RESEÑA DE HISTORIA DE LA COOPERATIVA EL VALLE A SUS 50 AÑOS DE LA CREACIÓN UN 21 DE ENERO DE 1961.
Hace unos cincuenta años atrás, el 21 de enero de 1961 el Estado Nacional se desprendía del transporte de pasajeros. Desde el año 1948 el transporte de la región estaba en manos de una Corporación de Transporte de Pasajeros, denominada Autorrutas Argentinas Zona Sud, una empresa que surge bajo el gobierno del Gral. Perón que estatizó este tipo de servicios que estaban estaban bajo la administración de los ingleses. En el año 1960 por deterioro de estos servicios se procede a la liquidación de dicha entidad. Es durante el gobierno de Arturo Frondizi que al ser servicios deficitarios y se alienta la formación de cooperativas de trabajadores. Es entonces que ex integrantes de la fallida deciden formar cooperativas de transportes.
Además de “El Valle” nacieron otras empresas como “Perito Moreno”, “Los Lagos” y “El Cóndor”.
De entre los cuales 89 de ellos constituyen EL VALLE Ltda. el 21 de Enero de 1961 de los cuales desertan dos y quedan 87 socios que habían sido hasta entonces choferes, guardas, técnicos, mecánicos, administrativos sin ninguna experiencia en el manejo de una empresa de transporte.
El 21 de Enero de 1961 (han pasado 50 años) el Presidente de la República Argentina, Doctor Arturo Frondizi, por decreto le concede la explotación de las prestaciones que hasta entonces operaba Autorrutas en las secciones del medio y alto valle de Río Negro. Mediante Resolución Nª 8/61 le fueron otorgadas a esta cooperativa – con asiento y cabecera en Gral. Roca - líneas nacionales a destinos tales como Neuquén, Cutral - Có, Zapala, Piedra del Águila, Comallo, Jacobacci, Santa Rosa (La Pampa ), Villa Regina, Chinchinales y Choele Choel, a las que sucesiva y paulatinamente le fueron autorizadas otras como Neuquén – Bahía blanca, Bahía Blanca – Río Colorado, Bahía Blanca – Zapala y las de mayor distancias como Buenos Aires – Bariloche, Buenos Aires – San Martín de los Andes y Buenos Aires – El Chocón. Por su parte el gobierno de Río Negro le concedió líneas provinciales que con origen en Choele – Choel lo eran con destinos a Luis Beltran, Pomona y Chimpay a las que más tarde se le sumarían trazas desde Cipolletti a Bariloche, Viedma, San Antonio Oeste y Las Grutas.
La Terminal se levantó en Italia y 25 de mayo, con andenes diferenciados para corta y larga distancia dicha Terminal fue vendida como parte de la quiebra y hoy se levanta un hipermercado en la ciudad de General Roca.
En 1982 EL VALLE LTDA. se transforma en S.A., figura jurídica que mantendrá hasta el año 1998 en que, dificultades de orden económico mediante, la llevan a su quiebra y venta en remate judicial de lo único que le quedaba: su nombre. Es en ese momento cuando – inserta desde el año 1990 en la región del Nahuel Huapi como operadora de transportación turística y luego comprometida desde el 92 con los habitantes de aquellas latitudes rionegrinas brindándoles un nuevo tipo de servicio denominado Ejecutivo – la Empresa vía Bariloche SRL. asume la responsabilidad y compromiso con el Estado para continuar la atención de las trazas caducadas a aquella extinguida operadora.
"El Valle", a 50 años del comienzo de una aventura.
Trabajaban para el Estado nacional y tuvieron que armar una cooperativa para hacerse cargo del transporte de pasajeros en la región. Vivencias en primera persona de cinco de aquellos pioneros que afrontaron el desafío con coraje y entusiasmo, pero sin dinero.
Cincuenta años atrás, el 21 de enero de 1961, el Estado nacional se desprendía del transporte de pasajeros y se ponía en marcha la Cooperativa "El Valle" Limitada, formada por trabajadores que habían quedado en la disyuntiva de aceptar una indemnización o agruparse y prestar esos servicios en forma independiente, comprando el material rodante.
