LA IDEALIZACIÓN DE KIRCHNER TRAS SU MUERTE.
La muerte como puntapié inicial en el camino hacia el mito.
El deceso del político argentino más importante de la última década -y la enorme manifestación popular de reconocimiento a su trascendente paso por la historia nacional- llevó a Néstor Kirchner a un pedestal que, según el lugar desde el que se lo analice, estaría a las puertas de la conformación de una figura mítica.
Por Laura Villafañe
La instalación de un mito no proviene de una etiqueta impuesta, sino de una apropiación en el nivel de los sentimientos, de lo no racional, que eleva a esa categoría a personajes que, por distintos motivos, quedan arraigados en el sentir popular.
“El mito no se construye en un laboratorio”
En diálogo con El1, el filósofo Ricardo Forster aportó las bases para una reflexión acerca de la idealización de Néstor Kirchner.
“Los mitos no son construcciones artificiales: son procesos que están arraigados en tradiciones arcaicas, populares, y buscan ciertas zonas del imaginario social que habilitan que algo cotidiano se transforme en una estructura a la que se puede denominar ‘mito’”.
En ese sentido, hay ciertas figuras que asumen tal característica. Seguramente (habrá que verificarlo con el transcurrir del tiempo), hay algo de Néstor Kirchner que ha tocado alguna fibra muy íntima, muy profunda del mundo popular y de otros sectores de la sociedad, que puede transformar a quien era un hombre como cualquier otro en una figura que ya guarda cierta aura mítica.
El mito tiene que ver con lo idealizado, con lo legendario, con ciertos valores que están por encima de lo cotidiano; tiene que meterse muy fuertemente en la estructura de los sentimientos, en la lengua de las pasiones. Es mucho más que una argumentación o una conceptualización.
La política -entendida como transformación, como forma de intervenir en la historia-, tiene una relación compleja con la estructura del mito, sobre todo, cuando toca un personaje como es Néstor Kirchner, cuya excepcionalidad ofrece también la posibilidad de transformarse en mito.
Un mito no es algo que se haga dentro de un laboratorio, tiene que ver con prácticas, con modos no necesariamente visibles a través de los cuales se van creando las condiciones para que alguien se convierta, en las conciencias populares, en mito.
Pero Néstor Kirchner, en el interior de la tradición popular peronista y no peronista, ha tocado también la sensibilidad, sobre todo, de actores jóvenes. Quizás, uno de los impactos más fuertes sobre ellos tiene que ver con la posibilidad de habilitarlos para sentir que, de vuelta, hay una dimensión en que la política no es un dispositivo vacío, gastado, carcomido y envenenado, sino que habilita para soñar una sociedad diferente.
Seguramente, hay algo de trágico-mítico en su propia muerte, que tiene la dimensión de lo sacrificial, que influye sobre la valoración que se hace de Néstor Kirchner”.
“Somos una sociedad necesitada de padres”Sobre las transformaciones que produjo la muerte del ex Presidente, la analista de medios y opinión pública Adriana Amado Suárez profundizó en otros aspectos.
“Obviamente, la personalidad de Néstor Kirchner ha dejado una impronta muy fuerte en la política, se ha reactivado la presencia institucional.
En lo que respecta a la persona, no creo que se pueda 'armar' un mito, la historia se encargará de concederle al personaje la estatura que merece. Así como es apresurado hablar de un sucesor -y el mismo partido así lo ha reconocido-, es demasiado pronto para, por ejemplo, ponerles nombre a las calles. Hay un apremio en el homenaje que hasta banaliza la figura, porque no necesita de un artificio para ser recordada.
Entonces, la sobreactuación responde más a un acto de desesperación ante la infausta circunstancia que a una lógica histórica y política.
Somos una sociedad huérfana, muy necesitada de padres y, en ese sentido, una figura tan fuerte y tan carismática como era Néstor Kirchner oficiaba, tanto adentro de la ‘familia’ como afuera, el rol de protector, una especie de Superman que recibía todas las balas.
No creo que, de pronto, demos un salto de madurez porque hemos perdido el padre. Va a haber un proceso de reajuste y es ahí donde se verá si a ese vacío lo puede encarnar una mujer, lo que sería verdaderamente revolucionario. O si, sorpresivamente, dejaremos de necesitar, como sociedad, un paternalismo, no buscando la aprobación o el conflicto con una figura central.
Todavía no somos historia, sino que somos actores de la realidad. Entonces, no somos nosotros los que vamos a decir qué va a pasar con el mito, de la misma manera que los contemporáneos a Eva Perón o al Che Guevara no supieron cómo iban a encarnar el fervor popular”.
Personajes míticos argentinosLos mitos, en la actualidad, ya no son el fundamento de la vida social y de la cultura como en las sociedades primitivas. Están lejos de desempeñar el papel central que tenían en tiempos arcaicos: el de ser un modelo ejemplar de la conducta.
En las sociedades modernas, desacralizadas, los mitos extinguieron esa aura sagrada y, hoy, se han convertido en humanos, a los que el imaginario social suele agregarles virtudes excepcionales que los refuerzan como mito.
En Argentina, figuras como José de San Martín, Ernesto “Che” Guevara, Eva Perón, Carlos Gardel, Diego Maradona y hasta Rodrigo y Gilda están ubicadas en la palestra de personajes míticos.
Los grandes interrogantes pasan por si se definen como ídolos o mitos y hasta dónde la sociedad mediatizada tiene influencia en la construcción de estas figuras emblemáticas.
Estos personajes encarnan los sueños y las aspiraciones sociales en un mundo urgido de modelos, que es la función que cumple el mito en las sociedades antiguas.
