MIGUEL MIRANDA, EL CAPITALISMO NACIONAL ARGENTINO.
“UN HOMBRE HECHO A SÍ MISMO”.
Ese hombre complejo, complicado para entenderlo,
contradictorio como la misma Argentina que fuera Leopoldo Lugones, escritor
representativo de nuestro país en su poema “A los Andes” de 1910, en las épocas
del centernario del 25 de Mayo “de las vacas y las mieses” escribió la frase “ojos
mejores para ver la Patria” y esa frase la encarnó Miguel Miranda.
Miguel Miranda que muchos lo tienen como Ministro de
Hacienda de los gobiernos de Perón en realidad fue presidente del Banco Central
desde el 25 de marzo de 1946 y el 17 de julio de 1947. Edelmiro J. Farrell era
presidente de la Nación y Amaro Avalos, su ministro de Economía. Continuó en su
cargo durante la presidencia de Juan Domingo Perón, con el ministro de Hacienda
Ramón Cereijo. Fue presidente del Instituto Argentino de Promoción del Intercambio
más conocido como IAPI.
Una minoría de industriales se decidió a apoyar al naciente
peronismo. La mayoría de los industriales, comerciantes y hacendados aborrecían
a Perón.
De los que apoyaron al Coronel Perón se encontraba Miguel Miranda que venía a representar a burguesía nacional.
MIGUEL MIRANDA Y LAS ENCUESTAS.
Decía Perón: "Hicimos unas 15.000 encuestas y tuvimos
información empírica. Cuando las leimos, Miguel Miranda me dijo: Mire General,
no hay nadie más mentiroso que las mujeres, los curas y las estadísticas."
¿Quién fue Miguel Miranda?
Nace en 1891 proviene de un hogar humilde de trabajadores
españoles.
Ahora es un silenciado, olvidado, negado, poca información se encuentra de
este hombre, es “un maldito” de la Argentina.
Señala el historiador argentino Norberto Galasso en el libro
“Perón: Formación, ascenso y caída” que “Miranda había nacido en 1891. Desde el
primer empleo modesto, en una casa cerealista se había abierto paso a fuerza de
empuje y ambición.
Al momento de encontrarse con Perón manejaba varías empresas
–entre ellas la más importante en Directorio y Puán, en Capital Federal- y
muchos ya lo consideraban “el rey de la hojalata”
¡Gran tipo, Miranda! –recuerda Perón, años más tarde- Este
hombre siendo muchacho, emigró de España a la Argentina ganando noventa pesos
de sueldo (en la cerealista Bunge y Born). Y estando allí se produjo la Primera
Guerra Mundial. Miranda se da cuenta que se iba a producir en el país una
crisis muy grande en envases como consecuencia de que no venía hojalata. Alquiló un gran almacén y se
redujo a ir comprando todos los objetos usados de hojalata del país. La
reconstituyó en forma de envases y al principio pensó en venderlas así. Más
tarde, consideró mejor venderlos llenos, con productos alimenticios. Consiguió
créditos, lanzó una fábrica de productos alimenticios y como era el único que
poseía envases, fue el único que vendía. Hizo una gran fortuna. Era Catalán. Y
los catalanes, los escoceses, los judíos y los árabes, llevan el negocio en la
sangre. Son fenicios todos”.
En la época de la Segunda Guerra Mundial es un mediano
empresario con intereses en la hojalata, la pesca y otras actividades vinculadas
al mercado interno argentino.
Decía Perón que luego de convocar a técnicos se convence que
no era un asunto de técnicos si no de comerciantes “y llamé a mi gran amigo don Miguel Miranda,
el “Zar de las finanzas argentinas”, como algunos le llamaron. El había
empezado como empleado con noventa pesos de sueldo y en diez años había
levantado treinta fábricas. Le conté el incidente con los técnicos y me dijo:
“¡General!, ¿usted cree que si fueran capaces de algo estarían ganando un
sueldo miserable como asesores?” -Pero Miranda, le dije, vea que hay que
comprar mucho y no tenemos dinero! -Esa es la forma de comprar, sin dinero, me
dijo. ¡Con plata compran los tontos! -Este es mi hombre, pensé para mí… Miguel
Miranda era un verdadero genio. Su intuición, su tremenda capacidad de síntesis
y su certera visión comercial, hicieron ganar a la República en un año más que
cincuenta años de la acción de todos sus economistas diletantes y
generalizadores de métodos y sistemas rutinarios e intrascendentes.” –luego manifiesta-
“Fue allí mismo que entregué a Miranda la dirección económica, creando el
Consejo Económico Nacional y nombrándolo Presidente. El fue desde entonces el
artífice de esa tremenda batalla que se llamó la recuperación nacional que culminó con la independencia económica
argentina.”
