“No tengo la certeza de que algún día alcance a defenderme solo, pero en todo caso si yo desaparezco, queda mi obra y queda la verdad sobre mi gigantesco esfuerzo donde dejé mi vida”.
"A partir de 1946 el Doctor Ramón Carrillo se conforma la Secretaría de Salud Pública, con rango de Ministerio (pasaría a ser Ministerio con la Reforma Constitucional de 1949).
Elaboró un plan de más de cuatro mil páginas, llamado "Plan Analítico de Salud Pública” y divide al país en zonas sanitarias que permitió, a modo de ejemplo, llegar con la vacunación antivariólica y antidiftérica hasta los pueblos más aislados y distantes de la Argentina, llegar con Hospitales a la línea sur rionegrina como Sierra Colorada y Comallo, lugares del territorio rionegrino que eran y son alejados e inhóspitos que denota un PLAN EN SERIO para la Salud.
Carrillo tenía bien en claro que para que su obra perdurase en el tiempo debían tener una legislación básica que tendiera a la socialización de la medicina “los hombres pasan, las obras quedan…” Apareció un listado de especialidades medicinales que se vendían a precios populares.
"Murió a los cincuenta años, pobre, enfermo y exiliado en Belem do Pará, ciudad del norte del Brasil, el 20 de diciembre de 1956. Quizás pensando, como lo hizo el gran libertador Simón Bolívar, que había arado en el mar... Quizás una de sus frases más célebres nos indique que aún su obra está inconclusa: 'Frente a las enfermedades que genera la miseria, frente a la tristeza, la angustia y el infortunio social de los pueblos, los microbios, como causas de enfermedad, son unas pobres causas.' " (fuente Wikipedia).
“Ramón Carrillo había asumido el cargo unos días antes que Juan Domingo Perón que asumiera su primera presidencia mayo de 1946. Perón en el exilio en la Madre Patria decía de Ramón Carrillo que era "un hombre maravilloso, de inteligencia grande, genial en todo. Él era morocho y siempre estaba de buen humor. Recuerdo que cuando Josephine Baker trataba de hacer los Institutos Antiracistas en la Argentina, yo le dije: ' Bueno, lo dejo todo en manos del doctor Carrillo' Y este se para y dice riendo: ' ¿No será porque soy el único negro del gabinete?' Pero Carrillo no era negro. Era morocho. Lo dijo por chanza. Siempre estaba de buen humor".
* Extraído del libro de Pablo J. Hernández "COMPAÑEROS Perfiles de la Militancia Peronista" Editorial Biblos Latitud Sur Colección.
*** Después Ramón Carrillo y otros tantos "morochos" sufriría el odio en el gobierno de Perón y los de la fusilara en adelante.
Fragmento del libro de autoría del Prof. Daniel Alberto Chiarenza “Santiago del Estero-Belém do Pará. Una vida, un destino: RAMÓN CARRILLO”.
“Creo que en mi vida había contraído una adicción, muy rara en alguien de mi provincia -decían los chistólogos porteños-, pero no por eso dejaba de sentirme menos santiagueño: era la adicción por el trabajo. Precisamente en aquel año de 1948 […] continuamos habilitando, casi siempre junto a Evita, establecimientos y servicios asistenciales.
Fue el caso del Leprosario de Diamante en Entre Ríos y, continuando con el mismo tema, también se humanizó la Isla de Cerrito que contaba con cientos de estos enfermos, llamados popularmente "leprosos"; para bien de los afectados a este mal pronto aparecieron las sulfonas y en poco tiempo dejó de ser un problema nacional. Capilla Nuestra Señora del Pilar, junto al Leprosario de la Isla Cerrito, Chaco.
Además, inauguramos el Hospital Rural Ibarreta en Formosa […]; el Hospital Rural Villa Berthet en el Chaco; […]. También en el Chaco: los Hospitales Machaday, Rural de Taco Pozo, […].
La Pampa fue cruzada de norte a sur y de este a oeste, con los Hospitales: Vecinal Quemú-Quemú, Rural Rolón, […]. Lo mismo ocurrió en Neuquén con la fundación de los Hospitales: Rural Loncopué, el de Bata, el de Ranquio, […]. Muy carente de asistencia hospitalaria estaba la provincia de Río Negro, por eso hasta allí fuimos habilitando los Hospitales: Rural Comalló, Rural Sierra Colorada, […].
La Pampa fue cruzada de norte a sur y de este a oeste, con los Hospitales: Vecinal Quemú-Quemú, Rural Rolón, […]. Lo mismo ocurrió en Neuquén con la fundación de los Hospitales: Rural Loncopué, el de Bata, el de Ranquio, […]. Muy carente de asistencia hospitalaria estaba la provincia de Río Negro, por eso hasta allí fuimos habilitando los Hospitales: Rural Comalló, Rural Sierra Colorada, […].
Hospital de Comallo en Río Negro.