El mito transforma una existencia en paradigma, y a un personaje histórico en arquetipo. Desde ese lugar, tanto Gardel como Maradona y, tal vez, Néstor Kirchner bien pueden gozar de estatura mítica
http://www.periodicouno.com.ar/index.php?idPage=20&idArticulo=19164
La instalación de un mito no proviene de una etiqueta impuesta, sino de una apropiación en el nivel de los sentimientos, de lo no racional, que eleva a esa categoría a personajes que, por distintos motivos, quedan arraigados en el sentir popular.
“El mito no se construye en un laboratorio”
En diálogo con El1, el filósofo Ricardo Forster aportó las bases para una reflexión acerca de la idealización de Néstor Kirchner.
“Los mitos no son construcciones artificiales: son procesos que están arraigados en tradiciones arcaicas, populares, y buscan ciertas zonas del imaginario social que habilitan que algo cotidiano se transforme en una estructura a la que se puede denominar ‘mito’”.
En ese sentido, hay ciertas figuras que asumen tal característica. Seguramente (habrá que verificarlo con el transcurrir del tiempo), hay algo de Néstor Kirchner que ha tocado alguna fibra muy íntima, muy profunda del mundo popular y de otros sectores de la sociedad, que puede transformar a quien era un hombre como cualquier otro en una figura que ya guarda cierta aura mítica.
El mito tiene que ver con lo idealizado, con lo legendario, con ciertos valores que están por encima de lo cotidiano; tiene que meterse muy fuertemente en la estructura de los sentimientos, en la lengua de las pasiones. Es mucho más que una argumentación o una conceptualización.
La política -entendida como transformación, como forma de intervenir en la historia-, tiene una relación compleja con la estructura del mito, sobre todo, cuando toca un personaje como es Néstor Kirchner, cuya excepcionalidad ofrece también la posibilidad de transformarse en mito.
Un mito no es algo que se haga dentro de un laboratorio, tiene que ver con prácticas, con modos no necesariamente visibles a través de los cuales se van creando las condiciones para que alguien se convierta, en las conciencias populares, en mito.
Pero Néstor Kirchner, en el interior de la tradición popular peronista y no peronista, ha tocado también la sensibilidad, sobre todo, de actores jóvenes. Quizás, uno de los impactos más fuertes sobre ellos tiene que ver con la posibilidad de habilitarlos para sentir que, de vuelta, hay una dimensión en que la política no es un dispositivo vacío, gastado, carcomido y envenenado, sino que habilita para soñar una sociedad diferente.
Seguramente, hay algo de trágico-mítico en su propia muerte, que tiene la dimensión de lo sacrificial, que influye sobre la valoración que se hace de Néstor Kirchner”.
“Somos una sociedad necesitada de padres”Sobre las transformaciones que produjo la muerte del ex Presidente, la analista de medios y opinión pública Adriana Amado Suárez profundizó en otros aspectos.
“Obviamente, la personalidad de Néstor Kirchner ha dejado una impronta muy fuerte en la política, se ha reactivado la presencia institucional.
En lo que respecta a la persona, no creo que se pueda 'armar' un mito, la historia se encargará de concederle al personaje la estatura que merece. Así como es apresurado hablar de un sucesor -y el mismo partido así lo ha reconocido-, es demasiado pronto para, por ejemplo, ponerles nombre a las calles. Hay un apremio en el homenaje que hasta banaliza la figura, porque no necesita de un artificio para ser recordada.
Entonces, la sobreactuación responde más a un acto de desesperación ante la infausta circunstancia que a una lógica histórica y política.
Somos una sociedad huérfana, muy necesitada de padres y, en ese sentido, una figura tan fuerte y tan carismática como era Néstor Kirchner oficiaba, tanto adentro de la ‘familia’ como afuera, el rol de protector, una especie de Superman que recibía todas las balas.
No creo que, de pronto, demos un salto de madurez porque hemos perdido el padre. Va a haber un proceso de reajuste y es ahí donde se verá si a ese vacío lo puede encarnar una mujer, lo que sería verdaderamente revolucionario. O si, sorpresivamente, dejaremos de necesitar, como sociedad, un paternalismo, no buscando la aprobación o el conflicto con una figura central.
Todavía no somos historia, sino que somos actores de la realidad. Entonces, no somos nosotros los que vamos a decir qué va a pasar con el mito, de la misma manera que los contemporáneos a Eva Perón o al Che Guevara no supieron cómo iban a encarnar el fervor popular”.
Personajes míticos argentinosLos mitos, en la actualidad, ya no son el fundamento de la vida social y de la cultura como en las sociedades primitivas. Están lejos de desempeñar el papel central que tenían en tiempos arcaicos: el de ser un modelo ejemplar de la conducta.
En las sociedades modernas, desacralizadas, los mitos extinguieron esa aura sagrada y, hoy, se han convertido en humanos, a los que el imaginario social suele agregarles virtudes excepcionales que los refuerzan como mito.
En Argentina, figuras como José de San Martín, Ernesto “Che” Guevara, Eva Perón, Carlos Gardel, Diego Maradona y hasta Rodrigo y Gilda están ubicadas en la palestra de personajes míticos.
Los grandes interrogantes pasan por si se definen como ídolos o mitos y hasta dónde la sociedad mediatizada tiene influencia en la construcción de estas figuras emblemáticas.
Estos personajes encarnan los sueños y las aspiraciones sociales en un mundo urgido de modelos, que es la función que cumple el mito en las sociedades antiguas.
El mito transforma una existencia en paradigma, y a un personaje histórico en arquetipo. Desde ese lugar, tanto Gardel como Maradona y, tal vez, Néstor Kirchner bien pueden gozar de estatura mítica
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