Desde 1948 el transporte de pasajeros en la región estaba en manos de Autorrutas Argentinas, Zona Sud, una empresa del Estado nacional surgida durante el gobierno de Juan Perón, que también estatizó los servicios junto con los ferrocarriles, hasta entonces en poder de los ingleses. El gobierno de Arturo Frondizi, con Álvaro Alsogaray como ministro de Economía, decidió desprenderse de esas empresas, que arrojaban déficits multimillonarios, y alentar la formación de cooperativas de los trabajadores.
Así, además de "El Valle" nacieron las empresas "Perito Moreno", "Los Lagos" y "El Cóndor".
Los 89 socios que la conformaron habían sido hasta entonces choferes, guardas, mecánicos, técnicos, administrativos, pero ninguno tenía experiencia empresaria. En los primeros meses desertaron dos de los flamantes cooperativistas, reduciendo a 87 el número de socios.
Cinco de aquellos socios iniciales, María del Carmen Rodríguez, José Mobarac, Rodolfo Cerquetti, Antonio González y Oscar Meriño, recordaron ante "Río Negro" los desafíos de entonces, que convirtieron a la empresa en verdadera pionera en el transporte de la región.
"En 1959 empezamos a negociar la formación de la cooperativa. Llegaron a hacer una reunión en Buenos Aires, con cámaras de televisión, para presentar el momento que firmábamos la creación de la cooperativa, pero dijimos 'no, o nos dan la línea a Zapala o no firmamos'. Ellos insistían en que 'no, es de Neuquén'.
'Pero la hicimos nosotros', alegamos. Hicieron venir al gobernador de Río Negro, (Edgardo) Castello y la ganamos", recuerda Cerquetti, chofer y primer presidente de la flamante empresa.
"Del precio inicial de 83 millones de pesos, terminamos sacándola en 33 millones, a pagar en diez años, sin interés y sin edificios", sostiene.
"El problema es que nacimos sin un peso de capital, porque el Estado no nos indemnizó a nosotros, Por el contrario, había que poner 9.000 pesos para depósito de garantía", recuerda "Tito" Mobarac, también chofer.
"Meriño, Ángel Guerrero, yo, la mayoría con la propiedad particular nuestra avalábamos esa garantía. Con los años te das cuenta que realmente éramos unos locos", remata Cerquetti.
Inicialmente hacían las líneas a Neuquén, Regina, Zapala, Piedra del Águila, con combinación a San Martín de los Andes y Bariloche, Comallo, Jacobacci. "Había muchas roturas en los ómnibus porque los caminos eran malos. Si hoy, con el pavimento, un ómnibus dura cinco años, en aquella época, con esos caminos duraban dos. También había que hacer servicios de fomento como hicimos en una época la línea Comallo-Viedma", ejemplifica Mobarac.
"En Buenos Aires no entendían cómo no se podía llegar a Bariloche en el día, pero las rutas eran de tierra y había que pasar dos balsas, Senillosa (que se hundió cruzando con un colectivo) y Collon Cura que sólo funcionaban con luz diurna, había que hacer noche en el camino", señala.
Cuando empezó la cooperativa tenía 14 colectivos en marcha: 8 Leyland, un Leyland Comet y 5 Mercedes Benz, y un parque que más que duplicaba esa cifra, inmóvil por roturas de todo tipo. A las dos empresas, Mercedes Benz y Leyland, les pidieron el envío de técnicos que les permitieran poner en marcha una gran cantidad de máquinas, virtualmente abandonadas, y que capacitaran al personal de la cooperativa. Un año después, marchaban 14 Leyland, 2 Leyland Comet y 17 Mercedes Benz.
"Los coches no tenían calefacción y en invierno el frío era tremendo. En la ruta a Zapala, con el serrucho se abrían las ventanillas, así que de Arroyito para allá parábamos, hacíamos bajar a los pasajeros y hacíamos fuego. Nos calentábamos un poco y después seguíamos", dice Mobarac.
"Había veces que a Viedma llevábamos 30 pasajeros y eran 30 comisarios, porque hacían bajar a los comisarios del Valle y todos iban con pase gratuito", dice Cerquetti.
"La línea a Bahía Blanca nació de un paro del ferrocarril. La huelga llevaba varios días, y la gente que no tenía vehículo propio (que era la mayoría) no podía viajar, así que pusimos dos Leyland Comet en la puerta del hotel Toscano (Italia y Tucumán) y se llenaron enseguida. Nos hicieron bajar a Viedma y nos dice (el gobernador) Castello 'ustedes están locos'", recuerda Cerquetti.