En la Capital Federal se inauguró el Hospital Nacional de Odontología y el Instituto Central de Cardiología. Como dependiente de este último se creó la Escuela Taller para cardíacos, donde, en el marco de la medicina social que me había propuesto se realizaron grandes logros de rehabilitación. Además no descuidamos la revitalización del Instituto de la Nutrición y creamos el Instituto Nacional de Endocrinología aplicada.
En plena labor en la carrera Licenciatura en Nutrición.
Pero había otro tema que me interesaba tanto o más que el “derroche fundacional” y era la problemática de la capacitación del personal de la salud, ya sea en calidad como en cantidad. Requería la importancia debida, no podía dejarse librado al azar. En ese sentido retomé mi trabajo del año anterior cuando fundé el Instituto Superior de Cultura Médica. Puse en marcha un torbellino de planes de formación que cubrían tanto el espectro universitario, como el para-universitario. Había que repensarlo todo, desde la capacitación de los técnicos sanitaristas, […] enfermeros, los instructores y visitadores sanitarios, pasando por los psicopatólogos, bioestadígrafos, auxiliares de farmacia, auxiliares de laboratorio, administradores hospitalarios, técnicos radiólogos, técnicos quirúrgicos, guardias sanitarios, asistentes de Medicina Preventiva, nada podía ser objeto de improvisaciones en un tema tan serio como la salud.
En plena labor en la carrera Licenciatura en Nutrición.
Pero había otro tema que me interesaba tanto o más que el “derroche fundacional” y era la problemática de la capacitación del personal de la salud, ya sea en calidad como en cantidad. Requería la importancia debida, no podía dejarse librado al azar. En ese sentido retomé mi trabajo del año anterior cuando fundé el Instituto Superior de Cultura Médica. Puse en marcha un torbellino de planes de formación que cubrían tanto el espectro universitario, como el para-universitario. Había que repensarlo todo, desde la capacitación de los técnicos sanitaristas, […] enfermeros, los instructores y visitadores sanitarios, pasando por los psicopatólogos, bioestadígrafos, auxiliares de farmacia, auxiliares de laboratorio, administradores hospitalarios, técnicos radiólogos, técnicos quirúrgicos, guardias sanitarios, asistentes de Medicina Preventiva, nada podía ser objeto de improvisaciones en un tema tan serio como la salud.
Doctor Ramón Carrillo, responsable de la creación del Instituto Superior de Cultura Médica y de la formación para-universitaria de enfermeras y enfermeros.
Poco más adelante saldrían de las Facultades de Medicina los primeros médicos higienistas, que luego se llamarían sanitaristas. Además, se presentaba otra ineludible necesidad que era la organización y reglamentación de la profesión médica, acorde con su nueva perspectiva social.
Es decir, de toda esta obra reformadora no sólo se beneficiarían los enfermos (eje por el cual pasaba la política revolucionaria) sino, también, los médicos y demás profesionales de la salud que jamás se vieron más protegidos.
Se dictaron normas y medidas reguladoras de la actividad profesional; reglamentación de especialidades, juntas o consultas profesionales e interprofesionales; ética y deontología; organización gremial y estatuto profesional; enfermedades profesionales y cuestiones de previsión
La verdad es que a algunos inescrupulosos que lucraban con la salud se les ponía difícil ponerse “Al margen de la ley”. Yo mismo escribí un artículo con ese título en una publicación de la Subsecretaría de Informaciones: “El ejercicio ilegal de la medicina constituye un gravísimo delito, que nuestras autoridades reprimen con toda intensidad. […]
Hasta mediados de 1949 estaban perfectamente matriculados, de acuerdo a las nuevas normas: 11.010 médicos; 1.077 parteras; 299 laboratoristas; 9.685 enfermeros; 444 kinesiólogos; 310 visitadores de higiene; […] 147 técnicos en aparatos de ortopedia; 2.877 agentes de propaganda médica.DE COSECHA PROPIA
Poco más adelante saldrían de las Facultades de Medicina los primeros médicos higienistas, que luego se llamarían sanitaristas. Además, se presentaba otra ineludible necesidad que era la organización y reglamentación de la profesión médica, acorde con su nueva perspectiva social.
Es decir, de toda esta obra reformadora no sólo se beneficiarían los enfermos (eje por el cual pasaba la política revolucionaria) sino, también, los médicos y demás profesionales de la salud que jamás se vieron más protegidos.
