una base antártica; la realización de una antología por un taller literario; la declaración de interés del Día del Agua 2006; de la Feria Internacional del Libro; de un certamen; declaraciones de interés turístico, etc.
Proyectos de declaración expresando satisfacción o beneplácito por un triunfo deportivo; por una donación; por el aniversario de una universidad; por la reedición de un libro; por el crecimiento de la recaudación impositiva en una provincia; por la realización de actos o certámenes; por los premios del concurso de novelas de un diario argentino; por los anuncios del IRA sobre la finalización de sus actividades militares; por los logros de alumnos de una escuela en eventos escolares; por informe favorable a la Argentina de un organismo internacional; por logros particulares de ciertos ciudadanos; por medidas adoptadas por organismos públicos de jurisdicción municipal; por la ratificación del Protocolo de Kyoto por el Parlamento ruso; por el récord histórico de exportación de muebles de una provincia; por la modificación del régimen horario adoptado por varias provincias; por la instalación de una empresa en una provincia; por las medallas obtenidas por determinados productos argentinos en el exterior; por el accionar de la Prefectura Naval Argentina. O las declaraciones de beneplácito y reconocimiento a la policía por haber rescatado a una persona determinada; de satisfacción por medidas tomadas por el Poder Ejecutivo; de reconocimiento al desempeño del cuerpo de artillería de marina; etc.
Declaraciones de homenaje a las víctimas del genocidio armenio o a las de un desastre climático; o a Fulano de Tal en un nuevo aniversario de su nacimiento; a Juan Perón; a la CGT, etc.
Las hay declarando adhesión al aniversario tal o cual; al Día Internacional de la Lengua Materna; al Día Mundial de… o a cualquier otro; a la conmemoración de X años de existencia de tal o cual organismo público, empresa privada, escuela o ciudad.
Un día un proyecto de declaración repudiando la subasta en Nueva York de huevos fósiles de dinosaurios neuquinos y otro día uno expresando beneplácito por la suspensión de aquella; primero un proyecto expresando preocupación por las actividades nucleares de Corea y después otro expresando beneplácito por la suspensión de las mismas.
Declaraciones de apoyo a próximas actividades culturales, educativas, deportivas, comerciales, etc., en algún lugar del interior y después otro proyecto expresando beneplácito por su realización; otros solicitando la confección de sellos postales para adherir a la conmemoración del aniversario de una ciudad, o bien la acuñación de una moneda conmemorativa.
Luego los proyectos de comunicaciones informando a la cámara, a los otros poderes o urbi et orbe, acerca de tal o cual acontecimiento o nómina de autoridades, etc. Proyectos de declaración expresando preocupación por esto o aquello; o repudiando la muerte de X persona o los atentados en Gran Bretaña, Egipto o San Luis, o las agresiones a un colega de la cámara, o rechazando sus expresiones o las de alguien de cualquier lugar del mundo; rechazando actitudes discriminadoras y racistas de los simpatizantes de un club de fútbol; expresando pesar por esto o aquello; expresando incondicional apoyo al presidente de la nación por todo, o por la ejecución de un proyecto determinado.
Otros proyectos proponen la declaración como día nacional de cualquier cosa, como por ej. el Día Nacional de la Ballena, o agregando un segundo nombre a la Isla de los Estados; creando premios ad hoc para instituciones públicas o privadas; otorgando subsidios a una asociación cooperadora; o adhiriendo a la conmemoración de la formulación de la teoría de la relatividad (sic).
Luego restan los temibles proyectos de pedidos de informes de los tribunos de la república (¡tiemble el Poder Ejecutivo!) acerca de tal o cual medida o situación en cualquier lugar del país, en su mayoría destinados al cajoneo siempre y cuando sean respondidos en tiempo y forma.
Estos proyectos suelen presentarse con la firma de varios legisladores; todos son aprobados y la mayoría se extingue allí, mientras unos pocos continúan el trámite legislativo.
Los más de trescientos legisladores de ambas cámaras no pueden sustraerse al encanto de estos engendros, por lo visto considerados como el desideratum de la tarea legislativa. Multiplíquese esta producción por los años de permanencia en la función de cada legislador, renovándose anualmente con otros aniversarios, certámenes, inauguraciones, celebraciones y emergencias que motivarán a los representantes de todos los bloques -cada uno para no ser menos que los otros- a manifestar al mundo su opinión, su entusiasmo, su pesar, su preocupación, sus apoyos o sus rechazos por cada menudencia de ese tenor. Algo que eriza la piel por la delicada sensibilidad de los señores representantes.
Luego multiplíquese esta hojarasca por todas las legislaturas provinciales y la de la ciudad de Buenos Aires y se tendrá un nuevo punto de vista para juzgar la calidad de las instituciones en Argentina. Puesto que los ciudadanos no pensaron que sus representantes se ocuparían de tales minucias cabe considerar entonces la baja calidad institucional del Congreso Nacional, la jurisdicción más importante, no sólo en este aspecto -hay otros más penosos- sino también por su baja productividad que acarrea el encarecimiento de la actividad legislativa atendiendo a esa masa impresionante de legislación potencial superior que no es realizada al ser desplazada por la mala moneda de la normatividad habitual.
No hay forma de monitorear las gestiones de los representantes, de evaluarlas y de intervenir para corregirlas, ¡y vaya si hay motivos para ello!; ni tampoco existen mecanismos constitucionales ni informales para que “rindan cuentas” claras. Sólo quienes intentan repetir un mandato legislativo publicarán un folleto de propaganda con la cantidad de proyectos presentados.
Claro que hay representantes de fuste, inteligentes, inclaudicables e insobornables, que trabajan y presentan proyectos de calidad, pero los que abundan son los descriptos. Un año atrás los argentinos se anoticiaron de que en Diputados se aprobaron más de quinientos proyectos en maratónica sesión. La primera reacción pública fue de indignación, creyendo que se debía al trabajo acumulado de los representantes por no cumplir con su trabajo y que de ese modo se habían tomado a la ligera importantes negocios de la república.
La próxima vez que ello suceda sonrían. Si quieren llorar, lloren.”
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