"'No, le dijimos, y ahora no la sacamos más'. Al final nos dieron la línea en forma definitiva".
Por entonces hacia el Este el asfalto de la Ruta 22 llegaba sólo hasta Regina, de ahí en adelante todo era tierra. Para el Oeste, la cinta asfáltica se extendía hasta Neuquén.
Coinciden en que "nos ayudaron mucho para concretar la cooperativa" y mencionan al entonces senador José Enrique Gadano, quien le encomendó a Norberto Blanes el armado de la empresa, pero también recuerdan que esa ayuda no alcanzaba a la parte financiera.
"Uno de los agravantes fue que en el primer período pagábamos cuotas un año o dos y las últimas las pagábamos a lo mejor con un boleto a Cervantes. Pero después cambió la ley, había que actualizar los pagos y se nos complicaba. En verano hacíamos buena recaudación, pero en el invierno bajaba a la mitad", recuerda Mobarac.
"Pedíamos créditos, debíamos diez pesos, no se podían pagar y terminaban siendo cien. Todo lo que se podía recaudar era para pagar sueldos, gastos. No como cuando se hace una empresa de socios que ponen un capital", acota María del Carmen Rodríguez, jefa de Personal al iniciarse la empresa.
"Cuando compramos los Mercedes Benz 312, el contador de Río Negro Diésel (concesionario de la marca) pasaba todos los días, incluidos sábados y domingos, a cobrar una cuota de la recaudación", dice Meriño, tornero cuando se formó la empresa.
"De las empresas que entonces eran monstruos no quedó nadie. Capotaron La Estrella, Chevallier (lo que hay ahora es de Flecha Bus), Micromar, todos. Nosotros entonces éramos un piojo en comparación con ellas" enfatiza Mobarac.
Julio Hernández
María del Carmen Rodríguez Rodolfo Cerquetti
primer presidente Oscar Meriño
primer tesorero José Mobarac
chofer en los comienzos
Trabajaban para el Estado nacional y tuvieron que armar una cooperativa para hacerse cargo del transporte de pasajeros en la región. Vivencias en primera persona de cinco de aquellos pioneros que afrontaron el desafío con coraje y entusiasmo, pero sin dinero.
Cincuenta años atrás, el 21 de enero de 1961, el Estado nacional se desprendía del transporte de pasajeros y se ponía en marcha la Cooperativa "El Valle" Limitada, formada por trabajadores que habían quedado en la disyuntiva de aceptar una indemnización o agruparse y prestar esos servicios en forma independiente, comprando el material rodante.
Desde 1948 el transporte de pasajeros en la región estaba en manos de Autorrutas Argentinas, Zona Sud, una empresa del Estado nacional surgida durante el gobierno de Juan Perón, que también estatizó los servicios junto con los ferrocarriles, hasta entonces en poder de los ingleses. El gobierno de Arturo Frondizi, con Álvaro Alsogaray como ministro de Economía, decidió desprenderse de esas empresas, que arrojaban déficits multimillonarios, y alentar la formación de cooperativas de los trabajadores.
Así, además de "El Valle" nacieron las empresas "Perito Moreno", "Los Lagos" y "El Cóndor".
Los 89 socios que la conformaron habían sido hasta entonces choferes, guardas, mecánicos, técnicos, administrativos, pero ninguno tenía experiencia empresaria. En los primeros meses desertaron dos de los flamantes cooperativistas, reduciendo a 87 el número de socios.
Cinco de aquellos socios iniciales, María del Carmen Rodríguez, José Mobarac, Rodolfo Cerquetti, Antonio González y Oscar Meriño, recordaron ante "Río Negro" los desafíos de entonces, que convirtieron a la empresa en verdadera pionera en el transporte de la región.
"En 1959 empezamos a negociar la formación de la cooperativa. Llegaron a hacer una reunión en Buenos Aires, con cámaras de televisión, para presentar el momento que firmábamos la creación de la cooperativa, pero dijimos 'no, o nos dan la línea a Zapala o no firmamos'. Ellos insistían en que 'no, es de Neuquén'.
'Pero la hicimos nosotros', alegamos. Hicieron venir al gobernador de Río Negro, (Edgardo) Castello y la ganamos", recuerda Cerquetti, chofer y primer presidente de la flamante empresa.
"Del precio inicial de 83 millones de pesos, terminamos sacándola en 33 millones, a pagar en diez años, sin interés y sin edificios", sostiene.