Arturo Jauretche pensaba que Miranda mantenía esos rasgos
del burgués clásico en tanto vivía en su fábrica de un barrio Parque Chacabuco,
mantenía un permanente contacto personal con los operarios manteniéndose fiel a
su condición de industrial, a su gente y a su barrio.
EL CAPITALISMO NACIONAL Y “LAS INVERSIONES DE RIESGO DE
CAPITAL”.
La gestión de Miranda
duró tres años. Durante la gestión de
Edelmiro Farrell se adoptaron un conjunto de disposiciones que sirvieron de
base de sustentación de gobierno futuro de Perón como la organización del
Consejo Nacional de Posguerra, la nacionalización del Banco Central cuya
presidencia asumió Miranda, se creó el IAPI.
Se consolidó la
industria liviana, se alcanzó el pleno empleo y se mejoró el nivel de vida de
los sectores populares. La debilidad de la política del General Perón fue no aprovechar los años van desde 1946-1949
para fortalecer las bases de industria pesada argentina teniendo en cuenta la
pos guerra que afectó a Europa. Formó un equipo de trabajo conformado por
Rolando Lagomarsino y Orlando Maroglio, que eran empresarios textiles y
aceiteros. Se procede a la nacionalización de los depósitos bancarios (sin
eliminar la banca privada) recuperando el ahorro popular.
El 16 de julio de 1947 es designado Presidente del Concejo
Económico Nacional desde donde se promovió la nacionalización de las empresas y
servicios públicos. El IAPI sirve para volcar las ganancias de los sectores
agro ganaderos al desarrollo de la
industria.
Con el discurrir de los años se confunde la función de
Miguel Miranda y es considerado Ministro; se ganó el mote de “Zar” o de “Mago de las finanzas peronistas”.
A
partir de 1949 la economía argentina entró en un período de crisis que se
prolongó por alrededor de tres años y que estuvo marcado por la caída de la
producción, principalmente agropecuaria y la dificultad de la Argentina en
colocar sus productos en los mercados europeos por efecto del Plan Marshall, la
inconvertibilidad de la libra esterlina, decretada por Gran Bretaña, que
terminó afectando a nuestro comercio. Una intensa sequía entre los años 1949-50
que disminuyeron la producción agropecuaria y la caída del volumen de las
exportaciones y de los precios.
Esta situación crítica y disputas al interior del gobierno peronista derivaron en la renuncia de Miguel Miranda, presidente del Consejo Económico Nacional y su reemplazo por un equipo económico liderado por Ramón Cereijo como nuevo presidente de ese Consejo y ministro de Hacienda, Alfredo Gómez Morales como presidente del Banco Central. Miranda se retiró a Montevideo donde pasó sus últimos años.
Esta situación crítica y disputas al interior del gobierno peronista derivaron en la renuncia de Miguel Miranda, presidente del Consejo Económico Nacional y su reemplazo por un equipo económico liderado por Ramón Cereijo como nuevo presidente de ese Consejo y ministro de Hacienda, Alfredo Gómez Morales como presidente del Banco Central. Miranda se retiró a Montevideo donde pasó sus últimos años.
Hay
indicios que Perón estableció contactos para convencerlo de que volviera como
funcionario en 1953 pero se encontraba enfermo de gravedad. Fallece el 21 de
febrero de 1953 a los 62 años.
Partía “rumbo
al silencio” como decía Atahualpa Yupanqui hace unos 60° años quien fuera
representante de un empresariado hijo de la inmigración, “hecho a sí mismo”,
del capitalismo nacional argentino sabedor que la plena ocupación, la cultura
del trabajo, los salarios reales altos aseguran la demanda que permiten el
desarrollo de la industria nacional pujante.
Miguel Miranda es un negado de la Argentina, silenciado... poca información se encuentra por internet; homenaje merecido al cumplirse los 60º años de su fallecimiento pasó inadvertida.
Y entre el decir y hacer es mejor realizar y me llevó a esta recopilación de datos históricos (sobre todo los consignados por el historiador Norberto Galasso) para recuperar "todas las voces, todas" que el sistema no quiere que se oigan.
Miguel Miranda es un negado de la Argentina, silenciado... poca información se encuentra por internet; homenaje merecido al cumplirse los 60º años de su fallecimiento pasó inadvertida.
Y entre el decir y hacer es mejor realizar y me llevó a esta recopilación de datos históricos (sobre todo los consignados por el historiador Norberto Galasso) para recuperar "todas las voces, todas" que el sistema no quiere que se oigan.
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