"Lo hago a caballo, pese a los adelantos técnicos,
porque considero que el homenaje a San Martín tiene que ser una síntesis de ese
hacer sacrificado que en el pasado fue ir de a caballo. Y San Martín fue un
señor de a caballo..."
DON JORGE CAFRUNE, EL OREJANO - CANTOR DEL PUEBLO, DECIDOR DE LO NUESTRO, ARGENTINO HASTA LA PATA, UN OPINADOR.
En 1978 en plena tiranía sanguinaria de Jorge Rafael Videla dice; "Después de tantos bemoles, vuelvo después de cinco
años y es como volver a la casa de los viejos", fue el día
después de haber cantado en el festival mayor del folclore argentino Cosquín, en 1978 cuando regresó al festival después
de cinco años de ausencia. Fue esa su última actuación. En ese recital cantó a pedido del público: "Zamba de mi esperanza" que estaba prohíbido ("prohibiremos la esperanza y prohíbido está nacer ¿no será mucho almirante? faltaba más coronel) por los censores de ese despropósito, infausto y desgraciado de la tiranía cívico-militar.
Y PARA EL PUEBLO LO QUE ES DEL PUEBLO... Cafrune la cantó y dicen que también cantó el poema del uruguayo Serafín García que pusieron música en ritmo valseado los uruguayos "Los Olimareños": OREJANO.
Una osadía de alguien chucaro y libre que se apartaba de los mandanonean.
La madrugada del 31 de enero de 1978 encontró cabalgando rumbo a Yapeyú para homenajear al libertador
de América, el General José de San Martín.
A caballo llevando entre
sus pocas pertenencias con un cofre con tierra de Boulogne Sur Mer, lugar de Francia en el que
falleció San Martín. Su idea era llevar esa tierra francesa hasta tierras
natales del libertador Don José, a modo de homenaje, en señal de respeto y sincera
modo de ofrenda, reconocimiento.
La madrugada llegó mientras Cafrune cruzaba una ruta a la altura de
la localidad de Benavidez en la provincia de Buenos Aires.
Una camioneta conducida
por un joven de entre 19 y 20 años, luego identificado por vecinos del lugar,
pasó raudamente, a toda velocidad, llevando consigo todo lo que encontraba a su
paso, también a Jorge Cafrune y su caballo. El cantor quedó tendido varias
horas sobre el asfalto, con sus costillas perforando inexorablemente sus
pulmones, ante la mirada atónita e inconducente de los curiosos y testigos que
nada hacían para que no se calle el cantor y no se apague su vida.
Cafrune falleció al
día siguiente, un 1º de febrero de 1978.
En un reportaje hecho en el exilio español decía: "Soy rico en
vivencias
soy un tipo feliz, valoro y respeto a la gente, permanezco enajenado al negocio
eso será tal vez la única tontera que cometí en mi vida, no ser un cantor
comercial. Veo a la larga pero no me arrepiento a tomar el rumbo, la dignidad,
me da libertad."
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