"El problema es que nacimos sin un peso de capital, porque el Estado no nos indemnizó a nosotros, Por el contrario, había que poner 9.000 pesos para depósito de garantía", recuerda "Tito" Mobarac, también chofer.
"Meriño, Ángel Guerrero, yo, la mayoría con la propiedad particular nuestra avalábamos esa garantía. Con los años te das cuenta que realmente éramos unos locos", remata Cerquetti.
Inicialmente hacían las líneas a Neuquén, Regina, Zapala, Piedra del Águila, con combinación a San Martín de los Andes y Bariloche, Comallo, Jacobacci. "Había muchas roturas en los ómnibus porque los caminos eran malos. Si hoy, con el pavimento, un ómnibus dura cinco años, en aquella época, con esos caminos duraban dos. También había que hacer servicios de fomento como hicimos en una época la línea Comallo-Viedma", ejemplifica Mobarac.
"En Buenos Aires no entendían cómo no se podía llegar a Bariloche en el día, pero las rutas eran de tierra y había que pasar dos balsas, Senillosa (que se hundió cruzando con un colectivo) y Collon Cura que sólo funcionaban con luz diurna, había que hacer noche en el camino", señala.
Cuando empezó la cooperativa tenía 14 colectivos en marcha: 8 Leyland, un Leyland Comet y 5 Mercedes Benz, y un parque que más que duplicaba esa cifra, inmóvil por roturas de todo tipo. A las dos empresas, Mercedes Benz y Leyland, les pidieron el envío de técnicos que les permitieran poner en marcha una gran cantidad de máquinas, virtualmente abandonadas, y que capacitaran al personal de la cooperativa. Un año después, marchaban 14 Leyland, 2 Leyland Comet y 17 Mercedes Benz.
"Los coches no tenían calefacción y en invierno el frío era tremendo. En la ruta a Zapala, con el serrucho se abrían las ventanillas, así que de Arroyito para allá parábamos, hacíamos bajar a los pasajeros y hacíamos fuego. Nos calentábamos un poco y después seguíamos", dice Mobarac.
"Había veces que a Viedma llevábamos 30 pasajeros y eran 30 comisarios, porque hacían bajar a los comisarios del Valle y todos iban con pase gratuito", dice Cerquetti.
"La línea a Bahía Blanca nació de un paro del ferrocarril. La huelga llevaba varios días, y la gente que no tenía vehículo propio (que era la mayoría) no podía viajar, así que pusimos dos Leyland Comet en la puerta del hotel Toscano (Italia y Tucumán) y se llenaron enseguida. Nos hicieron bajar a Viedma y nos dice (el gobernador) Castello 'ustedes están locos'", recuerda Cerquetti.
"'No, le dijimos, y ahora no la sacamos más'. Al final nos dieron la línea en forma definitiva".
Por entonces hacia el Este el asfalto de la Ruta 22 llegaba sólo hasta Regina, de ahí en adelante todo era tierra. Para el Oeste, la cinta asfáltica se extendía hasta Neuquén.
Coinciden en que "nos ayudaron mucho para concretar la cooperativa" y mencionan al entonces senador José Enrique Gadano, quien le encomendó a Norberto Blanes el armado de la empresa, pero también recuerdan que esa ayuda no alcanzaba a la parte financiera.
"Uno de los agravantes fue que en el primer período pagábamos cuotas un año o dos y las últimas las pagábamos a lo mejor con un boleto a Cervantes. Pero después cambió la ley, había que actualizar los pagos y se nos complicaba. En verano hacíamos buena recaudación, pero en el invierno bajaba a la mitad", recuerda Mobarac.
"Pedíamos créditos, debíamos diez pesos, no se podían pagar y terminaban siendo cien. Todo lo que se podía recaudar era para pagar sueldos, gastos. No como cuando se hace una empresa de socios que ponen un capital", acota María del Carmen Rodríguez, jefa de Personal al iniciarse la empresa.
"Cuando compramos los Mercedes Benz 312, el contador de Río Negro Diésel (concesionario de la marca) pasaba todos los días, incluidos sábados y domingos, a cobrar una cuota de la recaudación", dice Meriño, tornero cuando se formó la empresa.
"De las empresas que entonces eran monstruos no quedó nadie. Capotaron La Estrella, Chevallier (lo que hay ahora es de Flecha Bus), Micromar, todos. Nosotros entonces éramos un piojo en comparación con ellas" enfatiza Mobarac.