Se dictaron normas y medidas reguladoras de la actividad profesional; reglamentación de especialidades, juntas o consultas profesionales e interprofesionales; ética y deontología; organización gremial y estatuto profesional; enfermedades profesionales y cuestiones de previsión
La verdad es que a algunos inescrupulosos que lucraban con la salud se les ponía difícil ponerse “Al margen de la ley”. Yo mismo escribí un artículo con ese título en una publicación de la Subsecretaría de Informaciones: “El ejercicio ilegal de la medicina constituye un gravísimo delito, que nuestras autoridades reprimen con toda intensidad. […]
Hasta mediados de 1949 estaban perfectamente matriculados, de acuerdo a las nuevas normas: 11.010 médicos; 1.077 parteras; 299 laboratoristas; 9.685 enfermeros; 444 kinesiólogos; 310 visitadores de higiene; […] 147 técnicos en aparatos de ortopedia; 2.877 agentes de propaganda médica.DE COSECHA PROPIA
La carta del 6 de septiembre de 1956 escribía Ramón Carrillo a Segundo Ponzio Godoy: ... "Ahora vivo en la mayor pobreza, mayor que nadie puede imaginar y sobrevivo gracias a la caridad de un amigo."
... " Si yo desaparezco queda mi obra y queda la verdad sobre mi gigantesco esfuerzo donde dejé mi vida".Una frase de Ramón Carrillo que SIEMPRE DEBERÍAN tener en cuenta quienes son gobernantes:"Los problemas de la Medicina como rama del Estado, no pueden resolverse si la política sanitaria no está respaldada por una política social. Del mismo modo que no puede haber una política social sin una economía organizada en beneficio de la mayoría." "Solo sirven las conquistas científicas sobre la salud si éstas son accesibles al pueblo."
... " Si yo desaparezco queda mi obra y queda la verdad sobre mi gigantesco esfuerzo donde dejé mi vida".Una frase de Ramón Carrillo que SIEMPRE DEBERÍAN tener en cuenta quienes son gobernantes:"Los problemas de la Medicina como rama del Estado, no pueden resolverse si la política sanitaria no está respaldada por una política social. Del mismo modo que no puede haber una política social sin una economía organizada en beneficio de la mayoría." "Solo sirven las conquistas científicas sobre la salud si éstas son accesibles al pueblo."
Hablar de Ramón Carrillo es hablar de uno de los protagonistas de la historia del Siglo XX más injustamente silenciado y hasta negado. Un hombre "hecho a sí mismo" que armó un ejercito sanitario que llegó a donde había llegado. Fue el 1er. Ministro de Salud del gobierno del Gral. Juan Domingo Perón formando médicos, enfermeras y técnicos de la salud, organizador de campañas de vacunación, prevención y educación sanitaria, racionalizador de los recursos públicos haciéndolos efecientes y ágiles cuando antes de asumir al cargo el 80% de la población estaba excluída del sistema público de salud por recursos mal asignados y dinero que se invertía cuando las personas estaban enfermas por enfermedades como el paludismo, fiebre amarilla, tuberculosis, mal de Chagas que se propagaban sin control.
Ramón Carrillo conoce a Perón en el año 1944 cuando le solicita que colabore en la organización de la política sanitaria en el que el Departamento Nacional de Higiene se transforma en el rango de Secretaría que al asumir Perón se convierte Ministerio de Salud Publica y Asistencia Social. Se prepara el "Plan Quinquenal de Salud" de 4000 fojas.
Apoyandose en el sanitarista Carlos Alvarado, director del Programa de Erradicación del Paludismo y el mal de Chagas con un plan sobre el ambiente en el cual vivían las personas porque la vichuca anida en determinadas condiciones ambientales. Es como ese valseado que canta Don Alfredo Zitarrosa "Tierrita poca": La pobreza trae yuyos, me fui enyuyando, abrojales y espinas me fuiste dando.
Cuentan que en año 1948 para combatir la difteria y la viruela en la Patagonia Argentina se daban clases para educar que la vacuna creaba elementos para luchar contra los gérmenes. Es decir se derrotaba las enfermedades con la movilización social realizando una convocatoria a la sociedad y logrando que formaran parte de este esfuerzo colectivo.
Renuncia el 15 de julio de 1954 en septiembre de 1955 fueron confiscados sus bienes. Se translada con su familia a la desembocadura del río Amazonas para ejercer com médico de campamento.
Ramón Carrillo "murió a los cincuenta años, pobre, enfermo, olvidado y exiliado en Belem do Pará, ciudad del norte del Brasil, el 20 de diciembre de 1956 dejando a su familia desconsolada. Su viuda tardó una década en recuperar los bienes expropiados. Después de 16 años después de la muerte de Ramón Carrillo sus restos reciben autorización para ser repatriados que reposan en Santiago del Estero la provincia que lo viera nacer en 1906.
DEL ANECDOTARIO: Cuando el Coronel Perón fue trasladado de la isla Martín García al Hospital Militar Central donde se encontraba detenido en octubre de 1945 fue recibido por el Director, Sergio Mercado y Ramón Carrillo quienes conducen al Coronel Juan Domingo Perón al 5to. piso en ese momento Ramón Carrillo abandona el lugar portando consigo dos cartas: una para Eva Duarte y otra para Juan Filomeno Velazco. Nunca se develó el contenido de las mismas. Luego vino el ya mítico 17 de octubre de 1945.
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