Julio Hernández
María del Carmen Rodríguez Rodolfo Cerquetti
primer presidente Oscar Meriño
primer tesorero José Mobarac
chofer en los comienzos
La terminal que "El Valle" construyó a mediados de la década del 60 e inauguró el uno de junio de 1968, provocó fuertes discusiones entre los socios de la cooperativa.
Rodolfo Cerquetti fue presidente en los primeros cuatro años de la cooperativa y vicepresidente un año más, pero se retiró de la empresa cuando una asamblea de los socios decidió la construcción de una terminal propia, propuesta que impulsaban el gerente general, Jorge Augusto Sanz y un sector de la comisión directiva.
"Nosotros siempre dimos ganancia. Mínima, pero ganancia. Después vino el desbarajuste. Yo era "contrera", no estaba de acuerdo con la compra del terreno para hacer la terminal, porque nosotros no teníamos que tener edificio. Y la actualidad te lo demuestra, ninguna empresa del país tiene terminal de colectivos. Si querían la terminal que la haga la municipalidad o el gobierno, pero no nosotros. Nosotros teníamos que comprar colectivos, material rodante para llevar más gente. Esta era la idea mía. Después en un momento de "gringo" me levanté y dije no vengo más y no fui más a la empresa", sostiene.
Antonio González, que fue vicepresidente en el primer directorio y ocupó varios cargos en distintas oportunidades, recuerda que la construcción de la terminal se adoptó en asamblea extraordinaria. "Allí mostraron el anteproyecto y la mayoría se pronunció por la construcción. Después algunos se arrepintieron, pero la decisión ya estaba tomada y la terminal se hizo".
"Sanz era el promotor de estas cosas, pero la pata la metimos entre todos. Fue un esfuerzo tremendo, se hizo la patriada y hubo que pagarla", afirma.
La terminal se levantó en Italia y 25 de Mayo, con andenes diferenciados para ómnibus larga y corta distancia, subsuelo y primer piso. Sala para pasajeros y oficinas confortables, talleres, tanto para mecánica como de chapa y pintura, almacenes de repuestos, locales comerciales, dos confiterías, una de ellas al paso y un restaurante que, en sus comienzos era el mejor de la ciudad.
Pero aquello duró sólo unos años. La terminal fue vendida como parte de la quiebra de la cooperativa y en ese lugar se levanta hoy un hipermercado.
Pesaba el pasado de empleado público.
El pasado de empleado estatal pesaba en buena parte de los flamantes cooperativistas. "Todos teníamos el sindicato en la espalda, éramos empleados del Estado. Siendo Autorrutas nos trajeron camperas de cuero y porque no nos habían traído con el cuellito de piel hicimos un paro", recuerda Cerquetti.
"Después, cuando se hizo cooperativa, por ejemplo a un colectivo le habían cambiado un bolillero pero faltaba para terminarlo y sonaba la corneta a las 6 de la tarde, en que se terminaban las horas de taller y vos le decías a cualquiera: "Terminalo, va a Neuquén y va a hacer 32 mangos para vos". "Si me pagás horas extras te lo hago", te respondía ¡y era el dueño de la empresa! Teniamos cosas de empleados públicos", dice el entonces presidente
"Otro problema fue que nosotros veníamos de aprender, pero en realidad teníamos que enseñar", dice González, el primer vicepresidente y administrativo de la empresa.
María del Carmen Rodríguez, Oscar Meriño,
Rodolfo Cerquetti, Antonio González y
José Mobarac, parte del grupo pionero.
Fuente de información: nota del diario Río Negro, lunes 17 de enero de 2011, pás. 24-25 como las imagenes de la misma y de la página web: www.elvalle.com.ar/
Nostalgia , lágrimas . Muchos viajes comenzaron y terminaron en esa terminal .
ResponderBorrarNostalgia , lágrimas . Muchos viajes comenzaron y terminaron en esa terminal .
ResponderBorrarViajaba de Cipolletti a Neuquen a la Escuela Industrial ubicada en Calle Lainez antes de Sarmiento entre los años 1957 y 1963 en que egresé.
ResponderBorrarLa parada de colectivos de la cooperativa estaba en la calle Olascoaga frente al Hotel Ideal Esquina Sarmiento.
Héctor Alías.